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Guía y descripción
del real sitio de San Ildefonso
Rafael Breñosa y Tejada
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BREÑOSA y CASTELLARNAU
GUIA
DELRIALSmOOE
SAN ILDEFONSO
(ILUSTRADA POR RIUDAVETS)
MADRID
TIP- J^ LOS SUCESORES DE RIVADENEYRA
XÍ(.PR&S01tB» DE LA HEAL CASA
Pascó de San Vicente , 20 r
; - -V ^. 1884
y Google
'754
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GUIA
Y DESCRIPCIÓN DEL REAL SITIO
DE
SAN ILDEFONSO
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GUIA Y DESCRIPCIÓN
DEL .
eLSIlJÍESIlNILDmO
// "^ / '«^ roR
D. RAFAEL BREÑOSA
D. JOAQUÍN M/ DE CASTELLARNAU
ingenieros de Montes de la Real casa
MADRID
TIP. DE LOS SUCESORES DE RIVADENEYRA
IMPRESORES DE LA REAL CASA
Paseo de San Vicente , 20
1884
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ES PROPIEDAD
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.g^)gS^^)( r^ rt a--tf*a--.xa3— faa--tqa,-.tf>a.
PRÓLOGO
^ENTiDA la necesidad de una nueva
Jguía del Real Sitio de San Ilde-
fonso que, acomodándose á su es-
tado actual, sirva de ilustración para las
muchas personas que todos los años vi-
sitan las maravillas contenidas dentro de
su delicioso recinto, nos hemos decidido
á emprender y llevar á cabo este trabajo,
más bien alentados por indicaciones su-
periores, que confiados en nuestras pro-
pias fuerzas, muy inferiores á tamaña
empresa.
ÍVjOm
íhAK,- X":
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En el libro que hoy ofrecemos al pú-
blico hemos procurado adoptar un len-
guaje sencillo y claro , huyendo de em-
plear términos técnicos y profesionales,
y sin hacer vano alarde de galas litera-
rias ; pues intentamos suplir la belleza y
corrección del estilo con el método en
la exposición y la exactitud en las des-
cripciones. Á falta de grandes dotes por
nuestra parte , no hemos perdonado tra-
bajo ni diligencia para que la obra resul-
te lo menos imperfecta que sea posible.
Con este fin levantamos los planos del
Real Palacio y Colegiata, y los del Real
Parque y la Población, tal como se
hallan trazados actualmente. El de los
alrededores de San Ildefonso , cuya uti-
lidad se ha demostrado en estos últimos
años , es resultado de los datos recogidos
por la Comisión de Ordenación de los
Montes de Valsain, y de otros nuevos
adquiridos respecto á los contornos de
este Real Sitio por el Norte. Respecto á
la descripción del Pinar y Matas , hemos
procurado llenar el vacío que en este
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punto se nota en las antiguas guías, ha-
ciendo una reseña natural, administrativa
y técnica de estas fincas, y agregando la
enumeración de las principales excursio-
nes que pueden emprenderse á sus pun-
tos más pintorescos.
Á las noticias que son fruto de nues-
tros propios trabajos, hemos añadido las
que convenian á nuestro propósito, en-
tresacadas de las obras siguientes :
La Mithologie dans Vart anden et
moderne^ por Rene Ménard.
Historia civil de España^ por Fr. Ni-
colás de Jesús Belando, 1732.
Viaje de España^ por D. Antonio
Poñz, secretario de S. M., 1787.
Guías y descripciones del Real Sitio
de San Ildefonso^ por Sedeño, Fagoaga
y Muñico, y Sedeño y Somorrostro.
En el archivo de la Administración
Patrimonial de este Real Sitio se han
encontrado curiosos y útiles datos res-
pecto á la fundación del mismo ; y los
extractados de los documentos que exis-
ten en el del Real Palacio de Madrid,
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VIII
recogidos con inteligente diligencia por
el caballerizo Sr. Pineda, nos han pres-
tado notables servicios para redactar y
completar la parte histórica.
El Administrador del Real Sitio, señor
Conde de Villanueva, ha cooperado efi-
cazmente á nuestra tarea , prestándonos
toda clase de facilidades y medios, así
como sus empleados subalternos, -mere-
ciendo especial mención, entre ellos, los
encargados de la conservación del Real
Palacio, sobre todo el Sr. Raña, que
siempre nos acompañó é ilustró con sus
noticias en las visitas que hicimos al
regio edificio.
Debemos hacer constar, por último,
que los datos relativos á la historia de la
Colegiata han sido entresacados de los^
documentos que galantemente nos su-
ministró el dignísimo abad de la mis-
ma, Sr. D. Calixto de Andrés y Tomé.
A todas las anteriores personas, y á
cuantas han facilitado en tan gran medi-
da nuestra tarea, damos aquí uñ público
y cordial testimonio de gratitud, así
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como al dibujante Sr. Riudavets, que en
la ilustración de la obra ha demostrado,
una vez más, su buen gusto y relevantes
dotes artísticas.
En elogio de la parte tipográfica, no
diremos más sino que ha sido ejecutada
por el acreditado establecimiento de los
Sucesores de Rivadeneyra.
Joaquín M/ de Castellarnau.
Rafael Breñosa.
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I
""^ de igual nombre, durante ciertas tem-
poradas del verano, para entregarse á aquel hi-
giénico y honesto ejercicio, libre el ánimo de los
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— 12 —
cuidados y preocupaciones que lleva consigo la
gobernación de los Estados. En 1450 el rey don
Enrique IV, que se hallaba con ese objeto en el
Palacio del Bosque^ que así se denominaba en
aquellos tiempos, hizo construir una casa y ermi-
ta, dedicada al glorioso arzobispo San Ildefonso,
en un pintoresco sitio denominado Casar del Po-
llo (i), propiedad del llamado Pedro el Santo ^ á
quien indemnizó pagándole 500 maravedises anua-
les. En el reinado de los católicos reyes D.' Isa-
bel y D. Fernando, encontrándose éstos en Medi-
na del Campo, expidieron, con fecha 28 de Julio
de 1477, un albalá haciendo donación de la casa
real de San Ildefonso, citada anteriormente, á la
comunidad de Jerónimos del Parral, monasterio
que se encuentra á orillas del rio Eresmá , en Se-
govia. En virtud de esta generosa cesión, tomó
de ella posesión Fr. Pedro de Mesa , prior de la
Comunidad, el 10 de Setiembre de igual año.
Respecto. á la ermita, debió agregarse, una vez
construida, á los bienes del obispado de Segovia,
puesto que en 23 de Abril de 1478, D. Juan Arias
de Avila, que ocupaba dicha silla, hizo renuncia
formal de ella, de sus casas, solares, tierras, pra-
dos , pastos y montes en favor de la misma comu-
nidad de Jerónimos, confirmándola Su Santidad
el papa Sixto IV en Agosto de 148 1. La finca do-
(1) Suponen unos que la resolución del Rey de eri^r esta ermita reco-
noció por causa su gran devoción al santo ; pero otros la atribuyen á ha-
berse librado en aquel sitio del gnve peligro que corrió su vida comba-
tiendo con una fiera , á la que dio muerte.
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— 13 —
nada por los Reyes Católicos se componía de dos
casas viejas con su corral, un huerto, seis obradas
de tierra, más otras diez que constituían un trozo
de terreno denominado Nava la Loba^ una poza
para macerar lino, y otras seis obradas, llamadas
el Casar del Pollo, Posteriormente edificóse una
casa-hospedería de construcción sólida y gusto se-
vero, cuyo claustro aun se conserva intacto en
el centro del Real Palacio, y donde los monjes
Jerónimos solían pasar la estación cálida, entre-
gados á la contemplación de las bellezas de la na-
turaleza y á la meditación de las cosas santas. Es-
ta granja de recreo del monasterio del Parral fué
el primitivo origen de este pueblo y á ella debe
su nombre.
Trascurrieron doscientos cuarenta y dos años
desde la donación de los Reyes Católicos y ocu-
paba el trono de España , después de una sangrien-
ta guerra de sucesión , el primer representante de
la dinastía borbónica, Felipe V el Animoso^ cuan-
do hallándose en el Palacio de Valsain, y recor-
riendo un día las pintorescas vertientes de la sier-
ra, cubiertas de seculares pinos, llegó al lugar
donde situada se hallaba la pequeña ermita de San
Ildefonso. El Rey registró este paraje , y fué tan
de su agrado, que desde luego quiso detenerse en
él, y por este motivo, brevemente hubo de for-
marse con tablas alguna habitación donde alber-
garse, supliendo las toscas maderas á los primores
de la arquitectura. Después se aficionó de tal modo
á este sitio, que determinó levantar en él un pala-
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— 14 —
ció, para cuyo objeto compró á la Comunidad del
Parral la granja y ermita que allí poseían con to-
dos los edificios y terrenos anejos. Componíase la
finca de la casa-hospedería, tres ranchos grandes,
dos huertas y un prado llamado Robledo^ con
muchos árboles frutales, nogales y álamos gran-
des ; la ermita y un gran prado en el que había
muchos álamos y fresnos ; el de Navalcahallo ^ con
uñ pedazo de monte de roble , y otro denominado
del Pozo, La escritura de venta fué otorgada en
23 de Marzo de 1720 por Fr. Andrés de Santa
María, en nombre del prior y monjes del Parral,
dándoles Su Majestad en permuta i.ooo ducados
de renta anual y 100 fanegas de sal de las fábricas
de Atienza. Este censo fué reducido después á
metálico y redimido, en 16 de' Febrero de 1843,
mediante el pago de 1. 132. 000 rs. en papel del
Estado.
Felipe V, que ya en aquella época debia acari-
ciar en su mente la idea de la abdicación , traba-
jado su ánimo por las contrariedades y disgustos
que le ocasion^an tantas y tan continuadas guer-
ras como se vio obligado á sostener y las graves
enfermedades que años atrás habia padecido , mi-
raba ya con tedio el falso brille del poder y de las
grandezas mundanas; deseaba la quietud y el re-
poso de la soledad y quería buscar en los consue-
los de la religión la tranquilidad que apetecía su
abatido espíritu y que no podia encontrar en las
agitadas regiones del poder. Estas causas y^ su pa-
sión á la magnificencia le inspiraron la idea d^
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— 15 —
crear otro Versálles en el declive de estos escar-
pados montes , edificando un palacio con su capi-
lla, adornado de bellísimos jardines que hicieran
más grata aquella mansión , que habia de serlo á
la vez de retiro y de deleite. Pero en verdad que
no parecia concertarse aquel desprendimiento de
las cosas y grandezas humanas , aquel amor al re-
tiro, aquella austeridad religiosa con el proyecto
de construirse una rica vivienda exornada con
todo lo que la naturaleza, el arte y el más refina-
do gusto pudieran ofrecer de más halagüeño á los
sentidos. Buscábase al ermitaño entre rocas y gru-
tas y se encontraba al príncipe entre templetes y
flores. Parecia haber querido construir otro Esco-
rial é hizo un Versálles. Pensó imitar la vida ce-
nobítica de Felipe II, y demostró que habia sido
educado en la fastuosa corte de Luis XIV.
Para realizar sus grandiosos proyectos, dignos
del que llevaba el dictado de Animoso j era insufi-
ciente el terreno que compró á la comunidad del
Parral, por cuyo motivo adquirió, en 27 de Se-
tiembre de 1723 , después de comenzadas las obras
de los jardines , un trozo de terreno de los montes
de Valsain, de 201 obradas de cabida, pertene-
ciente á la Comunidad de la ciudad de Segovia y
su noble Junta de Linajes , cuyas corporaciones le
hicieron graciosa donación de otro de 7 obradas
para el gran depósito de aguas que habría de sur-
tir á las monumentales fuentes. El precio de ven-
ta del primer trozo fué 80.400 reales vellón , y al
satisfacerle abonó también Su Majestad 221,928
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— i6 —
reales que importaron, según tasación , los 55.482
pinos que se emplearon en la construcción del
palacio, colegiata y demás edificios, y 50.000 por
la corta de leda en La Sauca y perjuicios ocasio-
nados en las otras matas de roble. £1 depósito de
aguas quedaba fuera del terreno adquirido por el
Rey, y comprendiendo los inconvenientes que
esto podria acarrear, trató con la comunidad de
Segovia de la cesión de todo el terreno que le cir-
cundaba, con lo que se conseguia ademas ensan-
char considerablemente el Real Parque por la
parte del Oriente y regularizar la línea de su pe-
rímetro. La venta se efectuó el año 1735, ocupán-
dose 186 obradas por la parte del Mar, que es el
terreno que actualmente constituye el Bosque, y
otras 6 más en la línea del Mediodía, mirando al
camino de Valsain. Tuvo que satisfacer el Real
erario 76.800 rs. por estas 192 obradas de terreno.
El plano del palacio que habría de edificarse se
encargó á D. Teodoro Ardemans, maestro mayor
del Real palacio y villa de Madrid, habiéndole
el Rey significado su deseo de que no se derribara
nada de la antigua casa-hospedería de los frailes.
Hecho el plano , y aprobado por S. M. , después
de algunos trabajos preliminares de explanación
y nivelación del terreno, se dio principio á las
obras el dia i.° de Abril de 1721 (i), encomen-
(i) No están conformes en la fecha de inauguración de las obras de
palacio los diversos autores que se han ocupado de la descripción de este
Real Sitio. Don Antonio Ponz, secretario d^l rey Carlos III, en su Viaje
de España dice que fué el 1719. En la obra de los Sres. Fagoaga y Mú-
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dándose su ejecución al aparejador D. Juan Ro-
mán. Al mismo tiempo principiaron también las
obras para el trazado de los jardines , bajo la di-
rección de D. Renato Carlier y de D. Esteban
Boutelou, notable escultor el primero y hábil
jardinero el segundo.
Todos estos trabajos se emprendieron con gran-
des alientos y se prosiguieron con extraordinaria
actividad, sobre todo durante el año 1723, en
que el mucho concurso de operarios, por una
parte , y el estímulo provocado por la presencia
de los Reyes, que venian todos los dias desde
Valsain á examinar las obras, fueron causa de
poderse terminar antes de su espiración la parte
de palacio añadida á la antigua casa-hospedería,
y la capilla.
Bendijese el palacio el 27 de Julio de 1723, y
la capilla se consagró el 22 de Diciembre del
mismo año por el eminentísimo cardenal Borja ,
patriarca de las Indias.
Los trabajos de los jardines y fuentes seguian
también con gran prisa, en particular la Cascada,
que el Rey quería ver concluida por ser el prin-
cipal objeto que daba frente á sus habitaciones;
pero no pudieron terminarse tan pronto, porque
flico se lee que la primera piedra de los cimientos se colocó el i ° de Oc-
tubre de 1720. Belando , en la Historia civil de España , cila la fecha de
Marzo de 1721 ; Sedeflo y Somorrostro, la de Octubre de 1720.
Documentos auténticos encontrados en el archivo de esta Administra-
ción patrimonial , nos permiten asegurar que la fecha que hemos apun-
ladp es la ex£^:ta,
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— is-
la magnitud de tan grandiosa empresa exigia
mucho tiempo. Veinte años de labor no inter-
rumpida fueron precisos para convertir las escar-
padas vertientes y los profundos barrancos del
terreno en los magníficos jardines y parterres
que hoy se ofrecen á la admiración de propios y
extraños.
La abdicación hecha por D. Felipe V en favor
de su hijo primogénito D. Luis, que tan diversos
juicios ha sugerido á los historiadores, no fué
obstáculo para la activa prosecución de estas
obras, y el Rey tuvo la previsión de consignar,
en el decreto que expidió con este objeto el dia
I o de Enero de 1724, que se reservaba para sí y
para la Reina el Sitio y palacio de San Ildefonso,
seiscientos mil ducados para su mantenimiento y
,«/o que necesitase para construir los jardines que
comenzados tenia,'í>
Los monarcas fundadores habitaron constante-
mente en el Real sitio de San Ildefonso, en cuyo
nombre habian trocado el que antes llevaba de
La Granja, desde que se consagró la capilla de
palacio hasta el 31 de Agosto de 1724, en que,
por la prematura muerte del rey D. Luis I, vol-
vieron á ocupar el trono de España.
Pero el Real Sitio de San Ildefonso, con todos
los terrenos que actualmente forman parte de él,
no se constituyó definitivamente hasta el reinado
del gran Carlos III , en cuya época , 4 de Octubre
de 1 76 1, compró el Rey á la ciudad de Segovia,
su noble Junta de Linajes de Caballeros hijog-.
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— 19 —
dalgo, el común de dicha ciudad y la Universidad
de la Tierra y Sexmos , los pinares de Valsain y
Riofrio, con sus matas robledales, y la de Pirón,
en término de Sotosalbos, redimiendo posterior-
mente, desde 1762 al 66, todos los censos que
gravaban sobre estas fincas. Más tarde, en 2 de
Julio de 1768, fué vendida á S. M., por D. Pedro
Contreras y Guillamas, la dehesa de Aldeanueva,
contigua álos bosques de Valsain, con su casa-
esquileo, lonjas, encerraderos, pastos y abreva-
deros , que estaba afecta á un vínculo y mayoraz-
go fundado en Valladolid, en 1526, por D. Juan
de Contreras y D.* Isabel de Cáceres. Dicha finca
fué vendida recientemente , y en la actualidad no.
pertenece á la Corona.
SITUACIÓN
Toda la población de San Ildefonso, con sus
celebrados jardines, se halla encerrada dentro de
un gran rectángulo cercado de muro. La orienta-
ción de éste es con. su dimensión máxima de
E. S. E. á O. N. O. , coincidiendo próximamente
una de las diagonales con la meridiana astronó-
mica. Ocupa la cumbre y parte de ambas ver-
tientes de una pequeña loma que sirve de línea
divisoria de aguas á los rios Valsain y Cambrones,
de cuya reunión nace el Eresma. Esta línea tiene
su origen en Poyo- Judío, pasa por el ángulo
priental del Real Parque y por el gran depósito
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20
de aguas denominado El Mar, y siguiendo la
calle de la Medianería, atraviesa el Palacio por su
centro y continúa por la plaza de Palacio, puerta
de Segovia y casa de la Mata. Como la citada
calle de la Medianería divide á los jardines en
dos mitades, según veremos más adelante, resul-
ta que una parte de las aguas de éstos afluye al
rio Cambrones, y la otra al Valsain, lo cual su-
cede también en la población.
El horizonte de San Ildefonso se halla limita-
do por todos los puntos cardinales, excepto por
el Ó., hacia Segovia, en cuya dirección se domi-
na una gran extensión de terreno de la parte baja
de la provincia, y aun algo de la de Valladolid
en el último término. Por el E. ciérrale la cordi-
llera principal Carpeto- Vetónica , en cuya falda
occidental se asienta este Real Sitio; y al N., una
estribación de la misma cordillera, que termina
en el elevado cerro de Torre-Inhiesta ó la Atala-
ya, nombre que se deriva de una que se supone
haber existido en su cúspide durante la domina-
ción morisca. Al S. se extiende el pintoresco y
umbroso valle del Valsaia, cubierto de añosos
pinos y verdes matas de roble.
La altitud absoluta de San Ildefonso ó la dife-
rencia de nivel entre este punto y la superficie
de los mares es tan considerable, que, según una
nivelación de precisión hecha por el Instituto
Geográfico, á la repisa de la ventana baja central
de la Colegiata corresponde la cota de 1. 191"», 34.
Esta altitud crece conforme se camina hacia el
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— 21 —
Oriente por los jardines, porque éstos se hallan
en declive , y disminuye marchando en dirección
del Occidente por la línea ó loma divisoria de
aguas, y también descendiendo por sus dos ver-
tientes. El punto más bajo de la población es la
puerta del Horno.
Sobre la alta planicie en que se halla situada
Segovia , y que forma parte de la meseta central
de la Península, álzase todavía La Granja 193
metros; y para formarse verdadera idea de cuan
grande es su elevación, bastará decir que supera
á la de diez y seis montañas más principales de
Europa, dos de Asia, cinco de África, tres de
América y siete de Polinesia, Australia é islas
del Pacífico. De las estaciones de verano situadas
al pié de los Pirineos en ambas vertientes, sola-
mente tres tienen más altitud que San Ildefonso,
que son: Panticosa (1.6 16 metros). Las Escalas
(1.350 metros) y Baréges (1.236 metros); Las
Caldas (1.070 metros) casi le iguala en este con-
cepto; y están más bajas, Cauterets (992 metros),
San Vicente de Urgel (829 metros), La Preste
(781 metros), Saint Sauveur (728 metros), Aguas
Buenas (726 metros), Ax (710 metros). Aguas
Calientes (680 metros), Bagnéres de Luchon
(629 metros), Bagnéres de Bigorre (579 metros),
Amélie-les-Bains (276 metros) y otras menos co-
nocidas. Para comprender la influencia que las
grandes altitudes ejercen en la fisiología del hom-
bre basta considerar el decrecimiento de presión
que el cuerpo humano experimenta por efecto
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— 22 —
del menor peso de la atmósfera en ellas. Al borde
del mar la presión antedicha es de 18.068 kilo-
gramos , y como por cada 1 1 metros de elevación
sobre ese nivel disminuye 13^^,6, la que en San
Ildefonso sufre el cuerpo humano es de 16.600.
kilogramos.
Las coordenadas geográñcas son las siguientes:
Latitud 40° 53'44" Norte.
j •* jÍ en arco, 0° 2i'o3" al Oeste del meridiano de Madrid.
Longitud? h „. /,
(en tiempo, o''i"' 24".
Según se desprende de estos datos, los relojes de San Ilde-
fonso han de estar un minuto y veinticuatro segundos más
atrasados que los de Madrid.
La posición relativa de este Real Sitio, res-
pecto á la provincia de Segovia , de la que forma
parte , está definida con decir que la línea peri-
metral de su jurisdicción, por la parte de Orien-
te , constituye un trozo del límite de aquella pro-
vincia con la de Madrid.
Dista 1 1 kilómetros de Segovia y 38 de Villal-
ba, estación del ferro-carril del Norte. Con ambos
puntos se comunica por medio de magníficas car-
reteras. La de Segovia, de una anchura conside-
rable , con dos paseos laterales y cuatro filas de
corpulentos árboles hasta el puente de Segovia,
por donde atraviesa el rio Valsain , es una de las
mejores de España; y la de Villalba, construida
por Villanueva , el famoso arquitecto de Carlos III,
recorre por dentro del pinar el pintoresco valle
del Valsain hasta la Cantina ó Venta de los Mos-
quitos , y desde allí , por medio de siete curvas rá-
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^ 23 —
pidas , denominadas las Siete Revueltas , y otras
de mayor radio y varios tramos rectos de fuerte
pendiente, va faldeando el Cogorro de las Mara-
villas hasta alcanzar la altura del puerto de Na-
vacerrada (1.849 metros) , por cuyo punto atravie-
sa la cumbre de la cordillera Carpeto-Vetónica.
Desde Madrid, el viaje no es muy molesto : dura una hofa
y media por ferro-carril hasta Villalba, y desde este pun-
to se viene en cómodas diligencias en cuatro horas á lo sumo.
Abierta al servicio público en i.° de Junio del corriente
año, la nueva línea de Segovia á Medina del Campo, que
mide una longitud de 92 kilómetros, el viaje á la Granja para
todas las procedencias del Norte y Noroeste se ha facilitado
grandemente, pues desde Medina, donde concurren las lí-
neas de Salamanca y Portugal , de Zamora , de Asturias, Ga-
licia y León, y del Norte de España, parten diariamente tre-
nes en combinación con los ascendentes y descendentes de
aquellas regiones , que hacen el recorrido hasta Segovia en
unas tres horas y media, siendo el coste de los billetes : el
de I.* clase, 10,70 pesetas ; el de 2.*, 8,05 pesetas, y el de 3.*^,
4,85 pesetas.
De la estación de Segovia partirán magníficos coches par-
ticulares y ómnibus de familia que, á precios módicos y con-
vencionales, harán el viaje á la Granja en una hora próxima-
mente.
Aun cuando desde Madrid será siempre más corto y econó-
mico el viaje ala Granja por Villalba y Navacerrada, puede
también hacerse en ferro-carril por Medina á Segovia con
ligerísimo aumento de gastos, pues la Compañía del Norte
ha establecido unas tarifas combinadas, desde Madrid á Sego-
via , por las que el coste del viaje es casi el mismo que por
las diligencias, y si bien se tarda algún más tiempo, se hace
con mayor comodidad y con la ventaja de tener seguridad de
poder siempre emprender el viaje y de no estar sujeto á un
dia fijo, para el que, y con gran anticipación, se han to-
mado los billetes de la diligencia.
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-24-
CLIMA
De los múltiples factores que determinan el cli-
ma de una comarca, el más importante es la tem-
peratura, y á ella se atiende principalmente cuan-
do en el lenguaje vulgar se califican los climas de
benignos ó rigorosos , moderados ó excesivos , bue •
nos ó malos.
Teniendo en cuenta la gran altitud de San Ilde-
fonso, su proximidad á elevadas montañas, cu-
biertas de nieve la mayor parte del año , su posi-
ción en la meseta central de la Península, puede
inducirse, ápriori^ que el clima será puramente
continental , fresco en verano , crudo y desigual
en invierno, y que las oscilaciones de la tempera-
tura dentro del año, y aun del período cortísimo de
un dia, alcanzarán una cifra considerable por ha-
llarse muy alejado de grandes masas de agua que
puedan ejercer una influencia moderadora en las
temperaturas extremas.
Los datos adquiridos en el Observatorio meteo-
rológico que creó la « Comisión de ordenación de
los montes de Valsain», y que funcionó durante
algún tiempo en la Faisanera , así como las obser-
vaciones que desde 1877 se practican diariamente
en el Establecimiento de Piscicultura, sobre todo
en lo que atañe á la temperatura , nos permiten
definir con bastante exactitud el clima de esta lo-
calidad , dando cuenta detallada de la marcha que
siguen los diferentes meteoros que en él influyen.
La temperatura media del año es 10^,7, pero
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— i5 —
no basta este dato para formar idea del clima,
porque variarán los fenómenos térmicos en dos
localidades de igual temperatura media si en am-
bas difieren notablemente los extremos de tempe-
ratura dentro del año: en una, la oscilación anua
podrá ser muy grande, y á un calor abrasador en
el verano sucederá un frió insoportable en el in-
vierno; mientras que en la otra, quizás la tempe-
ratura se aparte poquísimo de la media, dando á
su clima un carácter de benignidad y dulzura, que
contrastará notablemente con la aspereza del de la
primera. De aquí se deduce que á la temperatura
media hay que agregar otros datos no menos im-
portantes, cuales son las temperaturas medias es-
tacionales, y aun las máximas y mínimas absolu-
tas de cada estación y del año.
De primaveral podría calificarse la temperatura
de San Ildefonso, si en todos los dias del año fue-
ra aquella aproximada á la media anual de 10,7;
pero no sucede así. Los dias en que es inferior á
esta cifra son ciento ochenta y seis en el año, y
en ciento setenta y nueve la supera, de manera
que puede decirse que aquí son de casi igual du-
ración los períodos de enfriamiento y caldeamien-
to. El año puede descomponerse del modo si-
guiente:
177 dias de temperatura media inferior á I0^
143 » » » entre io<>y 20^
40 » » » superior á 20®.
lo que equivale á :
Seis meses de invierno.
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— 2^ —
. Cuatro y medio de primavera y otoño.
Uno y medio de verano.
En Madrid el invierno solo es de cuatro y me-
dio meses, otro tanto duran la primavera y el
otoño sumados , y el verano es de doble duración
que en San Ildefonso.
El mes más cálido es Agosto , cuya temperatu-
ra media, á la sombra, suele ser 20^,6, y el más
frío, Diciembre, de temperatura media igual á
2°,7, resultando una oscilación dé I7°,9. Pero si
en lugar de comparar las medias extremas lo ha-
cemos con las absolutas, entonces la oscilación
anual es enorme, pues alcanza á la cifra de 47°,8,
que nos da una verdadera idea de la extremada
desigualdad y áspera rudeza de este clima.
Si á la variabilidad de la temperatura en el
trascurso del año se agrega lo mudable de ésta en
el cortísimo plazo de veinticuatro horas , compren-
deremos la instabilidad de los fenómenos térmi- ,
eos en esta localidad. En el rigor del veranó la
oscilación diaria suele estar comprendida entre
10° y 20° , y aun pasa en muchos dias de ésta úl-
tima cifra. Sucede por esta causa, que el calor se
nota únicamente desde las once de lá mañana
hasta las cinco de la tarde; á partir de esta hora
decrece rápidamente, y por la noche se disfruta
dé una temperatura deliciosa que ño pasa de"i6°;
á veces la oscilación llega á su máximo, y enton-
ces hasta se siente frió y es desagradable lá estan-
cia al aire libre.
La temperatura máxima á la sombra durante
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— 27 —
los meses de Julio y Agosto, oscila al rededor de
29",7; no pasa de 35^,8 ni desciende por bajo de
2o°,2. El resultado medio de la temperatura del
estío es 27°, inferior en 4^,9 al de Madrid; pero
no es únicamente esta diferencia la que determina
la ventaja en favor de San Ildefonso. Su benig-
na y apacible temperatura en la estación cálida se
explica porque la temperatura media de los dias
de verano es 4*^,1 menor que en Madrid; y por
otro concepto, no menos importante, se diferencian
también los dos climas que comparamos , por el
^número de dias en que la temperatura media está
comprendida entre 20*» y 30*» , ó dias de verdadero
calor: en Madrid hay noventa y dos de esta clase
y aquí cuarenta y cinco, menos de la mitad. Es-
cudriñando aún más, resulta que en esta locali-
dad solamente se cuentan tres ó cuatro dias de ca-
lor sofocante, comprendido entre 25° y 30°, mien-
tras que en la coronada Villa ascienden á 17.
Tan notables diferencias explican la venida perió-
dica de una elegante colonia madrileña que, hu-
yendo de aquel abrasador y caliginoso estío, busca
grato solaz y benigno temple en el fresco y em-
balsamado valle del Valsain.
La temperatura mínima del aire, ó la que se
observa un poco antes del amanecer, es de 4^,4 en
el conjunto del año, pero sus variaciones son muy
grandes , pues por un lado puede subir hasta 20°, 6
en los dias más calurosos del estío , y descender
por otro á 18° bajo cero, en los más frios del in-
vierno (Enero de 1878). Durante el año suelen
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— 28 —
registrarse ciento un dias en que la temperatura
mínima nocturna desciende por debajo de cero,
distribuidos de la manera siguiente:
Invierno 66
Primavera 25
Otoño 10
Algún año se anotan temperaturas mínimas
inferiores á 0° hasta en el mes de Junio. En los
dias 6 y 12 de este mes del año 1880, el termó-
metro de mínima marcó — o<',2 y — 1^,4, respecti-
vamente, causando estas heladas tardías notables
daños á la vegetación, sobre todo á los árboles
frutales.
De las cifras anteriores se desprende : que en el
invierno meteorológico hiela durante el 71 por
100 de sus dias; que la primavera cuenta más de
la cuarta parte de sus dias de heladas, y que el
otoño es mucho más benigno que esta última es-
tación , puesto que sólo hiela en menos de la dé-
cima parte de sus dias , y casi todos éstos corres-
ponden á su último mes.
La presión atmosfí^rica media de San Ilde-
fonso equivale al peso de una columna mercurial
de 663^^,94; pero puede subir el barómetro hasta
672°»°»,47, ó descenderá 642™",3i, resultando una
oscilación anual extrema de 30°»°»,i6. La estacio-
nal es mayor en primavera y fin de otoño que en
invierno y verano; sobre todo en el mes de Abril
suele resultar una oscilación muy grande, que
casi iguala á la de todo el año , lo que indica su
gran variabilidad atmosférica. En el verano pet-
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— 29 —
manece el barómetro muy estacionario y no es
sensible ni para la predicción de las tormentas
eléctricas , lo que prueba que estas perturbaciones
son puramente locales y no influyen en la masa
general de la atmósfera. La altura barométrica
máxima corresponde al mes de Diciembre, se no-
ta otro máximo en Julio, pero inferior al de aquel
mes, y la mínima se observa en Abril.
Según la experiencia que hemos adquirido, el
barómetro es en esta localidad un medio precioso
para la predicción del tiempo, sobre todo en in-
vierno , primavera y fin de otoño. Cuando des-
ciende bruscamente á una altura inferior á 6so™«»
pueden pronosticarse fuertes temporales de aguas
ó vientos; pero si su altura excede de 665™™, y
hay tendencia al alza, aunque sea lenta, promete
ser el tiempo seco y sereno.
La lluvia que cae en San Ildefonso durante el
trascurso del año puede representarse por . una
capa de agua cuya altura es de 900 '»™, que com-
parada con la de Madrid, es más del doble. La
meseta central de la Península es, por lo general,
escasa de lluvias, como lo comprueban los datos
de sus observatorios meteorológicos; y la relativa
frecuencia de este meteoro en San Ildefonso sólo
puede explicarse por su considerable altitud, y
sobre todo, por la influencia que sobre él ejercen
las grandes masas arbóreas de que esta localidad*
se halla abundantemente rodeada. Aventaja igual-
mente en la cantidad de lluvia á las estaciones de
la región meridional y oriental de la Península,
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— 30 —
es inferior á las de la septentrional ó costa cantá-
brica, igualando casi á las de la occidental ó lito-
ral portugués y gallego del Atlántico.
Los dias de lluvia en el año son 103, poco me-
nos de la tercera parte del total, y la cantidad
media de agua que corresponde á cada dia lluvio-
so está representada por una capa de 8™" de altu-
ra. La distribución de la cantidad total de lluvia
entre las diversas estaciones , representando por
100 la que corresponde á todo el año, es la si-
guiente :
Invierno. 19,8
Primavera 26,4
Verano 1 7,9
Otoño 35,9
Total 100.
De estas cifras se deduce que las estaciones más
lluviosas son la primavera y el otoño, lo que fa-
vorece en alto grado el cultivo de cereales que
exige imperiosamente el agua del cielo precisa-
mente en esas dos épocas del año.
La nieve cae abundantemente en esta locali-
dad durante el invierno , la primavera y aun el
otoño, y en algunos años se ve á principios de
Octubre y fines de Mayo. La cumbre de la cordi-
llera, sobre todo el alto de Peñalara , se cubre de
blanco manto desde últimos de Setiembre, y per-
siste la nieve hasta mediados de Junio , no siendo
raro ver algunas manchas de ella aun á últimos
de Julio. Durante el invierno y aun en parte de
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— 31 —
la primavera , se cierra á veces el puerto de Nava-
cerrada á causa del niveo meteoro, viéndose obli-
gada la diligencia de Segovia á Villalba á hacer
entonces el viaje por el puerto de Guadarrama. El
número de dias en que la nieve cae en blancoa co-
pos sobre la tierra varía mucho de un año á otro;
pero , como término medio , puede admitirse que
llega á.2o en cada uno, de los cuales correspon-
den 12 al invierno, 6 ala primavera y 2 al otoño.
La cantidad de nubes que entolda la bóveda
celeste , por la versatilidad de los fenómenos de
formación, disolución , suspensión y trasformacion
de las nubes , parece que no obedece á una ley
fija y determinada ; pero si con atención se exa-
minan los resultados de una larga observación,
dedúcese que este fenómeno sigue una marcha
regular y uniforme , dentro de cada día , y en el
trascurso de las diferentes estaciones. El máximo
de nubes coincide generalmente con la hora de
las tres de la tarde, y el mínimo con las nueve de
la noche. Las estaciones más nubosas son el oto-
ño y primavera, y las menos, el invierno y vera-
no. Los meses de más encapotado y triste cielo
* son los de Octubre y Abril, mientras que en Ene-
ro, Julio y Agosto, ostenta en todo su esplendor
el purísimo azul. Los dias despejados no llegan á
la tercera parte de los del año.
Las tempestades cuyos truenos retumban con
fragor en las concavidades de la cordillera , y cu-
yos relámpagos serpentean en el cárdeno cielo,
precedidas de huracanados vientos y acompaña-
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— 32 —
das de fuertes aguaceros , marcan en esta región
el tránsito de la primavera, fria, desapacible y
lluviosa , al verano cálido , seco y sereno. A los
meses de Mayo y Junio corresponden, pues, la
mayor parte de ellas, observándose también algu-
nas á fines de Agosto y en Setiembre. El número
total de dias tormentosos en el año oscila al rede-
dor de diez y nueve. Rarísimas son las tempesta-
des durante los cinco meses comprendidos entre
Noviembre y Marzo , y si alguna se cuenta , debe
considerarse como residuo de influencias lejanas,
más bien que producto de circunstancias pura-
mente locales.
Los vientos del cuarto cuadrante predominan
de una manera notable, siguiéndoles en orden de
importancia, los del tercero y segundo, y por úl-
timo, los del primero son rarísimos. El que pro-
duce mayor número de dias lluviosos y más co-
piosos de agua es el SO., que por sú elevada
temperatura y largo curso á través del Atlántico,
donde se carga de vapores acuosos, determina
con mayor facilidad su condensación al mezclarse
con el aire frió y de pequeño grado de saturación
de esta comarca. Los vientos más secos son los
del NE., E. y SE., reinando los cuales es rarísi-
ma la lluvia.
Se puede, en consecuencia, asegurar con mu-
cho fundamento, que cuando se inclina la veleta
al SO. ha de llover fijamente y con fuertes agua-
ceros , sobre todo cuando esta indicación coinci -
de con un descenso brusco del barómetro. Por el
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— 33 —
contrario, si el viento salta al NO., y más parti-
cularmente al N. , NE. ó E. el tiempo promete
ser seco y sereno , aunque frío. Las tempestades
se forman casi siempre con vientos del S. y SE.
En cuanto á la intensidad de las corrientes
atmosféricas , puede establecerse como regla que
no existen en San Ildefonso dias de completa cal-
ma en que no sople la más tenue brisa. En los
más apacibles y serenos del invierno, verano y
principios del otoño turban la tranquilidad de la
atmósfera ligeras corrientes que se notan más es-
pecialmente á las horas en que el sol traspone el
horizonte y al amanecer. Los dias en que el hu-
racán se desata con furia no pasan de quince en
todo el año.
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oaii xiuciuiiau) dc^xiii iicuiud uiuiiu an-
teriormente. Ocupa una superficie de 237.900 me-
tros cuadrados. Fuera del perímetro murado, en
los terrenos designados con el nombre de Alija-
resj hay también algunos edificios pertenecientes
al Real Patrimonio y á particulares , sobre todo
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-36-
á ambos lados de las carreteras de Segovia y Tres
Casas, hallándose también enclavados en ellos
una multitud de pequeños huertos que producen
excelentes frutas y han hecho célebres las exqui-
sitas legumbres y verduras de La Granja.
Primitivamente estaba reducida esta población
á los edificios destinados al servicio de la Real
Casa; posteriormente fueron construyéndose al-
gunas casas de particulares, cuyos solares cedia
en usufructo el Real Patrimonio ; pero la pobla-
ción , en la forma general que actualmente tiene,
no se constituyó definitivamente hasta fines del
reinado de Carlos III, en cuya época se aumentó
y embelleció considerablemente, merced á los des-
velos de su célebre ministro el Conde de Florida-
blanca.
Antiguamente era San Ildefonso jurisdicción
privativa de los monarcas, correspondiendo á su
intendente conocer en todos los asuntos civiles y
militares; en 1810 formó uno de los ayuntamien-
tos de la provincia de Segovia, sujeto, como tal,
á sus autoridades superiores civiles y militares.
Su término jurisdiccional se fijó por Real orden
de 22 de Setiembre de 1769, y comprendía todo
el recinto murado de San Ildefonso, el sitio de
Valsain antiguo y moderno con su Parque y Bos-
quecillo , la Casa de Vacas en la mata de la Saú-
ca , y la del Nuevo Pulimento de Espejos , cuyas
ruinas aun se conservan á orillas del rio Cambro-
nes é inmediaciones del puente de la carretera á
Tres Casas. Ademas abrazaba una zona de terre-
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— 37 —
no limitada por una línea que desde el puente
de Valsain seguía el camino de la Cruz del Carre-
tero, y pasaba por el cebo de la Pata de la Vaca,
terminando en la esquina de la tapia de San Il-
defonso más próxima á la fuente de la Plata. Des-
de allí seguía toda la tapia de los Jardines hasta
su ángulo oriental, y después una línea recta
hasta la Casa del Nuevo Pulimento, donde corta-
ba al rio Cambrones, cuya margen servia de lími-
te hasta su desembocadura en el Eresma, y luego
la del rio Valsain , remontando su corriente hasta
el puente que sirvió de punto de partida. Se ex-
cluían de la jurisdicción del intendente de este
Real Sitio los terrenos enclavados dentro de esta
zona que se denominaban Alijares^ los cuales se-
guirían perteneciendo á Segovia.
El Regente del Reino, por decreto expedido el
año 1873, amplió considerablemente eí término
jurisdiccional de este pueblo, dándole por límites
los que correspondían á las antiguas propiedades
del Real Patrimonio , y encerrando dentro de su
extenso perímetro todos los pinares de Valsain y
Riofrío con sus matas robledales.
El número de habitantes ha ido aumentando
en progresión creciente. El año 1845 contaba 360
vecinos y 1.762 almas; en 1860, 421 vecinos, con
2.027 habitantes; en 1877, 580 vecinos y 2.650
almas , y por el último censo verificado el año 1880,
resulta ser su población fija de 2.714 almas.
Este incremento continuo se explica fácilmente
por el que ha experimentado en estos últimos
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-38-
años la industria maderista; pero más principal-
mente por las muchas obras y mejoras de toda
clase que se han emprendido desde la Restaura-
ción, y teniendo en cuenta que la mayor parte de
los habitantes son empleados y jornaleros del
Real Patrimonio.
Durante el verano, la población se aumenta con
más de i.ooo almas, contribuyendo á este contin-
gente las numerosas familias que aquí pasan la
estación cálida, la servidumbre de SS. MM. y AA.
y las fuerzas de la guarnición.
En el período revolucionario la propiedad ex-
perimentó notables alteraciones. Muchos edificios
que pertenecían al Real Patrimonio , tales como
las casas de Alhajas, Músicos, del Abad, de Su-
miller, de Gentiles, etc., fueron desamortizados y
adquiridos por particulares , encontrándose actual-
mente la Real Casa sin todos los medios de apo-
sentar convenientemente á las personas que for-
man la servidumbre y acompañamiento de las
persones Reales durante las «jornadas» de verano.
Dan acceso al interior de la población cuatro
puertas, tres de ellas situadas en el muro de cer-
ramiento que mira á Poniente , y la cuarta en el
del Norte.
Puerta de Segovia. — Corresponde á la inter-
sección de las carreteras de Villalba y Segovia y
es la principal entrada de este Real Sitio. Delan-
te de ella se extiende en declive el boulevard li-
mitado por las Reales Caballerizas y Cuartel de
Guardias^ y después sigue la Plaza de Palacio^
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3
O
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— 41 —
cerrada también por calles y paseos laterales con
árboles, y cuyo centro está adornado con un bien
trazado jardin inglés. Al frente, en último térmi-
no , se apercibe el Real Palacio , realzado por dos
torreones , y en medio la Colegiata , con su esbel-
ta cúpula acompañada de dos torres laterales. La
perspectiva que se ofrece á la vista entrando por
esta puerta es severa y bellísima. ^
La Puerta de Segovia tiene tres entradas , que
están siempre abiertas ; la del centro es de mayo-
res dimensiones que las laterales y sirve para los
carruajes. Todas tienen puertas de hierro , rema-
tándose su cerco por la parte superior con palmas
enlazadas y las cifras del Rey fundador, cobijadas
por una corona Real. Á los costados hay verjas de
hierro que se asientan sobre un zócalo corrido de
sillería , y ocupan toda la longitud correspondien-
te á la anchura de la calle que en el interior de la
población parte de esta puerta. Fué trabajada en
Bilbao y colocada el año 1774.
Puerta de la Reina. — Da entrada á la parte
baja de la población y corresponde á la extremi-
dad de la calle de igual nombre, que se termina
en la Plaza de los Dolores, Entrando por ella
aparece en último término la fachada 'principal
de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores y
sus dos pequeñas torres laterales.
Esta puerta es de sillería, compuesta de un
cuerpo central más elevado y dos laterales. El
primero, de estilo romano restaurado, está forma-
do por dos pilastras toscanas , apoyadas en altos
4*
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— 42 —
pedestales, y que sostienen un sencillo entabla-
mento coronado por un frontón triangular. La
puerta central, que se abre entre las dos pilastras,
se termina superiormente por un arco de medio
punto, que simula sostener el arquitrabe : se cier-
ra por una verja de hierro. En el friso, por am-
bas caras, hay esculpidas las siguientes inscrip-
ciones, ^jue indican la fecha en que esta puerta se
construyó : en la que mira á Oriente,
AÑO DE MDCCLXXXIV,
y en la de Poniente,
REYNANDO CARLOS III.
Las entradas laterales , que se cierran también
con puertas de hierro, se terminan en la parte
superior con un dintel recto de sillería.
De esta puerta salen anchos paseos, bordeados
por corpulentos olmos, que conducen á la carrete-
ra de Tres Casas, al Hospital, paseo de Bolonia,
Casa de la Mata , al camino de la Casa de Vacas
y á la carretera de Segovia.
Puerta del Homo. — Por ella se sale á la Fá-
brica de Cristales y que se halla enfrente por la
parte exterior de la población. No tiene particu-
laridad digna de mención. En ella se halla esta-
blecido el fielato para el adeudo de los derechos
de consumo.
Puerta del Campo. — Comunica al exterior
con el paseo paralelo á la tapia septentrional, por
el que puede irse á la fuente mineral ferruginosa
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— 43 —
de Santa Isabel; y al interior, con la calle de los
Baños , que parte de la plazuela de la Calandria.
Por su diversa situación con respecto á la divi-
soria ó loma sobre que se asienta, se divide la po-
blación eñ dos partes : la alta , constituida por la
que está situada en la cumbre y vertiente meridio-
nal, y la baja, colocada en la septentrional. For-
man parte de la primera : las plazas de Palacio^
Mercado^ Teatro^ Fruta y Canónigos^ con las calles
del Rey^ Mallo ^ Melancolía^ Tahona^ Guardas^
Cuartel Nuevo , Botica y otras accesorias. Ponen
en comunicación la parte alta con la baja , siguien-
do líneas que se aproximan más ó menos á las de
máxima pendiente del terreno , la plaza del Vi-
driado y las calles de Infantes , Jardineros^ Cris-
to^ Valenciana^ Verderones y Cuesta de la Maja,
Y, por último, constituyen la baja: las plazas del
Cristo^ Dolores, Calandria^ C^¿Wa,. y las calles
de la Reina ^ Horno ^ Postas^ Rosario^ Barco^
Calandria^ Baños y Abastos , con las innumera-
bles y mezquinas callejuelas de los barrios del
Molino , Ria y Pozo de la Nieve.
Las principales plazas son espaciosas y venti-
ladas. La de Palacio^ con su bonito parterre in-
glés y sus amplias calles laterales limitadas por
dobles filas de castaños de Indias , tiene 400 me-
tros de longitud desde la Puerta de Segovia hasta
Palacio, y 162 en su mayor anchura, que corres-
ponde á la que media entre la Plaza de Canóni-
gos y la iglesia de San Juan. En su parte alta
está cerrada por el Real Palacio y Colegiata , y
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— 44 —
en las laterales por el cuerpo adosado á Palacio,
que antiguamente se conocía con el nombre de
Casa de Damas ^ y por las de Canónigos y Ofi-
cios. Más abajo, y en líneas oblicuas, se extienden
dos filas de edificios , cuya mayor parte pertenecía
al Real Patrimonio , dando á la plaza una forma
trapezoidal ; y, por último , la cierran en su parte
baja, con líneas paralelas á su eje, el Cuartel de
Guardias y las Reales Caballerizas.
La plaza de la Fruta ^ situada á espaldas del
Cuartel de Guardias^ y contigua á la calle de
Infantes^ es en la que se instalan durante el ve-
rano los puestos de frutas y verduras para la
venta.
La de los Dolores^ en la cual desembocan las
calles de la Reina ^ Valenciana y Cuesta de la
Maja , es la principal de la parte baja del pueblo.
Formando un cuadrado se hallan en su centro
cuatro filas de bonitos puestos cubiertos , que sir-
ven para expender la carne , aves y pescado.
Las calles principales, casi todas en pendien-
te, son anchas, rectas, y con aceras en sus dos
costados. Unas se hallan empedradas y otras con
4( macadam», que es más cómodo para el tránsito
de carruajes. Las más notables son : la de Infan-
tes^ uno de cuyos lados ocupa enteramente la fa-
chada de la casa del mismo nombre , y el otro las
de Sumiller y Gentiles^ que ahora pertenecen á
particulares ; la de la Reina ^ que es la más llana,
y cuya situación hemos señalado al hablar de la
puerta de aquel nombre; la de la Valenciana^
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— 45 --
muy concurrida siempre por servir de comunica-
ción entre la parte alta y baja de la población; la
de la Botica , á cuya extremidad se encuentra la
puerta de los jardines del mismo nombre , que se
halla abierta únicamente durante la permanencia
aquí de SS. MM.; y, por último, la del Rey^ que
•parte de la Plaza de Palacio, y es la que se sigue
para penetrar en el Real Parque por su puerta ó
entrada principal.
Edificios. — Describiremos á continuación los
más notables de la población, exceptuando el
Real Palacio y Colegiata, á los que dedicamos un
capítulo especial. Como es natural , daremos pre-
ferencia en esta somera reseña á los templos que
existen para las necesidades del culto católico , y
después vendrá la enumeración de los edificios
civiles que pertenecen actualmente al Real Patri-
monio ó al Estado.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. —
Generalmente conocida con el nombre de iglesia
del Cristo , es ésta la parroquial de la parte baja
del pueblo. Hállase en la plaza de su nombre,
precedida de un gran atrio que se cierra al exte-
rior con una verja de hierro. Construyóse este
templo á expensas de la reina doña Isabel Farne-
sio, para que sirviera de tumulario á toda la po-
blación y que no entrara ningún cadáver en la
Colegiata , á excepción de los de personas Reales,
como así se verifica desde entonces. En 1752 fué
bendecida por el limo. Sr. D. Antonio Milon,
arzobispo de Edesa, abad de este Real Sitio y
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~46~
confesor de la Reina. Es una espaciosa iglesia,
compuesta de una grande y elevada nave cen-
tral, con capillas laterales, de las que son dig-
nas de mención las de la Soledad y Cristo del
Perdón, cuyos altares son de mármoles blanco
y sanguíneo. La última imagen es de bastante
mérito artístico y llama la atención de los in-
teligentes. En la primera capilla que hemos ci-
tado hay un sencillo sarcófago de mármol blanco,
donde yace el ilustre patricio zaragozano D. Ma-
nuel de Roda, ministro de Gracia y Justicia del
rey Carlos III, que murió en este Real Sitio el
30 de Agosto de 1772. Esta iglesia es de Patro-
nato Real , y Su Majestad sufraga los gastos del
culto y los sueldos del párroco, teniente y demás
dependientes.
Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. —
En terreno cedido por el rey D. Felipe V fué
edificada esta iglesia, á expensas de los cofrades de
la hermandad de los Dolores, dándose principio
á su fábrica el 15 de Mayo de 1743. Su arquitec-
tura es sencilla, pero no de buen gusto; consta
de una nave central, que tiene á sus costados
varias capillas, cortada por otra más pequeña en
dirección normal cerca del presbiterio. Los techos
son bóvedas de cañón seguido , apoyadas en pila-
res de mampostería que están adornados con pi-
lastras de yeso rematadas con capiteles jónicos.
Sobre ellas corre, al rededor de todo el templo,
un entablamento con cornisa denticulada ; y en
los intercolumnios se abren las entradas á las ca-
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— 47 —
pillas, coronadas por arcos carpaneles de arqui-
voltas molduradas.
En el altar mayor está colocada la imagen ti-
tular, escultura de regular mérito, trabajada por
don Luis Salvador Carmona. Atribuyese también
algún valor artístico á un cuadro de la sacristía,
que representa el nacimiento de Nuestro Señor.
La fábrica y culto están sostenidos por la her-
mandad y las limosnas de los devotos.
Iglesia de San Juan Nepomuceno. — Está
situada entre la plaza de Palacio y la del Teatro,
y fué construida en el reinado de Carlos III. Ben-
díjola, eii 1779, el arzobispo de Selimbria, abad
de este Sitio. Cedió el terreno generosamente
Su Majestad , y también los infantes D. Gabriel
y D. Antonio hicieron graciosa donación de toda
la piedra labrada que sobró después de edificarse
la Casa de Infantes. No tiene particularidad digna
de especial mención, á no ser la de que posee
una reliquia del santo titular, remitida en 1773
por el ilustrísimo Cabildo de Praga á petición del
Marqués de Valdecarzana.
Capilla de la Orden Tercera.— -Esta pequeña
capilla, que no contiene nada notable, está situa-
da en la plaza del Cristo , y primitivamente estu-
vo destinada para la administración de sacra-
mentos á los enfermos del Hospital, cuando éste
se hallaba dentro de la población. Fué cedida
por S. M., en 1736, á la archicofradía sacra-
mental de Animas, sin perjuicio de seguir pres-
tando los servicios de su primer instituto , y
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cuando aquélla se trasladó áJa iglesia del Cris-
to, á la Venerable Orden Tercera de San Fran-
cisco.
Iglesia del Convento. — A expensas de Su Ma-
jestad la reina doña Isabel, se empezó á construir
en los últimos años de su reinado este bello templo
de estilo indefinido, aunque recuerda al gótico en
sus proporciones ; pero no habiendo podido ter-
minarse más que su parte exterior, no ha sido
abierto al culto. Los muros que sostienen su es-
paciosa y única nave son de sillería hasta la em-
pizarrada cubierta, y en el lado opuesto al ábside
se levanta la gallarda y esbelta torre, construida
también con granito labrado. Estaba destinada
esta iglesia, situada en la calle de los Baños,
para el convento de monjas concepcionistas-fran-
ciscas , que se hallaba contiguo, ocupando el anti-
guo edificio de la Calandria, que, vendido en el
período revolucionario, pertenece ahora á un
particular.
Casa de Canónigos. — Después de Palacio es
el mejor edificio de lar población. Tiene forma
cuadrada , con 68 metros de lado y un gran patio,
de la misma forma, en el interior. Debe su nom-
bre á que primitivamente se destinó para habita-
ciones del abad y canónigos de la Colegiata. Ha
sufrido tres incendios: el primero, en i6 de Fe-
brero de 1754; el segundo, en 11 de Agosto de
1787, y el tercero y más destructor, en 24 de
Noviembre de 1808, pues no quedaron más que
los cimientos. Se reedificó en los últimos años del
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— 49 —
reinado de Fernando VII, 'construyéndola de tal
modo, que ha quedado dividida por cuatro altos
muros, que desde los cimientos van hasta más
arriba de la cubierta, en otros tantos depar-
tamentos independientes , pudiéndose así locali-
zar el fuego, en el caso de que ocurriera un
nuevo incendio, evitando la ruina total del edi-
ficio.
Al presente se alojan en sus dos pisos altos,
durante la jornada de verano, los altos empleados
de Palacio, patriarca de las Indias y ministros
de la Corona ; el bajo se destina á oficinas de los
distintos ramos.
Casa de Oficios. — Tiene forma rectangular,
con tres patios en su interior, y está en comuni-
cación con palacio. Consta de tres plantas: la
baja, en la que están instaladas las cocinas y de-
pendencias de repostería y ramillete, y las dos
altas destinadas á habitaciones de la servidumbre
de Palacio. .
En el cuerpo que establece la comunicación de este edifi-
cio con Palacio hay un portalón con dos entradas opuestas
en forma de medio punto , que se denomina A reo del Infante^
por el cual se puede pasar desde la parte superior de la plaza
de Palacio á la entrada principal de los jardines sin necesi-
dad de bajar hasta la calle del Rey. Sólo está abierto durante
el verano.
Reales Caballerizas.-— Este edificio, destina-
do al servicio que su nombre indica, es de forma
rectangular, ocupando los lados menores dos tor-
res empizarradas. Su fachada está caprichosa-
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— 50 —
mente pintada, y ostenta en su centro un gran
escudo de armas trabajado en yeso.
Cuartel de Guardias. — Está formado por un
cuerpo central , terminado á los costados por dos
alas que concluyen en torres simétricamente si-
tuadas con respecto á las del edificio antes men-
cionado. Se construyó en los años de 1762 al 65,
á expensas de la reina viuda doña Isabel Farnesio.
Actualmente sirve para el escuadrón de escolta
Real y Guardias Alabarderos.
Las fuerzas del ejército que guarnecen este
Real Sitio durante la jornada, se alojan en otros
cuatro cuarteles : el de Pabellones^ en la plaza
de Palacio; el de Bóvedas^ inmediato á la puer-
ta del Campo; el Pojaron^ situado en las afue-
ras de la población, y el de Artillería, adosado
á la tapia occidental, frente ala Fábrica de Cris-
tales,
Casa de Infantes. — Fué mandada construir
por Carlos III, para* que habitaran en ella los in-
fantes D. Gabriel y D. Antonio con sus familias,
en el año 1770. Es de gusto severo y sencillo,
midiendo su gran fachada principal 129 metros
de longitud. Tiene en el interior tres patios es-
trechos, circundados de arcadas de sillería. Sus
tres plantas pertenecen: la principal, al Real
Patrimonio; la segunda, á la serenísima señora
infanta doña Cristina, viuda del infante D. Se-
bastian, y la baja, cocheras y cuadras, á am-
bos partícipes. En las habitaciones que son pro-
pias del Real Patrimonio viven la mayor par-
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— si-
te de los empleados de la Administración y al-
gunos de la servidumbre de Palacio durante el
verano.
Teatro. — Primitivamente era este edificio de
particulares. Carlos III lo compró y perteneció al
Real Patrimonio muchos años, hasta que se ven-
dió, durante el período revolucionario, á una
empresa privada, que actualmente lo explota des-
pués de haber introducido grandes mejoras en el
decorado y mobiliario de la sala y escenario. En
él actúan, durante el verano, algunas compañías
dramáticas.
Extramuros de la población hay también edificios de la
Corona, cuya descripción haremos en las siguientes líneas.
Fábrica de cristales. — Contiguo á la puerta
del Horno se levanta el grandioso edificio , man-
dado construir por el rey Carlos III con arreglo á
los planos de sus arquitectos D. Bartolomé Real
y D. Juan de Villanueva, á* consecuencia de ha-
berse destruido por el fuego, en 1736, la primiti-
va fábrica, situada en el interior de la población.
Ocupa un espacio rectangular de 133 metros de
ancho por 150 de largo; al lado Norte y dentro
del edificio hay una gran plaza , que sirvió para
lidiar novillos en tiempo de Fernando VII, ade-
mas de diez patios, uno de los cuales sirve para
depósito de leñas.
La fabricación del cristal , que se remonta en
nuestro país á tiempos muy remotos , puesto que
hay objetos de esta materia romanos y árabes,
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— 52 —
empezó á florecer en el siglo xvi , sobre todo en
algunos pueblos de Cataluña, como Barcelona,
Cervelló y Mataró , cuyos objetos de cristal com
petian con los muy celebrados de Venecia. Feli-
pe V fué gran protector de esta industria, y man-
dó establecer una fábrica por los años de 171 2 á
1718 en el Nuevo Baztan, pueblo de la provincia
de Madrid , trayendo del extranjero operarios y
artefactos; pero como escaseaba el cumbustible en
aquel punto, fué preciso trasladarla á Villanueva
de Alcorcon , en la provincia de Cuenca.
* De las ruinas de esta fábrica, dice Larruga en
sus Memorias , nació la espléndida de San Ilde-
íonso. » En este punto trabajaba ya un catalán lla-
mado Ventura Sit, desde el año 1728, sobretodo
en espejos , y habiéndose granjeado la protección
de los reyes fundadores, le pusieron al frente
de una fábrica que á sus expensas mandaron es-
tablecer. El activo é industrioso Sit empezó por
fabricar espejos que* sólo median 30 pulgadas,
pero con los recursos de su ingenio , y valiéndose
de una máquina de pulimentar, inventada por
otro catalán llamado Pedro Fronvilla , concluyó
por hacerlos de 145. Esta pequeña fábrica sufrió
dos incendios , y á consecuencia del último , man-
dó construir Carlos III la que actualmente existe.
En 177 1 empezó la fabricación del vidrio hueco,
bajo la dirección de Eder, sueco , y Sivert, fran-
cés. Otra sección para la elaboración de esta mis-
ma clase de objetos fué confiada á D. Segismundo
Brun, hannoveriano , que desde su primera edad
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— 53 —
vino á la Granja , y á quien se debe la invención
del dorado á fuego.
La mayor parte de los objetos fabricados eran
de cristal trasparente é incoloro, de un estilo
francés muy marcado y estaban ricamente talla-
dos y grabados , ó adornados con oro ; pero tam-
bién se elaboraban de vidrios de colores y esmal-
tados , aunque no en tan grande escala. Se hicie-
ron ademas , en esta época , preciosas arañas y
candelabros al estilo veneciano, ricamente ador-
nados con flores de colores, y vidrios planos para
los palacios Reales.
La fabricación , que desde el año 1734 corria á
cargo del Real Patrimonio, empezó á decaer á
principios del presenta siglo, y en 1829 se entre-
gó á la industria privada. Varias empresas parti-
culares se han sucedido desde entonces en la ex-
plotación de la fábrica , pero sin obtener resulta-
dos pecuniarios que sirvieran de estímulo para^
proseguir la fabricación. Por esta causa ha sido
abandonada varias veces, permaneciendo cerrado
el edificio largos períodos de tiempo, y sufriendo
grandes deterioros , sobre todo en la época revo-
lucionaria , en la que el Estado no se cuidó de
practicar en él la más pequeña obra de repara-
ción.
Después de la Restauración ha sido arrendado
con todos sus útiles y artefactos al inteligente y
activo industrial D. Luis Bourgon, que en el
vecino pueblo del Espinar posee una fábrica de*
igual clase, repartiéndose las campañas entre am-
5*
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I
— 54 —
bas. El Real Patrimonio se obligó á hacer todas
las obras que reclamaba con urgencia el lamenta-
ble estado en que se encontraba el edificio, y á
suministrar al arrendatario las leñas de que tu-
viera necesidad. Desde entonces funciona la fá-
brica, sin más interrupciones que las indispen-
sables, con gran beneficio de la clase jornalera
que en ella encuentra colocación lucrativa y se-
gura.
La fabricación se limita en la actualidad , casi
exclusivamente, ala de cristal plano y algunos fa-
nales, para cuya elaboración funciona un solo hor-
no , situado en la grandiosa nave que ocupa todo
el frente del edificio. En otros departamentos es-
tán las carquesas para la torrefacción de las leñas,
los hornos de extender, donde se aplanan los man-
chones ; los molinos, movidos por fuerzas hidráu-
licas, para la trituración del cuarzo, casco, arci-
llas refractarias y demás materiales que se em-
plean en la fabricación, así como el depósito de
leñas y los almacenes de primeras materias y de
productos elaborados.
Inviértense sumas respetables cada año en la
adquisición de aquellas sustancias, que quedan
todas en el país, sin tener que recurrir á la im-
portación del extranjero , pues las arenas son de
Espirdo y Bernuy, las arcillas refractarias de
Brieva, pueblos de esta provincia, y el sulfato
de sQsa procede de Cerezo, de Rio Tirón, pro-
•vincist de Burgos. Anualmente se consumen unas
2.000 cárceles francesas de leña de pino, pro-
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— 55 —
cedente de los despojos de cortas en el pinar de
Valsain.
Todas las dependencias de la fábrica se hallan
en el piso bajo del edificio; en las innumerables
habitaciones del principal viven el director y
operarios de la fábrica y muchos guardas y de-
pendientes del Real Patrimonio.
Hospital y casa de baños. Este edificio se
fundó el año 1785, en el sitio que hoy ocupa, que
es una espaciosa pradera inmediata á la carretera
de Tres Casas. En 1811 , á causa de la guerra de
la Independencia, tuvo que cerrarse, continuando
así hasta el año 1828. Desde ese tiempo hasta
principios del 1835 estuvo abierto y asistido por
hermanas de la Caridad ; pero en esta fecha y por
efecto de la guerra civil que ardia en nuestro
país, ó de su mucho coste , se mandó nuevamente
cerrar de Real orden. Durante la Revolución,
este edificio pasó á dominio privado ; pero anula-
da su venta por el Estado, volvió á incautarse de
él la Corona, que lo cedió en 1878 al Ayunta-
miento. En su poder se encuentra actualmente
destinado á casa de socorro y hospital muni-
cipal.
En el mismo edificio , pero con completa inde-
pendencia y separación, se ha instalado un esta-
blecimiento balneario , cómodo y limpio , que se
abre al servicio público durante el verano.
Hotel del Duque. Inmediato al paseo del ca-
mino de Segovia , que tan concurrido se ve en las
tardes de verano, y precedido de un pequeño jar-
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- 56 -
din inglés, cerrado por verja de hierro al exterior,
hay un hotel construido con arreglo al gusto mo-
derno por el señor Duque la Torre, á quien per-
teneció algún tiempo este terreno.
Contiguo al edificio por la parte de Poniente
se extiende un parque inglés entre la menciona-
da carretera de Segovia y el paseo de Bolonia.
Para construirle hubo que hacer grandes obras de
saneamiento , porque el terreno era muy panta-
noso. Anulada la venta de la finca el año 1877, y
previa indemnización de mejoras, ha pasado á ser
nuevamente propiedad del Real Patrimonio , así
como los edificios que contiene.
Casa de la Mata. En la parte más elevada de
la mata de San Ildefonso existia de antiguo una
casa , que restauró y aumentó con varias depen-
dencias el señor Duque la Torre, con virtiéndola
en una granja agrícola. En la actualidad está
ocupada por una pareja de guardas del Real pinar
de Valsain.
Cementerio. Primitivamente, se daba sepultu-
ra á los cadáveres en el atrio de la iglesia del
Cristo; pero siendo insuficiente este local por el
incremento siempre creciente de la población , y
en razón á los daños que pudiera ocasionar á la
salud pública un cementerio situado en el centro
del pueblo, contra todas las prescripciones de la
higiene , mandó el rey Carlos III que se constru-
yese uno nuevo en las afueras de la población,
hacia la parte del Norte, y á distancia como de
un kilómetro. Está constituido por un recinto
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— 57 —
rectangular de 25 metros de ancho y 48 de lar-
go, siendo su extensión proporcionada á la del
vecindario. Atendiendo al mal estado en que
se encontraba , fué preciso restaurarle el año
1830, construyéndose tres órdenes de nichos,
apropiados á las distintas categorías de las per-
sonas cuyos cadáveres habrían de contener.
VALSAIN
Este pequeño pueblo, situado á 3 kilómetros
de San Ildefonso , al lado de la carretera de Vi-
llalba y orillas del rio del mismo nombre , cons^
tituye un lugar anejo de aquél, con su alcalde pe-
dáneo. Está constituido por unas cuantas casas
del Real Patrimonio, donde se alojan los guardas
del pinar, y por varias de particulares, ocupadas
por maderistas, aserradores y otros operarios de-
dicados á la industria de la corta y labra de ma-
deras. La etimología del nombre que lleva ha sido
objeto de varias opiniones.
Colmenares, en sn Historia de Segovia^ página
67, dice al hablar de los límites de aquel obispa-
do: «El punto y término oriental es Valde-Ame-
lo, que una bula llama Valathome; el rey Don
Alonso, el Sabio^ pone puerto y venta de Vala-
thone, junto á la Fuenfría, tres leguas distante al
Oriente de nuestra ciudad, en un privilegio que
dio á las ventas de los puertos en el año 1273, y
acaso entonces se nombraba Valde- Amelo el que
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' - 58 ~
hoy Val Sabin^ por la abundancia de sabinos,
árbol que en arábigo se nombra Abbel.» Hoy está
generalmente admitida esta etimología, por más
que al presente no exista ni un solo ejemplar de
ese árbol que tan abundante se supone en anti-
guos tiempos, siendo probable que se le haya
confundido con el jabino, arbusto que se encuen-
tra con profusión, sobre todo en la parte alta
del pinar.
El pueblecillo de Valsain no tiene más impor-
tancia que la del valor histórico de su arruinado
palacio donde antiguamente habitaron los reyes
de Castilla durante algunas temporadas. Se hace
remontar su construcción al año de 1270, pero
ignoramos con qué fundamento, pues el primer
rey de que hay noticia viniera á ocuparle es En-
rique III. En la primera época del dominio de la
casa de Austria sufrió grandes reformas y mejo-
ramientos, como lo prueba el estilo arquitectóni-
co de las partes que aun se conservan en pié y los
escudos de armas imperiales de aquella casa que
se ven encima de algunas puertas y claves de ar-
cos. Sus reyes, sobre todo Felipe II, gustaban mu-
cho de este sitio, y en él pasaban grandes tempo-
rabas dedicados á la caza , que en abundancia se
encontraba en el Pinar, y en el Parque y Bosque-
cilio, que eran dependencias del palacio. Fué
habitado también por Felipe V antes de la fun-
dación del Real Sitio de San Ldefonso, y mien-
tras éste se construia; y data de aquella época el
cerco de piedra del Parque donde después , en el
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— 59 —
reinado de Carlos III, se encerró un notable y
raro venado blanco que regalaron á este monarca.
Ademas del palacio, designado antiguamente con
el nombre de Casa del Bosque^ habia otras depen-
dencias para alojamiento de tropas y ballestería, y
en el mismo pueblo se montaron los talleres de
escultura y fundición cuando 5e comenzaron las
obras de los jardines en San Ildefonso.
Fué vendido el palacio en 187 1 por el Estado
al mismo tiempo que las matas de Valsain, el
Parque y Bosquecillo ; en esa época se restauró
uno de los torreones. Diez años después lo com-
pró nuevamente el Real Patrimonio, sin otro ob-
jeto que reincorporar á la Corona el antiguo pala-
cio de los Reyes de Castilla, como un monumen-
to histórico digno de conservarse.
PRADERA DE NAVALHORNO
Al otro lado del rio y de la carretera de Villal-
ba, enfrente de Valsain, ácuya jurisdicción cor-
responde, existia una desordenada aglomeración
de chozos y talleres de madera, ahumados, su-
cios y de malas condiciones higiénicas, situados
en una pradera pantanosa de la mata de Naval-
horno, y constituyendo un conjunto de pobre y
desagradable aspecto. Allí se alojaban los indus-
triales dedicados á la compra de pinos de Valsain
y elaboración de la madera, así como sus depen-
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— 6o —
dientes y jornaleros. Tan mezquino pueblo, que
más simulaba aduar de gitanos ó ranchería de sal-
vajes , que lugar habitado por gentes civilizadas, ha
sido totalmente trasformado, merced á la munifi-
cencia de Su Majestad , al celo de su intendente ge-
neral, y á la actividad é inteligencia del inspec-
tor general del Cuerpo de Montes y de los del
Real Patrimonio, Excmo. Sr. D. Roque León del
Rivero, en una bonita población industrial con
calles anchas y rectas, provistas de paseos con
árboles, donde cada maderista tiene señalada su
parcela, cercada de valla, y en su holgado recin-
to tienen establecidas sus viviendas, talleres y
boyerías, construidas todas conforme á un mo-
delo sencillo y de buen gusto. El terreno ha sido
completamente saneado por un inteligente traza-
do de alcantarillas, tajeas y tubos de drenage,
ganando en salubridad la población allí estable-
cida, y pudiéndose aprovechar más del doble del
terreno que antes estaba destinado á este servicio.
Real taller de aserrío mecánico. — No con-
tento con las importantes mejoras de que acaba-
mos de hablar^ el Real Patrimonio ha instalado
un magnífico taller de aserrío mecánico, movi-
do por vapor y dotado de los mejores aparatos
que se construyen en el extranjero, con el fin
de abaratar el precio de elaboración , desterran-
do el caro, lento y primitivo aserrío á mano.
Hace unos cuantos meses que lleva ya funcio-
nando con el mejor resultado , sobre todo para
los maderistas, que en el precio de fabricación
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— 6i —
economizan más del 30 por 100 del que antes pa-
gaban por el aserrío á mano.
El edificio , construido con la solidez y severi-
dad que exigen los de su clase , consta de un cuer-
po central prolongado, que mide 48 metros de
longitud y 16 de anchura, terminándose lateral-
mente por dos cuerpos más pequeños que avan-
zan 4 metros sobre el paramento del central. En
éste se hallan instaladas todas las máquinas-her-
ramientas ; en el lateral de la izquierda , las cal- .
deras y máquina de vapor , y en el de la derecha,
el taller de reparaciones y oficinas en la planta
baja, y las habitaciones de los empleados en la
principal.
El motor consiste en una máquina de vapor
horizontal, sistema Corliss, de expansión varia-
ble y condensación , á la cual se puede acoplar,
mediante un pequeño desembolso , otra máquina
gemela para actuar sobre el mismo volante, du-
plicándose de este modo la fuerza de 90 caballos
que produce la que actualmente fuacioná , cuan-
do fuera necesario. La distribución del vapor se
hace por medio de válvulas, vanándose el tiempo
de admisión por medio de unas varillas qué mue-
ve el regulador automático de fuerza centrífuga.
El cierre rápido de las válvulas , para que la ex-
pansión sea completa, se obtiene con unos bom-
bines que han sustituido con ventaja á los anti-
guos resortes metálicos de este sistema. Ha sido
esmeradamente construida por el acreditado fa-
bricante M. Prosper VanderKerchove, de Gand
6
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— 62 —
(Bélgica), y merece los elogios de cuantas perso-
nas inteligentes han tenido ocasión de exami-
narla.
El volante de la máquina, de 4^,92 de diáme-
tro, da 60 revoluciones por minuto, trasmitiendo
una velocidad de 200 al árbol general motor, que
corre á todo lo largo del edificio , por debajo del
piso de la sala de máquinas-herramientas. Esta
disposición del árbol, ademas de proporcionar á
éste una gran estabilidad , se recomienda porque
el taller no está cruzado por todas partes con las
correas motrices, como sucede cuando las trasmi-
siones son altas, desapareciendo de este modo
muchos peligros, y favoreciendo las manipula-
ciones por el mayor espacio libre de que se dis-
pone.
Las calderas son tubulares, inexplosibles , del
sistema de M. de Naeyer, de Willebroeck (Bél-
gica), quien ha montado ya muchas de esta clase
en el extranjero, y también en España, pues su
uso se generaliza con prodigiosa rapidez, por las
muchísimas ventajas que proporciona, y que pue-
den resumirse en las siguientes : i .*, desaparición
del peligro de las grandes explosiones , aun tra-
bajando á presiones de 9 y 10 atmósferas; 2.*, gran
superficie de calefacción, que permite obtener
vapor, con la tensión necesaria, en menos de
media hora; 3.*, aprovechamiento máximo del
calor del hogar por la circulación de los gases de
la combustión por entre todos los tubos de agua,
saliendo á los conductos de humos y á la chime-
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-63 -
nea con una temperatura relativamente baja;
4.*, imposibilidad de que la llama esté en contac-
to con partes privadas de agua; 5.*, espacio muy
reducido que ocupan; 6.*, facilidad para que la
rejilla del hogar admita toda clase de combusti-
bles , incluso el serrín. El que producen las má-
quinas de aserrar es recogido y trasportado mecá-
nicamente hasta las calderas, donde se quema,
por una tela sin fin que funciona en el sótano del
árbol general motor. Todavía hay un sobrante de
serrin que hay que sacar del taller , de modo que
el motor de éste no cuesta absolutamente nada,
al igual de los naturales , sobre los que tiene la
ventaja de su regularidad y constancia.
Como la máquina de vapores de condensación,
puede trabajar con una pequeña presión , que re-
gularmente no excede de 3 1/2 á 4 atmósferas ; y
aquella circunstancia contribuye á una conside-
rable economía de combustible , pues el agua de
alimentación entra en la caldera con una tempe-
ratura de 30 á 35*» c.
En la sala de máquinas de aserrar, cepillar,
machihembrar y moldurar trabajan las siguien-
tes, que pertenecen á todos los mejores modelos
conocidos en el dia. Todas, excepto dos, pro-
ceden de la acreditada casa de Ransome, Lon-
dres.
Núm. I. — Sierra vertical de doble bastidor^
que admite un número máximo de 32 hojas, y
donde , introducidas las trozas , salen convertidas
de una vez en tablas del grueso que se desee. Las
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-64-
cabezas de las trozas se apoyan , por una extre-
midad, en un cilindro acanalado que mueve la
máquina, y por la otra en un carro montado so-
bre rails. La velocidad de marcha automática de
las trozas se gradúa con suma facilidad variando
la posición de la excéntrica que regula el movi-
miento de avance, y puede estar comprendida
^ntre i y 4 pies ingleses por miputo. Los bastido-
íes porta-hojas dan 140 golpes por minuto, y ad-
miten trozas de 67 centímetros de diámetro. La
fuerza máxima que consume esta máquina es de
15 caballos de vapor.
Núm. 2.-^ Sierra circular dodle. Trabaja, en
combinación con la anterior para cortar á un
mismo ancho las tablas por ella producidas , cuan-
do no se escuadran de antemano las trozas , y para
obtener los listones de entarimado y para moldu-
ras. Las tablas avanzan automáticamente por me-
dio de unos topes impulsores que siguen el mo-
vimiento de una cadena sin fin. La distancia entre
las dos hojas circulares se arregla con prontitud y
facilidad moviendo una manivela, y como su
diámetro es de 26 pulgadas, se pueden cortar ala
vez varias tablas , siempre que su grueso total no
exceda de 8 ó 9 pulgadas. El movimiento de
avance varía desde 40 á 80 pies ingleses por mi-
nuto. Exige la máquina una fuerza motriz.de 8
caballos.
Núm. 3. — Sierra inglesa de cinta 6 sin fin.
Estas sierras, que se recomiendan por el poco
tiempo que invierten en el aserrío, y la fuerza re-
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-65 ~
lativamente pequeña que consumen , fueron in-
ventadas en Francia, pero nunca se emplearon
allí para trabajar trozas de gran diámetro, porque
se creia, infundadamente, que eran indispensa-
bles para ese objeto hojas de 6 á 8 pulgadas in-
glesas de anchura , que son excesivamente caras y
de muy dificultoso arreglo, ño disponiendo de
un personal de gran práctica. Monsieur Ranso-
rae ha resuelto, sin embargo, el problema de
aserrar troncos de 4 á 5 pies ingleses de diámetro
con hojas de 3 pulgadas de ancho, que cuestan
una módica suma y pueden ponerse en orden
fácilmente por un obrero medianamente práctico.
La que existe en el taller, construida por ese
fabricante, está destinada á trabajar las mayores
trozas que no pueden entrar en la vertical. Se
colocan sobre un carro automático , movible sobre
rails, y que es susceptible de un movimiento
lento de avance, variable desde 5 á 20 pies ingle-
ses por minuto, y de otro rápido de retroceso,
para cuando se termina cada hilo , de 80 pies en
igual tiempo. Admite troncos de 60 pulgadas in-
glesas de diámetro y 30 pies de longitud, consu-
miendo una fuerza máxima de 9 caballos.
Núm. 4. — Sierra vertical de un solo bastidor.
Es semejante su mecanismo á la del núm. 1 , y
fué construida por Dowell, empleándose en el
taller para deshilar ó escuadrar las trozas que han
de convertir en tablazón las sierras circulares.
Exige una fuerza máxima de 9 caballos.
Núm. 5. — Sierra circular sin movimiento au-
6»
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— 66 —
tomático de avance. Admite hojas hasta de 36
pulgadas inglesas de diámetro , que giran con una
velocidad de i. 000 revoluciones por minuto. Está
destinada á la elaboración de todas las clases de
tablazón , como tabla de gordo , de pulgada , ta-
bleta, hoja y ripia. Exige una fuerza de 6 ca-
ballos.
Núm. 6. — Máquina de cepillar y machihetn-
brar. Puede cepillar solamente , y también ma-
chihembrar, tablas hasta de 12 pulgadas inglesas
de ancho por 4 de grueso. En una hora se hacen
1.200 pies longitudinales de tabla ó listón de en-
tarimado. Necesita una fuerza motriz de 6 caballos.
Núm. 7. — Máquina de cepillar^ machihembrar
y moldurar. Es un precioso y sencillo modelo de
esta clase de máquinas , que hace el mismo tra-
bajo que la anterior, pero cepillando á un tiempo
las cuatro caras de las tablas, y ademas toda es-
pecie de molduraje en piezas que no excedan de
9 pulgadas inglesas de ancho por 3 de grueso.
Los ejes que llevan los juegos de cuchillas giran
con la vertiginosa velocidad de 4.000 revolucio-
nes por minuto, la que contribuye á la buena
labor que hace. Á juicio de personas entendidas,
los listones con junquillo para entarimados, y las
molduras que ejecuta esta máquina, compiten
con los que proceden del Norte , tanto en bondad
como en precio. Pueden trabajarse con ella 1.800
pies de tabla ó moldura en cada hora de trabajo,
consumiendo la misma fuerza que la máquina an-
terior.
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— 67 -
Núm. 8. — Sierra circular con movimiento au-
tomático de avance. Admite hojas hasta de 48
pulgadas inglesas de diámetro, y consume una
fuerza máxima de 9 caballos.
Núm. 9. — Sierra de cinta. Pequeño modelo
construido por la Maquinista Valenciana , de los
Sxes. Climent y Alcalá. Se usa para obtener las
piezas pequeñas de tablazón , y consume 3 caba-
llos de fuerza.
Ademas de las anteriores máquinas hay tres
afiladoras para las hojas rectas y circulares y para
las de cinta de la sierra inglesa. El trabajo se eje-
cuta con la mayor brevedad y perfección por me-
dio de discos giratorios de esmeril , que producen
muy buen corte y endurecen los dientes, pudien-
do asegurarse que con ellas hace un solo operario
el trabajo de seis que afilen con lima, y con mu-
cha mayor economía.
. Para hacer las pequeñas reparaciones que ocur-
ran en las máquinas , existe un taller de herrería
provisto de fragua con ventilador , torno , taladro
y máquina de cepillar, cuyos aparatos pueden
moverse con el motor general, ó bien con una
pequeña máquina de vapor horizontal de 6 caba-
llos, instalada en el mismo taller de herrería, para
el caso de que no pudiera funcionar la grande.
Esta misma pequeña máquina puede poner en
movimiento el árbol motor de las afiladoras.
Respecto á la cantidad de trabajo que puede
hacerse en el Real Taller, consignaremos los si-
guientes datos ; en cada dia de diez horas de tra-
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— 68 —
bajo se llegará á aserrar y elaborar completamen-
te, en cuanto el personal adquiera la práctica
necesaria, 120 trozas de 16 pies de largo, que
equivalen á 32 pinos de 60 pies longitudinales de
tronco; y como pueden calcularse 280 dias de
trabajo en el año , el número de pinos que se
puede aserrar en ese tiempo es de cerca de 9.000,
que es casi el número total de los que anualmen-
te se cortan en el Pinar.
Un gran depósito de aguas , con 800 metros
cúbicos de capacidad , que se ha construido en las
inmediaciones del Taller, á 18 metros sobre su
nivel, suministra el agua necesaria para el servi-
cio de la máquina de vapor y demás artefactos, y
para el riego de la plantación lineal, así como toda
la que fuera precisa en caso de un incendio para
alimentar las numerosas bocas de riego que se
hallan convenientemente distribuidas por las in-
mediaciones del Taller y de los almacenes, y por
las que el agua puede salir con gran violencia,
impulsada por una presión de 2 atmósferas.
La saca de maderas elaboradas y la introduc-
ción de trozas para aserrar se hace rápida y econó-
micamente, merced á un sistema de pequeñas
vías férreas , cuyo desarrollo total es de unos 800
metros.
Debemos hacer constar, por último, que el
proyecto de esta grandiosa fábrica, cuya idea fué
aceptada y protegida con eficacia por el excelentí-
simo señor Intendente general D. Fermin Abella,
se debe al Sr. Rivero , el cual visitó de antemano,
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-69-
comisionado por la Real Casa , los más notables
talleres de esta clase que existen en Inglaterra,
Holanda , Bélgica y Francia , y . algunos muy
acreditados de nuestro país.
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ría de los frailes , denominado ahora Patio de la
Fuente, De las caras N. y S. salen respectiva-
mente dos alas paralelas que dejan entre sí los
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— 72 —
huecos conocidos con los nombres de Patio de
coches y Patio de la Herradura, A la parte pos-
terior ú occidental se adosa la Colegiata, forman-
do un cuerpo saliente que avanza hacia la plaza
de Palacio; y una de las alas que parte de la cara
septentrional , hállase interrumpida por la anti-
gua Casa de Damas, edificada á fines del reinado
de Carlos III , y que cierra por el N. la parte más
alta de aquella plaza.
El Patio de la Herradura comunica con los
jardines y á ellos mira la fachada principal; al de
Coches se entra desde la Plaza de Palacio, Los
tres patios se unen entre sí por un largo corredor
que desde el de Coches pasa por debajo de la esca-
lera principal, atraviesa lateralmente el de la
Fuente y sale al de la Herradura por una puer-
ta de hierro que se abre en el centro de su fondo.
La fachada que da frente al parterre de Palacio
y la Cascada mide 155 metros de longitud, y se
compone de una parte central y dos laterales. La
primera, de 63 metros, corresponde al cuerpo
principal del edificio, y las segundas, á las alas que
de él parten limitando los patios.
Está formado el centro de esta fachada por un
solo orden de columnas y pilastras compuestas
que sostienen un sencillo entablamento sobre el
cual corre una balaustrada adornada con jarrones
de mármol. En medio, y constituyendo un miem-
bro arquitectónico que avanza un poco sobre el
paramento general, se levantan cuatro columnas
que sirven de apoyo , mediante el cornisamento,
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' Págs. 73 á 76.
FACHADA PRINCIPAL DE I'A
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CIO. — CUERPO CENTRAL
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— n —
á un ático rectangular , coronado también por la
balaustrada. Los tres intercolumnios que forman,
están ocupados por puertas de hierro, al nivel de
la planta baja , y por balcones volados en la prin-
cipal. En los cinco restantes de cada lado se abren
una puerta y un balcón en los dos primeros, y
ventana y balcón en los últimos.
Los fustes estriados de las columnas y pilastras
son de caliza roja de Sepúlveda; las bases áticas,
que reposan sobre zócalos de granito , y los capi-
teles, ricamente esculpidos, de mármol blanco.
El entablamento general se compone de : un ar-
. qui trabe de tres retallos, construido con granito
en forma adintelada ; friso completamente liso de
piedra roja; y cornisa, también de granito. La
balaustrada del coronamiento general , de caliza
roja, sirve de apoyo á jarrones de mármol blanco
adornados con guirnaldas. El ático rectangular se
compone de cuatro cariátides de mármol , que re-
presentan las estaciones del año, y que sostienen
con cabezas y brazos un entablamento igual al
general, coronado también por una balaustrada
que lleva encima trofeos guerreros. En el tímpano
del intercolumnio central se ven esculpidas en
mármol las armas de España y casa de Borbon,
reunidas por el Toisón de oro y cobijadas por la
corona real. En los otros dos de los costados se
representan, en medallones circulares, los retratos
de los reyes fundadores vestidos de guerreros ro-
manos.
Entre las ménsulas que sostienen los balcones
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- 78-
volados hállanse simbolizadas, en tres carátulas
de mármol , la Aurora , el Dia y la Noche.
La altura de la fachada hasta el entablamento
general es de 13,5 metros, y la del centro, com-
prendiendo el ático , de 22 ,3.
Las fachadas laterales ocupan una longitud de
45 metros cada una y son enteramente iguales. Se
componen de dos órdenes sobrepuestos de colum-
nas y pilastras; en el inferior hay columnas en los
costados y pares de pilastras en el centro , todas
de orden toscano; en el superior, pilastras jónicas.
El entablamento que corre sobre las dos series de
apoyos es igual al que anteriormente hemos des-
crito. En los intercolumnios de arriba se abren
balcones cuyas jambas cortan é interrumpen el
primer cornisamento; en los de abajo, puertas y
ventanas alternadas. Todas las partes de colum-
nas y pilastras son de caliza roja de Sepúlveda,
mientras que el zócalo inferior , los arquitrabes y
cornisas , así como las jambas , dinteles y guarda-
polvos , de granito. Estos últimos , por sus formas
y adornos , corresponden al estilo del Renacimien-
to en su período de decadencia.
Para esta fachada general no hay punto de vista
desde donde pueda abrazarse su conjunto, pues el
parterre de Palacio no tiene más anchura que la
de la parte central, prolongándose las nutridas
filas de corpulentos tilos , que lo limitan lateral-
mente, hasta muy cerca del edificio, contra todas
las reglas del trazado de jardines. Desde la meseta
superior de la Cascada se ofrece á la vista el cen-
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— 79 —
tro de la fachada , produciendo un efecto bastante
agradable sus altas columnas y pilastras y el ele-
gante ático del coronamiento. La esbelta cúpula
de la Colegiata, que detras del edificio se levanta
gallardamente , contribuye á la belleza de la pers-
pectiva. Hemos de hacer notar, sin embargo, un
grave defecto arquitectónico cometido al trazar
esta fachada. Las columnas y pilastras pertenecen
al orden compuesto , es decir , al que requiere más
lujo y riqueza de ornamentación, y no obstante,
el friso del entablamento se presenta completa-
mente liso y privado de adornos , más pobre que
el del más sencillo y severo de los órdenes griegos,
el dórico, con sus metopas y triglifos.
La idea de esta fachada central débese al abate
Juvara, arquitecto italiano que vino á España en
tiempo de Felipe V para formar los planos de al-
gunos palacios Reales ; pero habiéndole sustituido
en 1736 su discípulo Saqueti , éste la delineó y tra-
zó definitivamente. Su construcción fué posterior
á la del edificio , debiéndose haber verificado ha-
cia el año 1739, pues cuando Belando visitó este
Real Sitio , un año antes , todavía estaba en pro-
yecto. El coste ascendió á 3.360.000 reales.
Las fachadas laterales corresponden á la época
de la construcción de Palacio , y no son de buen
gusto. La sobreposicion de órdenes distintos de
arquitectura, y sobre todo , la interrupción del en-
tablamento inferior por las jambas de los balco-
nes , sin que se encuentre una razón plausible para
esta falta, indican una decadencia de la sencilla y
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— 8o —
elegante arquitectura griega, que principió con
los romanos y llegó á su apogeo en el período del
Renacimiento.
La fachada del Patio de la Herradura es toda
de granito, realzada con medias columnas de ca-
piteles jónicos adornados. En los intercolumnios
se abren hornacinas , que primitivamente debieron
destinarse para colocar estatuas, pero que carecen
de ellas al presente. A la extremidad de las alas
laterales y mirando al interior del patio hay dos
puertas, precedidas de pequeñas escalinatas de
granito , que dan ingreso al interior del edificio ; y
en el lienzo del fondo , tres con verjas de hierro,
de las que sólo la del centro puede abrirse , y por
ella se penetra en el pasillo de comunicación con
los patios de la Fuente y de Coches, Toda la or-
namentación de los cuerpos laterales es puramen-
te barroca y de mal gusto ; la del fondo puede
considerarse como perteneciente al segundo pe-
ríodo del Renacimiento.
Entrando por la puerta del fondo, se pasa al
patio de la Fuente^ que era el claustro de la casa-
hospedería en tiempo de los frailes Jerónimos,
como ya hemos dicho. Está circundado por un
pórtico de pilares de granito y dinteles rectos, que
constituyen un estilo de construcción sencillo al
par que severo ; y en el centro se levanta una
fuente cuyo origen se remonta también á aquellos
tiempos.
Las fachadas del patio de Coches y la general
del edificio por su parte posterior , ó que mira á la
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— 8i —
plaza de Palacio, recuerdan el estilo romano-espa-
ñol ^ que creó en el Escorial el genio inmortal de
Juan de Herrera, y son de apariencia agradable
por su seriedad. El mejor punto de vista para
abrazar el conjunto de la última , es el que corres-
ponde á la mayor anchura de la Plaza , desde don-
de se domina completamente el edificio, con sus
torres empizarradas á los costados, y la Colegiata
en el centro , coronada por su elevada cúpula y
las sencillas torres que la acompañan.
En la actualidad , la puerta principal de Palacio
se abre en esta fachada, á la izquierda de la Co-
legiata, y por ella se entra al Patio de Coches,
Dentro de éste, en la parte que mira al Norte,
está la del vestíbulo de la escalera principal. De
construcción sencilla , fórmase ésta de dos tramos
que se reúnen en la meseta superior. La gradería
es de granito , así como los pilares de la balaustra-
da que sostienen una barandilla de hierro pintada
de blanco y oro. Todo el hueco de la escalera va
coronado por una bóveda de media naranja rema-
tada por la linterna , donde se abren las ventanas
de iluminación. Esta escalera no existia en tiempo
de Carlos IV, como hemos tenido ocasión de com-
probar examinando unos planos de Palacio hechos
en aquella época , y su construcción debe atribuir-
se á Fernando Vil. Desde la fundación, la entrada
de Palacio debia estar situada en el Patio de la
Herradura^ donde venía á terminar el camino de
Valsain , que penetraba en los jardines por la puer-
ta de Cosío ó de los Baños de Diana.
7*
Digi
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— 82 —
Consta el Palacio de planta baja y principal : en
la primera se encuentran : la Galería baja de esta-
tuas^ una de cuyas piezas es el comedor, la Co-
mandancia general de Alabarderos, oficinas de la
Mayordomía Mayor, Telégrafo, Conserjería y otras
dependencias; la principal consta de la Galería
oficial^ destinada á recepciones, audiencias y con-
sejos de ministros , y de las habitaciones particu-
lares de S.S. M.M. y A.A.
Entrando en Palacio por su escalera principal , describire-
mos á continuación sus habitaciones, concretándonos á las del
piso alto y Galería de estatuas , que son las que se enseñan
cuando no está la corte, á todas las personas provistas de un
permiso que facilita la Administración Patrimonial. El orden
que adoptamos es igual el que se sigue para visitarlas; ad vir-
tiendo, en lo que respecta á la designación de los cuadros
que adornan las paredes, que su enumeración la haremos em-
pezando por la derecha, siguiendo por el frente y la izquierda
y concluyendo con el lienzo de la puerta de entrada.
Las habitaciones, cuyos números están escritos
en las placas de bronce de sus puertas, se hallan,
por lo general , decoradas con gusto. Los muebles
pertenecen en su mayor parte al estilo del Impe-
rio , sobre todo los de la Galería oficial; pero se
encuentran también otros más antiguos al gusto
de las épocas de Luis XIV, la Regencia y
Luis XV.
La colección de cuadros , especialmente de las
escuelas flamenca y holandesa , era riquísima, pues
la reina doña Isabel de Farnesio adquirió en Roma
para este Palacio el año 1735, por mediación del
pintor veneciano G. B. Pittoni y recomendación
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- 83 -
del abate Juvara, gran número de muy notables
cuadros de estas escuelas. Al crearse el Real Mu-
seo del Prado en 1829, los de más mérko que aquí
existían fueron trasladados á él por orden de Fer-
nando VII, contándose actualmente en su catálo-
go 351 cuadros procedentes de este Palacio, entre
ellos tres originales de Correggio, dos de Luca
Giordano , cuatro de II Guido , uno de Pablo Ve-
rones , seis de Tintoreto , uno de Claudio Coello,
16 de Murillo, dos de Ribera, cuatro de Velaz-
quez , cuatro de Van Dyck , 14 de Rubens y 24 de
Teniers.
Entre los cuadros de la primitiva colección que
actualmente existen no hay ninguno de gran mé-
rito; pero son apreciables los muchos que pintó
Michel Ange Houasse, de la escuela francesa, que
nació en París el año 1675 y murió en España el
1730, siendo primer pintor del rey Felipe V. En el
reinado de doña Isabel II, la empobrecida colec-
ción de pinturas del Palacio fué notablemente au-
mentada con la que compró al Marqués de Sala-
manca por los años de 1848 á 52.
Al hacer la descripción de los cuadros , distinguiremos con
la palabra (^firmado) los que contienen el nombre del autor,
visto por nosotros. A los demás les atribuimos el que, por
tradición ó por el estudio de su estilo, seles señala en los ca-
tálogos antiguos.
Las estatuas de mármol que enriquecian la Ga-
lería haja^ algunas griegas muy sobresalientes,
como el grupo de Castor y Pólux , forman la ma-
yor parte de las esculturas del Museo de Madrid,
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Fueron adquiridas en Roma por mediación del
célebre escultor veneciano Camilo Rusconi, y
procedian de la colección que formó la reina Cris-
tina de Suecia. Su importe de 12.000 doblones, ó
36.000 duros, fué satisfecho por los reyes don
Felipe V y doña Isabel Farnesio , á iguales partes.
ESCALERA PRINCIPAL
3 . 296 Una cacería de jabalíes. Representa un^.
jabalina y varios jabatos acosados por
una jauría de perros. Snyders?
3.29S Cacerías de osos. Snyders?
— Retrato de Felipe V. Tamaño natural,
armado de coraza y casco con plume-
ro y cabalgando sobre un caballo
blanco. Sobre su cabeza se cierne la
Victoria con un clarín en la mano y
en actitud de coronarle. En el último
término se representa un combate.
M. L. Van Loo-fec, 1737 (firmado).
Retrato de doña Isabel Farnesio. Hálla-
se bajo uri dosel de terciopelo verde,
en traje de corte y con manto Real.
Sobre una elegante mesa situada á su
derecha se ven la corona y el cetro,
atributos de la majestad Real. El fon-
do figura un salón adornado con co-
lumnas y estatuas. M. L. Van Loo-fec.,
1737 (firmado).
Van Loo fué pintor de cámara de Felipe V.
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-85 -
Los retratos de los Reyes fundadores proceden del Real Pa-
lacio de Madrid, y fueron traídos en 1881 por orden de S. M.
3.294 Cacería de venados. Snyders?
3.297 Un toro acosado por una jauría de per-
ros. Snyders?
467 X Rapto de Europa por Júpiter en forma
de toro. Europa se halla en actitud
de sentarse sobre él con la ayuda de
varias ninfas, después de haber ador-
nado sus cuernos con una guirnalda
de flores.
Este cuadro es copia del de Pablo Verones , que existe ori-
ginal eii Venecia.
472 ^ Retrato ecuestre del infante D. Felipe
de Borbon , duque de Parma. Monta
un caballo blanco, está vestido con
coraza, y le sigue ápié un negro que
lleva el casco. Molinareto.
473 'f Retrato de la princesa Luisa Isabel de
Borbon, duquesa de Parma, Cabal-
ga sobre un caballo negro, acom-
pañada de un paje negro que la pro-
teje del sol con una sombrilla. Moli-
nareto.
3 . 320 Dos perros daneses. Fondo , país.
1 . 949 País con cabras y vacas. Domenicho
Brandi (firmado).
Todos los precedentes cuadros, exceptuando los retratos de
los Reyes fundadores, vinieron del Palacio de Riofrioen 1881,
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— 86 —
Desde la meseta superior de la escalera se pasa á una pieza
que sirve de cuerpo de guardia á los alabarderos. Por las puer-
tas que hay en sus testeros se entra : por la de la izquierda, á
la Galería oficial^ y por la de la derecha , á las
HABITACIONES PARTICULARES
DE S. M. LA REINA
Pieza núm. i. Milagro de la multiplicación de
los panes y los peces.
— ^ Magdalena arrepentida.
444 ^ Tres cuadros con este número , que re-
presentan cabezas de mujer, pintadas
por doña Isabel Farnesio.
483 San Antonio de Padua. Pablo Matéis.
— Alegoría de la Iglesia militante. Copia
de un cuadro de Rubens, cuyo boce-
to existe en el Museo de Berlin. En
el de Madrid hay otra pintada por
Van Baaleh.
— Desposorios de San Joaquín y Santa
Ana.
932 ^ Santa María Magdalena con un crucifi-
jo en la mano.
703 ^ Una cacería de jabalíes.
— San Francisco Javier bautizando infieles.
— Jesucristo curando al paralítico.
983 ^ La Virgen con el niño Jesús. Ruscha.
— Una cabeza de niña.
48 ^ Cabeza de mujer, al pastel. Benedicto
Lucti.
8 Asunto bíblico.
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Págs. 87 á 90.
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— 91 —
22,2 ^ El anuncio del nacimiento de Jesús á
los pastores. Copia de Bassano (Jaco-
po da Ponte).
490 X La Sagrada Familia. Houasse.
955 X (Con color rojo.) Isaac bendiciendo á
su hijo Jacob , presentado con enga-
ño por su madre Rebeca. Sebastian
Conca.
229 X Asunto bíblico. Baseut.
939 X Huida de la Sacra Familia á Egipto.
Houasse.
Pieza núm. 2. Está tapizada con raso labrado,
fondo carmesí con dibujos blancos. Probablemen-
te data de la época de la fundación la decoración
de esta pieza.
503 X Baile campestre. Houasse.
52 * La pesca de la ballena (tabla). Compra-
do al Marqués de Salamanca.
— Paisaje. Rotondo.
— La Anunciación.
846 * País. Aguada.
— Representación mística de la Euca-
ristía.
202 Gruta de Posilipo. Aguada. Gaspare
Van Vitelli Roma, 1715 (firmado).
651 ^ Judit con la cabeza de Holoférnes.
365 * Un cuerpo de guardia de soldados fla-
mencos.
— El sacrificio de Isaac. A. Esquivel,
1846 (firmado).
— País con dos garzas reales.
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— 92 —
— País con un rio. F. Ferrant (firmado).
52 * Una marina (tabla). Comprado al Mar-
qués de Salamanca.
— Un florero. Miguel Parra, 1846 (fir-
mado).
— San Pablo. Comprado al Marqués de
Salamanca.
— Dos cisnes.
649 * Una marina.
Pieza nútn. 3. La Resurrección del Señor. Ta-
bla antigua. Comprado al Marqués
de Salamanca.
Asunto desconocido. Representa una
mujer coronada de flores , sostenien-
do á un niño dormido, y dos hom-
bres sentados á sus pies.
591 ^ Sentido de la vista.
592 ^ ídem del oidó.
593 ^ ídem del olfato.
594 «5? ídem del gusto.
595 ^ ídem del tacto.
Piezas números 475. Cubiertas las paredes
con damasco blanco. Cinco grandes espejos con
marcos de caoba y adornos dorados. Los tableros
de dos consolas son de una preciosa caliza luma-
quela pulimentada.
En el lienzo del frente hay una puerta que da entrada á la
tribuna pequeña de la derecha de la Colegiata.
Pieza núm. 6. Tapizada de raso labrado, fon-
do verde , con canastillas de flores y guirnaldas
blancas.
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— 93 —
428 X Un juego de billar.
421 X Una fiesta de aldeanos. Houasse (fir-
mado).
533 X Un soldado borracho y una mujer que
le acompaña llevando la lanza y la
coraza.
416 X Un grupo de personas jugando á los
naipes después de una comida de
campo.
506 X Unos muchachos jugando al y?/¿/?r^c^o.
Houasse,
534 X Soldados jugando á los naipes. Houas-
se (firmado).
Pieza núm. 7, llamada del Piano.
Pieza núm. 8. Despacho particular de S. M.
la Reina.
Pieza núm. 9. Dormitorio. Tapizada de gro
color crema. Unas medias cañas doradas forman
los entrepaños.
Pieza núm. 10. Tocador de S. M. Tapizada
de caneton de color grana. Sillería estilo Luís XIV,
y muebles de tocador modernos.
Pieza núm. 11. En tiempo de Fernando VII
servia de ante-comedor. Sobre las consolas de
caoba con adornos dorados , se ven dos bonitos ti-
bores japoneses, uno de ellos con incrustaciones
de nácar.
— Perro de aguas, Fidel ^ que perteneció al
infante D. Francisco. Michans (fir-
mado).
— Plaza Navona de Roma.
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— 94 —
— Apoteosis de la Paz (cobre). Estilo Ru-
beris. Comprado al Marqués de Sala-
manca.
— Perro de aguas, Solimán^ del infante
D. Francisco. Michans (firmado).
— Caza muerta custodiada por dos per-
ros. Comprado al Marqués de Sala-
manca.
3 B (Con tinta roja.) Una marina. Compra-
da al Marqués de Salamanca.
560 X Grupo de aldeanos y unos niños pes-
cando ranas.
— El sacrificio de Isaac.
561 X Escena campestre.
— Un jardin. Comprado al Marqués de
Salamanca.
B 3 (Con tinta roja). Una marina con un
faro, y las ruinas de un templo ro-
mano. Comprado al Marqués de Sa-
lamanca.
B (Con tinta roja.) Grupo de animales be-
biendo en una fuente.
Tomando en esta habitación la puerta de la izquierda , se
entra en las
HABITACIONES PARTICULARES
DE S. M. LA REINA DOÑA ISABEL
Ocupan el frente del piso principal de la anti-
gua Casa de Dantas^ que en tiempo de Car-
los IV servía para habitaciones particulares y
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— ■ 95 —
despacho oficial del Duque de Alcudia. Fueron
decoradas para el uso de la mencionada augusta
señora.
Pie2sa núm. 12. Pasillo. Tapizado de damasco
encarnado.
Pieza núm. 13, llamada de Música. Paredes
tapizadas de raso labrado , fondo verde con ramos
de flores y guirnaldas de varios colores. Techo
de fondo blanco con un friso, donde se ven
de relieve los atributos de la Música. Sillería
Luis XV.
— Sentido de la vista, representado por
una matrona que tiene un anteojo
en la mano. Comprado al Marqués
de Salamanca.
613 ^ Un floreío.
— Sentido del oído , representado por una
mujer que toca la cítara. Firma-
do A. VD. Comprado al Marqués de
Salamanca.
611 f Un florero. L, P. Van Thielen Ri-
vouldt (firmado).
Este cuadro y el 612 son del citado autor, pudiendo tam-
bién atribuírsele, aunque no hemos visto la firma, los 609,
610 y 614. Van Thielen , que pertenece á la escuela flamenca,
fué discípulo del célebre jesuíta Zegers , y sobresalió en la
pintura de flores.
— Un grupo de vacas, cabras, ovejas y un
perro bebiendo en un arroyo. Com-
prado al Marqués de Salamanca.
610 ^ Florero.
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- 96 -
B 3 (Con tinta roja.) Un grupo de gamos y
antílopes. Comprado al Marqués de
Salamanca.
609 ^ Florero.
— Sentido del olfato, representado por
una matrona que da á oler unas flo-
res á un perro. Firmado A. VD.
Comprado al Marqués de Salamanca.
614 ^ Florero,
— Sentido del gusto, representado por
una matrona que trincha un ave.
Comprado al Marqués de Salamanca.
612 X Florero. L. P. Van Thielen Rivouldt
(firmado).
— Sentido del tacto, representado por un
alcotán que clava sus garras en el
brazo desnudo de una matrona. Fir-
mado A. VD. Comprado al Marqués
de Salamanca.
— Una muchacha sonriente asomada á
una ventana , y otra detras con ade-
man burlón. Mar.** Sánchez (firmado).
Pieza núm. 14. Boudoir. Tapizado de raso
amarillo y azul, formando fajas á modo de tienda
de campaña. En esta habitación se vio obligada á
proclamar la Constitución del año 18 12 la reina
D.* Cristina.
Pieza núm. 15. Tocador. Ornadas sus pare-
des con brocatel de fondo blanco y ramos azules.
— Grupo de hombres sentados á una me-
sa, unos bebiendo y leyendo otros.
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— 97 —
79^ X Una barbería.
— La caza de la garza con halcón.
— Una miniatura en porcelana. Repre-
senta una muchacha haciendo enca-
jes. M. Sorgh (firmado).
— Una mujer mondando manzanas que
echa á una cazuela , y un gato á su
lado.
50 X Varias mujeres que van por agua á
una fuente, y un hombre bebiendo.
Houasse (firmado).
— Una partida para la caza.
— Miniatura sobre porcelana. Representa
• el estudio de un pintor. Sorgh (fir-
mado).
— Un hombre tocando la flauta, una mu-
jer al lado y otra cantando. Tabla.
— Retrato del infante D. Sebastian.
Aguada.
— Interior de una cocina. Grupo de hom-
bres jugando y bebiendo cerveza.
— Original del cuadro anterior.
Grupo compuesto de un hombre sen-
tado á la mesa y una mujer fumando
en pipa. Estilo de Teniers.
— Estudio de un pintor. Hanff (firmado).
— Grupo de hombres bebiendo.
— Grupo de hombres y mujeres cantan-
do. Tabla.
— Retrato de la reina doña Cristina.
Aguada.
8»
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-98-
507 X Un muchacho dibujando al pié de unas
ruinas de edificios, y restos de estatuas.
— Cuadro que representa la vuelta de
una partida de caza.
— Miniatura sobre porcelana. Una ven-
dedora de pescado. Sorgb (firmado).
— Representa un sacamuelas y varios
hombres y mujeres á su alrededor.
508 X Una mujer tendiendo ropa en un jar-
din adornado con la estatua de Hér-
cules y un jarrón.
— Jinetes y amazonas partiendo para la
caza.
— Miniatura en porcelana. Una mujer
tocando el laúd. Sorgb (firmado).
— Dos hombres sentados fumando en pi-
pa, y una mujer con un jarro en la
mano.
— La adoración de los Reyes. Comprado
al Marqués de Salamanca.
— Palacio de San Telmo en Sevilla. Lito-
grafía iluminada.
— Grupo de niños. S. G. Cava, 1850 (fir-
mado).
— Un jardin con plantas tropicales. P. A.
Goun (firmado).
Pieza núm. 16. — Dormitorio. Tapizada de ra-
so labrado de color amarillo con ramos de flores,
57 t-a Virgen con el niño Jesús eíi su:^
brazos. En los cuatro ángulos grvj»
pos de flores. Sobre cobre.
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— 99 —
Pieza núm. 17. Retrato de un hombre con una
taza de café en la mano.
— Un calderero leyendo una carta á una
mujer.
— Retrato de Pío IX. Fotogí afía.
862 ^ Un esquileo de ovejas. Bassano.
— El paseo de la India en la Habana,
Eduardo Pingrel (firmado).
— Una escuela de aldea.
— San Jerónimo en oración.
418 X Un tunecino.
— Baile andaluz. M. Rodríguez, 1848
(firmado).
— Grupo de fumadores. Cobre.
536 X' País con un arroyo y un puente so-
bre él.
— País africano. Comprado al Marqués
de Salamanca.
5(5$ X Alrededores de una ciudad ; un hom-
bre que hace volar á un pajarillo su-
jeto con un hilo.
— Una mujer tocando el laúd. Tabla.
525 X Un paisaje.
780 ^ La matanza de un cerdo.
182 Pescadores á orillas de un rio.
-*- Un sacamuelas. Tabla.
— Grupo de aves muertas.
Í37 X Armida llegando á la cabana de los
pastores. Luis Carracci»
^35 X País,
524 X Jardín.
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— ^ La vendimia. Bassano.
182 Pescador á orillas del mar.
— Un memorialista escribiendo la carta
que le dicta un soldado. Tabla.
819 ^ Una cacería. Tempesta.
202 Grupo de frutas y flores.
420 X Unas mujeres hilando, otra con un
niño y otra bajándose de un pollino.
— Sacerdote judío arrojando del templo á
una mujer y un niño.
419 X Un mulato.
— El puente colgante de Aranjuez sobre
el Tajo. Blanchard, 1834 (firmado).
— Un memorialista. Cobre.
— Un bandido y una maja acechando en
actitud amenazadora á un grupo de
gendarmes que beben dentro de una
taberna. Saynz, 1848 (firmado).
522 X Un paisaje. Houasse (firmado). •
554 X Grupo de mujeres recogiendo las mo-
ras que alcanza un hombre subido
en un barril.
— Grupo de soldados bebiendo.
— Una riña de mujeres. Saynz (firmado).
521 X Vista del palacio del Real Sitio tlel
Pardo.
308 Grupo de pescadores.
— Retrato de un joven con sombrero ca-
labres. Comprado al Marqués de Sa^
lamanca.
— Una cabeza de anciano,
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— 101 —
Pieza núm. i8. — Baño. El baño, recubierto
de mármol, está separado de la. habitación por
una balaustrada sostenida en columnas estucadas.
Ademas de las llaves de servicio, hay en el fondo
una gradería de mármol provista de surtidores
que simulan flores y que vierten el agua forman-
do cascada.
Pieza núm. 19. Servia de cuarto de labor á
Su Majestad la reina doña Isabel. Está tapizada
dé raso labrado , fondo blanco y flores azul celeste.
Llaman la atención los vidrios pintados de sus .
balcones, de fabricación alemana.
Retrocediendo por las anteriores habitaciones se llega á la
designada con el nám. ii, y en su lienzo de la izquierda se
abre una puerta que comunica con la
Pieza núm. 28. Esta espaciosa habitación,
con grandes ventanas que dan al patio de Coches,
servía de comedor en tiempo de Fernando VII.
Actualmente está destinada á guardaropa de Su
Majestad la Reina.
Desde esta pieza se va al anteoratorio, tapizado de damas-
co blanco , que sirve de vestíbulo á la
Pieza núm. 29. —Oratorio. El techo está
formado por una pequeña cúpula de media na-
ranja , que pintó al fresco D. Jacinto Gómez, pin-
tor de cámara del rey Carlos IV y natural de
este Real Sitio. El asunto representa las jerar-
quías angélicas adorando al Espíritu-Santo. El
boceto para este techo existe en el Museo de Ma-
drid. El altar está formado por una mesa de es-
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— I02 —
tuco y un cuadro, con la pintura al óleo, de la
Sagrada Familia. A ambos lados, y debajo de ur-
nas de cristal, se conservan varias figuras de san-
tos trabajadas en cera.
Se retrocede á la pieza núm. ii, y tomando la puerta de la
izquierda, de las dos que se encuentran al frente, encuentran-
se las piezas números 30, 31 y 32, cuya reunión forma un
pasillo detras de las habitaciones de S. M. la Reina. Cam-
biando perpendicularmente de dirección al llegar á la última,
se pasa á la
Pieza núm. 33. Hállase ésta dividida en dos
departamentos por una columnata de granito pri-
morosamente pulimentado, que produce un be-
llísimo efecto. Sirvió de alcoba á Fernando VII
cuando sufrió una dolorosa enfermedad en Se-
tiembre de 1832, y en ella se desarrollaron las
importantísimas escenas á que dio lugar su testa-
mento, anulado después, y de las que hablare-
mos con más detalles al enumerar los sucesos no-
tables acaecidos en este Real Palacio.
Pieza núm. 34. Sirve de paso al billar, y su
techo está pintado al fresco por Gal vez, reprodu-
ciendo con suma gracia los tipos de esta pro-
vincia.
Subiendo una gradería de madera se encuentran las piezas
números 35 , 36, 37 y 38, destinándose la primera á biblioteca
de S. M.
Pieza núm. 39. Desde ella se entra á las ha-
bitaciones particulares de S. M. el Rey. Su techo
está pintado al fresco; el asunto es Flora repar-
tiendo sus dones á varios cupidillos.
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— 103 —
Hay una escalera que establece la comunicación con la
planta baja.
HABITACIONES PARTICULARES
DE S. M. EL REY
Se construyeron estas habitaciones, así como
las correspondientes de la planta baja, en el rei-
nado de doña Isabel II, y las ocupó primeramen-
te S. M. el rey D. Francisco de Asís, decorándo-
las al estilo moderno. Antes esta parte de Palacio
no estaba habitada , faltando el piso de separación
entre la planta baja y la principal, y fué sucesi-
vamente salón de embajadores, teatro y picadero.
Después de atravesar un^ antesala , donde se encuentra la
escalera que baja al patio de Coches, y dos piezas de paso, se
llega á la
Pieza encamada. Así llamada por el color del
papel que cubre las paredes y de la alfombra.
Son notables entre sus muebles, por sus preciosos
tableros de mármol amarillo con inclusiones de
cristales de selenita, dos consolas estilo Luis XV.
Despacho particular de S. M. el Rey. Exis-
te en él una extraña mesa de despacho, de caoba
maciza, estilo del Imperio.
Adornan las paredes siete grandes fotografías,
copias de unos muy notables cartones de Rafael,
cuyos asuntos son los siguientes:.
San Pablo predicando á los atenienses.
Encargo de Cristo á Pedro.
Muerte de Ananías.
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— 104 —
La pesca milagrosa.
El sacrificio en Lystra.
Elymas el ciego.
Pedro y Juan curan al lisiado en el hermoso
pórtico del Templo.
Se sale á un pasillo donde hay otra escalera para la planta
baja. £n él se encuentra el cuarto de fumar, que no Cieñe
particularidad digna de mención. Á su extremidad se abre la
puerta del
Dormitorio. Está amueblado al estilo moder-
no. Hay ana pililla de agua bendita de bastante
mérito , con un esmalte sobre cobre que represen-
ta á Jesucristo en la cruz. El cerco ó marco está
formado por ágatas y ónices incrustadas.
Es preciso retroceder por las anteriores habitaciones ó por
un pasillo que detras de ellas existe, adornado con multitud
de fotografías y copias de cuadros en litografía, para pasar
á las piezas que constituyen la
galería oficial .
Los techos abovedados de sus habitaciones es-
tán pintados al fresco por Sanni, Saxo y Fideli.
Los frisos de algunas simulan columnatas y ba-
laustradas con extrañas perspectivas , y deben atri-
buirse sus pinturas al tiempo de la fundación;
pero en la mayor parte la ornamentación es de
relieves dorados y medallones de gusto barroco,
y corresponde á la época de Carlos III, que es el
que formó esta galería , pues primitivamente es-
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— 105 —
taban en ella las habitaciones particulares de Fe-
lipe V. Todas las piezas se tapizaron y amuebla-
ron en tiempo de Fernando VII al estilo pesado
y de mal gusto del Imperio, Los pisos están pa-
vimentados con mármoles de diversos colores y
preciosas oficalcitas.
Pieza nútn. 43. — Saleta. — Se entra á ella desde
el cuerpo de guardia de los alabarderos por la puerta que
hay á la izquierda, y que está precedida de una escalinata de
mármol.
La pintura del techo representa á Belerofonte
sobre el caballo Pegaso dando muerte con una
lanza á la Quimera, monstruo con dos cabezas,
una de león y otra de cabra, y por cola una ser-
piente. La Victoria corona de laurel al héroe.
79S X Una academia de pintores. Houasse.
528 X Peregrino que pide limosna á una da-
ma. Houasse.
782 X Un hombre obeso comiendo. Houasse.
781 X Un hombre sentado á la mesa y una
mujer que hace rezar á una niña.
Houasse.
— El evangelista San Lúeas. Comprado al
Marqués de Salamanca.
— Entrada de Fernando VII en España.
Pasa el rio Fluviá, en la provincia
de Gerona, y en primer término se
apercibe al general Copons y al ejér-
cito español, que han salido á reci-
birle.
348 X Un jardin. Francisco Mambló.
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— io6 —
Fábula del rico avariento. Cobre. Com-
prado al Marqués de Salamanca.
808 X Un rio con una ciudad que se apercibe
en último término, Houasse.
557 X Un grupo de hombres y mujeres contem-
plando una estatua colosal. Houasse.
499 X Grupo de personas jugando sobre una
mesa.
741 X Con este número cuatro bustos de hom-
bre, que, según se pretende, son re-
tratos de célebres pintores.
— Fragmento de un cuadro que represen-
ta una escena de la Historia sagrada.
555 X Tres hombres y una mujer jugando á
las cuatro esquinas, Houasse.
500 X Dos muchachos subidos á un árbol y
una mujer mamando de una cabra.
Houasse (firmado).
501 X Una mujer echando humo á un hom-
bre dormido. M. A. Houasse (fir-
mado).
— Florero.
219 X El anuncio del nacimiento de Jesusa
los pastores.
— Cabeza de mujer rodeada de flores.
1 .023 ^ Un vendedor de fruta que persigue, ar-
mado de un cuchillo, á un mucha-
cho que le ha derribado una cesta de
melocotones.
347 X Vista de un jardin romano. Francisco
Mambló.
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— I07 —
1 5 1 X Un tablado de farsantes en una plaza.
Teodoro Ronclans.
530 X Una escuela de niños en el momento
que el maestro corrige las planas.
Houasse.
527 X Un viejo y una muchacha con trajes
de peregrinos. Houasse.
210 ^ Vista de las afueras de Roma, con dos
mujeres y un ermitaño.
209 f Vista de Roma. G. V. W. (Van Wite-
Ui) (firmado).
Pieza núm. 40, — Antecámara. El asunto que
representa la pintura principal del techo es la fá-
bula mitológica de la ninfa Calixto y su hijo Ar-
cas convertidos en las constelaciones que se de-
nominan «Osa Mayor» y «Menor», y elevados
al cielo á impulso de los vientos. En la parte su-
perior se ve á Júpiter con el águila y Hebe; Febo
recorre en su carro la línea del Zodíaco, y en se-
gundo término aparecen entre nubes Juno y Ve-
nus. El friso está también pintado al fresco , re-
presentando balaustradas.
Tapizada de raso labrado, fondo amarillo con
franjas de dibujos rojos. Del techo pende una gran
araña de bronce y cristal en forma de palmera.
Pieza núm. 41.— Cámara. En el techo, Apo-
lo, niño, disparando fiechas á la serpiente Pitón;
encima, las Horas, guiando el carro del Sol por
el Zodíaco. En los tarjetones del friso se represen-
tan, al claro-oscuro, varias escenas de la vida de
Apolo,
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— io8 —
Paredes vestidas de raso azul con cenefas de
fondo marrón adornadas con flores amarillas y
blancas.
Sobre consolas, estilo del Imperio, hay dos boni-
tos jarrones de alabastro, primorosamente labra-
dos; pero el mueble que llama más la atención en
esta pieza es un secretaire de mosaico de maderas
y adornos de bronce dorado. La forma general es
pesada y poco artística , pero es admirable la finu-
ra é igualdad con que están ejecutados los mo-
saicos.
Pieza núm. 42. — Sala de audiencias. El
asunto principal del techo es Orfeo apaleado por
las Bacantes; en segundo término. Venus entre
nubes. Dos medallones del friso reproducen al
claro-oscuro escenas de la vida de Orfeo; en el
primero domestica á las fieras con los acordes de
su lira; en el segundo baja al infierno en busca
de Eurídice, su mujer, á la que vuelve á perder
por su curiosidad.
Tapizada de gro amarillo con flores blancas.
Pieza núm. 44. La pintura del techo repre-
senta á Faetón precipitado de las alturas por no
saber guiar el carro de su padre Febo; las Horas,
espantadas, imploran clemencia de Júpiter que se
ve en el cielo , acompañado de Juno y Hebe con
el águila. Los arranques de la bóveda figuran ba-
laustradas con jarrones.
Paredes vestidas de gro amarillo formando
pliegues.
Sobre dos grandes consolas, estilo del Imperio,
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— 109 —
se venios bustos, en mármol blanco, de D. Luis I,
hijo de Felipe V y María Luisa de Saboya, y de
su esposa Luisa de Orleans, hija del Regente de
Francia, trabajados por Fremin. Pende del techo
una magnifica araña de cristal.
Esta pieza comunica directamente con la Saleta^ y es don-
de se efectúan los besamanos de familia.
Pieza núm. 45. — Salen del Trono. Espacio-
sa sala con tres balcones que corresponden al cen-
tro de la fachada, y desde los cuales se disfruta
de la magnífica vista de la Cascada Nueva.
El grupo principal de la pintura del techo es
Psíquis conducida por Mercurio é impulsada por
los Céfiros que la elevan al cielo, donde Cupido,
acompañado de Venus y rodeado por los dioses
del Olimpo, se dispone á recibir á su prometida.
Las Musas coronan la composición, así como las
Horas , que esparcen flores sobre las divinidades
mitológicas. Himeneo arroja á la Discordia, que
trata de introducirse en el cielo. En los arranques
de la bóveda se figuran balaustradas y medallo-
nes, fondo dorado, representando al claro-oscuro
episodios de la vida de Psíquis.
. Dos grandes arañas de cristal en forma de án-
foras penden del techo. Las paredes están tapiza*
das de raso labrado, fondo carmesí, con cuadros
y florones color oro viejo.
Los muebles son del estilo del Imperio , de cao-
ba, con adornos dorados. Sobre dos grandes con-
solas, que están situadas en el lienzo de los balco-
nes , se ven juegos de reloj y candelabros de más
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— no —
riqueza que gusto. La que está en el lienzo del
frente sostiene dos preciosos jarrones de Sévres,
con los retratos de Luis Felipe de Orleans y su
esposa , que fueron regalados por ese monarca á
Fernando VII , y entre ellos un busto, en mármol
blanco, de D.* Isabel II cuando era niña.
. En el lienzo de pared opuesto á los balcones
hay un cuadro de grandes dimensiones que repre-
senta la familia de Felipe V. Está reunida en el
suntuoso salón de un palacio, mientras los músi-
cos de la Real cámara tocan en una tribuna ele-
vada. El Rey, ya anciano, aparece sentado en el
centro; á su izquierda está su segunda mujer doña
Isabel de Farnesio , sentada también , con el brazo
izquierdo apoyado en un almohadón, sobre el
cual se ve la corona Real. En torno de la mesa que
sostiene el almohadón hay varias personas Reales
de ambos sexos, y otras á la derecha del grupo
central. Designaremos todos los personajes que
figuran en el cuadro , empezando por la izquierda:
Doña María Ana Victoria, hija de Felipe V é
Isabel de Farnesio , desposada con el príncipe del
Brasil.
Doña María Bárbara, infanta de Portugal, mu-
jer del infante primogénito D. Fernando.
El infante primogénito D. Fernando (después
Fernando VI).
El rey D. Felipe V.
El infante D. Luis, que fué luego cardenal ar-
zobispo de Toledo y conde de Chinchón.
Doña Isabel de Farnesio, segunda mujer del Rey.
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— III —
El infante D. Felipe, gran prior de Castilla,
duque de Parma, Plasencia y Guastala.
Madama Luisa Isabel , primogénita del Rey de
Francia , mujer del infante D. Felipe.
Doña María Teresa, hija de Felipe V é Isabel
de Farnesio , desposada después con el Delfín de
Francia.
Doña María Antonia Fernanda, hija de Feli-
pe V é Isabel de Farnesio, más adelante duquesa
de Saboya.
Doña María Amalia de Sajonia, mujer de don
Carlos, Rey de las Dos Sicilias.
El infante D. Carlos, Rey de las Dos Sicilias
(después Carlos III).
En primer término se ve un grupo de dos ni-
ñas jugando con un perro, que son :
La infantita doña Isabel María Luisa , hija del
infante D. Felipe y Madama Luisa Isabel.
La princesita doña María Isabel, hija de los
Reyes de las Dos Sicilias D. Carlos y doña María
Amalia de Sajonia.
Este cuadro es una buena copia del original de L. M. Van
Loo, que existe en el Museo de Madrid. Debió pintarle para
rivalizar con Ranc, que le precedió en el empleo de primer
pintor del rey Felipe V, el cual habia ejecutado otro gran
cuadro de la Real familia, de dimensiones un poco meno-
res. Del cuadro de Ranc, que consta haberse salvado del
incendio del antiguo Palacio de Madrid, ocurrido en 1734,
ignórase el paradero. El de Van Loo fué del Palacio de
Aranjuez al Museo el año 1847. La copia que existe en este
palacio fué ejecutada por Lozano y Valle,
Alto, 4'",o6 ; ancho, 5"', 11.
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Pieza núm. 46. Despacho oñcial de S. M. el
Rey. La pintura del friso imita una balaustrada
con trofeos guerreros en los cuatro centros. La de
la bóveda representa la vuelta triunfal de la con-
quista del Vellocino de Oro. Jason y Medea van
conducidos en una carroza, arrastrada por dos ca-
ballos , precedidos de la Fama. La Victoria en-
trega á Jason el Vellocino de Oro, premio de su
heroísmo ; grupos de guerreros rodean y siguen
á la carroza.
Las paredes están vestidas de gro azul celeste
con cenefas de fondo blanco y ramos azules.
Se conserva en esta habitación la mesa en que
la reina Cristina firmó la Constitución del año 12.
973 ^ Retrato de Carlos III , siendo Rey de
Ñapóles y Sicilia. Con coraza de ace-
ro debajo de la casaca, Toisón al
cuello, y la banda azul del Sancti-
Spiritus al pecho. En una mesa,
manto y corona Real. Está muy bien
trabajado el dorado marco de este
retrato, cuya coronación forma un
escudo, en relieve, de las armas de
España, rodeado de trofeos guerreros.
804 X El taller de escultura que hubo en el
pueblo de Valsain. Houasse.
556 X Don Quijote amenazando á unos moli-
neros. Houasse (firmado).
427 X Grupo de hombres y mujeres jugando
á la gallina ciega , y otros comiendo,
Houasse.
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— 113 —
559 ^^ Fiesta de pobres. Houasse.
400 Una merienda en el campo. Houasse.
424 X Una lavandera con ropa limpia, tendi-
da, y un cazador. Houasse.
555 X Grupo de hombres jugando al navero.
Houasse.
509 X Una era. Houasse.
423 X Grupo de personas jugando á los bo-
los. Houasse.
553 X Un sarao. Houasse.
425 X El juego del columpio. Houasse.
399 X Un baile campestre. Michel Ange
Houasse. 1730 (firmado).
Pieza núm. 47. Pieza de estudios. En el cen-
tro del techo se ve á Venus sobre nubes, al lado
de una carroza, y á varios cupidillos que arman
á Eneas. En el friso, tarjetones al claro-oscuro con
escenas de la vida de este héroe.
Está tapizada de gro de color crema con cene-
fas de fondo blanco y adornos azules.
HABITACIONES PARTICULARES
DE S. A. LA INFANTA DOÑA ISABEL
Pieza amarilla, núm. 48. En el centro se re-
presenta la fábula mitológica de Belerofonte pre-
cipitado por el caballo Pegaso. Osó el héroe re-
montarse hasta el Olimpo, y Júpiter, airado, hace
que un cupidillo arroje tábanos al brioso caballo,
que se encabrita á sus picaduras y derriba con
violencia al jinete. Al lado del rey de los cielos
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— 114 —
se encuentran Juno y Hebe , y en lo alto la alego-
ría de la Justicia.
Debe su nombre esta pieza al color amarillo de
oro del raso labrado que la tapiza. Son notables
los tableros de piedra- volcánica negra de las dos
consolas que hay en esta habitación.
Pieza núm. 49. Dormitorio de Su Alteza. La
pintura del techo representa á la Aurora , alada
y coronada de rosas , que recibe á Céfalo impulsa-
do por los Vientos. A su lado está la carroza , ar-
rastrada por el caballo Pegaso, y guiada por unos
cupidillos , y en el ángulo superior de la derecha,
la imagen de la Noche, simbolizada por un hom-
bre dormido, cubierto con un velo, cuya punta le-
vantan dos geniecillos.
Las paredes están cubiertas de damasco azul ce-
leste, y los muebles son del estilo Luis XV, excep-
to la cama y los de tocador.
Pieza núm. 50. Despacho particular de Su
Alteza. £n la pintura al fresco del techo ha re-
producido el artista el juicio de Páris. En primer
término aparece Mercurio entregando al pastor
frigio la manzana de oro; en la parte superior pre-
side la escena Júpiter ; á la derecha están Juno,
Minerva y Venus , las tres diosas que se disputan
el premio de la belleza. Está tapizada de raso la-
brado, fondo amarillo de oro , con flores blancas y
gris de acero. Los muebles son del Imperio.
Pieza núm. 51. Salón de Vientos. El asunto
principal de la pintura del techo representa á
Apolo ó Febo cediendo á Faetón las riendas del
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— 115 —
carro del Sol , que marcha por la línea del Zodía-
co; le precede el lucero matutino y le sigue el
vespertino. Encima del grupo principal se ve á
Júpiter y su mensajero Mercurio, y debajo las ale-
gorías de las cuatro estaciones. En los cuatro án-
gulos de la composición: Cibeles al lado de su
carroza; Neptuno en la suya, arrastrada por hi-
pocampos y acompañado de tritones que tocan
cuernos marinos; Juno sobre nubes y su mensaje-
ra Iris; Vulcano y los cíclopes. Están íigurados
ademas los signos del Zodíaco y la constelación
de la Osa Mayor.
Tapicería raso azul celeste. Muebles del estilo
Luis XIV. Dos grandes arañas de bronce y cristal.
368 ^ Cuadro de grandes dimensiones que
representa un paisaje y dos peque-
ñas figuras en las que se simboliza á
Júpiter, en forma de Diana, sedu-
ciendo á la ninfa Calixto. Artois.
— País.
— San Pedro. Comprado al Marqués de
Salamanca.
— Copia de La Perla , de Rafael , cuyo
original existe en el Museo de Ma-
drid. Fr. José de los Santos.
367 ^ País con figuras pequeñas que repre-
sentan varias ninfas bailando, y Mer-
curio. Artois.
— Paisaje con varios hombres que dan
muerte á un jabalí. Comprado á Sa-
lamanca.
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— ii6 —
— Un jarrón de flores y un Cupido.
M. Vincencinajec, 1697 (firmado).
480 ^ País con figuras pequeñas que repre-
sentan á Venus deteniendo al bello
Adonis, que quiere partir para la
caza. A alguna distancia se ve la
carroza tirada por cisnes. Artois.
— La plaza de San Marcos en Venecia.
— País.
903 Rómulo y Remo á la orilla de un rio.
— Ocho cuadros que representan men-
digos.
— Un bajo-relieve en hierro dorado, que
representa el rapto de las Sabinas.
551 f Retrato de Felipe V, hecho al pastel
por la reina Isabel de Farnesio. Fir-
ma Elisabeth fecit. Anno 1721.
869 ^ País de grandes dimensiones, con unas
figuras pequeñas que representan á
Hércules disparando una flecha al
centauro Neso que le roba á Deja-
nira. Artois.
987 ^ Un esquileo. Bassano.
376 ^ País de grandes dimensiones, con un
torrente y un pastor que conduce
ovejas. Tempesta.
237 ^ Con este número diez cabezas de san-
tos , pintadas al pastel por la reina
Isabel Farnesio (firmados).
— País.
1 .070 ^ Vista del puerto de Ñapóles. Garro.
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— 117 —
— Grupo de cabras, vacas, caballo y perro.
Comprado al Marqués de Salamanca.
— Paisaje con una cacería de venados.
Comprado al Marqués de Salamanca.
— Caza muerta.
1 .071 ^ Vista de Ñapóles desde el golfo. Garro.
311 ^ Paisaje.
— Un combate entre jinetes. Comprado
al Marqués de Salamanca.
— País.
— País con pequeñas figuras de ninfas
perseguidas por sátiros. Artois.
988 ^ El Verano. Bassano.
Ademas de los anteriores cuadros hay los si-
guientes bajo-relieves en mármol :
La Anunciación.
San Sebastian.
Un perro persiguiendo á un lobo.
Hay también 81 cuadritos que son paisajes al
lápiz. Deben estar hechos por los Infantes hijos de
los Reyes fundadores , en sus lecciones de dibujo,
y siete con tinta de China., por el teniente coronel
D. Juan Josef Navarro , alférez de la compañía de
Guardias marinas, maestro de dichos Infantes.
Pieza núm. 52. Sala japonesa. Techo pintado
al fresco, cuyo asunto es Diana ó Selene que se
apea de su carroza para contemplar á Endimion
dormido. Coros de cefirillos asidos por las manos
bailan encima de Diana, y otros conducen los cier-
vos que arrastran su carroza. En mal estado de
conservación.
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— ii8 —
Las paredes están adornadas con pilastras de
laca japonesa , de basas y capiteles dorados, que
forman los entrepaños , donde se ven los siguien-
tes cuadros de la escuela romana, pintados por
Paolo Panini, y que son, sin duda alguna, los
mejores de Palacio :
772 X Jesús curando al paralítico. Magnífica
columnata corintia cincunda la pis-
cina. Jo. Paulus Paniíii. Placen.^^.
Romae, 1736 (firmado).
Alto, 2™ ,90; ancho, 1^,65.
669 X Jesús disputando con los doctores. Pa-
sa la escena bajo el crucero de un es-
pacioso templo greco-romano, cuyas
bóvedas descansan en grandes co-
lumnas jónicas. Jo. Paulus Panini.
Plasen."^ Romse, 1736 (firmado).
Iguales dimensiones que el anterior. £1 boceto de este cua-
dro existe en el Museo de Madrid.
770 X Jesús apedreado por haber predicho la
ruina del templo de Jérusalen. Su-
cede la escena en una grandiosa nave
greco-romana. Las columnas del pri-
mer término son salomónicas. Jo.
Paulus Panini. Placen.^s. Romae,
1737 (firmado).
Iguales dimensiones que los anteriores.
771 X Jesús arrojando del templo á los merca-
deres. El fondo del cuadro represen-
ta el atrio de un magnífico templo
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Págs. 119 á t22,
ANTICUA tOTICA
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PALACIO
►l-ANTA BAJA
BAJA or es Tatúas
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— 123 —
greco-romano, con hermosas columnas corintias.
Jo. Paulus Panini. Placen."^ (firmado).
Iguales dimensiones que los anteriores. £1 boceto de este
cuadro se ve en el Museo de Madrid.
Sobre las dos puertas de esta habitación hay
otros dos cuadros de escaso mérito, números
773 X y 774 X> Q^^ representan : la Oración en
el Huerto, y Jesús y la Samaritana, pintados por
Lucatelli.
La adornan un bonito secretaire incrustado, y
cuatro grandes tibores japoneses de i°*,i5 de al-
tura.
Pieza núm. 53. Salón de Espejos. El asunto
de la pintura del techo es el Tiempo, á quien
unos cupidillos despluman las alas y arrebatan
sus atributos por orden de Venus. Esta se halla
en la parte superior , acompañada de las tres Gra-
cias , al lado de una carroza tirada por palomas y
guiada por amorcillos.
Las paredes están ocupadas por cinco grandes
espejos y otros más pequeños, y los intervalos que
dejan entre sí hállanse recubiertos por placas de
laca japonesa color rojo con flores doradas.
Desde este salón , que es el último del ala principal del edi-
ficio, se retrocede hasta el de «Vientos», y desde él se pasa á
una escalera por donde se desciende al Patio de la Herradura
y á las habitaciones de la planta baja, que constituye la
GALERÍA BAJA DE ESTATUAS
Estas habitaciones de la planta baja de Palacio
fueron pintadas al fresco por Bartolomé Ruscha,
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— 124 —
y en ellas se colocaron, bajo la dirección de don
Domingo Sanni , y por orden de los Reyes funda-
dores, las estatuas de la colección formada por la
reina Cristina de Suecia y adquirida por aquellos
en Roma. Los escultores que á la sazón trabajaban
para los jardines , Fremin y Thierri , restauraron
muchas de ellas y añadieron algunas otras de su
mano, pero la mayor parte de las de mayor mérito
fueron trasladadas en 1829 á la sala de esculturas
del Museo de Madrid, donde todavía se conservan
y constituyen casi exclusivamente su riqueza esta-
tuaria. Al presente hay en estas salas poquísimas
estatuas de mármol , y casi todas las que forman
su adorno son copias en yeso de las primitivas,
por lo que han perdido el gran valor artístico que
les prestaban las esculturas griegas de toda inte-
gridad que se encontraban en la colección de la
reina Cristina de Suecia. Entre ellas sobresalían
por su gran mérito : el grupo de Castor y Pólux;
dos estatuas colosales de Julio César y Augusto,
de alabastro, con cabezas, brazos y piernas de
bronce dorado; una urna excelente donde se cree
estuvieron las cenizas de Cayo Calígula ; las repre-
sentaciones del día y la noche ; un Apolo bellísi-
mo ; una Dafne, restaurada de medio cuerpo arri-
ba; el Fauno del cabrito; una Venus en pié sa-
liendo del baño, de mucho mérito; un Fauno
apoyado en un tronco; otra Venus hincada la ro-
dilla sobre un galápago ; bellísimas cabezas sobre
hermes de deidades y emperadores romanos; las
ocho Musas; dos soberbias cabezas de Antinoo y
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— 125 —
Alejandro; la estatua yacente de Ariadna, imita-
ción de la que existe en el Museo del Vaticano ;
una copia de la Venus de Médicis, pero con un
lienzo postizo ; una excelente estatua pequeña que
representa á Séneca; Leda con el cisne; una cabe-
za de Homero, antigua; una cabeza colosal, en
bronce, de la reina Cristina de Suecia, yGani-
médes, arrebatado por el águila.
Procederemos ahora á describir las diferentes piezas de que
consta esta galería, indicando únicamente las estatuas de más
mérito que en ellas se encuentran y designando con un * las
que son copias de las que primitivamente las adornaron.
Pieza de la Fuente. Debe este nombre á una
que existe en su extremidad, obra de Thierri,
constituida por un pilón de mármol en forma de
concha, sostenido por dos tritónidas de plomo.
Sobre él se ve á Anfítrite sentada, bañándose los
pies; que enjuga un geniecillo. Otro le presenta
productos del mar , y á sus pies hay un delfín que
arroja el agua. La fuente se halla bajo de una hor-
nacina que simula graciosa gruta recubierta de
conchas marinas , vidrios y pedazos de selenita.
En el techo se representan geniecillos que lle-
van productos del mar.
Pieza núm. 70. Siendo niño Hércules, y ha-
llándose en la cuna, suscitó Juno contra él dos
espantosas culebras ; pero con la protección de
Minerva y su propio esfuerzo logró ahogarlas en-
tre sus manos. El pintor ha reproducido este asun-
to en el techo de esta habitación.
Dos bustos de yeso de reyes de Prusia.
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— 126 —
* Busto colosal ^ en mármol blanco, de la reina
Cristina de Sueda.
* Estatuas de tamaño colosal que representan
á Julio César, y César Augusto. Yeso, con cabe-
zas , piernas y brazos dorados.
Pieza núm. 71. Pintura del techo, apoteosis
de Hércules. Éste se halla sentado apoyándose en
la piel del león de Nemea , y la Victoria ciñe á su
cabeza una corona de laurel. Á la izquierda, unos
geniecillos llevan la maza y la culebra, otros de-
bajo palpan la piel del león , y un cupido sostiene
un casco.
* Venus saliendo del baño. Yeso.
* Fauno del cabrito. Yeso.
* Baco. Yeso.
Pieza núm. 72. El fresco del techo representa
á la Gloria de los príncipes coronando á un guer-
rero conducido por la Victoria.
* Fauno reclinado sobre un tronco. Yeso.
Estatua yacente de la reina Luisa , esposa del
rey Guillermo I de Prusia.
* Estatua colosal de Ariadna. Yeso.
Flora. Yeso. Copia de la que existe en el Museo
del Vaticano.
Pieza núm. 73. Alegorías de la Justicia y de
la Guerra, en el techo.
Estatua de la Fe, con un cáliz en la mano,
y cubierta la cara con un velo. Mármol. Por
Fremin.
* Aracne. Yeso. Mayor que el natural.
* Venus saliendo del baño. Yeso,
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— 127 —
* Leda con el cisne. Yeso.
Pieza núm. 74. Pintura al fresco, alegoría de
la Paz, representada por una matrona que tiene
el cuerno de la Abundancia lleno de frutos. Á sus
pies está rendida Belona, rodeada de trofeos guer-
reros, y con la antorcha en la mano. Un geniecillo
muestra la rama de oliva.
El Fauno de los címbalos. Copia en yeso de una
estatua antigua de mucho mérito. No existia en
la primitiva colección.
* Dafne. Reclinada sobre el suelo y levantada
la cabeza en ademan suplicante. Yeso.
Ganimédes dando de beber en una copa al águi-
la de Júpiter. Yeso.
* Diez bustos de emperadores romanos. Yeso.
Pieza núm. 75. En el techo, África, represen-
tada por una negra que tiene en la mano un es-
corpión , y á su lado león y serpientes ; América,
una mujer con diadema de plumas , arco y flechas
en las manos, á sus costados un cuerno de la
Abundancia lleno de monedas y frutos, y un co-
codrilo.
Dos bustos en mármol representando á Caraca-
Ha y Antonino Pío, emperadores romanos. De
mérito. Regalo del papa Pío IX á S. M. la reina
Isabel. Atribuyese su origen á las excavaciones de
Pompeya.
* Seis bustos de emperadores romanos. Yeso.
Pieza núm. 76. En el techo, Europa, matrona
coronada y rodeada de frutos de esta parte del
mundo, coronas y cetros, un caballo y los atribu-
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tos de las bellas artes; Asia, mujer vestida con
telas persas y coronada de flores, en la mano una
planta de la pimienta, y á los costados un pebetero
y un camello.
* Venus marina. Yeso.
• Castor y Polux. Yeso. En el frente de su pe-
destal , un bajo relieve en mármol que representa
el combate de griegos y troyanos al rededor del
cadáver de Patródes.
Pieza núm. 77. Salón de mármoles. Ador-
nadas sus paredes con una columnata toscana de
mármol. Los fustes de columnas y pilastras son
del mármol brechiforme de Espejon, con basas y
capiteles de mármol blanco y adornos dorados. En
los tímpamos de los intercolumnios hay grandes
espejos de Venecia rodeados de marcos de serpen-
tina de Granada. Igual encuadramento tienen las
puertas.
Siete grandes tibores japoneses adornan este
salón.
En su techo se representa el rapto de Europa
por Júpiter.
Pieza núm. 78. Comedor. Fábula mitológica
del techo : rapto de Proserpina por Pluton. Éste
la tiene entre sus brazos en ademan de ponerla en
su carroza, arrastrada por cuatro caballos blancos.
En la parte superior, las ninfas compañeras de
Proserpina, convertidas en fuentes, tienen su cin-
turon.
En el lienzo que da frente á las puertas del jar-
din hay una hornacina que cobija un • Apolo
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— 129 —
colosal , copia del que esculpió Fremin. Yeso.
* Las ocho musas Urania, Clío, Polimnia, Ta-
lla, Melpómene, Erato, Terpsícore y Euterpe.
Yeso.
Apoxiomene ó luchador. Copia en yeso de la es-
tatua antigua de Lisippo, que existe en el Museo
del Vaticano
Pieza núm. 79. Asunto del techo. El Tiempo
robando á una diosa.
* Dos pequeñas estatuas que representan á Sé-
neca sentado. Yeso.
* Tres bustos de emperadores romanos. Yeso.
Un busto de Carlos IV. Yeso.
* Estatua colosal de César Augusto. Yeso.
Pieza núm. 80. En el techo. Venus pidiendo á
Vulcano las armas que ha forjado para su hijo
Eneas.
* Ganimédes arrebatado por el águila. Yeso.
* Venus saliendo del baño. Yeso.
Fiesta núm. 81. En el techo se representa la
alegoría de la Conquista.
Dos bustos en mármol que simbolizan el dia y
la noche. De la primitiva colección.
Dos bustos en mármol con las cabezas de una
Venus y de Homero. De bastante mérito. Proce-
den de las ruinas de Pompeya.
* Un busto en yeso , retrato de Felipe V.
Pieza núm. 82. Dos bustos en mármol de em-
peradores romanos sobre hermes.
Pieza núm. 83. Sobre una mesa, un niño con
corona de. rosas , reclinado en el suelo. Mármol.
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— 130 —
Fresnoy, estilo flamenco. De la primitiva colec-
ción.
Las estatuas que acabamos de enumerar no tienen una co-
locación ñja en las piezas de la Galería Baja. La indicada por
nosotros es la que corresponde á la época en que hemos toma-
do los datos, sin que podamos asegurar que en adelante sea la
misma.
COLEGIATA
Historia. Para mayor brillo y esplendor del
culto que habria de rendirse al Altísimo en la ca-
pilla de Palacio , pidió Felipe V al papa Inocen-
cio XIII que la erigiera en real é insigne iglesia
colegial parroquial ; y mientras se recibia la bula
de S. S., nombró tres capellanes de honor y va-
rios dependientes que celebraron las primeras vís-
peras y misas solemnes ante SS. MM. el i8 de
Marzo de 1724. Pero la enfermedad y muerte de
aquel Papa, y el tiempo que estuvo vacante la
Santa Sede hasta la elección del sucesor, retra-
saron la realización de los piadosos deseos del
Rey.
Ocupaba ya la cátedra de San Pedro el papa
Benedicto XIII, cuando Felipe V renovó sus pre-
ces á Roma , expidiéndose al fin por 8. S. la bula
Dum infatigahilem de erección en colegiata, el 20
de Diciembre de 1724. Concedíase por ella, entre
otras cosas, que la nueva colegiata fuera matriz de
todas las iglesias y capillas del Sitio y su abadía ;
que tuviera cabildo con coro, compuesto de un
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— 131 —
abad, cuatro prebendados de oficio, ocho canóni-
gos, seis racioneros y cuatro capellanes-acólitos;
que el abad fuera de nombrapiiento Real con ju-
risdicción eclesiástica exclusiva en todo el territo-
rio que se le señalase por el Nuncio de S. S., pu-
diendo usar las insignias y hábitos pontificales;
que el abad y canónigos aplicasen la mitad de las
misas que celebraren por la intención de los Re-
yes fundadores mientras vivieran , y en sufragio
de sus almas después de su defunción , y que los
canónigos usaran el traje coral de los de San Pe-
dro en Roma , y los racioneros el de los beneficia-
dos de la misma iglesia.
Constaba en la misma bula la promesa del Rey
de dotar á la nueva colegiata con la cantidad de
8.625 ducados de oro de cámara (276.000 rs. de
nuestra moneda), consignada sobre las mitras de
Toledo, Zaragoza y Valencia, distribuyéndola Su
Santidad del modo siguiente : S.764 ducados para
la fábrica y sus dependientes, y los restantes 2.861
para el abad y prebendados.
Publicóse la bula de erección , en la capilla de
Palacio, el 6 de Julio de 1725 , y el mismo dia, el
Nuncio de S. S. proveyó auto señalando el terri-
torio que habia de tener la abadía, compuesto
del Real Sitio de San Ildefonso, Valsain, Reven-
ga, Na villas de Riofrío, Palazuelos, Tabanera
del Monte , Trescasas y Sonsoto.
Pareciéndole al rey D. Felipe sumamente corta
la dotación del abad y prebendados, señaló i.ooo
ducadcs más al primero, que habrían de pagarse
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por la tesorería de este Sitio, y pidió al Papa que
redujera la dotación de la fábrica á la mitad de
los 5.764 ducados de oro que la señaló, prome-
tiendo indemnizarla con 7.000 ducados pares pro-
cedentes de los ab intestatos de América , y que le
permitiera distribuir la otra mitad entre el abad
y prebendados en clase de presencias corales. Así
se otorgó por la bula que, por su objeto, se llamó
de aumento^ fecha 9 de Julio de 1727.
Posteriormente, y con anuencia de la Santa
Sede, supliéronse los i.ooo ducados y los 7.000
pares de América, con pensiones sobre las mitras
de Cuenca y de Málaga.
El 9 de Julio de 1746 murió el Rey fundador,
en el palacio del Buen -Retiro , y según expresa
voluntad del finado , consignada en su testamento
de 10 de Enero de 1724 y codicilo de 2 de Julio
de 1727, su cadáver fué ttaido á este Real Sitio y
depositado en el sarcófago que mandó construir
eñ la Colegiata, á espaldas del altar mayor.
Fernando VI, que sucedió á su padre, renun-
ció en favor de la reina doña Isabel de Farnesio
el usufructo vitalicio del patrimonio de este Sitio
y patronato de su Colegiata, tomando posesión
del último en 12 de Enero de 1747; y habiendo
acaecido la muerte del abad, tuvo ocasión, como
tal patrona , de nombrar el tercero de los que se
hablan sucedido en el gobierno espiritual de esta
abadía.
No se reincorporo á la Corona el patronato de
la Colegiata hasta la muerte de la reina doña Isa-
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— 133 —
bel de Farnesio, ocurrida en Aranjuez (i) el lo de
Julio de 1766. Su cadáver fué trasladado á este
Real Sitio y sepultado al lado del de su esposo en
el nuevo panteón que erigió el amor filial de Fer-
nando VI.
En el reinado de Carlos III se renovó, á costa
del Real erario y bajo la dirección del mariscal
Sabatini, la decoración interior de la iglesia, pin-
tando al fresco sus bóvedas Bayeu y Maella, y de-
corando Vega las molduras y relieves. Entonces
S3 formaron, aprobaron y juraron los estatutos
que habrían de regir para el gobierno interior de
la Colegiata , donde consta el ceremonial que des-
de la fundación se observa , conforme con el que
compuso, por orden de Felipe V, el maestro de
ceremonias de Toledo.
Desde el año 1 808 , en que empezó la guerra de
la Independencia , las pensiones asignadas sobre
mitras se hicieron incobrables, y después de dos
años en que el cabildo sufrió innumerables priva-
ciones, se recibió el decreto de José Bonaparte,
(i) Lafuente, en su Historia de España , comete el error de afirmar
que la Reina falleció en el Real Sitio de San Ildefonso. Sus palabras tex-
tuales son : « Habia ,vpor lo tanto , esperanzas de que estando sosegada la
capital , vindicada la dignidad regia y pasada ya la estación de la jornada
de Aranjuez , se trasladaria el soberano (Carlos III) á la corte, como
las corporaciones se lo habían suplicado y como lo anhelaba ya todo el
mundo. Por lo mismo se supo con tanto disgusto como sorpresa que re-
pentinamente , y sin tocar sino en las afueras de Madrid , habia pasado al
. Real Sitio de San Ildefonso. Verdad es que se cohonestó este paso , que
de otro modo se habría tomado como manifiesto desaire , con el falleci-
miento de la reina madre Isabel de Farnesio , acaecido en La Granja el
10 de Julio de 1766, motivo que ostensiblemente parecia justo.»
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— 134 —
expedido en Madrid el 30 de Mayo de 18 10, su-
primiendo la Colegiata, que en lo sucesivo queda-
ría reducida á simple capilla privada del Real Pa-
lacio, reuniendo su parroquia á la del Cristo, y
agregando el territorio de la abadía al obispado
de Segovia. Sólo cuatro años estuvo cerrada la
iglesia, pues el 24 de Junio de 18 14 Fernando VII
restableció las cosas al ser y estado en que se en-
contraban antes de la supresión , celebrándose tan
fausto suceso con cuatro, diás de públicas fiestas
y regocijos.
Habiéndose suprimido todas las pensiones so-
bre mitras, por la ley de 16 de Julio de 1838, las
abadías exentas se agregaron para el cobro de sus
haberes á los obispados limítrofes , como sucedió
con la de San Ildefonso, cuya existencia recono-
ció y confirmó el Concordato de 1851 , pero supri-
miendo su jurisdicción, que deberla agregarse á
la diócesis del obispado de Segovia cuando se hi-
ciera la nueva demarcación de éstas. Después , el
Papa Pío IX , en su bula Qucp diversa , expedida
en Julio de 1873 , confirmó la abolición y el man-
dato de agregación, verificándose, por fin, esta
última en Enero de 1874. Mientras existió la ju-
risdicción exenta, los abades mitrados de esta Co-
legiata recibieron , por mediación de sus Reales
patronos, y á sus expensas, títulos de arzobispos
in partibtís infidelium para mayor brillo de su
alta jerarquía eclesiástica. El art. 22 del Concor--
dato , al arreglar la dotación y personal de las co-
legiatas, estatuyó que la de este Real Sitio se
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— 135 —
compusiera en adelante : de un abad , presidente
del cabildo, que tuviera aneja la cura de almas,
sin más autoridad ó jurisdicción que la directiva
y económica de la iglesia y cabildo; dos preben-
dados de oficio con los títulos de magistral y doc-
toral; ocho canónigos de gracia , y seis beneficia-
dos ó capellanes asistentes.
El primer abad que después del arreglo ha ocu-
pado este puesto, por oposición, en 25 de Marzo
de 1878, es el virtuoso é ilustrado sacerdote don
Calixto de Andrés y Tomé, capellán de honor
de S. M. y magistral que fué de Cuenca..
Templo. — Su figura es la de una cruz latina,
ocupando las extremidades de los cuatro brazos,
el altar 'mayor, coro y las dos puertas principales.
El crucero de las dos naves está cubierto por una
alta cúpula que arranca de los arcos torales , . y se
compone de dos linternas de diferente diámetro,
provistas de ventanas rectangulares, y entre ellas
una bóveda de media naranja. Tanto los pilares
en que se apoyan los arcos torales, como los mu-
ros, se hallan adornados con pilastras jónicas de
yeso, sobre las cuales corre, al rededor de todo el
templo , un entablamento del mismo orden. Exor-
nan la parte inferior de la cornisa dentículos, hue-
vos y perlas, y las molduras son doradas, así
como los capiteles y demás relieves que con pro-
fusión se encuentran en todos los miembros ar-
quitectónicos. En los arranques de las bóvedas se
forman medallones con bajos relieves que simbo-
lizan las virtudes cardinales y otras alegorías, y
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- 136-
sobre las puertas álzanse escudos con las armas
de España.
Los platillos de las cuatro bóvedas, rodeadas
de un cerco moldurado, fueron pintados al fresco
por Maella con los siguientes asuntos : en la bó-
veda de la tribuna , la aparición de Santa Leoca-
dia á San Ildefonso; en las de los brazos trasver-
sales de la cruz, la Purísima Concepción y San-
tiago combatiendo contra los infieles; y en la del
presbiterio , un coro de ángeles.
Todas las pinturas de la cúpula son de Bayeu,
cuñado del célebre Goya. En las pechinas se re-
presentan los cuatro evangelistas, y en la media
naranja varias escenas de la vida del Salvador y
asuntos bíblicos. Algunos de los bocetos de estas
pinturas, como los de los evangelistas, existen
en el Museo de Madrid y fueron comprados por la
reina doña Isabel II al sumiller de cortina D. Ju-
lián María Pinera. Los frescos, sobre todo los de
Maella, son apreciables por su buena entonación
y agradable colorido.
El pavimento de la iglesia es de grandes baldo-
sas calizas pulimentadas, de diversos colores.
El plan del altar mayor se debe á D. Teodoro
Ardemans, arquitecto que construyó el Palacio,
y su ejecución á D. Juan Landeberi. Consta de
cuatro columnas corintias de mármol sanguíneo,
levantadas sobre elevados pedestales, que sostienen
cornisamento y frontón interrumpidos y cortados
por un gran cuadro, al óleo, que ocupa el fondo
del retablo. Los capiteles, basas y adornos , y mol-
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— 137 —
duras de los pedestales, son de bronce dorado; la
mesa de altar y frontal, también de mármol, y el
sagrario, de lápizlázuli, con un mosaico que re-
presenta á Nuestra Señora de Loreto. El cuadro
del altar se atribuye á Solimena, de la escuela
napolitana decadente, imitador de Luca Giorda-
no, y que pintó bastante para Felipe V. En su
parte superior se representa á la Santísima Trini-
dad, bajo cuya advocación fué consagrada esta
iglesia; más abajo está la Santísima Virgen, y en
el plano inferior, adorando el santo Misterio, los
titulares de la familia del Rey fundador, San
Luis, San Fernando, San Felipe, Santa Teresa y
Santa Isabel.
De los altares laterales, el del Evangelio, que
sirve de comulgatorio parroquial, contiene un
cuadro al óleo cuyo asunto es San Ildefonso reci-
biendo la casulla de manos de la Virgen, y el
de la epístola la Asunción, de bastante mérito.
Atribuyese por algunos la primera pintura á Pro-'
cacini, pero es más fidedigno que su autor sea
Bayeu. La segunda es de Maella.
En la nave del coro hay otros dos altares con
imágenes talladas de Nuestra Señora del Rosario
y de los Dolores.
En el extremo opuesto al altar mayor está el
coro , cerrado por una barandilla de hierro. Con-
tiene una sillería de nogal, bien trabajada, cuyos
sitiales ocupan el abad, canónigos y beneficiados,
y el administrador patrimonial de este Real Sitio,
que, según los Estatutos, tiene derecho á sentar-
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~ 138-
se en el último. Sobre el coro, y apoyada en dos
columnas de mármol, procedentes de la colección
de la reina Cristina de Suecia, se levanta la tri-
buna principal , en comunicación con Palacio , y
desde donde las personas Reales asisten á las fun-
ciones religiosas. Está separada de la iglesia por
rica columnata dorada que sirve de apoyo á una
barandilla de hierro , y sobre el cornisamento de
la primera, como remate de este cuerpo, álzanse
en el centro los escudos de armas de España y
casa de Borbon , sostenidos por dos ángeles.
Hay otras dos pequeñas tribunas, cerradas con
cristales, en las naves laterales, á las cuales se
entra respectivamente por las habitaciones de
Su Majestad la Reina, y por las de S. A. la infan-
ta doña Eulalia.
Como la figura interior de la iglesia es la de una
cruz, y el perímetro exterior de la fachada forma
un rectángulo, quedan espacios intermedios que
t)cupan las diferentes dependencias que reseñare-
mos á continuación.
La antesacristía está situada á espaldas del
altar mayor, y en el muro medianero se abrió,
por orden de Felipe V, el sarcófago donde habrian
de reposar sus restos mortales. Su cadáver perma-
ció allí desde el 17 de Julio de 1746 hasta el 7 del
mismo mes del año 1758, en que fué trasladado
al nuevo panteón. Esta pieza es el vestuario de
los prebendados.
En la misma planta y paralelamente á la ante-
rior, aunque á más bajo nivel , §e halla la i^acri^-
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— 139 -^
tía , de forma rectangular, con dos piezas más pe-
queñas adosadas á sus lados menores y en comu-
nicación con ella. En una se halla el lavatorio, y
la pila bautismal en la otra. Uno de los lienzos
de la sacristía se encuentra ocupado por la cajo-
nería donde se guardan los ornamentos que de
diario se usan para los oficios divinos. Encima se
ven dos pinturas, que pasan por ser originales de
Murillo y Alonso Cano, y representan la Concep-
ción y Cristo en la cruz. También hay un crucifi-
jo de piedra, cuyas manchas moradas naturales
se han aprovechado con arte para simular el efec-
to de los golpes inferidos al divino cuerpo del Re-
dentor. Atribuyese algún mérito á esta escultura.
El panteón ocupa el espacio comprendido en-
tre los brazos de la cruz que corresponden al lado
del Evangelio. Es una pieza rectangular cuyos la-
dos menores ocupan el sarcófago y los relicarios.
Los otros muros están decorados con relieves do-
rados de yeso simulando trofeos guerreros , y el
techo, pintado al fresco por Saxo, contiene en dos
medallones las alegorías de las virtudes cardina-
les y teologales. En el lienzo opuesto á las puer-
tas de comunicación con el templo y la antesa-
cristía están los altares de la Concepción y San
José, que no tienen nada de notable. El frente de
esta pieza más inmediato al templo lo ocupa com-
pletamente el sarcófago. Se compone de un alto
pedestal de mármol rojo, semielíptico , adornado
con molduras de bonce ; sobre él se apoya la urna
cineraria donde reposan los inanimados cuerpos
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— 140 —
de los augustos fundadores, y á los costados, dos
matronas plañideras esculpidas en mármol blan-
co. Cobijados por un manto de bronce, cuya pun-
ta levanta la Fama, se ven encima de la urna
dos medallones con los retratos de Felipe V é Isa-
bel de Farnesio trabajados en bajo-relieve por Le-
basseau ; y detras se eleva, una gran pirámide ter-
minada por un pebetero. El coronamiento es un
escudo de las armas Reales sostenido por dos án-
geles. Léese el siguiente epitafio , atribuido al cé-
lebre humanista Iriarte , en un tarjeton de bronce
fijado en el frente del pedestal :
PHILIPPO V. HISPANIARUM REGÍ.
PRINCIPI MÁXIMO. ÓPTIMO PARENTI.
FERDINANDUS VI. POSUIT.
Es obra del escultor Demandre.
En el lado opuesto al sarcófago se ve una es-
cultura en yeso, primorosamente trabajada en
medioreUeve*"por Bartolomé Sexmini, cuyo asun-
to es Jesucristo con la cruz, sentado sobre las nu-
bes y recibiendo unas palmas que le alargan dos
ángeles para premiar el heroismo de los mártires.
Un armario que hay debajo contiene preciosas
reliquias de San Faustino, San Fortunato, San
Victoriano, San Adeodato, San Inocencio, San
Columbo, San Félix, San Clemente, San Bonifa-
cio, San Clemenciano, Santa Fructuosa y San
Amadeo, mártires; Santa Honesta y Santa Tran-
quilina ; una tibia de San Clemente y la cabeza
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— Mi-
de San Valentín, que se exponen á la veneración
de los fieles en ciertos dias.
La sala capitular, donde celebra sus juntas el
Cabildo, está situada en la planta alta, encima de
la sacristía. Bajo el dosel de la presidencia se ven •
los retratos de los Reyes fundadores, que regaló
al Cabildo doña Isabel de Farnesio. Consérvanse
en esta pieza una multitud de reliquias de santos,
el hábito ó sudario que cubrió el cuerpo de San
Diego de Alcalá en las fiestas de su canonización,
el Ligiium crucis , donativo de la augusta funda-
dora, el crucifijo que usó el emperador Carlos I
de España, y el bastón de Santa Isabel, reina de
Hungría y viuda del landgrave de Hesse, que se
manda con una comisión del Cabildo á la Real
cámara cuando las reinas están próximas al alum-
bramiento. Consérvase aquí también una pre-
ciosa y rica custodia de plata sobredorada, que
pesa 27 libras, exornada con una multitud de dia-
mantes, esmeraldas y topacios, y sirve para las
grandes solemnidades. El templete del cuerpo
central y la virgen de la Concepción, colocada
dentro, son de oro macizo esmaltado, calculán-
dose el valor actual de tan magnífica alhaja en
unos 25.000 duros. Fué trabajada en Méjico y
costeada de la parte que correspondía á la Iglesia
en los ab intestatos de América. En varias épocas
de revueltas ha sido trasladada á la Real capilla
de Madrid , donde provisionalmente se ha guar-
dado.
También es notable una cruz procesional, de
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— 142 —
plata filigranada, estilo gótico, comprada ala an-
tigua parroquia de Santa Columba en Segovia.
En la pieza anterior á la sala capitular se guar-
dan en grandes armarios los ricos ornamentos de
tisú y terciopelo bordados de oro y plata, entre
ellos el llamado de la Reina ^ por haberse hecho
del gran paño que cubrió el féretro de la reina
doña Isabel de Farnesio en sus funerales ; y diez
magníficos mantos azules bordados y otras tantas
túnicas blancas para vestir á la imagen de la Pu-
rísima en el panteón.
Muchos de los ternos son regalo de la Reina
fundadora, y los demás costeados con los fondos
del Cabildo, que invirtió, en los primeros tiempos,
un millón de reales en alhajar la iglesia, com-
prendiéndose en esta suma los 76.000 reales que
costaron los cinco tapices comprados á la testa-
mentaría de la Reina. Adornan éstos la fachada
principal de la Colegiata durante la procesión de
la festividad del Corpus, y el patio de Coches y
pasillo de Palacio en la de la Octava. Tiénense
por bastante buenos, y sus tintas se conservan
brillantes y frescas ; los asuntos de los dibujos
están tomados de la vida del Salvador.
Todos los anteriores objetos , excepto los tapices , se ense-
ñan á las personas que gusten verlos.
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— 143 —
SUCESOS NOTABLES
OCURRIDOS EN EL REAL PALACIO Y COLEGIATA
27 de Julio de 1723. Bendijo el Real Palacio
el eminentísimo cardenal Borja, patriarca de las
Indias.
22 de Diciembre de 1723. Consagración de
la capilla de Palacio, bajo la advocación de la
Santísima Trinidad, por el eminentísimo carde-
nal Borja.
10 de Enero de 1724. Hallándose Felipe V
en San Ildefonso, expidió con esta fecha el de-
creto de abdicación , y en el mismo dia se exten-
dió el instrumento ó escritura de cesión de la co-
rona en favor de su hijo D. Luis, llamando, .por
su orden, al infante D. Fernando, su hermano, y
á los demás del segundo matrimonio existentes ó
que pudieran nacer, reservando solamente para
sí y la Reina el Sitio y Palacio de San Ildefonso,
que acababa de construir, y para su manteni-
miento seiscientos mil ducados y lo que necesita-
se para concluir los deliciosos jardines que co-
menzados tenía, quedándose para su asistencia
con el Marqués de Grimaldo y con el francés Va-
loux. Contaba á la sazón Felipe V treinta y nue-
ve años de edad, y treinta y uno doña Isabel
Farnesio.
31 de Agosto de 1724. Muerto en este dia el
rey D. Luis I, en cuyo testamento se disponia
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— 144 —
que la corona volviera á su padre, y considerando
que el príncipe D. Fernando sólo contaba once
años de edad, D. Felipe V, que repugnaba volver
á empuñar el cetro, consultó el caso con el Con-
sejo Real de Castilla y una Junta de seis teólogos,
los cuales opinaron que, en observancia de las
leyes, debia ocupar nuevamente el trono de las
Españas. En vista de este dictamen , expidió un
decreto en que anunciaba al Reino su soberana
resolución.
6 de Julio de 1725. Se publicó en la capilla
de Palacio la bula Dum infaügahilem^ de erección
en Real é insigne iglesia colegial parroquial.
17 de Julio de 1746. Llegó el cadáver del rey
don Felipe V, que falleció en el palacio del Buen
Retiro de Madrid el dia 9. Lo entregó al ilustrí-
simo Cabildo el Marqués de San Juan , sumiller
de Corps , y previas las ceremonias fúnebres , fué
depositado en el primitivo panteón.
12 de Enero de 1747. Habiendo cedido el rey
don Fernando VI el usufructo vitalicio de este
Real Sitio y patronato de la Colegiata á la reina
doña Isabel Farnesio , el Cabildo dio posesión de
la Iglesia á esta augusta señora.
7 de Julio de 1758. Fueron trasladados los
restos de Felipe V al nuevo panteón , mandado
construir por su hijo Fernando VI.
4 de Setiembre de 1765. Se celebraron los
desposorios del príncipe de Asturias D. Carlos
(después Carlos IV) con su prima doña María
Luisa de Borbon, hija de los Duques de Parma.
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— 145 —
i8 de Julio de 1766. Se recibió por el Cabildo
el inanimado cuerpo de la reina doña Isabel Far-
nesio, que condujo á este Real Sitio el Marqués
de Monte- Alegre, mayordomo mayor del Rey,
desde el de Aranjuez, donde falleció aquella au-
gusta señora el 10 del mismo mes. Fué deposita-
da en el nuevo panteón al lado de su esposo don
Felipe V.
II de Setiembre de 1777. Nacimiento de la
infanta María Luisa, hija segunda de los prínci-
pes de Asturias D. Carlos y doña María Luisa de
Borbon.
2 de Julio de 1782. Muere doña María Luisa
de Borbon, hija de los Príncipes de Asturias,
siendo trasladado su cadáver el dia 5 del mismo
mes al panteón del Escorial.
5 de Setiembre de 1783. Nacieron los infan-
tes gemelos D. Carlos y D. Felipe Francisco, hi-
jos de los Príncipes de Asturias.
5 de Julio de 1788. Carlos III recibió una
embajada de la Sublime Puerta, que, con gran
ostentación , presentó al Rey magníficos regalos,
que estuvieron expuestos al público varios dias.
18 de Agosto de 1796. Se firma el tratado de
alianza ofensiva y defensiva entre España y la
República francesa contra Inglaterra. Fueron
plenipotenciarios, por España el Príncipe de la
Paz, y el general Perignon por Francia.
Por su art. 3.® se comprometían ambas naciones á auxiliar-
se mutuamente , en caso de guerra , con quince navios de lí-
nea (tres de tres puentes ó de 80 cañones, y doce de 70 á 72
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— 146 —
cañones), seis fragatas de una fuerza regular y cuatro buques
menores, todos armados, equipados y aparejados para un
año. Debia igualmente la potencia requerida, en virtud del
artículo 5.", tener disponibles y mantenidos á su costa 18.000
infantes, 6.000 caballos y un tren de artillería proporcionado.
Esta alianza fué el yerro capital de Carlos IV, como el
pacto de Familia lo había sido de Carlos III.
i.° de Octubre de 1800. Se firmó un tratado
preliminar, secreto, entre el Gobierno español y
el cónsul Bonaparte.
En su virtud , Francia se obligaba á aumentar el territorio
del ducado de Parma, y España á devolver la Luisiana y dar
á Francia seis navios de guerra en buen estado , aspillerados
para 74 cañones, armados y equipados, y prontos á recibir
municiones y provisiones francesas.
II de Setiembre de 183 1. Se publicó el em-
barazo de la reina doña María Cristina, del cual
resultó el nacimiento de la infanta doña Luisa
Fernanda.
Setiembre de 1832. En este mes se agravó
considerablemente la dolencia que aquejaba al
rey D. Fernando Vil hasta el punto de temerse
por su vida. Las importantísimas escenas que con
este motivo ocurrieron en Palacio, y que tan tras-
cendental influencia han ejercido en la historia
contemporánea de nuestro país, las describiremos
á continuación, amparándonos en la autoridad
del historiador D. Modesto Lafuente.
La inquietud y zozobra de los partidos se aumentó con
motivo de haber tomado una gravedad alarmante los padeci-
mientos del Rey en el Real Sitio de San Ildefonso , donde la
corte se habia trasladado (2 de Julio de 1832). Acompañában-
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— 147 —
le la reina Cristina y sus hijas, D. Carlos y doña María Fran-
cisca, su esposa, la Princesa de Beira y el infante D. Sebas-
tian con la princesa doña María Amalia, con quien este
mismo año se habia casado. El infante D. Francisco y su es-
posa doña Luisa Carlota (hermana de la Reina) hablan par-
tido para Andalucía. En los meses de Julio y Agosto la en-
fermedad del Rey tuvo diversas alternativas, pero resultando
de ellas ir en progresivo desarrollo. Amenazó ya peligro su
vida en los dias 13 y 14 de Setiembre, y el 17 del mismo mes
los médicos, la regia esposa, todos desesperaban ya de salvar
al Rey.
¡ Qué momentos aquellos tan terribles para la angustiada
Reina! ¡ Sin confianza en nadie, ni aun en la guardia del
mismo Palacio , sola y abandonada al lado de un esposo mo-
ribundo, asaltando á su imaginación el triste porvenir de sus
dos desvalidas hijas ! En tal turbación , de acuerdo en lo po-
sible con Fernando, llama al ministro Calomarde y le pre-
gunta qué providencias deberían adoptarse para el caso de
que el Rey exhalara el último suspiro. El Ministro le respon-
de que el Reino se pronunciarla en favor de D. Carlos , por-
que los doscientos mil realistas armados , y aun el ejército , le
amaban , y que el único medio de poder acaso sostener la su-
cesión directa sería interesar al Príncipe dándole participa-
ción en el poder. Lo mismo confirmó el obispo de León.
Todo en aquel conflicto era aceptado. El Ministro de Estado,
Conde de la Alcudia, recibió la misión de presentar á don
Carlos un decreto firmado por el Rey autorizando á la Reina
para el despacho de los negocios durante su enfermedad , y
al Infante en calidad de consejero de la misma. Poco era esto
para quien confiaba empuñar el cetro por derecho divino.
Don Carlos se negó en absoluto á semejante acomodamiento.
Tampoco dio respuesta más favorable á otra proposición que
después se le hizo de ejercer la regencia del Reino, en unión
y ala par con la Reina, siempre que empeñase su palabra
de sostener los derechos de la infanta Isabel.
Creció aquella noche el peligro del Rey y creció con él la
tribulación de la Reina, que apenas tenía á quién volver los
ojos. La familia Real, los ministros, los consejeros, el Cuer-
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— 148 —
po diplomático , todos , con pocas excepciones , favorecían la
tendencia de los carlistas. Calomarde, el Conde de la Alcudia
y el obispo de León , hechura del primero , pintaron con co-
lores tales á los augustos consortes los peligros que correrían
la Reina y sus tiernas hijas si no se derogaba la Pragmática-
sanción de Carlos IV, y la guerra que de otro modo se en-
cendería en la Nación, que Cristina hubo de exclamar:
« / Pues bien , que España sea feliz y disfrute tranquila de ar-
den y paz I 'h Femando, con apagada voz y la razón casi tur-
bada, tembló también y accedió á las indicaciones de sus
consejeros , y firmó con trémula mano (18 de Setiembre de
1832) un codicilo, en forma de decreto, que le presentaron, en
que se decia : « Que haciendo este sacrificio á la tranquilidad
de la nación española, derogaba la Pragmática-sanción de-
cretada por su augusto padre á petición de las Cortes de
1789, y revocaba sus disposiciones testamentarias en la parte
que hablaban de la regencia y gobierno de la Monarquía.»
Los carlistas hablan triunfado ; los vencidos eran una joven
atribulada de pena y un moribundo con las. facultades men-
tales perturbadas.
Un letargo parecido á la muerte sobrevino al Rey. Tuvié-
ronle por muerto sus consejeros , y suponiéndose ya releva-
dos de guardar sigilo, mandaron que se publicara el decreto.
Pero el Ministro de la Guerra, Marqués de Zambrano, y el
consejero D.José María Puig, negáronse á autorizar la pu-
blicación mientras no les constase de un modo auténtico la
muerte del Rey. Por todo atropello la impaciencia de los
vencedores, y facilitando algunas copias manuscritas, fijá-
ronse en varios sitios públicos de la corte, donde cundió rá-
pidamente la voz de que el Rey habia muerto. No era extra-
ño , porque se difundió también en este mismo Real Sitio.
Pero el Rey no habia muerto. La Providencia, que con
misteriosa sabiduría dirige desde lo alto la marcha de la hu-
manidad y los destinos de los reyes y de los pueblos , quiso
que el Príncipe, sobre cuya creida«auerte se hablan fundado
tan inmoderadas é injustas alegrías , presentara síntomas de
un inesperado alivio , y que fuera recobrando y despejándose
su razón. Fuéronse también sabiendo los manejos empleados
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— 149 —
en aquella terrible crisis por el bando realista. Varios jóvenes
de la nobleza, movidos por un impulso generoso en favor de
la justicia, de la belleza y de la inocencia, ofrecen á la joven
Reina sus auxilios. Al propio tiempo la infanta doña Luisa
Carlota con su esposo el infante D. Francisco , noticiosos de
los sucesos de San Ildefonso , han partido apresuradamente
de la bahía de Cádiz , donde se hallaban , y con prodigiosa
rapidez han voladera Madrid y de allí al palacio de La Gran-
ja, al lado de Cristina, á la cabecera del Monarca doliente.
La aparición de la infanta Carlota en la regia cámara (22 de
Setiembre) es la aurora del consuelo para unos ,. el rayo ater-
rador para otros. Señora de ánimo esforzado la infanta Car-
lota, vehemente en el sentir, amiga de la justicia, amante de
su hermana, rival y aun enemiga en política de la mujer de
don Carlos , informada de todo lo ocurrido , reconviene cari-
ñosamente á su hermana por la debilidad de haberse dejado
aterrar por el artificio de sus enemigos , se acerca á la cabe-
cera del Rey , á quien encuentra ya con su razón recobrada
aunque no fuera de peligro , le despierta el amor de su espo-
sa y de sus hijas , le expone la astucia con que se ha abusado
de su estado de postración y le excita á que revoque el de-
creto en mal hora arrancado ; hace comparecer á Calomarde,
le echa enérgicamente en cara su perfidia, le amenaza con el
merecido castigo, corre como cierta la anécdota de haber
puesto airada sus manos en el rostro del Ministro , que , tem-
bloroso y turbado, dicen haberle dado sólo por respuesta:
% Manos blancas no ofenden^ señor ai* ^ con lo que se retiró de
su presencia. De repente , la resolución de la Infanta hace
cambiar de todo punto la escena. Fernando se decide á revo-
car la recien hecha disposición y á restablecer la que en lo
relativo á la sucesión de la Corona habia decretado dos años
antes , devolviendo así el derecho que la intriga habia usur-
pado á sus hijas. £1 codicilo del dia 18 ya no existia ; la in-
fanta Carlota habia pedido el original y le habia rasgado en
mil pedazos.
12 de Agosto de 1836. Sublevada la guarni-
ción de La Granja por las sugestiones de personas
12»
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— 150 —
venidas ocultamente desde Madrid, penetró tu-
multuosamente en Palacio al mando de varios
sargentos , y en la noche del dia citado obligaron
á la reina Cristina á firmar un decreto poniendo
en vigor la Constitución del año 12. La Reina
trató de evadir, por cuantos medios le sugirió su
gran talento, el acceder á lo qué los revoltosos
exigían de ella; pero temerosa de mayores vio-
lencias, sin ningún apoyo y privada de comuni-
cación con su Consejo de Ministros, se resignó
por fin á firmar el decreto, pero manteniendo con
firmeza la restricción de que se entendiese pro-
clamada la constitución de Cádiz únicamente
hasta que la Nación reunida en Cortes manifes-
tase su voluntad ó diese otra conforme á sus ne-
cesidades políticas.
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obras de arte de este Real Sitio, en los jardines
se nota , de un modo muy marcado , la influen-
cia de la época en que se hicieron. Después de
una sangrienta gua-ra, y apenas consolidada
la paz, el sentimiento de lo bello estaba poco
cultivado en España. No habia ideas propias,
ni artistas que, prescindiendo de las tradiciones
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— 152 —
y de la corriente general, supiesen hacer crea-
ciones nuevas y puramente españolas. En cam-
bio, la grandeza de Francia y el nombre de
Luis XIV llenaban el mundo entero. Tod.os co-
nocian la magnificencia de las fiestas de Versálles,
á cuyo esplendor contribuían en gran parte los
magníficos jardines que les servían de teatro. Don
Felipe V, aunque ya español de corazón , no podia
olvidar ni aquellas fiestas ni aquellos jardines, y
cuando, abatido y melancólico, determinó retirarse
en este Sitio , trató de que le rodeasen los recuer-
dos de su juventud, esperando de esta manera en-
contrar la tranquilidad y el reposo que necesitaba
su alma fatigada. Quiso que aquellas calles de ár-
boles largas y sombrías , aquellos parterres ador-
nados de jarrones y estatuas , y aquellas fuentes
monumentales, que aun hoy dia se admiran, fue-
sen trasportados al centro de España; pero ya que
las circunstancias le obligaban á hacer, no una
creación nueva y original, sino una copia, no per-
donó medio, y empleó su firme voluntad en que
estos Jardines , á la vez que . recordasen á los de
Versálles, no les cediesen en grandiosidad y mag-
nificencia, de modo que la copia sobrepujase al
original.
El estilo clásico francés , creado por Le Nótre,
autor del trazado de los jardines de Versálles, fué
el que se siguió en éstos, como no podia menos de
suceder , pues Le Nótre hizo una verdadera revo-
lución en el arte de la jardinería, y sus principios
fueron universalmente seguidos en aquella época;
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— 153 —
y por más que hoy dia están del todo abandona-
dos, preciso es confesar que producen un senti-
miento de grandeza y majestad difícil de obtener
de otra manera. El efecto de las líneas rectas , del
dibujo regular y de la simetría, cuando están com-
binados con arte y en grandes proporciones, es
majestuoso ; y no deja también de tener su encan-
to la sujeción de la naturaleza á la regla y al
compás , para hermanarlas con las obras de arte y
la arquitectura. Los jardines más notables de Eu-
ropa del siglo XVII y parte del xviii pertenecen á
este estilo , y la Inglaterra , Rusia y Alemania é
Italia poseen bellos ejemplos.
Al mimo tiempo que el Real Palacio , se empe-
zaron las obras en los Jardines bajo la dirección de
don Renato Cartier, mas ignoramos si el trazado
era de su invención. La extensión que al principio
se les dio estaba lejos de ser la actual , pues la par-
te superior llegaba sólo á las calles de la última
Línea] y el Mar^ gran depósito de donde se surten
las fuentes, quedaba fuera. Para obviar esto, y á
la vez darles mayor ensanche, catorce años des-
pués de haberse empezado los trabajos, en 1735,
compró D. Felipe V á la ciudad de Segovia 186
fanegas de terreno en la parte alta, que son las
que ocupa er Bosque , y seis en la del Mediodía,
mirando hacia el Valsain , para hacer el Laberinto^
idea que no llegó á realizarse, pues luego se trazó
en el extremo opuesto. La dirección de Carlier,
que á la vez era jefe de los escultores, sólo duró
un año, pues su muerte acaeció en 1722, y en*
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— 154 —
tónces quedó al frente de los trabajos D. Esteban
Boutelou , auxiliándole en la formación de las Par-
tidas reservadas, Joly, Lemmi y Basani. Lemmi
fué luego jardinero mayor.
Muerto D. Felipe V en 1746, terminaron las
obras, y puede decirse que desde entonces no se
han hecho otros trabajos que los necesarios de en-
tretenimiento , pues algunas variaciones reciente-
mente introducidas son de escasa importancia , y
afectan más particularmente á las Partidas reser-
vadas. La última fuente que se hizo .fué la de los
Baños de Diana ^ terminada en 1742, cuatro años
antes de la muerte del Rey.
Nos parece probable que el primer trazado se li-
mitarla á la mitad del jardin ocupada por el gran
rectángulo de las Ocho Calles^ porque en su dibu-
jo se ve un plan uniforme y regular , que en vano
se buscaría en lo demás; y la falta de continuación
por bajo de la calle de Valsain y parterre de la
Fama debe atribuirse al deseo de conservar al-
gunas plantaciones existentes ya de antiguo en los
alrededores de la ermita de San Ildefonso^ hecho
comprobado por algunos seculares olmos que he-
mos visto cortar , y que procedían de una fecha
anterior á la fundación de este Real Sitio. La otra
mitad se distingue por la falta de uniformidad en
su trazado , por ser el tilo la especie empleada en
la plantación lineal , y por no tener sus calles pa-
seos laterales , mientras que las de las Ocho Calles
los tienen siempre, y la especie que las forma es
el olmo, ó por lo menos lo era exclusivamente en
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— 155 —
su principio , pues las otras clases de árboles que
hoy se ven proceden de plantaciones posteriores,
ó de la reposición de las marras. Como los olmos
se encontraban ya en las inmediaciones de la JSr-
tnita^ es lógico suponer que las calles formadas
por ellos precedieron á las de tilo, especie no co-
mún en esta localidad ; y según datos auténticos
que tenemos á la vista, los primeros vinieron de
Holanda en Febrero de 1723, cuando hacía ya dos
años que se estaba trabajando en la formación de
los Jardines; y en igual fecha llegaron de Francia
los primeros castaños de Indias.
Si bien no en tan alto grado como en los jardi-
nes clásicos antiguos, en cuyas terrazas dominaba
más el mármol que los árboles , en los del estilo
creado por Le Nótre ocupan un papel importan-
te las obras de arte, especialmente las estatuas,
jarrones y fuentes. Para su ejecución hizo venir
don Felipe V una multitud de artistas franceses
que establecieron sus talleres en Valsain, bajo la
dirección de D. Renato Carlier, que era conocido
como escultor por figurar en Versálles algunas es-
tatuas suyas, y que á la vez dirigia el trazado de los
Jardines, como ya hemos dicho; mas á causa de ha-
ber muerto al poco tiempo , son escasas las obras
que dejó , limitándose á alguna estatua. Es de creer,
no obstante, que el plan ó idea de algunas fuentes
sea suya, aunque ejecutadas por Fremin y Thierri,
que á su muerte le sucedieron , y á los que se de-
ben la mayor parte de estatuas y todas las fuentes,
excepto la Fama y los Baños de Diana ^ que son
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-- 156 -
obra de Demandre y Pitué, sus discípulos aventa-
jados. Las estatuas son todas de mármol blanco (i)
lo mismo que sus pedestales , y la primitiva idea
del Rey fué hacer las figuras de las fuentes de bron-
ce. Á este efecto hizo venir de Roma á Francisco
Rey para que se encargase de la fundición; mas
pronto entre él y los escultores surgieron una por-
ción de diferencias y dificultades , y entonces pro-
pusieron éstos hacerlas de plomo, encargándose
de dirigir todos los trabajos necesarios, idea que
fué aceptada y puesta en práctica (2) ; en lo que se
perdió bastante, pues aun prescindiendo del buen
efecto y mayor riqueza que hubieran tenido, no
habría que lamentar la deformación que ya se
nota en algunas de ellas, y sobre todo en la figura
de la diosa Minerva de la fuente de Apolo , en las
de Saturno y Marte de las Ocho Calles^ y en otras
varias. Los jarrones que adornan los parterres son
también de plomo, y de mármol los pedestales so-
bre que descansan. Algunos de ellos, de buen
gusto y graciosas proporciones, están ricamente
exornados , ó con sencillos bajo-relieves que repre-
sentan asuntos mitológicos ó venatorios.
En general , el mérito artístico de las obras es-
cultóricas no es notable , cosa que no es de extra-
ñar atendida la época; mas si las estatuas, puestas
en un museo, podrian ser objeto de crítica, por su
(i) Excepto el fauno de \a plazuela de Andrómeda , y las estatuas del
Canas/ülo.
(2) La figura de Latona , en la Fuente de las Ranas , es de mármol.
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— 157 —
falta de expresión y movimiento, por Ja calma y
monotonía de sus actitudes , y por el poco gusto y
arte en el plegado del ropaje , « que debe ocultar
los miembros dejando adivinar las formas», colo-
cadas en el cruce de las calles, á la densa sombra
de corpulentos árboles , y sirviéndoles de fondo el
verde y tupido follaje , producen un efecto admi-
rable. Las figuras de las fuentes participan de los
mismos defectos , y unas y otras pertenecen á la
escuela que, abandonando el clasicismo de la esta-
tuaria griega, sigue el camino trazado por Bernin,
célebre por su decoración del primer templo del
mundo, pero en un estado de lamentable decai-
miento. Así y todo , las estatuas de estos Jardines
bien pueden figurar con ventaja al lado de las que
se ven en otros muy renombrados de países clási-
cos eri bellas artes, como, por ejemplo, los de Bó-
boli , de Florencia, y otros varios. Pero si la parte
escultórica de las fuentes no es notable, en cam-
bio el efecto que produce la gran cantidad de agua
y los mil surtidores que se cruzan formando visto-
sos juegos, es magnífico y sorprendente. Bajo este
punto de vista no tienen rival y son justamente
admiradas. Su estilo es de todo punto diferente al
de la célebre Fontana Trevi de Roma , que se si-
guió , si bien mejorándolo mucho , en la cascada
de Longchamp de Marsella, en la del Palacio del
Trocadero, y recientemente en el Parque de Bar-
celona, y con las cuales, á causa de su heterogenei-
dad , no es posible compararlas.
El número total de fuentes es de veintiséis, mas
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- 158 -
no todas son diferentes , hallándose algunas repe-
tidas, como las de los Dragones^ Tazas y Cara-
coles^ y también podemos contar en este número
las ocho de las Ocho Calles^ á pesar de que su
grupo central es diferente. Teniendo esto en cuen-
ta, quedan reducidas á las diez y seis siguientes:
*• Fama , ** Baños de Diana , ** Ranas , Ocho
Calles (ocho fuentes), Tazas (dos fuentes), Dra-
gones (dos fuentes), ** Canastillo^ * Andrómeda^
* Apolo ^ * Neptuno , Abanico , Caracoles (dos fuen-
tes), Anfitrite^ Tres Gracias^ * Vientos y * Selva,
Algunas de éstas alcanzan el máximo efecto cuan-
do corren combinadas , y de aquí que su agrupa-
ción tenga nombre particular, como sucede con la
Cascada Nueva^ frente al Palacio, que se compo-
ne de las Tres gradas^ la Cascada y Anfitrite;
y la •* Carrera de Caballos^ de las siguientes: An-
drómeda , Cascada Vieja^ Dragones de la Media
Luna^ Apolo ^ Mascaron^ Neptuno^ Abanico y dos
Caracoles. No todas las fuentes son del mismo
mérito , y las reputadas como las mejores por el
efecto y combinación de sus aguas las hemos mar-
cado con dos ** ó con un *.
Luego indicaremos de dónde viene el agua para
surtir estas fuentes , y cómo se distribuye.
En la actualidad los dias marcados para correr todas las
fuentes, son:
Enero 23: San Ildefonso, patrón de este Real Sitio, y
santo de S. M. el Rey.
Mayo 30: San Fernando, rey de España.
Julio 24 : Santa Cristina , santo de S. M. la Reina.
Agosto 25 : San Luis, rey de Francia.
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— 159 —
Setiembre ii : cumpleaños de S. A. R. la Princesa de As-
tf^rias.
Setiembre 24 : Nuestra Señora de las Mercedes , santo de
Su Alteza Real la Princesa de Asturias.
Corre, ademas, la Fama el último dia de la octava del Cor-
ptáS'Christi ^ en el acto de entrar la procesión en los Jardines;
y ademas , durante la Real jornada suelen correr una ó dos
fuentes los dias festivos.
Cuando SS. MM. y AA. están en este Sitio algunos de los
dias que acabamos de indicar, lo que de ordinario suele su-
ceder el 24 de Julio y 25 de Agosto , asisten al acto acompa-
ñados de los Ministros, Jefes superiores de Palacio, Cuarto
militar, Cuerpo diplomático , etc., etc., todos de gran unifor-
me ; y entonces la animación que se nota en los Jardines es
extraordinaria. Las fuentes corren por el siguiente orden:
Fuente de los * Vientos,
* Cascada Nueva , compuesta de la fuente de las Tres Gra-
cias^ Cascada y fuente de Anfttrite, El mejor punto de vista
desde éi parterre de Palacio,
* Fuente de la Selva, — Punto de vista: desde el puentecillo
sobre la Ria^ frente al bosque del Nocturnal
** Carrera de Caballos , compuesta de las siguientes fuen-
tes : Abanico^ Caracoles^ * Neptuno^ Mascaron^ * Apolo^ Dra-
gones de la Media Luna, Cascada Vieja y * Andrómeda. — Para
ver bien el conjunto, desde las inmediaciones de la Fuente
del Abanico, y luego se irá subiendo fijándose en los que lle-
van un * Hermoso punto de vista del conjunto también,
desde encima del Mascaron , ó del balcón circular sobre la
Media Luna,
♦* Fuente del Canastillo, — Conviene colocarse en una de las
bocacalles que dan á la plazuela, para poderse retirar si el
agua sale con mucho ímpetu.
Ocho calles. — El punto de vista está en el centro, desde
donde se ven correr las ocho fuentes de la plaza.
** Fuente de las Ranas. — Punto de vista : desde la plazole-
ta. El agua no sale fuera del estanque.
** Fuente de los Baños de Diana. — Punto de vista: desde la
entrada de la calle de Valsain á la plaza de la fuente.
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— i6o —
*♦ Fuente de la Fama. — Sus Majestades y regia comitiva
se colocan en el centro del parterre que está junto ala fuente.
Se ve bien el efecto del surtidor central desde la calle d¿ Val-
satffy y ofrece un bonito panorama desde la explanada, junto
á la puerta principal de los Jardines, frente al Patio de la Her-
radura.
Más bien q}iQ jardín le corresponde llamarse
parque al conjunto de terreno cercado que ordi-
nariamente se designa con el nombre de Los Jar-
dines^ pues casi toda la mitad superior está sin
cultivo alguno y de monte , y á mayor abunda-
miento, destinada al presente á la cría de corzos
y faisanes para la caza. Por eso le llamaremos
Real Parque y distinguiremos en él dos divisio-
nes: el Bosque^ la parte superior inculta, y los
Jardines toda la inferior, cruzada de calles con
plantación lineal y donde están las fuentes y es-
tatuas. Algunos trozos de éstos , cerrados, y no de
libre entrada, forman las Partidas reservadas. Su
extensión superficial es de 146 hectáreas , distri-
buidas entre las divisiones que acabamos de ha-
cer , de esta manera :
Bosque 67 hectáreas
Jardines 61 »
Partidas reservadas. . , 18 »
Un alto muro de 6 kilómetros próximamente
de longitud (5.970™) cierra completamente el
Parque, y en él se encuentran varias puertas.
Prescindiendo de las que están en las Partidas
reservadas^ comunican con la población la Prin-
cipal y la de la Botica , situadas á ambos lados
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— i6i —
del Real Palacio. La de Costo, ó de los Baños de
Z?iana y junto á la fuente de este nombre, da al
paseo del Nogal de las Calabazas, y la del Molt'ni-
Iloj á la mata de Navalosar. En la parte superior
del Bosque sólo existe la del Cebo, á 1,278 metros
de altitud , que sirve para ir á la casa del mismo
nombre.
En la actualidad , la puerta de la Calandria^ que ponía en
comunicación los Jardines con la parte baja de la población,
está cerrada. En las Partidas reservadas hay las siguientes:
una en la Caja de Estudio^ dos en la de las Flores ^ y una en
el Vivero. Ademas hay dos puertecillas de servicio , una en la
Faisaner?^ y otra en los Baños del Rey.
El terreno del Parque es desigual, y presenta
diferencias de altitud muy notables. El punto
más elevado es el ángulo Este del Bosque , cono-
cido con el nombre de Ültímo Pino, que está á
1.325 metros de altitud; 76 más alto que la Mese-
ta del Mar, 125 más que el Real Palacio, y 280
más que la puerta de Segovia. El punto más bajo
se halla en la puerta del Vivero , que dista verti-
calmente del Último Pino unos 300 metros. Estas
diferencias de nivel en tan reducido espacio ha-
cen que las condiciones de vegetación sean muy
diferentes , por más que todo el Parque esté com-
prendido en la regicn que los botánicos llaman
montana. Su flora silvestre difiere poco de la de
las Matas , y como aquí no nos es posible descri-
birla, sólo indicaremos los principales vegetales
leñosos que crecen espontáneos, y que tienen
gran influencia ed el aspecto del Bosque y bos-
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— 103 —
quetes, pues su cultivo se limita á abrir caminos y
veredas que permitan transitar por ellos cómoda-
mente, dejando la ornamentación al cuidado de
las plantas que naturalmente allí crecen. En la
parte superior, el pino (Pinus sylvestris)y mez-
clado con el roble (Quercus tozsfa)^ forma la masa
principal , y entre ellos se ve algún mostajo {Sor-
bus aria)^ el serval de cazadores (S, aucuparia)^ el
cerezo silvestre {Cerasus avium) y el maillo {Ma-
lus acerba). El chopo temblón, por lo regular en
agrupaciones, crece lo mismo en la parte alta que
en la baja; y al borde de los arroyos, las bardague-
ras y sauces, mezclados con hermosos heléchos;
mientras que el rosal silvestre, la zarzamora y los
endrinos, forman espeso matorral, entrelazados
por los sarmentosos tallos de la madreselva , que
los adorna con olorosas flores.
La mayor parte de las aguas que entran en el
Parque para las fuentes y demás servicios , pro-
cede de los arroyos Morete y Carneros , y de la
cacera de Peñalara, que es una derivación del
arroyo del mismo nombre. Todas vienen del Pi-
nar, y el Morete se reúne al Carneros por medio
de una presa que conduce todo el caudal del pri-
mero al segundo. Esta unión se verifica en las
Matas, cerca de la tapia oriental del Parque, y
las aguas entran en el mismo por un rastrillo si-
tuado á la izquierda de la Puerta del Cebo, La ca-
cera de Peñalara , que en su curso se enriquece
con las aguas de los arroyos Cabrerizas y Chor-
ranca, entra independiente por una abertura prac-
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— i63 —
ticada cerca del ángulo meridional de la tapia,
pero en seguida reúne sus aguas á las ya citadas.
En una presa de distribución existente en las in-
mediaciones de \z. fuente del Pino ^ el caudal to-
tal se divide en dos partes : una destinada á la
alimentación del gran depósito llamado ^/ il/¿ír, y
otra que, corriendo por una cacera paralela y
contigua á la vereda que baja de la Puerta del
Cebo y va al estanque Cuadrado , depósito de aguas
potables para las fuentes del barrio alto de la po-
blación , y estanques de las Ranas y del Chato.
Cuando hay sobrante , salta la presa y corre por
un cauce natural, que debe ser el antiguo. del
arroyo Morete , y después de un trayecto de 300
metros , sale fuera del Parque por el punto deno-
midado el Rastrillo ^ situado en la tapia meri-
dional.
Un pequeño ramal de la cacera del Molinillo^
que se deriva del arroyo del Chorro Grande y
corre por la mata de Navalosar, entra también en
el Parque por la tapia Norte, y alimenta el estan-
que del Colmenar,
£1 empleo que tienen las aguas depositadas en los estan-
ques que acabamos de mencionar y en otros secundarios , lo
indicamos á continuación :
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-_ i66 —
Ademas de las aguas .que, según acabamos de
indicar, entran en el Real Parque, procedentes
de arroyos y caceras, se encuentran en él una
porción de fuentes naturales de excelente y fresca
agua , cuya temperatura en el centro del verano
pasa poco de 12° centígrados. Según los datos
que hemos tomado á fines de Agosto, época de su
máximo, la fuente más fria es la de la Reina ^ que
marcaba dos décimas de grado (ii°,8) menos que
las del Pino y Fuente fria (12**), y la más caliente
la de la Mimbrera^ cuya temperatura era de 15°,
mientras que las de Cordero y del Cañón excedía
apenas de 12^ La temperatura anual de estas
fuentes es poco constante, y sufre alteraciones
bastante notables , pues la de la Mimbrera , por
ejemplo, que señalaba 15° en Agosto, tenía sola-
mente una temperatura de 10** en Junio , habien-
do sufrido un cambio de 5° en dos meses ; si bien
hay que tener en cuenta que es una de las que
más variación ofrece. La media invernal de las
fuentes de la Reina , Fria y del Pino oscila al
rededor de 6°.
Á continuación enumeramos todas las fuentes
naturales del Parque y los sitios donde se en-
cuentran.
Jardines ; Fuente del Niño , en el bosquete
triangular entre las calles de la Medianería y los
Dragones^ frente á hi Puerta Principal; fuente
de la Mimbrera^ en la calle del Vivero y junto á
la entrada de tstt] fuente de la Reina ^ en el bos-
quete de este nombre, contigua á una de las
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— 107 —
fuentes de las Tazas; fuente de Cordero , en la
calle que va á la puerta del Laberinto; y fuente
del Cañón , en la calle del Infante , encima de la
Huerta,
Partidas reservadas : Fuentes de la Huerta^
Colmenar^ Caja de Estudio y Faisanera , cada
una en la partida de su nombre.
Bosque : Fuente del Pino^ junto á la vereda que
desie el Mar va á la Puerta del Cebo ; fuente
del Rey^ detras de la Casa de la Góndola ; Fuen-
te fria^ en la vereda que baja del Último Pino^
antes de unirse á la que viene del Cerrillo de los
Frailes; y Fuente mineral^ de agua sulfo-ferrugi-
nosa, debajo de la Meseta del Mar.
Ya hemos dicho que en la plantación lineal
sólo se emplearon primitivamente el olmo, el tilo
y el castaño de Indias, y para la formación de los
setos {Charmille)^ el carpe. Posteriormente se
han introducido algunas especies, no siempre con
el mejor criterio, ya para plantar del todo algu-
nas calles, ya para reponer las marras , y con ese
objeto se han dejado también crecer algunos pies
del carpe que forma los setos , lo que no produce
buen efecto. En la actualidad, las especies em-
pleadas son las siguientes :
Olmo, tilo, castaño de Indias, carpe, fresno,
arce , chopo, varias coniferas (Pinus y Abies),
Las calles son de dos clases: unas de lo metros
de anchura, con paseos laterales de 3 y medio
metros, y otras, sin paseos y sólo 8 metros de an-
cho. Las primeras ocupan la mitad de los jardi-
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— i6S —
nes de las Ocho Calles^ y las segundas la otra mi-
tad plantada de tilos , sirviéndoles de línea divi-
soria la calle de la Medianería. La superficie total
ocupada por las calles y plazoletas en cuyo centro
están las fuentes, es de 1 8 hectáreas, y la longitud
de la plantación lineal alcanza la considerable ci-
fra de 34.470 metros. La del seto vivo es de 31.500
metros. Suponiendo ahora que los árboles estén,
por término medio , situados á 5 metros de dis-
tancia unos de otros , puede calcularse en 7.000
próximamente el número de los que están plan-
tados en línea ; y Uamanios la atención sobre eso,
porque en algunas descripciones de este Real Sitio
se dice que asciende á 3.140.000, cantidad enor-
me, pues plantados á S metros ocuparían una lon-
gitud de 15.700 kilótnetros, que es mayor que el
diámetro de la tierra y que la distancia de un
extremo á otro de las dos Américas ; y que una
locomotora á todo vapor apenas podría recorrer
en diez días, y una bala de canon en siete horas y
media.
Las porciones de terreno comprendidas entre
las calles se llaman bosquetes, y en los jardines á
la francesa se ponía el mayor esmero en adornar-
los y hacerlos agradables, pero siguiendo siempre
los mismos principios de simetría, y embellecién-
dolos con obras de arte. Á la muerte de D. Feli-
pe V concluyeron Ips trabajos, y los bosquetes de
estos jardines quedaron en estado inculto , excep-
to los de la Canal ^ Vientos y Nocturnal, Poste-
riormente, en algunos de ellos, como los de la
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— i6q —
calle de Valsuin , Melancolía y Fuente de la Rei-
na^ se abrieron veredas irregulares que permiten
transitarlos, y ofrecen hermosos sitios y agrada-
bles puntos de vista. Los parterres forman tam-
bién parte esencial de esta clase de jardines, pues
ademas de proporcionar aire y luz , interrumpen
la monotonía y recrean la vista con sus cuadros y
platabandas esmaltadas de flores. Sólo tres son
los que se encuentran en el Parque : el de Pala-
cio , la Fama y Andrómeda , y su trazado y or-
namentación actual no es el que primitivamente
tenian. %
Dadas ya las anteriores generalidades sobre la
historia y modo de ser del Real Parque, podemos
empezar la descripción de las fuentes y sitios que
ofrezcan mayor interés.
JARDINES Y FUENTES
La puerta principal está contigua al Real Pa-
lacio, por el lado át\ patío de la Herradura, 1^2i
forman tres espaciosas verjas de hierro, iguales y
separadas por pilares de granito. En el adorno
que les sirve de remate, debajo de la corona Real,
se ve la flor de lis de la casa de Borbon.
Excepto cuando los Reyes se hallan en este Real Sitio , eg-
tas verjas suelen estar cerradas, y entonces se entra por. una
puertecita inmediata á ellas.
Á la entrada de los Jardines se encuentra una
gran explanada, continuación del patío de la
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— 170 —
Herradura^ limitada por una balaustrada, que á
la vez sirve de asiento , y del centro de la cual
parte una escalinata que baja al parterre de la
Fama. Éste ocupa el centro de una gran plaza
rectangular. Al fondo está hi fuente de la Famay
y por los lados la limitan las calles de Valsain y
del Mallo.
El parterre de la Faina, tal como hoy se en-
cuentra , no es el primitivo que se hizo al trazar
los jardines. Pertenece al gusto de los parterres
ingleses del tiempo de Luis XIV, y se compone
de dos figuras iguales y simétricamente colocadas,
de forma general rectangular , y escotados los la-
dos menores por dos entradas que se terminan en
arcos de medio punto, lo que hace que en su
centro se forme una especie de plazoleta , que es
donde se colocan SS. MM. y regia comitiva para
ver correr \2i fuente de la Fama los dias de gala.
La platabanda que rodea al parterre, interrum-
pida de trecho en trecho por bolas y cubos de
tejo recortado, está adornada con rosales y otras
flores, y su interior, cubierto de céspeti, rebajado
con relación al nivel general del terreno. En el
centro de cada una de las dos mitades, sobre pe-
destales de mármol adornados, se levantan dos es-
tatuas que representan á Dafne y Apolo (i); éste
en actitud de correr tras de la Ninfa , y Dafne en
(i) En la inscripción de detras de estas estatuas se lee que son obra
de D. R. Carlier , mas debe ser una equivocación , pues este parterre fué
hecho algunos aflos después de la muerte de dicho escultor. Probable-
mente serán de Fremin.
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— 171 —
el momento en que llega fatigada á las orillas del
rio Peneo, su padre, y empieza á convertirse en
laurel. Aunque no copia exacta, estas dos estatuas
recuerdan las del jardin de las TuUerías, obra de
Coustou.
En los cuatro ángulos del parterre , lo mismo
que en el centro de los cuatro lados mayores de
las dos figuras que lo forman , se ven magníficos
jarrones, interrumpiendo estos últimos las plata-
bandas. Son de plomo pintado y de mármol sus
pedestales; y preciso es confesar que sus autores,
Demandre y Pitué , estuvieron afortunados , pues
son de muy buen gusto. Los cuati o de los ángu-
los, de tipo crateriforme^ están ricamente orna-
mentados. En su cuerpo se ven las armas de Es-
paña y casa de Borbon reunidas por el Toisón de
Oro y el collar de la orden del Sancti Spiritus^ y
rematando la cartela que los contiene una corona
Real. Á ambos lados figuran las asas dos cabezas
de león , sobre las que se eleva una voluta que
termina en casco, cuya camera está unida al re-
mate del jarrón. Los dos que interrumpen la pla-
tabanda de la primera mitad son también de tipo
crateriforme y y en su cuerpo hay, en el frente,
un bajo relieve que representa un grupo de per-
ros jugando, y en el lado opuesto, un jabalí aco-
sado por perros. Las asas las forman dos cabezas
de venado, y encima de ellas, sentadas en el bor-
de de la boca del jarrón y apoyando el brazo en
el remate, se ven dos bonitas figuras que repre-
sentan un hombre y una mujer con trompas de
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— 172 —
caza en la mano. Los otros dos jarrones tienen la
forma de un ánfora, y son tal vez los más gra-
ciosos y esbeltos de todos los jardines. Su cuerpo
está adornado , en ambas caras , por un bajo re-
lieve que representa trofeos de caza : redes, trom-
pas , cuchillos de monte ; y en el centro, un grupo
de cabezas de jabalíes y venados. Dos figuras, una
de hombre con un cuchillo de monte en el cinto
y otra de mujer con un pájaro en la mano, sen-
tadas en la terminación del cuello del ánfora y
sosteniendo las redes del trofeo de caza, forman
las asas.
Al final de este parterre se encuentra la fuente
de la Pama, que le da el nombre. En el centro
de su estanque circujar, de 32 metros* de diáme-
tro, se levanta á la altura de 6 metros un gran
peüasco de plomo, en cuya cúspide el caballo
Pegaso lleva por los aires á la Fama, sentada en-
tre sus alas y en actitud de tocar el clarín , que
dirige hacia el cielo , y por el que sale el grandio-
so chorro de agua que se eleva á la considerable
altura de 47 metros , causando la admiración de
los que ven correr esta magnífica fuente. Entre
los pies del caballo hállanse rendidos dos guerre-
ros, y otros dos se precipitan desde lo alto, sem-
brando el suelo con sus armas.
De la mitad del peñasco salen cuatro surtidores
verticales que se elevan hasta el caballo , y en la
base, reclinados sobre ánforas que vierten agua
al estanque , se ven cuatro númenes de rios : dos
representados- por ancianos de larga barba, coro-
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— 175 —
nados de plantas acuáticas , y otros dos por gra-
ciosas ninfas. En la periferia del estanque hay
cuatro grupos que representan geniecillos mon-
tados sobre delfines que arrojan por la boca y na-
rices surtidores oblicuos en dirección del centro.
La parte escultórica de esta fuente, penúltima
de las que se hicieron, es obra de Demandre y
Pitué. El coste fué de 11.550 duros; y para ali-
mentar sus 21 surtidores se necesita un gasto de
agua de 21 Va metros cúbicos por minuto, ó sean
9.555 reales fontaneros. Para el surtidor central
viene el agua directamente del Mar^ y como su
nivel se encuentra 53 metros más alto que el ori-
ficio de salida, ejerce sobre éste una presión de 5
atmósferas, que se utiliza para elevar una colum-
na de agua de 5 Va centímetros de diámetro en
su base , á la prodigiosa altura que hemos indica-
do. Los demás surtidores se alimentan del agua
de un pequeño estanque, llamado de los Delfines^
inmediato á la plaza de las Ocho Calles, Su ca-
pacidad es tan reducida, que no permite correr
esta fuente más de diez minutos.
De la plazoleta de la Fama^ al lado opuesto
del parterre, parte una calle á cuyo fin se ve una
verja de hierro, que es la puerta de los Baños de
Diana. Á cada lado de esta calle, en su principio,
hay una estatua. La de la izquierda representa á
Diana (i) cazadora, con una jabalina en la mano
(i) En esta estatua está grabado el nombre de Carlier, mas por las
mismas razones que en la nota anterior , no creemos proceda de este ar-
tista.
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- 176 -
derecha y una cabeza de jabalí á sus pies, y la de
la derecha, obra de Bouseaux, figura á la matro-
na romana Lucrecia con el puñal en la mano y
dispuesta á darse la muerte por no sobrevivir á
la afrenta que habia recibido; mas el escultor ha
puesto tanta paz y tranquilidad en su estatua,
que más bien que exaltada por fieros sentimien-
tos, parece entregarse al sueño.
La calle que limita el parterre de la Fama por
la parte baja es, como ya hemos dicho, la del
Mallo ^ en la que existia el juego del mismo nom-
bre, situado en su extremidad, y del que aun se
conservan restos, y le separa del bosquete de la
Melancolía, uno de los más bonitos, sobre todo
á la hora de la puesta del sol , formado por una
joven y espesa arboleda de tilos, arces, castaños
de Indias , cerezos , etc. , etc. , y tapizado el suelo
por las siempre verdes y tupidas matas de hierba
doncella (vinca minor). Este bosquete está limi-
tado ademas por la calle de la Melancolia, y al
lado opuesto por la del Vivero^ que se continúa
desde la fuente de la Fama á la del Canastillo^
pasando por las Ocho Calles , y es la más larga
de los Jardines. Su longitud pasa de un kilóme-
tro, y en la parte inferior, junto á la entrada del
Vivero^ al lado derecho, bajando, se encuentra la
fuente de la Mimbrera^ de excelente agua, aun-
que la más caliente de los Jardines en el rigor del
verano, pues marca en la época de su máximo
unos 15** centígrados.
£n esta parte de los Jardines se encuentra la ermita de San
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— 177 —
Ildefonso y las partidas reservadas de la Reina , Vivero y Fai-
sanera. En su lugar hablaremos de ellas.
La otra calle que limita el parterre de la Fa-
ma^ por la parte superior, es la de Valsain, que
empieza en la entrada de los Jardines y termina
en los Baños de Diana, A unos 40 metros de su
principio se encuentra, á la izquierda, la de los
Dragones^ y luego, próximamente á su mit-ad,
la cruza otra que desde la Fama va á las Ocho
Calles^ y por último, la calle que, como la pri-
mera, conduce á la. fuente de ¡os Dragones, Esta
calle de Valsain es una de las más concurridas
durante el verano, y á la agradable sombra de
los corpulentos olmos que la forman suelen sen-
tarse á descansar las personas Reales ; á la hora
del mediodía es el punto de reunión de la colo-
nia elegante que viene á este Real Sitio huyendo
de los calores de la Corte.
La descripción de hi fuente de los Dragones irá después de
las Ocho Calles ^"^01 ser allí su sitio natural; mas por cues-
tión de comodidad puede visitarse desde esta calle y volver
luego á ella para ir á los Baños de Diana,
La calle de Valsain termina en una gran plaza
semicircular, en cuyo centro está la fuente de los
Baños de Diana, ejecutada por Demandre y Pi-
tué según los planos de D. Santiago Bouseaux.
Se acabó en 1742, y es la última que se hizo. Su
conjunto es grandioso, y más que en otra alguna
está desarrollada la parte arquitectónica y deco-
rativa, resintiéndose bastante del mal gusto de la
época. Adosada á un murallon de sillería, consta,
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- 178-
de un cuerpo central formado por una gran hor-
nacina carpanelada, á cuyos lados están dos pi-
lastras que sostienen el entablamento, y de sus
costados avanzan oblicuamente dos cascadas de
cuatro tazas que van en aumento, sostenidas por
ménsulas adornadas, y las últimas, ademas, por
dos tritónidas. Como coronamiento de este cuerpo
central hay un remate formado en su parte supe-
rior por un gran jarrón con guirnaldas de flores
pendientes de sus asas, y debajo de su pedestal
un mascaron, y á ambos lados forman grupos
leones que tienen presos entre sus garras drago-
nes alados. En las extremidades existen jarrones
que corresponden á la parte superior de las dos
cascadas.
El basamento de este cuerpo principal de la
fuente está constituido por una gradería de már-
mol, que ala vez sirve de cascada, y es donde
se halla colocado el grupo escultórico principal.
La altura del muro sobre el que está adosada
toda la parte arquitectónica que acabamos de
describir, va disminuyendo paulatinamente ha-
cia los costados formando una curva , y se termi-
na en dos pedestales que sostienen canastillas lle-
nas de mariscos y productos del mar, y sobre
otros dos , inmediatos al cuerpo central y apoya-
dos en el mismo muro, se ven dos grupos de
niños montados sobre venados.
En la hornacina central , que figura una gruta
con las paredes recubiertas de conchas , se levan-
ta un gran peñasco, sobre el que está sentada
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■— 179 —
una figura de tamaño colosal tocando la fiauta
traversa. Según se dice en la mayor parte de las
descripciones de este Real Sitio, representa al
cazador Acteon, que sorprendió á Diana en el
baño y á quien ésta castigó por su atrevimiento
convirtiéndole en ciervo y haciendo que sus mis-
mos perros le devorasen. Pero ni la manera de
representar la figura, que no expresa sorpresa,
sino una actitud tranquila y sosegada, ni la ca-
rencia de los nacientes cuernos con que se retrata
siempre á Acteon, ni, por último, la impasibili-
dad de la diosa, que se baña sin cuidado ante su
presencia, concuerdan con la fábula mitológica;
por cuya razón creemos que el escultor trató sólo
de representar á un fauno de las selvas en la
figura del pretendido Acteon,
El grupo principal, que da nombre á la fuente,
se compone de seis figuras , colocadas en la parte
<5entral de la gradería, que representan á Diana
sentada en actitud de salir del baño, y á cinco
ninfas que la hacen la toilette. Ademas, en el es-
tanque hay una multitud de grupos formados
por ninfas, cisnes y perros, que, arrojando surti-
dores verticales y oblicuos, producen caprichosos
juegos.
La gran cantidad de agua y la graciosa combi-
nación de sus caídas causan un efecto grandioso
y sorprendente. Los surtidores del coronamiento
producen casi por sí solos todo el juego. El jarrón
central eleva á dos metros una columna de agua
<lc ^3 Vi centímetros de diámetro, que feunida
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-— i8o —
en el gran recipiente que hay sobre la hornacina
con la que vierten el mascaron y los dragones,
cae formando estrepitosa cascada, mientras que
los leones arrojan con poderoso impulso dos gran-
des chorros que llegan á alcanzar, en su trayec-
toria parabólica, los bordes más salientes del
estanque. Los jarrones de las extremidades dan
el principal contingente de agua á las cascadas
laterales, cuyo caudal acrecen los surtidores ver-
ticales que salen de cada taza.
Toda el agua que sale por los surtidores del
coronamiento viene del estanque del Chato , y la
de los demás , de la fuente de las Ranas. £1 gasto
total es de 27 metros cúbicos por minuto, que
equivalen á 12.000 reales fontaneros.
£1 coste de esta grandiosa fuente puede dedu-
cirse de la siguiente anécdota, que pasa por verí-
dica. Cuéntase que el rey D. Felipe V, después
de haberla visto correr por primera vez, exclamó:
« Tres minutos me has divertido , pero tres millo-
nes me cuestas.^
Á consecuencia del mal estado en que se en-
contraba, hubo necesidad de proceder á una for-
mal restauración en 1844.
£n la circunferencia de la plaza de los Baños,
formada por seto de carpe y árboles de planta-
ción lineal , hay seis estatuas y cuatro jarrones.
Las estatuas, poco notables, representan con gran
monotonía el mismo sujeto: ninfas de Diana con
atributos de caza ó pesca. Son de mármol, lo mis-
mo que sus pedestales, y obra de Demandre y
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Pitué ; y los jarrones , de plomo , y de los mismos
escultores. Empezando por la derecha, junto á
la puerta de los Baños de Diana, se encuentran
por orden :
I.** Jarrón crateriforme con dos gallos de alas
extendidas por asas , y el remate formado por un
trofeo de casco con cimera de plumas, redes, fle-
chas, etc., etc.
" 2.° Ninfa cazadora, por Pitué. Sentada y ves-
tida , guardando en un carcax las flechas que le
da un cefirillo. A los pies varias aves acuáticas
muertas.
3.** Jarrón coronado por un bonito remate de
tres perros perdigueros, y por asas dos cabezas de
Acteon con los nacientes cuernos de venado.
4.° Ninfa cazadora , por Pitué. Sentada , apo-
yándose con las dos manos en una jabalina. Un
cefirillo le ofrece un cuchillo de caza, y á sus pies
se ve una cabeza de venado.
5.** Ninfa cazadora, por Pitué. (Clio en traje
de cazadora!, dice la inscripción grabada de-
tras.) (i) Sentada, con un cuerno de caza en
la mano derecha, y apoyada la izquierda en el
tronco de un árbol. Á sus pies un perro de caza.
Entre esta calle y la siguiente está la de Valsain.
6.*> Ninfa cazadora, por Demandre. Sentada,
apoyándose en el arco que tiene en la mano iz-
(i) Las inscripciones que se ven en la parte posterior de los pedestales
no son de los autores de las estatuas , sino de algún artífice posterior poce
versado en la mitología.
15
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— lS2 —
quierda. A sus pies está echado un perro que tie-
ne entre sus manos un conejo muerto.
7.® Ninfa pescadora, por Pitué. Está sentada,
en actitud de enseñar un pez á un céfiro que
quiere cogerlo.
8.*» Jarrón con remate de perros igual á su cor-
respondiente del lado opuesto.
9.** Ninfa cazadora, por Demandre. Sentada,
con una jabalina en la mano, y á su lado un céfirb
clavando un cuchillo de monte en la cabeza de
un jabalí.
10. Jarrón con asas formadas por dos gallos,
igual á su correspondiente del lado opuesto.
El cuerpo de los jarrones está adornado con
bajos relieves poco notables; y entre ellos y las
estatuas hay varios bancos de mármol.
Á la derecha de esta plaza y eti la prolonga-
ción de la calle que parte de la fuente de la
Fama^ se encuentra la puerta de los Baños de
Diana, ó de Cosió ^ formada por una bonita verja
de hierro, apoyada en dos pilares de granito y
terminada por un elegante remate, con las cifras
del rey fundador en el centro. Por ella se va al
paseo del Nogal de las Calabazas , y también por
una alameda recta á la carretera de Madrid, y
sólo está abierta cuando SS. MM. están en este
Real Sitio.
La calle que parte del extremo izquierdo de la
plaza de los Baños conduce á la fuente de las
Ranas, que viene á ser una imitación de la que
existe en el parque de Versálles con el nombre
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- i83 -
de Latona, y cuyo asunto mitológico es el si-
guiente : Latona ) madre de Apolo y de Diana,
perseguida por la implacable Juno , que no podia
perdonarle el que hubiese sido amada por Júpi-
ter, llegó á Caria con sus tiernos hijos, huyendo
de la serpiente Pitón. Rendida de cansancio , un
dia de sofocante calor, se detuvo al borde de un
estanque para apagar la devoradora sed que les
abraisaba ; pero unos aldeanos que allí habia ocu-
pados en arrancar juncos y espadañas, prohibié-
ronla beber, y la arrojaron de aquel sitio. En vano
la desgraciada diosa , con lágrimas en los ojos , les
suplicó que la permitieran dar algunas gotas de
agua á sus pequeños hijos. Aquellos hombres em-
pedernidos , desatendiendo sus ruegos, enturbia-
ron el agua removiendo con sus pies el cieno del
fondo , y amenazaron con maltratarla si continua-
ba con sus llantos y súplicas. La cólera de que
entonces se sintió poseída Latona la hizo olvidar
su abrasadora sed, y acordándose de que era diosa,
levantó las manos al cielo y les dijo : « ¡ Hombres
sin entrañas, os convertiréis en ranas y permane-
ceréis siempre entre el fango ! »
Está colocada la fuente en medio de una pla-
zuela circular , guarnecida de doble seto de carpe,
y bordeada en el interior con algunas hayas pur-
púreas (F". purpúrea). Su estanque es circular,
de 23 metros de diámetro, y del centro se eleva
un gran zócalo de mármol blanco , compuesto de
dos cuerpos ochavados, de diferente diámetro,
cuyas caras están ornamentadas con mascarones
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— i84 —
bronceados, que arrojan agua por la boca. Sobre
este zócalo se levanta un pedestal circular , exor-
nado con guirnaldas de flores, que sostiene un
grupo de mármol , obra de Fremin , "representan-
do á la diosa Latón a en ademan de implorar el
auxilio del cielo , y á sus dos tiernos hijos Apolo
y Diana.
En el borde del cuerpo superior del zócalo hay
ocho pequeñas ranas que arrojan por su boca
surtidores verticales, y en el del inferior otras
ocho, mayores, y cuyos surtidores oblicuos se cru-
zan dos á dos; pero el juego principal de esta
fuente le producen las figuras que están en el es-
tanque, distribuidas en tres círculos concéntricos,
de esta manera : en el más interior, ocho ramos
de espadañas, de los que salen pequeños surtido-
res en forma de abanico ; en el siguiente , ocho
aldeanos de Caria , con hoces en la mano , en el
acto de convertirse en ranas, de cuyas bocas sa-
len gruesos chorros de agua en dirección vertical,
y en el último, casi tocando con el cerco del es-
tanque, diez y seis ranas que arrojan grandes sur-
tidores oblicuos sobre el grupo central. Según se
abran más ó menos las válvulas de las cañerías,
se producen distintos juegos y combinaciones;
pero el más magnífico y sorprendente es cuando
las diez y seis ranas del estanque proyectan con
extraordinaria fuerza sus surtidores sobre el gru-
po de Latona , y lo ocultan á la vista envolvién-
dole en una brillante y blanca nube de agua pul-
verizada.
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^ 185 ~
Esta fuente gasta por minuto 32 metros cúbi-
cos dé agua, ó 14.222 reales fontaneros en su úl-
timo juego, y se surte de un estanque llamado
depóstio de las Ranas , situado en la parte infe-
rior del Bosque.
Una calle perpendicular á la que se ha recorri-
do al venir de los Baños de Diana , une las Ra-
nas á \2L fuente de las Tres Gracias^ pasando por
las Ocho Calles. Se llama calle Larga , aunque
no es la de mayor longitud; y en su cruce con
otras, que la cortan perpendicularmente , se for-
man plazoletas cuadradas, adornadas con esta-
tuas. En la primera se ven cuatro ninfas de Dia^
na , que pudieran ser también cuatro representa-
ciones de esta diosa.
De esta plazoleta parte una vereda, á la derecha, y detras
de la ninfa pescadora, que atraviesa el bosquete de la Reina,
uno de los más bonitos y muy concurrido á las horas de ca-
lor. Esta vereda conduce á hi fuente de la Reina.
Siguiendo la calle Larga , que á partir de la
primera plazuela, tiene paseos laterales, se llega
enseguida á la segunda , formada por la intersec-
ción de la calle que une la fuente de la Taza á
los Dragones, En ella están colocadas las esta-
tuas de las musas Taifa, Terpsícore, Euterpe y
Erato.
Siguiendo el mismo camino se llega por últi-
mo á las Ocho Calles, gran plaza circular, lla-
mada así porque son ocho las que van á concurrir
á su centro, ocupado por un pedestal octógono
de mármol blanco, sobre el que hay un artístico
15*
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— i86 —
grupo de figuras de plomo bronceado, obra de
Fremin, que representa á Mercurio llevando en-
tre sus brazos á Psíquis , que ostenta en su dere-
cha el pomo de la belleza, con un céfiro tendido
á sus pies que ayuda la ascensión con su soplo.
Por orden de la diosa Venus fué Psíquis al infier-
no á buscar el pomo de la belleza , y realizado
este heroico trabajo, Mercurio la condujo al
Olimpo para desposarse con Cupido. Este es el
asunto que para nosotros ha querido representar
Fremin , en contra de lo que se dice en las guias
de este Real Sitio, que suponen representa la fá-
bula de Pandora. En nuestro apoyo está la auto-
ridad del historiador Belando, que escribió su
descripción en la época en que se construian es-
tos Jardines , y pudo oir de los mismos escultores
lo que se proponian representar.
La primera grada del pedestal está á 1.205 ^^'
tros de altitud sobre el nivel del mar. Su coste
fué de 678 duros, y de 2.550 el del grupo de Mer-
curio y Psíquis.
En la circunferencia de la plaza hay ocho fuen-
tes colocadas en las entre-calles , y en el extremo
de cada una de las que concurren en su centro
se ve una fuente, de modo que son diez y seis las
que se pueden admirar colocándose junto al pe-
destal que acabamos de describir, que es el centro
del trazado que ocupa casi la mitad de los Jardi-
nes , formando un gran rectángulo comprendido
entre las calles de Vahain y de la Ultima Linea^
y de la Medianería. Este rectángulo está cruzado
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- i87 -
por dos calles perpendiculares: una , en sentido
de la máxima pendiente, que pasa por \^s fuentes
del Canastillo y de la Fama^ y la otra, que va
desde las Imanas á las Tres Gracias ^ y diagonal-
mente por otras dos que unen las Tazas á los
Dragones, Otras calles que unen las Tazas entre
sí, las Tazas con los Dragones^ los Dragones en-
tre sí, etc., etc., completan el trazado de las Ocho
Calles^ que tiene el arbolado en su mayor parte
joven , y los paseos limitados por setos de carpe,
de más de dos metros de altura.
Las fuentes de esta plaza son todas iguales , ex-
cepto en su grupo central. Se componen de un
arco de medio punto, con arquivoltas adornadas,
sostenido por dos columnas estriadas, con capi-
teles jónicos; y á ambos lados hay modillones,
que apoyando sus volutas en pedestales de már-
mol, se elevan hasta la imposta del arco, rema-
tándose en pebeteros. Sobre la clave del arco
descansa una canastilla de flores con guirnaldas
pendientes, y á los lados de los pedestales en que
apoyan las volutas, se ven unas cartelas con los
anagramas de Felipe V ó Isabel de Farnesio, El
estanque, casi á flor de tierra, está pavimentado
con baldosas de mármol blanco y pizarra negra;
y en las dos extremidades , sobre su cerco, se apo-
ya un grupo de plomo bronceado , que representa
un geniedllo jugando con un cisne que arroja
agua por la boca. Todo este conjunto se destaca
sobre un fondo verde formado por el seto que
crece á mayor altura detras de cada fuente, y el
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^ i88 —
efecto que produce, si no de gusto clásico, es gra-
cioso y esbelto, debid/) á su ornamentación ligera
aunque rica.
El cuerpo arquitectónico que acabamos de des-
cribir es igual en las ocho fuentes, distinguién-
dose éstas tan sólo en la estatua y pedestal que
están colocadas debajo del arco. Entrando en la
plaza por la calle Larga , que viene de las Ra-
nas^ y dirigiéndose hacia la derecha, se en-
cuentra :
I.*» Fuente de Neptuno. El dios de los mares
se halla en pié, coij el tridente en la mano, y á
sus pies un delfín, detras de una artística taza de
mármol blanco, de cuyo centro sale un surtidor
vertical. Acompáñanla á ambos lados dos hipo-
campos que arrojan agua por la boca.
2.** Fuente de la Victoria. La Victoria está sen-
tada sobre un gran pedestal de mármol, teniendo
una corona en su mano derecha y una palma en
la izquierda. Á los costados del pedestal, en su
parte superior, hay dos mascarones que vierten
agua á unas tazas colocadas debajo de ellos, y
apoyadas en unos delfines, de cuya boca sale un
surtidor lo mismo que del centro de aquéllas.
3 *» Fuente de Marte. Está el dios de la guerra
sentado en un pedestal de igual forma y adorno?
que el de la anterior fuente , apoyado en el escu-
do, con la espada en la diestra y á sus pies vanas
armas de guerra.
4.° Fuente de Cibeles. Cibeles ó la Tierra, en
ademan de implorar, tiene á sus pies la corona
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— i89 —
de castillos. La taza de mármol con sus adornos
es enteramente igual á la de la fuente de Neptu-
no, excepto en los hipocampos , que están susti-
tuidos por dos leones, atributos de esta diosa,
5.° Fuente de Saturno. Este dios simboliza en
esta fuente al Tiempo , que está representado en
pié , provisto de alas , con el reloj de arena en la
mano izquierda y la guadaña en la diestra. La
taza de mármol, igual á las anteriores , tiene á
sus lados dos ciervos.
6.° Fuente de Minerva. Sentada sobre un pe-
destal igual á los anteriores , armada con lanza y
escudo , y á sus pies los atributos de las ciencias,
de que es protectora esta diosa.
7.° Fuente de Hércules. Este héroe mitológico
está sentado sobre la piel del león de Nemea, des-
nudo su atlético cuerpo , y con la temible clava
en la mano derecha. El pedestal es igual á los
anteriores.
8.° Fuente de Céres. La diosa de la agricultura
sostiene con ambas manos un haz de espigas. La
taza , igual á las anteriores , tiene á sus costados
dos dragones.
De estas ocho fuentes , las cuatro que tienen taza están co-
locadas en la intersección de la calU Larga con la plaza, y
las estatuas de algunas de ellas, especialmente la de Saturno,
están bastante deformadas por haberse doblado el plomo de
que están hechas.
Continuando la misma calle Larga , que desde
las Ranas nos ha conducido á las Ocho Calles^
encontraremos otra plazoleta igual á las dos an-
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— 190 —
teriores, con cuatro estatuas en sus ángulos, que
representan á Polimnia, Urania, Melpómene y
Caliope; y en su extremidad otras dos: Apolo,
con la serpiente Pitón á su pies, y Clio.
Desde el final de esta calle se ve la fuente de las Tres Gra-
cias; pero, para proceder con orden, conviene dejarla por
ahora, y visitar los bosquetes de la, fuinte de la Ca$uU, y luego
la fuente de los Dragones , si no se ha hecho ya desde la ceUU
de Valsain.
Los bosquetes de la Canal , llamados así por
una fuente de este nombre que en ellos habia,
son los únicos que tienen plazoletas y calles limi-
tadas por seto y plantación lineal , formando en
su conjunto diversos dibujos, en los que domi-
na la clásica cruz de San Andrés. Por más que
no ofrecen nada de particular , los citamos porque
están tratados conforme al trazado general de es-
tos Jardines , y pueden darnos una idea de cómo
estarían todos los demás , si los trabajos hubiesen
continuado después de la muerte de D. Felipe V.
Los de la Melancolía y de la Reina serán tal
vez más bonitos, pero se encuentran en gran fal-
ta de armonía con los principios establecidos por
Le Nótre y Le Blond al crear el estilo clásico de
los jardines franceses.
Desde la tercera plazoleta de la calle Larga^ lo
mismo que desde las Ocho Calles y los bosquetes
de la Canal ^ se va á la fuente de los Dragones,
que describiremos aquí por ser su sitio natural,
pero que puede visitarse desde la calle de Val-
sain^ como ya hemos dicho, Sú estanque es de
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— 191 —
forma general cuadrada, con los ángulos salientes
y los lados curvos ; y de su centro se eleva , sobre
un zócalo de granito, una especie de jarrón de
mármol blanco adornado profusamente, cuyo
pié forman las entrelazac^as colas de cuatro delfi-
nes. Sírvele de remate un elevado cuerpo, tam-
bién de mármol, con dos grupos de tritoncillos
que sostienen un caracol marino. Este jarrón está
ademas sostenido por cuatro ménsulas que cargan
sus volutas mayores sobre las espaldas de gran-
des dragones echados de vientre sobre el zócalo
de granito, y clavando en él sus formidables gar-
ras. Por la boca arrojan surtidores de agua, lo
mismo que los delfines y los caracoles que la
vierten en el estanque, constituyendo todo el
juego de esta fuente, que tiene poco de notable.
Se surte en parte del estanque Cuadrado^ y es
obra de Thierri.
Desde esta fuente es preciso volver á las OcAo CaiUs^ por ser
el punto más á propósito para ir al Canastillo y á las áos fuen-
tes cU las Tazas y y como éstas son iguales , escogeremos la de
la derecha — mirando al Canastillo — por su proximidad á la
fuente de la Reina.
El estanque de la fuente de la Taza es igual al
de los Dragones. De su centro se eleva un pedes-
tal de mármol blanco, con un mascaron en el
centro de cada cara, y á sus aristas truncadas se
adosan unos modillones sobre los que están apo-
yadas cuatro tritónidas — en la fuente de la iz-
quierda son tritones — que sostienen con cabeza
y manos una concha. Sobre este pedestal se asien-
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— 192 —
ta una gran copa rebajada ó taza de mármol, que
descansa sobre cuatro delfines ; y sentados en su
borde, encima de cada concha, hay cuatro niños
que vierten á ellas agua con unos caracoles mari-
nos. De su centro sale yn grupo formado por un
tritón que levanta entre sus brazos una nereida
abrazada al cuerno de la Abundancia, del que
sale un surtidor de 4 centímetros de diámetro y
más de 6 metros de altura. Los delfines en que se
apoya la taza y los mascarones arrojan surtidores
oblicuos , que , con el central , constituyen todo el
juego de la fuente. Es obra de Fremin.
Junto á la plazoleta de esta fuente, en un bos-
quete triangular, se encuentra la fuente de la
Reina , que tiene fama de ser la de mejor agua de
los Jardines , y por lo menos , según nuestras ob-
servaciones, es la más fresca. Por lo regular , en
el rigor del verano no llega á 1 2**, y en esta época
marca algunas décimas de grado menos que la del
Pino y la /^rta. La plazoleta donde está colocada
se encuentra más baja que el nivel del terreno , y
de un murallon de sostenimiento que se halla á
su fondo sale la fuente. El caño es una cabeza de
Baco , de bronce dorado , y á su alrededor se lee
la siguiente inscripción: Reinando D. Fernan-
do VII de Bortón. Año de MDCCCXXVII; y
más arriba, en una cinta sostenida por una cabe-
za de león : En obsequio de la Reina N. S, Doña
María Josefa Amalia, El pilón de esta fuente es
una concha de mármol de color , con pedestal de
lo mismo, probablemente antigua , y venida de
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— 193 —
Roma juntamente con la colección de estatuas
que D. Felipe V y Doña Isabel compraron á la
testamentaría de la reina Cristina de Suecia.
Desde la fuente de la Taza^ para ir á la del Canastillo^ si no
se quiere ir rodeando por las calles que á ella conducen, pue-
de tomarse una vereda que diagonalmente atraviesa el bos-
quete que las separa.
La fuente del Canastillo, de apariencia senci-
lla y modesta cuando no corren sus aguas j es de
las que producen más bello efecto , y llama con
justicia la atención de los que contemplan el va-
riado juego y combinación de sus surtidores , y la
violencia con que arrojan el agua. Fué ideada por
el escultor Fremin.
En el centro de su gran estanque circular hay
un bonito canastillo lleno de frutas y flores , sos-
tenido por cuatro cisnes , que con sus alas abier-
tas parecen sacarlo del agua ; y á su alrededor
flota una gran corona entretejida con plantas
acuáticas , en la que se apoyan dos tritones y dos
tritónidas , que en graciosa actitud parecen que-
rer salir del agua para contemplarle. Del medio
del canastillo sale un gran surtidor vertical , de
4 centímetros de diámetro, que se eleva á 25
metros por efecto de la presión de 2,7 atmósfe-
ras que el desnivel del agua ejerce en el orificio
de salida, y está rodeado en su base por otros ocho
que alcanzan menor altura ; pero el juego que da
nombre á la fuente le producen 32 surtidores obli-
cuos , que salen del borde del canastillo y van á
proyectarse 6 metros más allá de la periferia del
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~ 194 —
estanque , causando un bellísimo efecto y el con-
siguiente susto á los espectadores que no toman
la precaución de ponerse fuera del alcance de sus
aguas.
Esta fuente se surte directamente del Mar^ y
es la más elevada de los Jardines. Su altura sobre
la explanada del Palacio alcanza á 27,5 metros.
Siguiendo la calle que une el Canastillo á las
Ocho Calles j pero en dirección contraria ó ascen-
dente, se llega á otra que le es perpendicular, lla-
mada la Ultima Linea de Arriba , porque efecti-
vamente limita los Jardines por esta parte ; y pa-
ralela , y próximamente igual á la de Valsain^
forma el lado menor del gran rectángulo de las
Ocho Calles, De ella parten varias veredas y una
calle que se internan en el Bosque y conducen al
Mar; mas como en la actualidad nos ocupamos
sólo de los Jardines , tomaremos desde el Canas-
tillo la que conduce al estanque Cuadrado , gran
depósito que recibe el agua sin pasar por el Mar^
y en cuyo extremo , uniéndose á la de la Media-
nería , forma una plaza semicircular desde la que
se desciende al parterre de Andrómeda por medio
de una escalinata rústica de dos ramales; pero an-
tes de bajarla nótese que la parte de los Jardines
en que vamos á entrar difiere de la ya descrita
por la falta de conjunto en el trazado , carencia
de paseos en las calles , y ademas porque la espe-
cie de la plantación lineal es el tilo.
Al pié de las escaleras se encuentran cuatro filas
paralelas .de árboles que conducen á la fuente de
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FUENTE ¡DE «ANDRÓMEDA»
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Andrómeda , limitando el parterre en su parte su-
perior, y que se continúan por el otro lado de la
fuente, sirviendo de límite inferior á dos bosque-
tes rectangulares , cruzados por calles perpendicu-
lares y diagonales que se reúnen en su centro en
número de ocho, y por lo cual se llaman las Ocho
Calles de Andrómeda, La división de estos dos
bosquetes corresponde al centro de la fuente , y
su límite superior lo forma la calle de la última
Linea de Ahajo ^ que, paralela y próximamente
continuación de la Linea de Arriba , separa los
Jardines del Bosque , y déla cual parten varias
veredas y la calle Honda ^ que conducen al Mar,
Andrómeda es la primera de la serie de fuentes
que, colocadas en una misma dirección, forman
la Carrera de Caballos, En su estanque nace una
cascada compuesta de otros cinco escalonados que
van á parar á uno de mayores dimensiones que se
llama, por su forma, la Media Luna, Esta casca-
da se denomina de Andrómeda , y , continuando
por uno de los costados de la Media Luna^ forma
la Ria^ que conduce las aguas fuera del Parque.
En la misma dirección de la cascada , hacia el
Palacio , se ven las fuentes de Apolo , Neptuno y
Abanico, y como están en una línea de fuerte
pendiente , pues Andrómeda se encuentra 1 7 me-
tros más alta que esta última , es posible disfrutar
del magnífico espectáculo que producen todas es-
tas fuentes y cascada reunidas , á lo que se da el
nombre de Carrera de Caballos, Dé su efecto ha-
blaremos luego.
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El estanque de Andrómeda es circular , de 39
metros de diámetro, y su cerco , á flor de tierra,
sigue la pendiente de la plazuela.
Andrómeda era hija de Casiopea , reina de Etio-
pía , que habia tenido la temeridad de disputar á
Juno el premio de la belleza; y la vengativa dio-
sa , para castigar tal atrevimiento , envió un gran
monstruo marino para que devastase sus Estados.
Aterrados los habitantes, consultaron el oráculo
de Ammon, que declaró era preciso entregar á
Andrómeda á los furores del terrible monstruo
para apaciguar á la irritada Juno, y con ese fin
las mismas nereidas la sujetaron con fuertes cade-
nas á una roca. Perseo la encontró inmóvil en tan
triste estado, y hubiérala tomado por una estatua,
á no ver que sus cabellos flotaban á merced del
viento , y que sus ojos derramaban abundantes lá-
grimas. Prendado de su juventud y gran hermo-
sura, decide libertarla; mas al acercarse á ella
agítase el mar , y de entre las espumosas ondas
sale el terrible monstruo dispuesto á devorarle;
pero Perseo le inmoviliza enseñándole la cabeza
de Medusa, y de una ñera estocada le pasa de
parte á parte, librando así á Andrómeda, que
. premia su heroismo otorgándole su mano. Este
es el asunto que Fremin ha querido representar
en esta fuente. Andrómeda, medio desnuda, está
atada con gruesas cadenas sentada sobre un gran
peñasco , y unos geniecilloár la rodean dispuestos á
darle libertad en cuanto muera el horrible mons-
truo que sale del agua á sus pies ; mientras que
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— 199 —
Perseo, con los talares de Mercurio, se abalanza
hacia él con la espada levantada, y le enseña la
cabeza de la maga Medusa para petrificarle. Su
protectora , la diosa Minerva, cubierta la cabeza
con el casco, armada de lanza y escudo , y con la
égida al pecho, está detras de Perseo dispuesta á
prestarle su auxilio.
El juego de esta fuente es muy sencillo. Por la
boca del dragón sale un gran surtidor vertical,
de 4 y medio centímetros de diámetro, que se
eleva á 37 metros, y en su base forman una espe-
cie de araña multitud de chorros oblicuos que
salen del cuerpo del monstruo por varias abertu-
ras que figuran ser las heridas que le infirió Per-
seo. El agua para el surtidor vertical viene direc-
tamente del Mar , y para los chorros que salen de
las heridas , de un estanque llamado por eso de
las Llagas^ que está en el Bosque^ junto á la
calle de la Ultima Linea, ,
En la circunferencia de la pla?a se ven las ochó
estatuas siguientes :
i.° Un Sileno^ por Fremia, envuelta la cintu-
ra con una piel de macho cabrío , y el tirso en la
mano derecha. (Es de plomo.)
2.® El Honor, por Thierri. Está simbolizado en
una figura de hombre con vestidura romana , co-
ronado de laurel , y un clarín en la mano derecha.
3.® Una Eólida, por Fremin. Está representada
por una graciosa joven que sostiene su manto
hinchado por el céfiro , y á sus pies dos vientos.
(La inscripción dice : Ganimédes !! )
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— 200 —
4-° Una Nereida , por Fremin. A sus pies tiene
un delfin , y vierte el agua que contiene un ele-
gante jarro.
5.® Júpiter Tonante , por Fremin. El águila le
conduce, y en su derecha tiene un haz de rayos.
6.° Cibeles , por Fremin. Lleva en la cabeza la
corona de torres , en su derecha el cuerno de la
Abundancia lleno de flores y frutas , y con la iz-
quierda sostiene el globo terráqueo.
7.° Erato, por Thierri. La musa dala poesía
amorosa está coronada de laurel, y tiene una lira
en una mano y un arco en la otra.
8.® Un Fauno, por Thierri. Está coronado de
hiedra , y tiene una flauta en la diestra.
Á la derecha de la Cascada^ mirando á Pala-
cio, hay un bosquete rectangular, dividido en
cuatro partes por dos calles perpendiculares , que
se conoce con el nombre de Los Bolandrínes,
degeneración de la palabra francesa houlingrin
(horuoling green) ^ y que en la actualidad está sin
cultivo. A la izquierda, guardando simetría con
él , se encuentra el parterre de Andrómeda , que
es del mismo estilo que el de la Fama, Se com-
pone de dos figuras simétricas limitadas por pla-
tabandas llenas de flores , con guarnición de boj,
é interrumpidas de trecho en trecho por bolas de
tejo recortado. Estas dos figuras dejan un paseo
central que se continúa por un lado con las Ocho
Calles de Andrómeda y la calle Honda que va al
Mar y y por el opuesto con la que conduce al
Templete de la cascada de Palacio, El fondo del
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— 201 —
parterre está rebajado y cubierto de césped , y en
cada mitad , en vez de estatuas , se levanta en su
centro un magnífico cedro del Líbano ( Cedrus
Ltbant)^ y dos wellingtonias (Welltngtonia gi-
gantea) en sus extremidades, que le dan un as-
pecto majestuoso.
Ocho jarrones adornan este parterre; en la en-
trada de la calle que conduce al Templete están
las estatuas de Neptuno y Anfítrite, y al lado
opuesto las de Saturno é Hismenias , obras todas
ellas de Fremin.
Siguiendo la cascada de Andrómeda^ á su final
se encuentra el estanque de la Media Luna, cuyo
nombre indica su forma , con dos grandes drago-
nes que arrojan surtidores verticales por la boca,
y contribuyen al efecto general de la Carrera de
Caballos, Á la extremidad de su borde izquierdo
hay unas escalerillas que dan á una meseta en
pendiente, separada de la Media Luna por un mu-
ro coronado de una barandilla de hierro que se
continúa por la derecha hasta el Real Palacio, y
de la que hablaremos luego. El centro de esta
meseta se encuentra ocupado por la fuente de
Apolo , formada por un gran estanque rectangu-
lar , con los lados menores sustituidos por líneas
curvas , y dividido á su vez en otros cuatro for-
mando cascada, pues existe una diferencia de nivel
de 3,3 metros entre sus puntos extremos. En el
frente del superior hay un mascaron que vierte
gran cantidad de agua por la boca , y en los inter-
medios dos grupos de tritoncillos jugando con un
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— 202 —
dragón en cada uno de ellos ; pero en el último es
en donde está el grupo principal que da nombre á
la fuente, formado por Apolo y ]¿ diosa Minerva,
sentados en un gran peñasco que sale de su cen-
tro. Apolo, con la lira en la mano, tiene á sus
pies la serpiente Pitón , muerta ya , y dos genieci-
llos colocados detras de él le ofrecen flechas y una
corona de laurel. Minerva, apoyada en su escude,
en el que se lee el -siguiente mote : JVec sor fe nec
fato^ rodeada de los instrumentos y atributos de
las ciencias, ahuyenta á la Ignorancia, que se
arrastra por el suelo mesándose los cabellos.
La serpiente arroja por la boca , á to metros de
altura, una columna de agua de 3 centímetros de
diámetro, y un surtidor oblicuo por la herida que
figura tener en el cuerpo, y los grupos de triton-
cillos y dragones de las cascadas superiores , un
chorro vertical cada uno de ellos. El agua para
esta fuente viene del estanque del Medio Celemin,
El nivel inferior de la fuente de Apolo está 3
metros más alto que el de la de Neptuno^ distancia
que se salva por medio de dos escalinatas laterales
que tienen entre ellas un estanque semilunar,
situado al pié del muro vertical que sostiene el ter-
reno. En la parte superior de éste hay tres mas-
carones que vierten agua al estanque: directa-
mente los laterales , y el del centro por el inter-
medio de una gran taza, á cuyos lados se ven dos
númenes de rios. El agua que viertan los masca-
rones proviene del sobrante de ^ la fuente de
Apolo.
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— 505 —
La fuente de Neptuno, obra de Thierri, está
formada por un grandioso estanque rectangular,
con los ángulos redondeados, de 72 metros de lar-
go por 19 de ancho y 4 de profundidad media, lo
que le da una cabida de 5470 metros cúbicos.
Dos filas de árboles, paralelos á los lados mayores,
le dan sombra, y por la derecha tiene vistas á la
Ria,
Tres grupos de figuras se ven en el estanque:
uno en el centro, y dos iguales en las extremida-
des. £1 central figura al dios de las aguas, de pié
en una carroza tirada por fogosos hipocampos,
guiados por un geniecilo, montado en uno de
ellos, y un tritón. Delante de Neptuno otro tritón
sostiene un delfin que arroja por su boca el prin-
cipal surtidor de la fuente, y detras y á los costa-
dos nadan otros varios , y un tritón que toca el
cuerno marino. En la parte posterior de la carro-
za están esculpidas las armas de España y Borbón.
Los grupos de las extremidades los forman un hi-
pocampo montado por un geniecillo que sostiene
un cuerno de la abundancia, y dos tritoncillos.
El juego de esta fílente , de efecto grandioso , le
componen tres surtidores verticales : el central y
uno de cada extremidad , y una multitud de obli-
cuos que salen por la boca y narices de los hipo-
campos y delfines. El agua para los surtidores
verticales viene del Medio Celemín , y para los
oblicuos, de los estanques de Apolo,
Entre el estanque de Neptuno y la explanada de
delante de Palacio hay un bosquete rectangular,
17
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— ^ 206 —
formado por varias filas de árboles , cuyo centro
está ocupado por tres fuentecillas que siguen la
alineación general de la Carrera de Caballos, \^2l
del medio representa una ninfa sentada, con dos
cefirillós que acarician un delfín, de cuya boca sale
un surtidor en forma de abanico, particularidad
que le da el nombre, y las dos de las extremida-
des se llaman de los Caracoles, porque hay en
ellas un cupidillo que tiene en las manos un cuer-
no de la abundancia, lleno de mariscos, del que
sale un pequeño surtidor vertical.
Desde estas fuentes, ó mejor, desde la explana-
da de delante de Palacio, se descubre el grandioso
panorama de la Carrera de Caballos. Sobre el
fondo verde-oscuro de la Silla del Rey, y encua-
drados por dos filas laterales de corpulentos árbo-
les , se ven una multitud de surtidores cuyo nu-
mero llega á 114, dominados en último término
por la Cascada de Andrómeda , y el que tan ma-
jestuosamente arroja su dragón, reflejándose en sus
menudísimas gotas los brillantes rayos del sol, y
formando en su caida vistosas nubes de agua pul-
verizada , que producen mágicos efectos de luz.
Con razón tan grandioso espectáculo produce la
admiración de los espectadores. •
Delante de la fachada principal del Real Pala-
cio hay una explanada que ocupa toda su longi-
tud , y en la que se ven varias esfinges sobre pe-
destales de mármol, y otras figuras. Esta explana-
da se continúa en el ancho del cuerpo central de
la fachada, formando un gran espacio rectangular
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— 207 —
ocupado por un parterre , y á su fondo está la
Cascada^ coronada por hi fuente de las Tres Gra-
cias , ofreciendo una bonita y alegre vista desde
los balcones del palacio. El parterre, de un dibu-
jo casi igual al de Andrómeda^ se diferencra de él
en que el centro de, las dos figuras que lo forman,
en lugar de árboles sólo tiene tres bonitas corbei-
lies de rosales , y es lástima que no ocupe todo el
ancho de la fachada , como debería ser si se hu-
biesen tenido presentes las reglas elementales del
trazado de jardines , pues de esa manera la vista
que ofrecería el Palacio sería mucho más gran-
diosa.
Diez jarrones con bajo-relieves poco notables
que representan asuntos mitológicos ó venatorios,
adornan el parterre y no merecen especial men-
ción; á arabos lados se ven otros cuatro, alternan-
do con bancos de mármol y estatuas. Éstas, en
número de seis , tres á cada lado , son quizás las
mejores de los Jardines. A la derecha están :
i.° Baco,por Fremin. Cubiertos los hombros
con una piel de macho cabrío , y reclinado sobre
un tronco, tiene en la mano derecha una copa , y
un racimo de uvas en la izquierda.
2.** América, por Fremin. Representa una jo-
ven india, con una diadema de plumas en la cabe-
za ; el arco en la mano izquierda y el carcax col-
gado al hombro. A sus pies hay un cocodrilo.
3.° Céres, por Thierri. Coronada de espiga,
con un haz de trigo en la izquierda , y la hoz le-
vantada en la mano derecha.
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— 308 —
A la izquierda :
I." África, por Thierri. Está representada por
una graciosa ñgura de joven negra, que sostiene
con ambas manos una cabeza de elefante, y á sus
pies tiene un cuerno de la Abundancia, lleno de
frutas, y un áspid rodeado á él.
2.° Milon de Crotona , por Fremin. Desnudo,
con las manos cogidas en el tronco de un árbol,
y un león por detras en actitud de devorarle.
3." La Fidelidad, por Fremin. Está Simbolizada
en una matrona que tiene un corazón en una
mano y una llave en la otra, y á sus pies un per-
ro dormido.
La Cascada Nueva se encuentra situada á con-
tinuación del parterre, á lo largo de la pendiente
que hay entre éste y la fuente de las Tres Gra-
cias^ que le sirve de coronamiento, y cuyo desni-
vel es de 13 y medio metros. A ambos lados el
terreno está explanado , y aminoran la pendiente
dos escalinatas de mármol , una á cada extremi-
dad. La Cascada se compone de once estanques
escalonados, de los cuales los ocho últimos son
iguales, y están comprendidos entre dos muros
laterales, rectos, mientras que los tres restantes se
ensanchan, siendo el mayor el primero. Su pavi-
mento es de mármol blanco , y los frentes de lo
mismo con adornos de mármol rojo veteado.
El primer estanque se llama la fuente de An-
fUrite, á causa de su grupo central, que represen-
ta á esta diosa sentada en una concha tirada por
un delfín, y rodeada de tres náyades y un cefirillo,
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— 209 —
montados en delfines , que la ofrecen corales. En
su borde superior , al nivel de la última grada de
la primera escalinata , y á ambos lados hay dos
númenes de rios reclinados sobre ánforas que
vierten agua al estanque , y representados , el de
la derecha, por una ninfa, y el de la izquierda, ppr
un anciano de larga barba. En el primero hay
ademas un niño que la ofrece una guirnalda de
flores. En los dos costados del segundo estanque
hay un mascaron , y en su centro dos grupos,
formado cada uno de ellos por un cisne que eleva
un surtidor vertical y un niño que juega con él,
mientras que otro tiene un pez en la mano en
actitud de sacarlo del agua ; y en el tercero hay
dos delfines, que arrojan también un surtidor ver-
tical , montados por unos niños.
En los demás estanques, hasta el penúltimo,
en cuyos costados se ven dos hipocampos monta-
dos por niños, no hay ningún surtidor ni figura.
En el frente del último están colocados tres mas-
carones , y á ambos lados de su parte superior , al
nivel de la plazoleta de las Tres Gracias^ dos
grupos que representan : el uno un perro que su-
jeta un venado, y un león con un jabalí entre sus
garras el otro. Los dos echan agua al estanque:
Esta Cascada, tal como se encuentra hoy dia,
no es la que primitivamente se construyó, pues, á
causa de su mal estado , fué preciso restaurarla
completamente en el reinado de doña Isabel II,
hacia el año 1853, habiéndose invertido en ello
cuantiosas sumas; y es lástima que á su riqueza
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no reúna también la grandiosidad y el buen gusto.
A ambos lados de la Cascada hay cuatro esta-
tuas , algo inferiores en mérito á las del Parterre
de i^¿í/¿?¿:íb, alternando con jarrones, y en las cua-
tro escalinatas, haciendo juego con los grupos que
ar]^ojan agua á los estanques , se hallan colocadas
unas figuras de plomo bronceado, sobre plintos
de mármol , que representan dos niños sentados
sobre una red, jugando con un pez^ en las priiBe-
ras escalinatas; y en las segundas , dos niños ju-
gando con un faisán , á la derecha, y con una lie-
bre , á la izquierda.
A la derecha están las siguientes estatuas :
I.® La Arquitectura, por Thierri. Representa-
da por una matrona que tiene en la mano el pla-
no de un edificio.
2S* Minerva, por Thierri. (Belona, dice la ins-
cripción grabada detras. ) Lleva casco y la egida
sobre el pecho, y está apoyada en una tabla, en
la que se ve el alzado de un templete. A sus pies
los atributos de las ciencias.
3.° Un Sátiro, por Thierri. Sobre los hombros
tiene una piel de macho cabrío, y juega con un
cabrito, á quien enseña un racimo de uvas.
4.® Una ninfa de Diana, por Fremiíi. Armada
con el arco y el carcax , lleva con la izquierda un
perro atado.
Y á la izquierda :
I.* La Gloria, por Thierri. Está simbolizada en
una matrona que tiene una corona de laurel en la
mano derecha , y se apoya en una pirámide,
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FUENTE DE «LAS TRES GRACIAS»
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— 213 —
2.® Una mujer vestida , coronada de hojas y
flores, sosteniendo un pebetero con la mano dere-
cha , por Fremin.
3.*^ El Invierno, por Thierri. Simbolizado en la
estatua de un viejo envuelto en un manto , y ca-
lentándose las manos en un brasero.
4.** Flora, por Thierri. Tiene el manto recogido
y en su regazo una multitud de flores que quiere
coger un cefirillo.
En la parte superior de la Cascada , en medio
de una plazuela circular, está la fuente de las
Tres Gracias, que la sirve de coronamiento. Su
estanque es circular, de 17 metros de diámetro, y
sobre un peñasco, que sale de su centro, se halla
colocada la fuente , formada por dos tazas circula-
res sobrepuestas. La inferior está sostenida por un
pié central del que parten cuatro ménsulas, sobre
cuyas volutas mayores se hallan montados cuatro
tritones, de los cuales dos parecen sostener la taza
con la cabeza y manos á manera de telamones, y
los otros dos tocan caracoles marinos que arrojan
agua. Sobre esta taza inferior están las tres Gra-
cias, de pié, vestidas, apoyadas por la espalda en
el pilar que sostiene la superior y con un brazo le-
vantado ; y como remate , sobre la taza , hay un
niño abrazado á un delfin que arroja por la boca
un surtidor vertical de 15 metros de altura.
Esta fuente, obra de Fremin, es una de las más
bonitas y de más graciosas proporciones, si bien
su juego de aguas no ofrece nada de particular.
Se surte del estanque Cuadrado^ y contribuye
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— 214 —
con éste y la fuente de los Vientos á hacer correr
la Cascada.
Detras de las Tres Gracias hay un bonito tem-
plete de planta octógona, cqn cuatro de los lados
mayores que los otros. Sus fachadas son de sille-
ría de la piedra roja de Sepúlveda, primorosamen-
te trabajadas en los relieves. Las que correspon-
den á los lados mayores están formadas por pilas^
tras de bases áticas y capiteles jónicos , adornados,
sosteniendo un sencillo entablamento que corre
al rededor de todo el templete , y terminan en
frontones en cuyos tímpanos están esculpidos , en
alto relieve, las armas de España y Borbon en los
que miran al Palacio y Parterre de Andrómeda^
y las cifras de Felipe V y las de Isabel de Farne-
sio, rematadas por una corona Real, en los otros
dos. En los intercolumnios de cada fachada se
abren puertas , precedidas de una escalinata , for-
madas por arcos de medio punto, apoyados en
pilares rectos.
Los lados menores son macizos, y sus paramen-
tos avanzan menos que los de las otras fachadas.
Hay en ellos , esculpidas primorosamente en bajo
relieve , panoplias con las armas , trofeos y pro-
ductos de las cuatro partes del mundo.
El pavimento interior es de mármol , y su techo
está formado por una cúpula de media naranja
con florón dorado en la clave , del cual pende una
araña de cristal. Entre las pilastras "que exornan
sus paredes , hay abiertas hornacinas que contie-
nen estatuas de mármol , y encima las cifras de
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— 215 —
los Reyes fundadores. Sobre las puertas , grupos
de niños que sostienen los atributos de las cuatro
virtudes cardinales. La parte de ornamentación
fué dirigida por D. Juan Thierri.
Desde la fuente de las Tres Gractau se va fácilmente á la de
los Vientos, siguiendo una calle que bordea por la izquierda
(mirando á Palacio ) la Cascada, y tomando luego por otra
corta que le es perpendicular, ó mejcr desde la explanada dé
Palacio,
El estanque de la fuente de Eolo ó de los
Vientos es circular, de 17 metros de diámetro,
y en su cerco , que está á flor de tierra , hay ocho
mascarones de abultados carrillos , que lanzan con
gran violencia surtidores de agua en dirección del
centro, ocupado por un gran peñasco, sobre el
que está el dios Eolo , con corona y cetro en ade-
man de desencadenar los vientos que tiene encer-
rados en un gran odre , y que están representados
por cabezas de niños. El surtidor principal de. esta
'fuente, cuyo autor es Fremin, sale del odre, y á
él viene el agua del estanque Cuadrado,
En la explanada de Palacio , al lado opuesto á
la entrada de los Jardines , hay una escalinata de
dos ramales, por la que se baja á la plazuela y
fuente de la Selva. La barandilla consiste en una
bonita verja de hierro, apoyada en pilastras de
piedra roja de Sepúlveda, coronadas por canasti-
llas de flores y frutas , y en el centro de sus tém-
panos se ven, alternando, las cifras enlazadas de
Felipe V y de Isabel de Farnesio. Esta barandilla
se continúa por toda la longitud de la calle , que
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— 2l6 —
limita por la izquierda la Carrera de Caballos
hasta la Media Luna , sirviendo de coronamiento
al muro de contención que la separa de la Ria,
Al pié de la escalinata hay dos leones de már-
mol blanco, y entre ellos y adosada al muro,
sobre un pedestal rectangular, se ve una estatua
colosal yacente, que ha pasado hasta ahora por
ser Cleopatra , á causa , sin duda, del brazalete en
forma de áspid que lleva en su brazo izquierdo;
mas hemos de rectificar esta creencia , por la com-
pleta semejanza que existe entre ella y lá estatua
de Ariadna del Museo del Vaticano, de la que es
una copia la de mármol que D. Felipe y Doña
Isabel compraron á la testamentaría de la reina
Cristina deSuecia, y que sirvió de modelo para
fundir la que nos ocupa.
La Selva forma una explanada en declive,
limitada por laRia, y con árboles en sus costados.
En medio está la fuente, rodeada de bancos de.
mármol y cuatro estatuas en forma de kermes , que
representan dos sátiros y dos bacantes de bastante
expresión , trabajados por Doubou , Lagru , Cousac
y Lebasseau. El estanque es elíptico , con el cerco
á flor de tierra , dividido á su vez en otros cuatro,
formando cascada por efecto del desnivel del
suelo. Sobre el cerco del primero, en la parte más
alta, hay un grupo que representa un numen de
rio, coronado de hojas acuáticas, y reclinado
sobre un ánfora, que vierte agua al estanque, y
una ninfa, con la paleta en la mano, en actitud
de desviarla. Detras de las dos figuras, un niño
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— 217 —
ofrece frutos al numen. En la segunda cascada,
nueve ramos de espadañas, de los que salen sur-
tidores verticales; y en el centro de la tercera
está el grupo principal de la fuente, que re-
presenta á Pomona, contemplando admirada á
Vertumno en el momento en que se despoja del
disfraz de viejo , que Ye sirvió para introducirse
en los verjeles de la púdica diosa. Al rededor
de estas dos figuras hay varios niños con guir-
naldas de flores, y entre ellas un canastillo de
frutas, de cuyo centro se eleva un gran surti-
dor, rodeado en su base por 65 más pequeños
que simulan un haz de trigo, de cuyo nombre
francés g-erde , por corrupción , se formó la pa-
labra gerba^ que degeneró luego en selva; y de
aquí el que se llame así está fuente. La última
cascada tiene dos grupos formados por unos niños
que sostienen un cuerno de la Abundancia , y á su
alrededor varios instrumentos y útiles de jardi-
nería.
El artista Thierri, á quien se debe la parte
escultórica de esta fuente, ha querido representar
en el grupo central el siguiente asunto mitoló-
gico. Pomona, una de las hamadriadas del Lacio,
la más hábil en el cultivo de los huertos y los
jardines , no gustaba ni de los bosques ni de los
rios, y únicamente los árboles frutales tenían
para ella encantos , siendo insensible á las dulzu-
ras del amor; y para sustraerse á las atrevidas
pretensiones de los sátiros y faunos , permanecía
siempre cerrada en su jardín. Vertumno, poseído
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— 2lS —
de un inmenso amor hacia ella, no habia obtenido
ningún éxito; pero, merced al don de las meta-
morfosis , penetró un dia en los risueños verjeles
de la diosa , disfrazado de anciano. Sentóse sobre
el verde césped para admirar los tesoros del otoño,
ácuyo peso doblegábanse las ramas de los árbo-
les, y contemplando un majestuoso olmo, que
tenía enlazada una trepadora vid, cargada de
dorados raciúios , exclamó dirigiéndose á Pomona:
« Si este árbol estuviese privado de su compañera,
carecería del fruto de Baco ; si esa vid no estuviera
abrazada al olmo, se arrastraría miserablemente
por la tierra. ¿No te conmueve y rompe tu indi-
ferencia el elocuente ejemplo que te da la Natu-
raleza?» Vertumno, entonces, despójase de su
disfraz, recupera las gracias de la juventud, y
aparece á la vista de la sorprendida diosa con
todo el esplendor del sol cuando sale triunfante
del seno de las nubes. Su belleza cautivó el cora-
zón de Pomona, y desde aquel instante participó
del amor que habia inspirado á Vertumno.
Junto á la Selva está la puerta de la Botica^
formada por una bonita verja de hierro adorna-
da , que comunica con la calle del mismo nombre,
y es una de las dos principales del jardin.
La Ria^ como ya hemos dicho, limita la Seha;
y en la parte más baja, en la misma alineación de
la fuente, la escalinata que sub&^l^ explanada
de Palacio^ y la verja de la partida reservada que
se llama el Póiosij hay un bonito puente de medio
punto , de caliza roja , con dos elegantes balaus-
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— 219 —
tradas de la misma piedra. En los cuatro pilares
de sus extremos se ven los siguientes grupos de
plomo bronceado: Á la entrada y unos niños dando
muerte á un ciervo, á la derecha, y á un jabalí, á
la izquierda; y á la salida, dos niños jugando con
una cierva, á la derecha, y á la izquierda, un
lobo cogido en su cepo , y unos niños que le atan
y clavan una jabalina.
Debajo del puente, y en los cuatro ángulos
correspondientes á sus estribos, hay en cada uno
dos estanques semicirculares , en forma de casca-
da. En el borde superior del primero se ve un
mascaron que vierte agua por la boca, la que
finalmente cae en la Ií$a,
Pasado el puente, se entra en un bosque de
formas regulares , llamado del Nocturnal j porque
en su plazuela circular y central estaba el juego
conocido con este nombre , y del que al presente
no queda ningún vestigio.
Partidas reservadas. — Las partidas reserva-
das ofrecen poco de notable, y no tienen la gran-
diosidad y magnificencia que el resto de los Jardi-
nes. Para visitarlas , es preciso un permiso que se
da en la Administración patrimonial ; y las prin-
cipales son : el Plantel^ el Colmenar y el Labe-
rinto^ á la izquierda del Palacio; y la Partida de
la Reina , á la derecha. Hay , ademas , una Huerta
grande y un Vivero de árboles para atender á la
gran extensión de plantación lineal , tanto de los
Jardines como de los numerosos paseos de este
Real Sitio. La zxíú%yji2kFaisanera está en la actúa-
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— 220 —
lidad inculta, y sirve de estación central del
servicio telegráfico para el anuncio de los incen-
dios que puedan ocurrir en el Pinar.
£1 Plantel, situado en el ángulo norte, ocupa
un gran rectángulo , cercado por un alto muro, y
á su vez está dividido en tres partes , denomina-
das : el Potosí^ la Caja de Estudio y la Caja de las
Flores. En su principio debió destinarse única-
mente á la prpduccion de flores , frutas y horta-
lizas, bajo la dirección de M. Joly , y en la actua-
lidad se encuentra embellecido con árboles y ar-
bustos de adorno , de modo que forma un pequeño
jardin.
La entrada principal del Potosí está frente al bosquete del
Nocturnal^ en la calle de la Calandria^ en donde hay una
verja de hierro muy parecida á las de la puerta principal del
jardin. Otra igual se encuentra en la calle del Rey ^ mas suelen
estar cerradas , y se entra por una puerta de madera situada
al final de dicha calle , y que da á la Caja de Estudio,
La Caja de Estudio es un pequeño jardin del
tipo inglés, formado por un gran óvalo y varias
figuras empradizadas y adornadas con corbeilles
de flores y hermosas wellingtonias y abetos.
Contra uno de sus muros , que es el de cierre ge-
neral del Parque, hay un edificio compuesto de
un portal y dos grandes salas , que sirven de estu-
fas frias , y frente de él un estanque circular , en
cuyo centro se ve una figura que representa á
Apolo sentado , y á su alrededor varios cisnes y
dragones. Frente á este edificio se ponen , durante
el buen tiempo, una porción de naranjos y limo-
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— 221 —
ñeros , colocados en cajones de madera , tal como
se empleaban en la ornamentación de los parter-
res á la francesa en tiempo de Luis XIV , y que
son muy antiguos, á pesar de sus pequeñas di-
mensiones , perteneciendo tal vez alguno de ellos
á los que Felipe V envió á buscar á Florencia en
el año 1723-
De la Caja de Estudio se pasa al Potosí por una
verja de hierro de abundante y primorosa labor,
que tiene en su coronamiento las armas de Espa-
ña y Borbon. Su trazado corresponde á un parter-
re regular, formado por figuras curvas, dispues-
tas con simetría al rededor del centro, ocupa-
do por una fuente de escaso mérito , que repre-
senta á Venus rodeada de conchas marinas. Estas
figuras están formadas por un macizo de árboles y
arbustos de alto porte , y rodeadas por una pla-
tabanda de rosales.
Ademas de la puerta indicada, esta partida co-
munica con la calle del Rey y con la Selva por
medio de dos verjas de hierro ; y su nombre viene
de que al principio se le llamó Jardín polaser , y
también los Pbtaseres^ degeneración del nombre
írznces potager ^ y por semejanza se le llama hoy
Potosí.
La Caja de las Flores tiene comunicación con
el Potosí y la Caja de Estudio. Actualmente está
destinada á la producción de flores y frutas , y no
ofrece nada digno de especial mención.
El Colmenar está situado encima del Plantel^
y su entrada principal, frente á la de éste, tam-
18»
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— 222 —
bien en la calle del Rey , que es una de las que
tienen mejor arbolado de todos los Jardines. An-
tiguamente habia en él colmenas , y de ahí su
nombre. En la actualidad presenta una mezcla
hetorogénea de bosquetes con estrechos senderos,
óvalos empradizados y cuadros de frutales, que
harian muy difícil asignarle un estilo definido;
pero , á pesar de esto , tiene bonitos sitios , perfec-
tamente cubiertos, con fresca sombra, que permi-
ten pasar en él agradablemente las horas de calor.
Frente á la entrada principal se ve un gran óvalo
empradizado, á manera de parterre, adornado con
algunas bonitas corbeilles de flores y macizos de ar-
bustos , y encima de él otro gran óvalo con árboles
frutales. Á la derecha de la entrada hay un estan-
que que, ademas del riego, sirve para la cría de ten-
cas ; y todo lo restante del terreno está ocupado
por un espeso macizo de árboles y arbustos con
umbrosas veredas que conducen á una fuentecilla,
llamada del Colmenar^ de fresca y excelente agua.
Frente al Colmenar^ al otro lado de la calle del
Laberinto^ y teniendo como aquél su entrada
principal por la calle del Rey^ se encuentra la
Huerta, Estas dos partidas están limitadas supe-
riormente por la calle del Infante , de buen arbo-
lado ; en su extremidad se halla la puerta del Mo-
linillo, que permite salir al paseo déla Puerta
del Campo. Encima del Colmenar , en la misma
calle del Infante^ pero con la entrada por la del
Laberinto^ está la partida reservada del Labe-
rinto. Ocupa un bosquete rectangular de dos
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— 223 —
hectáreas y media, y á su entrada se ven unas
hermosas hayas , especie no común en este Real
Parque. Los laberintos eran una de las partes
esenciales de los jardines del estilo clásico francés,
y los arquitectos-jardineros de aquellos tiempos
torturaban su imaginación para inventar combi-
naciones cada vez más intrincadas y difíciles de
acertar. La idea del de estos Jardines' pertenece al
célebre Le Blond , que continuó con gran acierto
el estilo creado por Le Nótre; y en la actualidad
no ofrece atractivo alguno , pues los pies de carpe
que forman el seto son en su mayor parte viejos y
poco poblados de ramas , y pobres los macizos in-
termedios, lo que hace que las veredas no queden
bastante aisladas, y, por lo tanto, no ofrezca difi-
cultad alguna entrar erí su centro y salir luego.
La parte baja de los Jardines, á la derecha del
Real Palacio, la ocupan las partidas de la Reina^
el Vivero y la Paisanera, Á la partida de la
Reina se entra por la calle del Santo ^ perpendi-
cular á la del Mallo , llamada así porque á su ex-
tremidad se encuentra la primitiva ermita de
San Ildefonso, construida en 1450 por orden
del rey de Castilla D. Enrique IV, sí bien muy
restaurada y bastante diferente tal vez de lo que
era en su principio, pues efecto de su deterio-
ro ú otras causas estuvo largo tiempo cerrada
al culto, y en 1723 servía de depósito de trigo y
harina. Junto á la ermita, y probablemente en
el sitio que hoy ocupa esta partida, habia una
habitación ó Casa Real de San Ildefonso, que es
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— 224 —
la que los Reyes Católicos cedieron á la Comuni-
dad de frailes del Parral de Segovia, como deja-
mos dicho en el capítulo primera, y las ruinas
que hoy se ven deben proceder de la citada Real
Casa. Su contorno irregular, lo mismo que la di-
visión en tres partes , sin que para ello se vea moti-
vo alguno, deben reconocer también por origen el
deseo de aprovechar los muros existentes, y tal
vez el jardin de aquella casa. En la actualidad esta
partida se destina al cultivo de flores y frutas, y
debe su nombre á la predilección especial que tenía
por ella la reina dona Isabel de Farnesio.
El Vivero, destinado á la producción de árbo-
les frutales y de plantación lineal, ocupa la parte
más baja de los Jardines, debajo del bosquete de
la Melancolía ^ y en estos últimos tiempos, no
pudiendo dar abasto al entretenimiento de la
gran extensión de plantación, tanto de los Jardines
como de los paseos de los alrededores de este Si-
tio, ha sido preciso crear otro en la Mata de Na-
valaloa, á lo largo de la carretera de Segovia.
Ademas de árboles, se cultiva en el Vivero una
preciosa colección de rosales ingertos, cuyas flo-
res llaman justamente la atención, porque la rosa
es en esta localidad, como en todas partes, la
reina de las flores, no igualándola ninguna otra
ni en belleza ni en aroma.
Za Faisanera nada ofrece de particular, y en el mismo
caso están los Baños del Rey ^ pequeña casita situada en un
ángulo de los Jardines, por bajo de los Baños de Diana^ en
la que hay un espacioso baño que se construyó para uso del
rey D. Francisco de Asís.
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— 325 —
BOSQUE.
El Bosque ocupa toda la parte syperioir del
Real Parque desde las calles de la Última Linea^
que le separan de los Jardines , como ya hemos
dicho. En su centro está el gran estanque ó lago
artificial llamado el Mar ^ que es uno de los sitios
más hermosos por el magnífico panorama qué
desde él se descubre, y está unido á los Jardines
por dos calles rectas que van á parar respectiva-
mente á cada una de las dos de la Última Linea:
la del Mar á la Alta , y la Honda á la Baja. Ex-
cepto en éstas , en la de la Fuente Mineral y en la
Meseta del Mar^ no se ven en el Bosque plantacio-
nes en línea, ni tampoco hay estatuas, ni fuentes
con vistosos y combinados surtidores; mas no por
eso deja de tener muchas bellezas , y sus poéticas
veredas y magníficos puntos de vista tienen tanto
atractivo para los amantes de la Naturaleza ,
como las largas y majestuosas calles de los Jar-
dines adornadas con las marmóreas divinidades
del Olimpo.
El Bosque ocupa una superficie montuosa de
67 hectáreas, de forma rectangular que se apro-
xima mucho á la cuadrada , cubierta de monte de
pino mezclado con matas de roble. Su fauna y
flora son exactamente iguales á las de las Matas,
y por no repetir lo que diremos al hablar de és-
tas, no ponemos aquí su descripción. Actual-
mente se halla separado de los Jardines por una
empalizada, con el objeto de impedir que se sal-
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— 226 —
gan los corzos y gamos que en él existen, y desde
hace dos ó tres años se trata también de poblarle
de faisanes.
La idea de hacer un cazadero de faisanes en este Parque
no es nueva, pues según documentos que hemos tenido á la
vista , al año de haberse empezado la construcción de este
Real Sitio, en 1722, envió el Rey á Francia^L Juan du Verge
para que de allí trajese faisanes y perdices pardas , y en la
parte baja se conserva aún, con el nombre de Faisanera^ el
sitio que debió servir para criarlos.
Lo más notable del Bosque es el Mar, gran-
dioso lago artificial de forma irregular, limitado
en su parte inferior por un gran muro de con-
tención. En lo restante del perímetro sus orillas
se encuentran de igual manera que si el lago fue-
se natural, pues los pinos y robles llegan hasta el
borde mismo del agua, y bañan en ella siis col-
gantes ramas. Su fondo es también muy irregular;
pero en términos generales puede decirse que la
pendiente aumenta desde la orilla natural hasta
el pié del terraplén de contención, que es en donde
alcanza la mayor profundidad. Un gran banco de
arcilla arenáceo-ferruginosa , proveniente de la
descomposición del granito, une las dos orillas
opuestas, desde la casa de la Góndola al terraplén,
y le divide en dos cuencas , que se conocen con
el nombre de Alforjas. La más honda es la occi-
dental, que tiene 12 metros de profundidad.
Según se pretende en algunas descripciones de este Real
Sitio , esta grandiosa obra quedó sin terminar á la muerte de
don Felipe V , pues se supone que su figura debia ser rectan-
gular y tener en su centro la casa de la Góndola; mas nos-
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— 229 —
otros no somos de esa opinión , atendiendo á lo mal elegido
que para ello estaría el sitio y á que las circunstancias natu-
rales favorecen la fprma actual como definitiva. Ademas , la
superficie que ahora ocupa es próximamente ig^al á la que
en 1723 donó graciosamente la ciudad de Segovia al Rey con
ese objeto, lo que prueba que no tenia intención de darle
mayores proporciones. El Mar estuvo separado de los Jardi-
nes hasta 1735, como hemos indicado en la parte histórica.
El agua que llena el Mar proviene de los arro-
yos Morete y Carneros, que, reunidos artificial-
mente fuera de los Jardines por medio de una
presa , entran en él después de haber juntado sus
aguas con las de la cacera de Peñalara. Surte di-
rectamente á l2is fuentes de la Fama^ Canastillo
y Andrómeda j y al estanque del Medio Celemín,
Sobre el terraplén de contención se encuentra
un bonito paseo llamado la Meseta del Mar,
desde el que se disfruta un bello panorama. El
encantador efecto de un lago natural, con las
orillas cubiertas de rica y frondosa vegetación, se
presenta de un modo brusco y repentino viniendo
de los Jardines, y el contraste es mayor después
de haber paseado por las alineadas calles, que
con sus setos de verdura no permiten á la vista
extenderse más allá de las monumentales fuentes
que están en sus extremidades. Su altura sobre el
nivel del mar es de 1.249 metros, 57 más alto
que la explanada de Palacio^ y está próxima-
mente á nivel con la punta del pararrayos de la
Colegiata. Su longitud es de 320 metrost y de
ella parten dos calles rectas que la unen á los
Jardines: la del Mar^ que va desde su extremi-
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— 230 —
dad occidental á la Última Linea de Arriba; y la
Honda ^ que une su centro con la Linea de Abajo,
Para ir al Mar preciso es antes llegar á una de las dos ca-
lles de la Última Linea. £1 camino más corto desde la puerta
principal de los Jardines es siguiendo toda la calle de la Me-
dianeria^ y tomando á su final una vereda que conduce al
extremo de la calle del Mar ^ ya casi en su unión con la Me-
seta. La distancia que por este camino se recorre es próxima-
mente de un kilómetro. Desde la Última Linea de Arriba ^zx-
ten ademas dos vereditas que conducen al Mar^ una de ellas
pasando por el estanque Depósito de las Ranas ^ que es pre-
cioso. Desde la Ultima Linea deAbajo^ ademas de la calle Hon-
da^ hay también tres caminos para subir al Mar. £1 primero
es el de h^ fuente Mineral ^ llamado así porque á su final hay
una fuente de agua ligeramente sulfo-femiginosa. £ntre ella
y la calle Honda se encuentra el estanque del Medio Celemín.
La fuente, que debe provenir de filtraciones del Mar^ está al
pié del terraplén , y se sube á la Meseta por unas escaleras
rusticas de un efecto sumamente pintoresco. La segunda ve-
reda es la del estanque de las Llagas ^ llamado asi parque
envia el agfua á los surtidores que brotan del cuerpo del
monstruo marino de Iz. fuente de Andrómeda ^ y que figuran
las heridas que le hiciera Perseo al darle la muerte. £mpieza
esta vereda frente á la calle central que divide las dos OcÁo
Calles de A ndrómeda , y á su final , al pié del terraplén, se
encuentran también unas escaleras rústicas tan bonitas y
pintorescas como las de la, fuente Mineral. La tercera vereda
conduce al ángulo oriental del Mar.
En la orilla opuesta á la Meseta se ven dos
ediñcios, llamados la Casa de la Góndola y la
Piscicultura. Á ellos conduce un bonito camino
que bordea el Mar , y partiendo de su extremidad
occidental, antes de llegar, se pasa un puentecillo
sobre un arroyo, que es el que le surte de agua.
La Casa de la Góndola estaba primitivamente
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destinada á guardar de noche varias aves acuáti-
cas que durante el dia nadaban libremente por el
Mar^ y su nombre lo debe á una notable barca
ó góndola (i) que dentro de ella se encuentra.
No sabemos su origen, mas es probable que fuese
construida en este mismo Sitio en tiempo del
Rey fundador, y se encontraba en un estado de
completo deterioro cuando D. Amadeo de Sabo-
ya mandó restaurarla , habiendo habido necesidad
de hacer su casco casi enteramente nuevo. Poste-
riormente, la restauración se ha terminado por
orden de D. Alfonso XII; y prescindiendo de las
condiciones técnicas de flotación, sólo haremos
notar su ornamentación rica y caprichosa, sobre-
saliendo en mérito artístico las cariátides que
sostienen el templete central, especie áQ felze de
las góndolas venecianas. Antiguamente estaba
pintada de negro, con los bajo-relieves y escultu-
ras doradas , como aun se ve en algunos trozos.
Junto á la Casa de la Góndola , al otro lado de
la vereda de circunvalación del Mar^ se encuen-
tra el Establecimiento de Piscicultura, precedido
de un pequeño jardin.
ESTABLECIMIENTO DE PISCICULTURA
La considerable superficie del Mar^ la gran
(i) "En é[ Murray' s Hand-Bookfor Sfatn se dice, hablando de esta
góndola , qoe debe ser un regalo de la República de Venecia á algún rey
de Espafta ; mas no vemos de común entre ella y las góndolas venecianas
otra cosa que el nombre , pues ni por su forma ni por su ornamentación
recuerda en lo más mínimo á las que cruzan por los canales de aquella
ciudad. El templete central es de un estilo marcadamente churrigueresco.
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— 232 —
profundidad que alcanza en algunos puntos y el
decrecimiento gradual que experimenta ésta hasta
su orilla natural bordeada de plantas, donde se
forman pequeñas playas arenosas ; sus aguas pu-
ras, aireadas y de temperatura poco elevada, aun
en el rigor del verano , hacen de tan pintoresco
estanque un soberbio vivero de peces, sobre todo
para los que pertenecen á la familia de los salmó-
nidos y se crian en los grandes lagos de la Euro-
pa central y septentrional. Esas especies, sin em-
bargo , no se encuentran espontáneas en nuestro
país , y su importación en estado adulto hubiera
sido empresa insuperable y de dudoso resultado
si el arte de la pisicultura no enseñara el medio
sencillo , económico y de seguro éxito para reali-
zar la aclimatación.
Este consiste en el trasporte de los huevos fe-
cundados cuando su incubación ha llegado al pe-
ríodo de la formación completa del embrión, en
cuyo tiempo pueden enviarse con gran comodi-
dad á largas distancias en cajas dobles de madera
y empleando musgo húmedo. Las pérdidas que
se experimentan son insignificantes.
Con el objeto antes indicado de introducir en
el Mar los estimados salmónidos lacustres del
centro de Europa , y el no menos importante de
fomentar la propagación de la apreciadísima tru-
cha del país en los numerosos ríos, arroyos, ca-
ceras y estanques de este Real Sitio , se fundó el
Establecimiento de Piscicultura de la orilla del
Mar^ á fines del año 1867, por iniciativa de Su
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— 233 —
Majestad el rey D. Francisco de Asís, secundado
en tan laudable propósito por el reputado natu-
ralista D. Mariano de la Paz Graells. En la pri-
mera campaña se fecundó un número considera-
ble de huevos de la trucha común, y se trajeron
del extranjero huevos embrionados de fera, bezo-
la, umbla caballar, salmón del Rhin y gran tru-
cha de los lagos de Suiza. Sobrevino en el inme-
diato año de 1868 la revolución de Setiembre, y
quedó el Establecimiento completamente abando-
nado hasta la restauración de D. Alfonso XII, á
cuya ilustración y amor al progreso se debe la
reanudación de las tareas del Establecimiento y
el que éste se perfeccionara con todos los adelan-
tos hechos en el arte de la piscicultura durante el
período en que estuvo sin funcionar.
En Octubre de 1877 se dio la orden para
comprar el material nuevo que fuera preciso y
reponer el que ya existia ^y se ampliaron las pisci-
nas de primera cría con una cascada exterior de
varios estanques escalonados , pues las que habia
dentro del edificio no eran suficientes por el incre-
mento que se dio á las operaciones piscícolas.
Las especies de peces que han sido objeto prefe-
rente de la cría artificial , durante el segundo pe-
ríodo del Establecimiento , pertenecen á la fami-
lia de los salmónidos, y son las siguientes:
Trucha común ( Truttafario) .
Gran trucha de los lagos de Suiza {Trutfa
lácustris).
Umbla caballar ( Salmo salvelinus) .
19*
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— 234 —
Salmón ( Salmo salar) .
Mestizo de trucha y salmón.
Fera ( Coregonus Warfmanm) .
Exceptuando la trucha común , cuyos huevos
fecundados se obtienen aquí mismo, todos los
peces pertenecientes á las otras especies proceden
de huevos embrionados , remitidos por el Estable-
cimiento imperial de piscicultura de Huningue,
en la alta Alsacia, creado por el gobierno francés
y que en la actualidad pertenece al Imperio ale-
mán , después de la anexión de la Alsacia-Lorena.
El agua para el servicio del Establecimiento,
viene de la cacera que conduce las aguas del
arroyo Morete al Carneros, y sufre, antes de
entrar en el gabinete de incubación y primera
cría, varias purificaciones por medio de filtros,
compuestos de arena lavada y polvo de carbón.
Se deposita después en un recipiente , dentro ya
del edificio, desde donde se distribuye por medio
de cañerías, provistas de llaves, á los aparatos de
incubación y á los pequeños estanques de cría. La
incubación de los huevos, una vez fecundados
éstos por los procedimientos que la piscicultura
emplea actualmente, se verifica en i6 aparatos,
sistema Coste, fabricados en París por el acredi-
tado piscicultor M. Carbón nier. Cada uno de ellos
se compone de cinco recipientes de zinc esmal-
tado, que sostienen, en su parte superior, otros
tantos bastidores con rejilla de varillas de vidrio,
y están colocados en una gradería de madera, de
modo que se forma una pequeña cascada al des-
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— 235 —
cender el agua y verterse de uno en otro. El
número de huevos que pueden incubarse en los
aparatos de que dispone el E&tablecimiento es
de loo.ooo próximamente.
La incubación dura unos tres meses en esta
localidad , dada la temperatura del agua en invier-
no, de modo que, como las fecundaciones se
hacen desde mediados de Noviembre á mediados
de Enero , los pececillos nacen en el período com-
prendido entre el 15 de Febrero y el 15 de Abril.
Cuando salen del huevo están provistos de una
gran vejiga en el vientre , que les impide nadar,
pero cuyo contenido sirve para su nutrición en la
primera época , de modo que poco á poco va reab-
sorbiéndose y desaparece completamente de cua-
renta á cincuenta dias después del nacimiento. En-
tonces nadan ya con agilidad los pececillos , y si se
crian en espacios reducidos con relación á su núme-
ro, hay que alimentarles artificialmente. Aquí, en
cuanto nacen , se les trasporta á unos pequeños es-
tanques escalonados en serie lineal , que existen
dentro del edificio, y allí experimentan la reabsor-
ción de la vesícula umbilical , y se retienen después
en los mismos estanques y en los que hay fuera
hasta el mes de Setiembre, en cuya época se
trasladan, para la segunda cría, á los estanques de
la Cascada de Andrómeda,
Las truchas grandes que sirven para el desove
artificial están depositadas en los estanques ma-
yores de \2i Ria ó Cascada Vieja.
Los resultados obtenidos hasta la fecha con la
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— 236 — •
creación del establecimiento de piscicultura son
satisfactorios. Viven en el Mar una multitud de
peces pertenecientes á las especies de salmónidos
más estimadas de Europa ; se han poblado con
ellos todos los estanques y depósitos de agua del
Real Parque , y todos los años se sueltan muchos
millares de pececillos en los rios y arroyos que
cruzan los terrenos pertenecientes al Real Patri-
monio, por cuyo medio, practicado con constan-
cia , y ejerciendo una activa vigilancia para impe-
dir en esos cursos de agua las pescas fraudulentas
y las que se practican valiéndose de criminales
recursos , es de esperar que se conseguirá en breve
tiempo su completa repoblación ictícola.
Desde 1877 este establecimiento se halla diri-
gido por el Ingeniero de Montes Sr. D. Rafael
Breñosa.
Detras del Establecimiento de Piscicultura hay
una fuente llamada del Rey^ cuyas aguas proce-
den de una cacerita que recoge las sobrantes de
dicho Establecimiento.
Para ir á la fuente del Pino y puerta del
Cebo, única que existe en el Bosque^ parte un
camino del extremo occidental del Mar , y á unos
225 metros de su principio se encuentra una
presa de distribución , que tiene por objeto regu-
lar el agua que va al Mar y la que sin entrar en
éste se dirige á los estanques de las Ranas y Ctuí-
drado^ y al mismo tiempo permite que la sobran-
te , corriendo por un barranco que debe ser el
cauce natural del arroyo Morete , salga fuera del
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-- 237 —
Parque por el punto denominado el Rastrillo.
La vereda que atraviesa el puentecillo sobre la
presa, hacia la derecha, va siguiendo la cacera
de Peñalara^ hasta muy cerca del ángulo meri-
dional del Bosque, Á muy poca distancia de la
presa , y á la izquierda del camino que venimos
siguiéndose halla la fuente del Pino, muy céle-
bre por la bondad de su agua. Está en una plazo-
leta circular, á la que se baja por unos cuantos esca-
lones, y su distancia á la puerta principal del Par-
que es de unos 1.300 metros. Realmente su agua es
de excelente calidad y muy fresca; pero según nues-
tras observaciones, su temperatura es poco cons-
tante , pues mientras en los meses fríos sólo mar-
ca 6**, en Setiembre llega á 12**. En este concepto
cede un poco la primacía á \di fuente de la Reina,
Siguiendo el camino , á poca distancia se divide
en dos , y el de la derecha pasa por un puentecillo
sobre las aguas reunidas del Morete y Carneros, y
en línea recta conduce á la puerta del Cebo, que
está situada á 1.287 metros de altitud, 94 más
alta que el Real Palacio. Su distancia más corta á
la puerta principal del Parque es de 1.550 me-
tros. Esta puerta, que se halla cerrada excepto
cuando SS. MM. están en este sitio, conduce ala
casa del Cebo (i), pequeña casita con su jardin,
(i) La Casa del Cebo no ofrece nada de particular, y si merece una
visita, es solamente por sus bonitos alrededores. La mandó construir el
Infante D. Luis, hijo de Felipe V, para que sirviese de cebadero de jaba-
líes , juntamente con otras dos situadas en la Peña Caballera y en la Pata
de la Vaca ; y después de la muerte de dicho Infante la compró don
Carlos III á su viuda. En la actualidad no tiene empleo determinado.
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— 238 —
que servia para cebo de jabalíes , situada al pié del
cerro de la Silla del Rey.
Muchas otras veredas cruzan el Bosque^ sin
contar las que recientemente se han hecho con
motivo de convertirlo en cazadero de faisanes; y
en la imposibilidad de hablar de todas , sólo hare-
mos ligeras indicaciones respecto á la que, próxi-
ma al muro de cerramiento , da la vuelta á todo
él , y permite un agradable paseo de unos tres
kilómetros , empezando en la extremidad occiden-
tal de la calle de la Última Linea de Arriba^
yendo á salir á la oriental de la Última Linea de
Abajo, Mientras. se sigue la tapia occidental, el ca-
mino es bastante recto y no hay pendientes nota-
bles, no ofreciendo más particularidad que el
puentecillo del Rastrillo^ por donde salen las
aguas sobrantes. En la tapia superior , la vereda
es menos regular y la fuerte pendiente del terre-
no la obliga á formar algunas revueltas. Al prin-
cipio se encuentra la cacera de Peñalara , después
la puerta del Cebo , y un poco más allá los arro-
yos Morete y Carneros reunidos. La cacera que se
pasa luego lleva las aguas al Establecimiento de
Piscicultura^ y después de algunas fuertes pen-
■ dientes y revueltas se pasa el cauce desecado del
arroyo Morete. Desde este punto , hasta el ángulo
oriental de la tapia , la subida es algo penosa ; pero,
una vez arriba , el hermoso panorama que se des-
cubre sobre la llanura de Segovia compensa con
creces las fatigas de la ascensión. Esta esquina del
Bosque se llama Ihyo Judio ó Último Pino^ porque
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— 239 —
hay en ella un pino de grandes dimensiones que
es el más elevado del Real Parque. Su altitud es
de 1.326 metros, ó sea 76 sobre la Meseta del
Mar y 134 sobre la explanada de Palacio, El
descenso del Último Pino se hace por un camino
de pendiente rápida , y al poco tiempo se encuen-
tra \2i fuente Fría ^ cuya temperatura máxima del
verano pasa poco de 12°. Á poca distancia, antes
de llegar á esta fuente, parte, á la izquierda, una
vereda que conduce al Cerro de los Frailes y á la
Meseta del Mar, El camino continúa bordeando
la tapia , obligándole la fue^rte pendiente á dar
algunas revueltas hasta llegar á la calle de la
Última Linea de Ahajo.
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» ciuaaa y su tierra, i^a época en que adqui-
rieron su propiedad las referidas corporaciones,
ignórase á punto fijo , perdiéndose su origen en
las apartadas épocas en que se constituyó la pro-
piedad comunal. Los títulos de pertenencia se
reducen á donaciones de reyes y confirmaciones
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de estos privilegios por sus sucesores; pero en es-
tos documentos no se hace especial mención de
los pinares de Valsain y Riofrío, sino que se re-
fieren á todos los terrenos yermos ó poblados
dentro de los términos jurisdiccionales que'fijaban
en última instancia los mismos monarcas.
El rey D. Alfonso VIII expidió en Toledo, á
7 de Febrero de 1 1 84, un privilegio por el que
aprobó, concedió y confirmó que fuese perpe-
tuamente firme al concejo de Segovia , sos vasa-
llos fieles presentes y venideros, otro privilegio
que su abuelo el emperador D. Alfonso VII les
concedió de los mojones que entre el término de
Segovia y el de Avila se fijaron y señalaron,
después del pleito habido entre los do« conc^s,
para que les fuese todo estable y perpetuamente
valedero , é hizo donación irrevocable á loe Tsaro-
nes de Segovia de cuanto se encontraba deotro
de* ellos, yermo ó poblado. Este privilegio lo con-,
firmó el rey D. Alfonso X, el Sabio ^ por otro que
expidió en 9 de Junio de 1273, y lo renovó don
Juan II en Burgos, á 20 de Setiembre de 141 7.
Respecto á la linde con el concejo de Madrid,
existen análogos privilegios. El mencionado rey
D. Alfonso VIII, con fecha 28 de Julio de 1 208, hizo
donación á los vecinos de Segovia de todos aque-
llos términos que el alcalde Minaya habia determi-
nado entre el concejo de Segovia y el de Madrid,
fijando mojones entre ambos por orden del Rey, y
de todo lo que estaba dentro de ellos les hizo per-
petua donación. El mismo Rey, en razón á los
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— 243 —
TOuchos y gratos servicios de sus fieles vasallos de
Segovia, expidió otra carta-privilegio en dicha
ciudad , á 1 2 de Diciembre de 1 208 , por la que se
sirvió hacerles donación y confirmación de todos
aquellos mojones de su término según los habia
partido con Madrid y con Toledo, con Olmos,
Canales, Alfamin y con otras villas que estaban
fronteras de su término, allende la Sierra, para
que todos los terrenos que comprendían , pobla-
dos ó yermos, los tuvieran por derecho heredita-
rio é irrevocablemente. Existen muchos otros do-
cumentos de esta especie, pu^s la ciudad de Se-
govia solicitaba de todos los monarcas que ocupa-
ban el trono cartas de confirmación de los privile-
gios que sus antecesores les habían otorgado. Del
rey Fernando VI es el último , expedido á conse-
cuencia de la petición que le dirigió la ciudad de
Segovia de que fuera servido confirmar las dona-
ciones de los monarcas castellanos, supliéndoles
el defecto de no haberlo hecho sus tres predeceso-
res Carlos II, Felipe V y Luis I. Consultado el
Consejo de Castilla, condescendió á esta súplica,
expidiendo, en 25 de Octubre de 1753, una Real
cédula confirmatoria de los privilegios que que-
dan referidos.
Como hemos dicho en el primer capítulo, los
Reyes de Castilla , al hacer estas donaciones , se
reservaron el derecho de la caza y pesca de los pi-
nares de Valsain y Riofrío , para cuyo fomento y
custodia tenian varios guardas y dependientes á
las órdenes de un guarda-mayor que se titulaba
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— 244 —
de la Casa y Bosque de Valsain. Dicho privilegio
se consigna en varios documentos , de los cuales
los más importantes son :
«Real cédula-provisión para la guarda de la
caza del bosque de Valsain y sus límites,* expedi-
da por Felipe II en i.° de Mayo de 1579.»
«Real cédula de 10 de Abril de 1593.»
« Real cédula de 24 de Diciembre de 1 647 , ex-
pedida por Felipe IV, que comienza así : El Rey.
Por cuanto de muchos años á esta parte está veda-
da y acotada para nuestra recreación y entreteni-
miento la caza mayor y menor , aves de volatería
y pesca de nuestro bosque de Valsain »
Los montes de Valsain y Riofrío , que ahora
forman uno solo , eran primitivamente dos predios
distintos. El primero pertenecía á la ciudad y
tierra de Segovia y á. su Junta de Linajes, mien-
tras que el segundo era de dominio exclusivo de
aquella corporación. En 1568 se hizo un apeo de
los pinares y matas de Valsain, con citación de
todos los dueños de las propiedades colindantes,
y del acta de deslinde , que tenemos á la vista, se
deduce que el pinar y matas de Riofrío estaban
compuestos antiguamente de una parte del actual
cuartel de Aldeanueva , desde el camino Viejo del
puerto de la Fuenfría hasta el rio Acebeda , todo
el de Revenga , y de las matas de los Guijos, San-
tillana , Cabeza-Gatos y Matabueyes.
La propiedad de estos montes siguió siendo
comunal hasta que el rey Carlos III , deseoso de
establecer positivas reglas que asegurasen su con-
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— 245 —
servacion y aumento , y que evitaran los incendios
y desarregladas cortas que se efectuaban en ellos,
así como para preservar á las comunidades pro-
pietarias de los muchos pleitos y recursos enta-
blados sobre el disfrute de estos bienes , resolvió
comprarlos para que quedasen incorporados á la
Corona. Al efecto, confirió comisión y facultad al
Sr. D. Andrés Valcárcel Dato, del Consejo de
S. M. en el Real de Castilla , para que ante el se-
cretario de S. M. , escribano de Cámara del Con-
sejo de Castilla , y propietario de la Real Junta
de Obras y Bosques, pusiese en práctica la referi-
da compra é incorporación por la cantidad que
resultase ajusta tasación, practicada por los peri-
tos que se nombraren por parte de S. M. , la ciu-
dad de Segovia y demás comunidades interesa-
das , regulando el valor de las fincas por los me-
dios que asegurasen el legítimo precio.
El valor del pinar y matas de Valsain se apre-
ció en 3.970.703 reales vellón , y se tasó el de Rio-
frío con sus matas en 479.304 reales , haciendo un
total de 4.450.007 reales, que el Rey debia entre-
gar á las comunidades propietarias después de
descontar el importe de los censos que gravaban
sobre estas fincas. El 3 de Octubre de 1761 tomó
posesión de ellas, á nombre de S. M., el señor
Marqués de Esquilache , y desde ese dia corrió á
favor de las comunidades el 3 por 100 del precio
de venta , habiendo dispuesto el Rey que en el
término de un año se abonara el capital , descon-
tando 335.179 reales que importaban los censos.
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— 246 —
La entrega de esa cantidad no se hizo, sin em-
bargo, hasta el 5 de Julio de 1765 , recibiendo los
representantes de las comunidades 2.350.428 rea-
les., que con 1.764.400 reales, importe del precio
en que se remató á favor de aquéllas la dehesa del
«Pizarral de Llerena» (Badajoz), propia de la
orden de Santiago, y el capital de los censos,
completan el importe de la venta.
Por este medio, la Corona adquirió el pleno
dominio sobre el suelo y vuelo ( i ) de los pinares
y matas de Valsain y Riofrio y de la mata de Pi-
rón, en jurisdicción de Sotosaltos ; pero la ciudad
y tierra de Segovia , al hacer la enajenación , se
reservó el disfrute de los pastos de invierno y ve-
rano, aguas corrientes, estantes y manantes, leñas
muertas y secas del Pinar, excluyendo las de las
Matas, las leñas inútiles de jabinos, retamas,
piornos y tomillos , teas de los tocones , las latas
secas para las funciones de las catorcenas , y ra-
mas de acebo para la festividad del domingo de
Ramos. Para la regulación de estas servidumbres,
y para la mejor custodia, administración, conser-
vación y cría de los. Reales Pinares y Matas de
Valsain, Pirón y Riofrio, se expidió en 15 de Oc-
tubre de 1 761 una Real cédula con la Instrucción
(i) Afirmase por algunos, con ligereza indisculpable , y asi se consigna
en algunas descripciones de este Real Sitio , que al Real Patrimonio cor-
responde únicamente el vuelo de estos montes , siendo el suelo de la ciu-
dad y tierra de Segovia. Tal error se funda en suponer que esas corpora-
ciones, por tener el derecho de usufructuar los pastos, leflas muertas, etc.,
en concepto de servidumbres , pueden considerarse condóminos de estos
bienes,
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— 247 —
y Ordenanza que en adelante habrían de regir, y
cuyas disposiciones, emanadas del contrato de
compra-venta, se hallan todavía vigentes.
Continuaron estas fincas formando parte del
Real Patrimonio de la Corona hasta la promul-
gación de la ley de desvinculacion y venta de sus
bienes, verificada en 9 de Diciembre de 1869. Se
preceptuaba en ella que se enajenaran todos los
del Real Patrimonio , reservando los que convi-
niese destinar para el servicio del Estado. En su
virtud, pasaron á dominio particular las matas de
Valsain , con notoria infracción de la ley de Mon-
tes de 24 de Mayo de 1863 ; y únicamente se ex-
ceptuó de la venta el pinar de Valsain , que , de-
clarado propiedad del Estado , se entregó al Mi-
nisterio de Fomento para su custodia y adminis-
tración.
Después de la Restauración, y en virtud de
una ley votada en Cortes , devolvió el Estado á la
Corona todos los bienes que todavía conservaba
en su poder», entregando entre ellos el pinar de
Valsain. Más adelante , y como terminación del
ruidoso expediente promovido por la denuncia
de las ventas de las Matas , se anularon aquéllas,
y después de reincorporadas al dominio del Es-
tado , se devolvieron estas fincas al Real Patrimo-
nio, en cuyo poder se conservan actualmente,
excepción hecha de las de Pirón , la Sauca y Na-
valosar, que, estando en igual caso que las demás,
siguen , por una extraña anomalía legal , en poder
de los particulares que las adquirieron.
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— 248 ■—
SITUACIÓN, TOPOGRAFÍA, EXTENSIÓN,
CONSTITUCIÓN GEOLÓGICA
El pinar y matas de Valsain se hallan situados
en las vertientes al Duero de la cordillera Carpeto-
Vetónica, que en este punto ofrece un seno pro-
fundo, cuya concavidad mira hacia la provincia
de Segovia ; pero sólo ocupan la ladera occidental
y después la septentrional de la cordillera , desde
el arroyo Morete hasta Montón de Trigo, pues
llegando á este punto, aquélla tuerce bruscamente
hacia el S., y el pinar se extiende por la vertien-
te N. del ramal que allí se desprende y pasa por
el Tiro de Barra y Peña-el- Oso , para concluir
en el Quintanar , jurisdicción del pueblo del
Espinar.
El límite más alto del Pinar coincide general-
mente con el de máxima altitud de la zona de ve-
getación del pino silvestre en esta región , así es
que en todo el trayecto de la cordillera principal
que media entre el arroyo Morete y el puerto de
de la Fuenfria , no va por la cumbre más que
cuando está suficientemente baja ; esto es , desde
el puerto del Paular hasta el antes nombrado,
pasando por Majada-Alta ^ Majada- el- Arca ^
Guarr amulas ^ puerto de Nav acerrada , alto del
Telégrafo^ Siete- Picos ^ Cañada Lóbrega y Colla-
do Ventoso^ constituyendo en toda esa extensión
parte del límite común á las provincias de Sego-
via y Madrid. Guando el Pinar no llega b^sta la
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— 249 —
cumbre, confina con terrenos de particulares,
pero, á pesar de esta circunstancia, incluiremos á
éstos en nuestra reseña orográfica, geológica y
botánica.
Desde el alto de Peñalara (2.431™), ya se
avance por la cumbre hacia la parte S. , ya se ca-
mine hacia el N., las depresiones de la cordillera
ó los puertos van disminuyendo sucesivamente
de altitud. En la primera dirección se encuentran
los del Paular (1.857»°), Navacerrada (1.849"»)
y Fuenfria (1.840™) , dentro del Pinar, que esta-
blecen la comunicación entre las dos provincias
limítrofes de Segovia y Madrid. Y en la segunda,
fuera del Pinar , los del Reventón ( 2.058™) y Mal
Agosto (1.946™).
Entre los primeros citados, solamente el de
Navacerrada corresponde á una carretera en ex-
plotación , que es la de Segovia á Villalba, y pue-
de asegurarse que es uno de los más altos de Eu-
, ropa entre los atravesados por esta clase de vías
de comunicación. En general, la altitud de esas
depresiones , con relación á los puntos culminan-
tes , es menor en esta cordillera que en las de los
Pirineos y los Alpes, pues sólo llega á 246™,
mientras que en éstas son de 700™ y 1.800™ res-
pectivamente. De tan notable diferencia se des-
prende la suavidad del perfil de su cumbre y la
dificultad que presenta el acceso de su divisoria
desde ambas vertientes , por la altura considera-
ble de las depresiones sobre el nivel de las plani-
cies segoviana y madrileña. No hay en esta cordi-
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— 250
llera profundas gargantas, estrechos desfiladeros,
ni agudísimos picos ; sus puertos son insignifican-
tes depresiones de la divisoria ; sus altos, cumbres
redondeadas y perfectamente transitables. Quizás
contribuya á ello poderosamente su constitución
geológica ; allí donde las faldas de la cordillera
están revestidas de terrenos sedimentarios, las
causas geo-dinámicas , que produjeron el levanta-
miento, dislocaron fuertemente los estratos é in-
trodujeron la confusión y el desorden , causa de
las ásperas escabrosidades de aquellos terrenos.
Constituida por rocas plutónicas esta sierra , no
se encuentra en igual caso , porque aunque en sus
laderas se hallan depósitos neptúnicos, son poste-
riores al levantamiento de la cordillera j y el mis-
mo terreno cretáceo, que tan 'abrupto se presenta
en los Pirineos , asiéntase aquí sobre el gneis y el
granito en capas casi horizontales y con ligeros
vestigios de dislocación , como se observa perfec-
tamente en los alrededores de Segovia.
Contribuyen á la escabrosa y áspera topografía
del Pinar y Matas los ramales ó divisorias de se-
gundo orden que en varias direcciones , más ó
menos próximas á la normal , se desprenden de la
cordillera principal. La más importante entre
ellas es la que , partiendo de la falda septentrional
de Montón de Trigo , pasa por la Venta de la Fuen-
fría y Camorca Grande ^ Camor quilla^ Cerro Pe-
lado^ Alto de la fuente del Pájaro^ Matabueyes^y
concluye en las inmediaciones de las casas de
Robledo, Su dirección es próximamente paralela
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— 251 —
á la de la cordillera principal, y divide toda la
región en dos cuencas hidrográficas : la del rio
Valsain y la del Acebeda, El primero tiene su
origen en la reunión de los arroyos Mingúete y
Peñagudilla^ que vienen de Siete Picos y del
puerto del Paular respectivamente, dividiendo
sus aguas la divisoria de Maravillas ^ que con-
cluye en las inmediaciones de la Cantina ó Ven-
ta de de los Mosquitos, En las cárcavas de am-
bas vertientes de su cuenca se forman innume-
rables arroyos afluentes, siendo los principales,
que con sus aguas acrecen el caudal del rio Val-
sain , los siguientes : por la derecha los arroyos
de los Regajos de las Tetas de Vaca^ Valdeclemen-
te^ del Miedo^ Peñalara^ Bercialy Puente Blan-
co : y por la izquierda los de las Pamplinas^ Te-
soro^ Navalazarza^ Navapinganillo^ Cárcavas de
Cerropelado^ Navalosilla^ Acebos y jabalí.
El rio Acebeda se forma en su origen con las
aguas de los arroyos Cereceda y Horcajos , que
nacen en la falda NO. de la estribación de Peña-
el' Oso, Separa su cuenca de la del rio Peces ^ que
más tarde es tributario suyo , la pequeña diviso-
ria de los Collados , que arranca de la misma es-
tribación. Reunidos ambos dan origen al Riofrio^
que pasa por el bosque del mismo nombre. Son
afluentes del rio Acebeda : por la derecha, los
arroyos áe Aguas Buenas ^ Pesebrej'os ^ Garciavá^
Navalamesa y de la Desesperada; y por la iz-
quierda , los del Coto , Chavorrilla , Nava-el-
Hoyo y del Pronunciamiento,
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— 252 —
Brotan en diversos puntos del Pinar y las Ma-
tas innumerables manantiales de excelente agua,
cuya temperatura en el rigor del verano oscila
entre 6° y 8° centígrados. Citaremos los más prin-
cipales ó más conocidos , ya que reseñarlos todos
sería imposible.
Fuente del Milano. Situada á la izquierda
del camino que va á la cueva del Monje , medio
kilómetro antes de llegar á este sitio.
Fuente del Corral de las Vacas. En las
praderas de Peñalara,
Fuente de la Rendija. Así llamada porque
sale de la hendidura de la roca. En la falda O. del
cerro de la Silla del Rey ^ cerca de la mata de
Navalhorno,
Fuente del Intendente. La más fria de todas.
Está por debajo de Peña CüoreSj en el límite del
Pinar.
Fuente del Pájaro. En el camino viejo del
puerto de la Fuenfria , dos kilómetros más allá
de la Cruz de la Gallega , debajo del alto del
mismo nombre.
Fuente de los Reventones. En la vertiente
meridional de Cerro Pelado , algunos metros por
debajo del collado de los Reventones.
Fuente de Palominos. Ladera meridional de
la Camorca Grande, Da origen al arroyo del
mismo nombre.
Fuente de la Reina. Cerca de la venta de la
Fuenfria^ en el camino viejo del Puerto, De ella
nace el arroyo Royonda.
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— 253 —
Fuente del Perro. En la carretera de Villal-
ba , cerca de la Boca del Asno.
Fuente de Matagallegos. En la misma carre-
tera, cerca de la casa de la Machorra,
Fuente de la Peña de los Acebos. En el lí-
mite del Pinar con la mata de Navalhorno,
Fuente de la Plata. Inmediata al ángulo supe-
rior meridional de la tapia de los Jardines.
Fuente de la Peña del Gato. En la mata de
I^avalcaz»
Fuente de Santa Isabel. Ferruginosa. En la
mata de Navalosar,
Fuente de la Rendija. En la misma mata,
cerca del camino de la Casa de Vacas, Muy con-
currida en verano.
La máxima longitud del terreno que ocupan el
Pinar y las Matas , desde la reunión de los rios
Valsainy Cambrones hasta Siete Picos ^ es de 14
y medio kilómetros ; y su mayor anchura , entre
el límite occidental de la mata de Santillana y
Cabeza- Gatos ^ y la linde del Pinar por la parte
de Peñalara , de más de 9 kilómetros. Correspon-
de á toda la finca una extensión de 11.000 hectá-
reas próximamente , de las cuales ocupa cerca de
8.000 el Pinar y 3.000 las Matas.
Hállase enclavada toda la región que describi-
mos en el gran macizo granítico de la sierra de
Góadarratna , qué, penetrando en el interior déla
provincia de Segovia, y extendiéndose á la veci-
na de Ávila por la parte NO. , y á las provincias
de Madrid y Toledo y aun á la de Cáceres por
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— 254 —
la SE. , constituye una de las más extensas zonas
de este terreno en la Península. Las rocas graní-
ticas no. ocupan, sin embargo, toda la superficie
de esta comarca , pues la comparten con las gneí-
sicas casi por iguales partes. Ocupan las primeras
toda la parte baja de la cuenca del rio Valsatn,
en ambas orillas de éste , extendiéndose después
desde su origen, por una parte, hasta Cañada Ló-
brega , y por la otra , al puerto de Navacerrada,
quedando incluidos en este macizo los Siete I^os.
Baja otra zona de estas rocas, de una anchura de 3
á 4 kilómetros , desde Peña Citores paralelamen-
te á la divisoria del Caucho, Tanto en la vertien-
te O. de la cordillera principal, como en la E. de
la divisoria de las Camorcas^ las rocas gneísi-
cas empiezan á una altitud de 1.300 á 1.400 me-
tros sobre el nivel del mar, y se extienden des-
pués hasta la cumbre de la segunda y por ambas
vertientes del rio Acebeda, La roca que constitu-
ye casi exclusivamente el primero de los terrenos
cristalinos citados , es el granito común , de grano
mediano y color gris por lo general; pero no fal-
tan representantes de la serie numerosa de sus va-
riedades, como el granito rojo, el tostado, el are-
náceo, etc. En grandes diques le atraviesan los
pórfidos cuarcíferos , rojos , azulados y grises , con
una pasta micro-cristalina , compuesta en su ma-
yor parte de esferolitas silíceas. El cuarzo eruptivo
forma filones de gran- extensión , que siguen la
dirección N-S. , y atraviesan también al granito,
en una dirección perpendicular á esta última, pe-
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— 255 —
queños filones y venas de porfirita augítica , con
un color negro verdoso, estructura compacta y
compuesta de pequeños elementos sólo discerni-
bles al microscopio. Su edad corresponde con toda
probabilidad al período devoniano ó pérmico.
El gneis forma la parte principal de los terre-
nos arcaicos de esta región, presentándose ejem-
plares de todas sus variedades de estructura. Á
veces alternan con sus estratos otros de caliza
cristalina blanca ó gris , acompañada de minera-
les magnésicos , ó le atraviesan filones ó diques de
micro-dioritas de color oscuro , y de pegmatitas,
de grandes elementos unas veces y de tamaño
microscópico otras. La turmalina negra ó chorlo,
perfectamente cristalizada, constituye con fre-
cuencia uno de los elementos accidentales de esta
roca y también del gneis. No faltan tampoco ve-
nas de cuarcita turmalinífera en esta última roca.
El suelo que forman las rocas graníticas , por
la fácil descomposición de éstas, se presenta por
lo regular profundo y suelto, vegetando en él
muy bien el pino silvestre. Cuando el subsuelo es
de rocas gneísicas, resiste á la acción erosiva de
los agentes exteriores de un modo notable y ex-
traño , originándose suelos pobres y de poco
fondo.
FAUNA Y FLORA
Bien sabida es de todos la influencia que la al-
titud ejerce en la distribución de los animales y las
plantas, y, por lo tanto, no extrañará que en el
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— 256 —
reducido espacio de 8 kilómetros que dista en
proyección horizontal la cumbre de Peñalara del
Puente de Segovia , se presenten tres regiones bo-
tánicas , si se atiende á que su diferencia de nivel
es de 1.350 metros. Estas regiones son las que co-
munmente se designan con los nombres de mon-
tana , alpina y subalpina.
En la montana , ó sea la más baja^ se hallan in-
cluidos este Sitio y el Real Parque, y comprende
las Matas de Valsain y Riofrío. La especie domi-
nante es el roble ( Q. tozza), mezclado con algún
pino al acercarse ya á su límite superior; y los rasos
están poblados por el berceo y la estepa {Macroch-
loa arenaria y Cistus ¡aurt/o¡tus).'L\eg2i esta zona
bástalos 1.380 metros, altitud en que empiezan
á dominar los pinos ; y su vegetación herbácea es
táurica y abundante, que difícilmente podría-
mos dar una idea de ella en estas pocas lineas, y
seguir su evolución desde que á principios de pri-
mavera se abren las doradas corolas de varios
narcisos {N. pseudonarcissus ^ Graellsi ^ pallidu-
lus y rtipicola ) , hasta que aparece el azafrán sil-
vestre y el quitameriendas ( Crocus nudiflorus y
Merendera bulbocodium) ^ en otoño, indicando
que pasó ya la época de las flores. Las plantas le-
ñosas son también muy abundantes , y entre las
arbóreas se ven principalmente el mostajo , maíllo,
serbal de cazadores , cerezo silvestre y chopo tem-
blón, en ejemplares aislados, excepto este último,
que en pequeñas agrupaciones se encuentra en
las Matas, y sube hasta cerca del límite superior
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— 257 —
de los pinos. El Rhamnus catharücus , Frángula
vulgaris^ Vihurnum lautana^ endrino y espino al-
bar, en unión del rosal silvestre y de la zarzamora,
forman extensos matorrales ; y al lado de los arro-
yos estas especies se sustituyen con varios sauces
ó mimbreras {Saltx caprea^ amygdalina fragilii).
La fauna de las Matas es en extremo variada,
sobre todo durante la primavera , en que multitud
de aves revolotean por los resalvos y zarzales en
busca de un sitio á propósito para hacer el nido;
pero en la época de los fríos la mayor parte las
abandonan , partiendo para las llanuras de Casti-
lla , ó haciendo más largo viaje las que son emi-
grantes. Entonces vienen las chochas , las aves
frias y los zorzales, que, en unión del pico real
( Gecinus virtáis)^ los cerrojillos, trepatroncos y
algunas perdices , constituyen casi toda la pobla-
ción alada. Las liebres y conejos no son abundan-
tes , ya porque el mal tiempo que en primavera
suele hacer se oponga á la cría , ya también por-
que los destruyen las alimañas. Entre ellas es co-
mún la zorra y el gato montes, y. no escasean
tampoco la comadreja, el pa'piálbillo, la garduña,
el tejón y la gineta. Esta última es más rara.
Los roedores múridos se encuentran represen-
tados, ademas de las especies que viven dentro de
las habitaciones, por el ratón de campo (J^/ír/j syl-
vaticus) y el lirón (Myoxus Nitela) ^ y los castó-
ridos por los Arvícola arvalis y amphibius^ espe-
cies muy perjudiciales á la agricultura y á los
montes, á diferencia del topo, musaraña y erizo,
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— 258 —
que son insectívoros y útiles á pesar de la preven-
ción con que se les mira y de la guerra que se les
hace. En idéntico caso se hallan los murciélagos,
de los que se ven las siguientes especies: Vesperu-
go nociula^ Vespertilio murinus, Plecotus auri-
tuSj muy común dentro de este Real Sitio, y
Rhinolofus ferrum-equinum.
Entre los reptiles merece citarse la víbora , por
ser la única especie venenosa , pues la salamandra
y la salamanquesa ( Tritón marmoratus y Sala-
mandra maculosa)y mirados con gran prevención
por el vulgo , y tenidos como tales , son completa-
mente inofensivos y se pueden coger sin el menor
peligro. La víbora es bastante común en las Ma-
tas y aun dentro del Real Parque , pero á pesar
de eso, son raros los accidentes desagradables que
produce , y su veneno no debe ser tan activo como
el de otra víbora de España, con la cual ha sido
confundida hasta hace poco tiempo; pero, bien
estudiada , se ha visto que pa:-tenecia á una espe-
cie nueva, diferente de la Vipera ammodytes^ por
la que habia sido tenida hasta la creación de la
nueva especie Latastei por el distinguido natura-
lista español Sr. Boscá.
Sigue luego, en orden ascendente, la región
subalpina, ó del pino silvestre, entre 1.380 y
1.900 metros sobre el nivel del mar, dividida en
esjta localidad en dos grandes estaciones que , si
bien están en idénticas condiciones climatológi-
cas, de altitud y suelo, se diferencian, no obstan-
te, completamente por estar una de ellas , el Pi-
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— 259 —
nar , enteramente cubierta de pinos , y desprovista
la otra de toda vegetación arbórea, que es la que
se conoce con el nombre de la Sierra, El pino , y
exclusivamente su especie sylvestris^ cubre las
vertientes al rio Valsain y Acebeda, y, atendida
su gran sociabilidad , no debe esperarse que la ve-
getación arbórea sea muy variada. Algunos ejem-
plares de tejo , acebo, serbal de cazadores y ave-
llano, se encuentran únicamente mezclados con
él ; y en los claros se ven espesos retamales forma-
dos por el piorno y retama albar ( Sarothamnus
purgans y Genista florida) ^ y helechares {Pteris
aquilina). El tapiz del suelo le forman casi por sí
solas las gramíneas, sobre todo en las praderas,
en que la vegetación es más variada , pues son
pocas las especies que sufren la sombra de los pi-
nos. Entre ellas florecen en primavera la Arena-
ria montana^ Saxifraga granulata, Endymion
campanulatus y Ranunculus carpetanus; y en
otoño las flores del Crocus nudiflorus indican que
el suelo no tardará en cubrirse de nieve.
Los arroyos tienen casi siempre por origen los
trampales , que no son otra cosa que turberas en
que degeneran por tránsitos insensibles las prade-
ras húmedas. Cuando la turba está mezclada con
gran cantidad de agua se llaman tollas^ y debe
siempre evitarse pasar por ellas, sobre todo á
caballo. Su vegetación es casi totalmente cripto-
gámica , compuesta de musgos sfagnum y selagi-
nellas , entre las cuales crecen la Parnasia palus-
tris^ Wahlembergia heder acea^ Lychnus Fh^^
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— 26o —
cuculí^ Ranunculus flammula^ Pedicularis syl-
vatica^ Juncus sylváticus y varias Verónicas^
tales como la serpyllifolia ^ acinifolia y scutellata.
Al lado de los arroyos forman grandes matas los
heléchos Polysticum filixmas y Blechnum spi-
cant^ y los bordean la Luzula sylv ática y cespi-
tosa^ y los Carex stricta j acuta y máxima^ etcé-
tera, etc.; y en sus aguas cristalinas, lo mismo
que en las de los rios Valsain y Acebeda , vive
en abundancia la trucha {Trutta fario) ^ muy es-
timada por los aficionados al pacífico ejercicio de
la pesca. Para que con más comodidad pudieran
dedicarse á él , el rey D. Carlos III mandó cons-
truir un camino que, tocando al agua, sigue toda
la orilla izquierda del Valsain , desde la casa de
la Pesca hasta su unión con el rio Cambrones,
La caza mayor dista mucho de ser tan abun-
dante como en antiguos tiempos. El corzo i^ca-
preolus vulgaris) es el único cérvido que se en-
cuentra en el Pinar con alguna abundancia, pues
tanto el gamo como el ciervo han desaparecido ya
por completo hace bastantes años. Los jabalíes
son raros, y su caza, que hacia las delicias de
Carlos III y IV, es hoy dia casual. En tiempos
del primero de estos Reyes existian tres cebade-
ros de jabalíes : uno llamado de Alegre ^ á la
falda del cerro de la Silla del Rey , cuyo edificio
se conserva aún , conociéndose con el nombre de
Casa del Cebo ( i ) ; otro en la Pata de la Vaca^
(I) Hemos hablado de ella al describir el Real Parque.
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— 201
y otro en la Peña Caballera, Estos cebos los
mandó construir el infante D. Luis , hijo de don
Felipe V, y á su muerte, acaecida en 1785, los
compró D. Carlos III á Doña María Vallabriga,
viuda del Infante, en 25.306 reales.
En la actualidad , el corzo y el jabalí son las
únicas especies de caza mayor , no contando entre
ellas al lobo, que cría en lo más escabroso y soli-
tario del monte , ni á la zorra y al tejón, que son
bastante abundantes. Caza menor, de pelo, tam-
poco la hay, á no considerar como tal á la ardilla; y
de pluma , sólo la paloma torcaz ( Columba palum-
bus) en la época de la cría, y alguna chocha á
principios de invierno. Rarísima vez se ve algún
conejo , liebre ó perdiz , procedente de las Matas.
Entre las aves que viven en el Pinar, merece
citarse el buitre negro ( Vultur monachus) y el
águila conejera (Águila pennata ) , que crian en la
copa de los añosos pinos que vegetan en los sitios
más elevados, en compañía del cárabo y gran
buho ( Syrnium aluco y Bubo maximus) .
Entre los insectos selváticos , sólo citaremos á
la magnífica mariposa Saturnia Isabelloe , llamada
así por estar dedicada á la reina Doña Isabel II.
La Sierra es la otra estación de la región sub-
alpina , que , como hemos dicho , se encuentra en
idénticas condiciones de altitud y suelo que el
Pinar. Está completamente desprovista de vege-
tación arbórea, y es la región propia del jabino
(Juniperus communis et alpina)^ del cambroño
{Adenocarpus hispanicus) y del piorno (Saro-
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— 202 —
thamnus purgans)^ que en la época de su anthesis
la cubren de olorosas flores. Su suelo es en algu-
nos sitios escarpado y pedregoso, y en otros está
empradizado , formando ricos pastizales que apro-
vecha el ganado merino trashumante desde últi-
mos de Mayo á mediados de Octubre, época en
que empiezan á caer las primeras nevadas. Su di-
ferencia con los de la región alpina es poca , y en
los de la parte baja se nota la sustitución del
Narcissus nivalis ^ por el Graelhii. En los sitios
pedregosos vegeta la Yasone carpetana ^ Pyre-
thrum hispanicum , Hieracium pilosella , Doroni-
cum carpetanum ^ Digitalis purpurea y Thapsi,.,,.
etc., etc. , y en los cantizales varios Diantus^ el
Narcissus rupicola y la Viola canina. El helécho
(Pteris aquilina) ocupa grandes extensiones de
terreno. Esta estación no es muy abundante en
aves. En sus riscos más escarpados , y completa-
mente inaccesibles al hombre, hacen su nido la
reina de las aves, el águila real {Aquila fulva) y
el buitre leonado {Vultur fulvus) , que no es tan
común como el negro. Vense también algunos
bandos de perdices cuando la nieve no las obliga á
bajar á las Matas.
Por último, la región alpina comprende los
picos más elevados desde la altitud de 1.900
metros. Está cubierta de nieve la mayor parte del
año, y suele nevar en ella desde últimos de Se-
tiembre hasta primeros de Junio, sin que por eso
el pico de Peñalara alcance el límite de las nieves
perpetuas, que debería estar 560 metros más
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— 203 —
alto , suponiendo que crezca proporcionalmente al
descenso de latitud entre los Pirineos y Sierra
Nevada. Su suelo es en algunos sitios un verda-
dero canchal , y en otros el Nardus stricta lo con-
vierte en hermosas praderas , que apenas se ven
libres de la nieve , esmaltan las flores del Narcis-
sus nivalis , Crocus carpetanus , y la forma alpina
del Ranunculus carpetanus. Estas praderas son
muy húmedas , y están encharcadas en algunos
puntos , formando la vivienda de la Rana alpina
y de la Salamandra maculosa , y dando origen á
algunos arroyos , entre ellos al de Peñalara, La
vegetación leñosa apenas está representada por
algunos jabinos y piornos: y en los cantizales se
ven la Linaria nivea ^ Saxífraga nervosa^ Nar-
cissus rupicola y Alosurus crispus; y en lo más
alto de la cumbre de Peñalara hemos recogido la
Armeria cespitosa , Campánula Herminii^ Sedum
hispanicumetbrevifolium^ Verónica fructiculosa y
el Senecio Turnefortii^ entre cuyas flores revolo-
teaba la bonita mariposa Parnasia Apolo.
DIVISIÓN ADMINISTRATIVA
Y EXPLOTACIÓN
Toda la masa arbórea del pinar y matas de
Valsain se divide en dos grandes zonas , cuyo lí-
mite mutuo lo determinan las condiciones de ve-
getación de las especies leñosas que las constitu-
yen. La alta ó Pinar, propiamente dicho, está
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— 204 —
poblado de una manera predominante por el pino
silvestre; y la baja ó Matas, por el roble tozio ó
melojo. No existe una línea natural que separe
ambas regiones; pero atendiendo al diverso mé-
todo de beneficio que exigen esas especies , á que
el pino se aprovecha en monte alto y el roble en
monte bajo, ha sido preciso establecerla artificial-
mente por medio de cotos ó. señales.
El Pinar , para los efectos administrativos de
vigilancia y custodia , se divide en los ocho cuar-
teles siguientes:
Cuartel del Vedado. Hállase en el extremo
N. E. del Pinar, limitado al N. por el arroyo
Morete^ al E. por la cotera alta del monte, al S.
por el arroyo de las Quebradas , y al O. por la
mata de Navalhorno, Comprende una superficie,
cuya proyección horizontal mide 989 hectáreas.
Cuartel del Botillo. Sus límites, son: al N. el
arroyo de las Quebradas y el límite de la mata
de Navaquemadüla j al E. la mojonera alta del
Pinar, al S. la divisoria del Cancho, y al O. el
rio Valsatn y parte del límite con Navaquema-
dula. Su cabida es de 1.094 hectáreas.
Cuartel de Vaquerizas. Comprende toda la
rinconada que forma la cordillera carpetana,
desde la estribación del Cancho hasta el puerto
de Navacerrada , limitándole al N. esta divisoria,
al E. y S. el límite alto del Pinar , y al O. la car-
retera del puerto de Navacerrada hasta más
abajo de la Gí«/m/3f. Cabida , 1.382 hectáreas. El
terreno es sumamente accidentado en toda la ex-
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— 205 —
tensión del cuartel , pero particularmente la lade-
ra por donde corren los arroyos del Infierno^
Enhiesto^ Cancho^ Peñalacabra y Lombrices ^ es
de lo más salvaje y áspero del monte.
Cuartel de Maravillas. Ocupa la dos laderas
de la estribación de Maravillas, Linda al N. con
el arroyo de Peñagudilla hasta su desembocadura
en el Valsain^ al E. con la carretera de Nava-
cerrada, desde el puerto hasta la Cantina^ al S.
con la cumbre de la cordillera carpetana, que es
límite general del monte , y al O. con d arroyo
del Pié-el'Hayuelo , hasta su desagüe en el Chor-
raneo , y después con éste hasta la Casa de la
Pesca ^ en cuyo punto se reúne con el Mingúete,
Ocupa una extensión superficial de 637 hectáreas.
Cuartel de Siete Picos, Los linderos princi-
pales, son : al N. y O. los arroyos Mingúete y
Royonda^ y después la cumbre de la divisoria de
las Camorcas^ hasta su punto de arranque en
Montón de Trigo; al S. la parte más alta de Siete
Picos ^ Collado Ventoso y el puerto de la Fuen-
fria , y al E. el arroyo Chor raneo y el Pié- el- Ho-
yuelo^ hasta el antiguo telégrafo óptico de Hoyo
Redondillo, Ocupa una extensión de 1.2 10 hec-
táreas.
Cuartel de Aldeanueva. Hállase totalmente
enclavado en la cuenca hidrográfica del rio Acebe-
da , y ocupa casi toda la vertiente occidental de la
divisoria de las Camorcas y parte de la meridional
de Peña-el'Oso^ hasta el arroyo Cereceda, Linda,
por consiguiente , al N. con la mata de Cabeza
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— 266 —
Gatos; 2I E. con el cuartelde Cerropelado^ sir-
viéndole de límite la misma cumbre de la diviso-
ria de las Cantor cas; al S. con el cuartel de Siete
Picos y terrenos de Revenga , y al O. con el rio
Acebeda^ hasta su salida del Pinar. Comprende
una superficie de 881 hectáreas.
Cuartel de Revenga. Forma parte de las
cuencas del río Acebeda y de I^io Peces y linda
al N. con la mata de los Guijos; al E. con el cuar-
tel de Aldeanueva , del que está separado por el
rio Acebeda y el arroyo Cereceda , y al S. y O.
con el límite general del Pinar. Es el cuartel más
pequeño, puesto que sólo mide 525 hectáreas.
Cuartel de Cerropelado. Confina al N. con la
mata de Navalrincori) al E. con el cuartel del
Botillo; al S. con el de Siete Picos y al O. con el
de Aldeanueva ^ sirviéndole de límites por esos
tres últimos rumbos, el rio Valsain^ arroyos
Mingúete y Royonda y la cumbre de la estriba-
ción de las Cantor cas. Su extensión es de 919
hectáreas , y se halla totalmente enclavado en la
falda oriental de aquella divisoria.
Toda la superficie de los cuarteles enumerados
se halla poblada , excepto pequeñísimos y escasos
rasos , en que el suelo está empradizado. Los me-
jores pinos, los más elevados y limpios, se en-
cuentran en el Vedado , Botillo y Siete Picos.
La explotación se ha hecho, hasta hace poco
tiempo, por cortas de entresaca, atendiendo con
más preferencia á las exigencias del consumo que
á las reglas de la dasonomía ; pero actualmente se
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— 207 -^
ha emprendido una marcha más científica , ejecu-
tando cortas de regularizacion que preparen su-
perficies pobladas de árboles de igual edad, y
otras definitivas, ^f superficie^ donde la compo-
sición y naturaleza del arbolado lo han permitido.
El turno que se ha adoptado es el de ciento veinte
años, edad á que el pino silvestre da su máximo
rendimiento en especie.
Anualmente , y en la época oportuna , se forma
un plan de aprovechamientos , que se somete á la
aprobación de la Intendencia, y una vez aprobado,
se procede al señalamiento y tasación en pié de
los árboles. Para su enajenación en pública su-
hasta se forman lotes pequeños de loo y 200
pinos , que se venden separadamente para procu-
rar la mayor concurrencia posible á la licitación.
Apeados los árboles, se labran en el mismo monte
si se destinan á piezas de hilo^ ó se trozan y con-
ducen á los talleres de la pradera de Naval-
horno^ si quiere obtenerse tablazón, que es lo
más común.
El mercado casi único de la madera aserrada
es Madrid , donde se emplea gran cantidad de ella
para obras de carpintería fina, en la cual no tiene
rival por su finura y limpieza. La carpintería de
armar apenas la usa , pues las maderas de Cuenca
y Soria , en piezas de hilo , tienen una resistencia
superior á las de Valsain, según aseguran las per-
sonas inteligentes.
Anualmente se cortan unos 10.000 pinos made-
rables, con un volumen total de 12.000 metros
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— 268 —
cúbicos , que , vendidos en pública subasta , pro-
ducen 300.000 pesetas próximamente (i).
El terreno ocupado por el roble, y que perte-
nece actualmente al Real Patrimonio, se compone
de las siguientes Matas : Navalhorno , Navaqu^-
madilla^ Navalrincon^ Navalparaiso ^ Navala-
loa^ Navalcaz^ Matahueyes^ Santillanay Cabeza
Gatos; y del Parque , Plantío , Bosquecillo y
Mata de San Ildefonso. En todas las que primera-
mente se han enumerado tiene derecho la comuni-
dad de Segovia al disfrute de pastos, exceptuando
en las de Navalrincon y Matahueyes^ que, aunque
comprendidas en la venta que aquella corporación
hizo á Carlos III, están acotadas y vedadas para el
ganado hace muchísimos años , con su perfecta
aquiescencia. En cuanto al Parque^ Plantío y
Bosquecillo^ debian pertenecer á la Corona desde
la fundación del Real Sitio de Valsain, y eran
predios anejos al palacio que allí tenian los Re-
yes, como se desprende de la Real cédula de Fe-
lipe II, expedida en i.° de Mayo de 1579, cuyo
art. 22 prohibe la corta de árboles en el Parque
(i) Suponiendo aprovechado el Pinar á turno de ciento veinte aflos, la
corta anual puede extenderse á una superficie de 66 hectáreas ; y como
cada una de estas unidades superficiales , pobladas de pinos de ciento
veinte aflos, contiene 485 metros cúbicos maderables en terrenos de es-
pesura normal y calidad media, el número de los que podrían aprove-
charse anualmente en Valsain, asciende á la cifra de 32.000 metros cú-
bicos , ó sea dos veces y media más de lo que actualmente se corta.
Con esta observación contestamos á los que abrigan pueriles é infunda-
dos temores respecto al porvenir de este magnifico monte , joya de la ri-
queza forestal de nuestro país , á cuya conservación atiende el Real Pa-
trimonio con solicito esmero.
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— 269 —
en los siguientes términos : Y en lo que toca á la
corta de árboles y yerba del Parque de la Casa
Real del dicho bosque , que se entiende , no sola-
mente en lo que solia estar cercado^ más en lo que
después se ha acrecentado y cercado^ mandamos y
defendemos que ninguna persona sea osada de cor-
tar ningún pino , ni roble ^ ni otro árbol grande ni
pequeño
Todas las Matas , exceptuando el Parque,
Plantío] Bosquecillo y Mata de San Ildefonso,
que se destinan á dehesas de pasto, han sido ob-
jeto de un plan de ordenación , estudiado por la
comisión de ingenieros que está al servicio de la
Real Casa. Sometido al examen de la Junta Con-
sultiva de Montes, y aprobado por el Ministerio
de Fomento y la Intendencia General de la Real
Casa , está ya en ejecución.
Las 1.868 hectáreas pobladas de roble, que son
objeto de la ordenación, se dividen en 13 tramos
de igual cabida, aprovechándose uno en cada
año; y la despoblada, de 771 hectáreas, en otras
13 secciones, que se repoblarán sucesivamente
con roble.
Se ha propuesto el aprovechamiento de las cor-
tezas , cuya cantidad de tanino, según los análisis
practicados, las hace aptas para su empleo indus-
trial como materia curtiente.^ Las leñas descorte-
zadas se venderán en el mismo monte para la fa-
bricación de carbón.
El rendimiento que de las Matas obtendrá el
Real Patrimonio en leñas y cortezas, después del
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— 270 —
primer, turno de regularizacion , se calcula en
82.1 1 2 pesetas al año , sin contar el producto de la
superficie repoblada ni el de los pastos del Bosque-
cilio^ Parque y Plantío ^ Navalrincon^ Matahue-
yes y Mata de San Ildefonso^ que se arriendan en.
pública subasta.
Para la custodia del Pinar y Matas , vigilancia
de las cortas y demás aprovechamientos, y del
uso de las servidumbres constituidas á favor de
los vecinos de la comunidad de Segovia, hay 17
guardas de á caballo y 17 de á pié, subdividos en
dos secciones, mandadas cada una por un ce-
lador.
PASEOS Y EXCURSIONES
Los alrededores de San Ildefonso ofrecen agres-
tes y pintorescos sitios donde el curioso touriste
puede pasar agradablemente las horas que dedica
al paseo diario; y el vecino Pinar, elevados pun-
tos de vista con magníficos panoramas. Á fin de
hacer algunas indicaciones útiles para los que
quieran visitarlos, reseñaremos á continuación los
paseos de los alrededores de este Real Sitio , que
pueden hacerse casi todos en carruaje ó á pié, sin
gran fatiga ; y las principales excursiones al Pi-
nar ó á otros sitios *de la vecina Sierra , puestas
en boga por la intrepidez y amor á las bellezas de
la Naturaleza, que son los rasgos más culminantes
del noble carácter de S. A. la infanta doña Isabel.
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— 271 —
PASEOS
Casa de Vacas. Sitio predilecto para fiestas y
comidas campestres. Su posición bastante elevada
dentro de la bellísima mata de la Saúca , le pro-
porciona bonitas vistas del Pinar y de la Pobla-
ción, cuyo conjunto se domina. Vase á ella por
un camino bordeado de chopos y robles, que,
partiendo del ángulo oriental de la Fábrica de
Cristales^ sirve al principio de límite entre la
Saúca y Nava/osar, Atraviésanse después por
rústicos puentes de madera los arroyos del C/íor-
ro Grande y Chico ^ y faldeando el cerro de Ca-
bezas se llega á la Casa de Vacas ^ en cuyos alre-
dedores hay frescas y umbrosas praderas pobladas
de corpulentos robles. El camino se continúa for-
mando un óvalo prolongado, de manera que pue-
de volverse al punto de partida por el camino de
la fuente del Pocilio; pero si se quiere alargar
más el paseo , después de atravesar el arroyo del
Chorro por el puente del Infante^ puede conti-
nuarse de frente , en lugar de volver á la mano
izquierda , y cruzando la carretera de Tres Casas^
seguir la tapia de cerramiento de la mata de San
Ildefonso hasta la altura del Hospital. Allí se
toma el paseo de Bolonia , limitado en ambas ori-
llas por pared de mampostería, que separa el
Parque de la Mata ya nombrada, y á su final se
desemboca en la segunda plazoleta del camino de
Segovia. Una vez en este punto , es indispensable
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— 272 —
visitar las Peñitas^ que en su proximidad se en-
cuentran , y es el término del paseo para las per-
sonas que emprenden á pié el camino de Segovia,
tan concurrido en la tardes de verano , y donde se
admiran bellas y distinguidas damas conducidas
en lujosos trenes.
Pasaderas. Llámase así un sitio del rio Val-
saín , en el límite de las matas de Navalaloa y
Navalcaz^ donde hay colocadas, en dirección
trasversal , grandes piedras por las cuales se pasa
con facilidad á la otra orilla. Para las personas
que no puedan ó no quieran hacer gala de su agi-
lidad, hay rio arriba, á poca distanci^, un rústico
puentecillo de madera por el cual le atravesarán
sin ningún peligro. A este sitio, en cuyas inme-
diaciones se encuentra la fuente del Cura , se va
por un camino practicable para carruajes, que
parte del paseo del Duque ^ y después de atrave-
sar el arroyo del Puente Blanco por el del Niño^
se interna en la mata de Navalaloa,
Después de cruzar el rio Valsain^ puede em-
prenderse la vuelta , siguiendo su corriente aguas
abajo, por un camino que hay en su orilla izquier-
da hasta el puente de Segovia. Pero para disfru-
tar del magnífico espectáculo que ofrecen bellísi-
mas cascadas por las que el agua se precipita con
violencia en blancas masas de espuma, y una
agreste orilla bordeada de peñascos , entre cuyas
grietas asoman delicados heléchos y olorosas ma-
dreselvas , aconsejamos á los paseantes que remon-
ten la corriente del rio hasta el puente verde de
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LA BOCA DEL ASNO
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— 275 —
madera , llamado del Anzolero. Cruzado otra vez
el rio por éste se toma una empinada vereda que
sale al camino de Madrid por la primera casilla
de peones camineros. Recomendamos muy espe-
cialmente este paseo, que, sin disputa, es el más
bello que ofrecen los alrededores de La Granja.
Boca del Asno. Otro sitio del rio Valsain muy
frecuentado por la colonia elegante de verano , es
la Boca del Asno , donde el cauce del rio se estre-
cha considerablemente entre dos grandes moles
de granito , á cuya circunstancia debe su extraño
nombre. El agua cae formando varios saltos para
salvar la gran diferencia de nivel que , en muy
corto espacio , presenta el lecho del Valsain^ abier-
to en la dura roca. Las personas que no teman fa-
tigarse , pueden hacer perfectamente esta expedi-
ción á pié , siguiendo la carretera de Madrid , ó la
orilla del rio, desde el pueblecillo de Valsain, pues
la Boca del Asno dista solamente de San Ildefon-
so 6 kilómetros.
Jardín de Robledo ó del Príncipe. Es un pe-
queño jardin rodeado de tapia y situado en la par-
te baja de la falda de Matabueyes que mira al
Norte. Se hizo para recreo del príncipe D. Carlos
( después Carlos IV), pero en la actualidad perte-
nece á un particular, que galantemente lo enseña
á las personas que quieren visitarlo , por más que
no ofrece nada notable. Vase á él por la carretera
de Segoviá hasta el puente del mismo nombre, y
después se sigue el camino de la izquierda , de los
dos que parten de este punto , que es el que con-
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- 276 -
duce á Riofrío. Á un kilómetro escaso de su orí-
gen desemboca en él una anchísima alameda de
corpulentos olmos , á cuya extremidad se encuen-
tra la puerta del Jardín.
La vuelta se hace por el mismo camino, p si-
guiendo el que hay abierto por dentro de las ma-
tas de Navalcaz y Navalparaiso , que va hasta el
pueblo de Valsain. Allí se toma , después de atra-
vesar el rio , la carretera de Madrid.
Pradera de Navalhorno y Valsain. Pueden
visitarse estos dos puntos siguiendo la carretera
de Madrid, á cuya orilla se encuentran á poco
más de 2 kilómetros de San Ddefonso ; pero el
paseo es más bonito por el camino del Nogal de
las Calabazas^ que parte de la puerta de Cosió ó
de los Baños de Diana , y corre á media ladera
por dentro de la mata de Navalhorno , desembo-
cando en la carretera de Madrid en la misma Pra-
dera, Este camino debe su nombre á un gran no-
gal que en sus inmediaciones se encuentra, y si
bien no hemos visto que dé calabazas^ tampoco
produce nueces. En su principio atraviesa el arro-
yo que forman las aguas sobrantes del Jardín por
el puente de Floridablanca ó de los Ministros^ y
más adelante el Bercial por otro de madera , que
por el color de su pintura se llama Negro.
Cueva del Monje. A 3 y medio kilómetros de
San Ildefonso, dentro ya del Pinar, pero cerca de
su límite con la mata de Navalhorno^ se encuen-
tra una pradera en cuya extremidad se levanta
una informe aglomeración de grandes bloques de
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granito , que dejan entre sí un hueco á manera de
cueva ó gruta. Llámase la Cueva del Monje ^ por
suponerse que sirvió de albergue en algún tiempo
á un penitente anacoreta. Algún aficionado á la
ciencia prehistórica ha creido ver en ella un mo-
numento megalítico, y así lo ha consignado en
una revista científica ; pero examinando detenida-
mente los caracteres y circunstancias que presen-
ta este grupo de cantos, se descubre que no es
más que un efecto natural de la descomposición '
del granito ; y en esta región abundan numerosos
ejemplos de la acción erosiva de los agentes at-
mosféricos sobre esta roca, simulando acumula-
ciones de bloques independientes que no son otra
cosa que productos de la descomposición de uno
solo.
El camino que se sigue para ir á este punto
parte del paseo del Nogal de las Calabazas , des-
pués del puente de Floridahlanca , y trascurre
por la margen derecha del arroyo Berdal hasta
el vado de los Tres Maderos , por donde le atra-
viesa. Continúa después por la falda septentrional
del Cerro del Puerco^ y pasa por la fuente del
Milano^ á medio kilómetro escaso de la Cueva
del Monje, Hay que ascender 193 metros desde
San Ildefonso para alcanzar la altitud de este
punto.
La vuelta puede hacerse por el carril de Nava-
longuilla, saliendo á la Pradera,
Chorro Grande. Es digno de visitarse este si-
tio , para admirar el gran salto de agua , de más
23
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— 278 —
de 6o metros de altura , que forma el arroyo del
mismo nombre corriendo por entre abruptos pe-
ñascos. Hay dos veredas que conducen á este pun-
to, reuniéndose ambas antes de atravesar la ca-
cera del Molinillo : una que parte de la fuente
ferruginosa de Santa Isabel; y la otra, del ángulo
oriental de la Fábrica de Cristales. Después de
pasar la cacera , hay que suljir por una empinada
vereda hasta llegar á la altura del Chorro.
EXCURSIONES
Entre éstas hay algunas cortas que pueden ha-
cerse á caballo en una mañana ó por la tarde , y
otras que exigen todo el dia. Convendrá hacer to-
das tomando un guía que conozca bien el terreno,
porque no bastan siempre las indicaciones que
puede suministrar el plano de los alrededores de
San Ildefonso , que acompaña á esta Guía , por-
que trazado en pequeña escala, no admite todos
los detalles.
Silla del Rey. Así se llama un cerro de forma
cónica, en apariencia, cubierto completamente
de jóvenes y erguidos pinos, y que se levanta por
detras de los Jardines desde la Casa del Cebo.
Tiene origen su nombre en un sillón de piedra
que mandó colocar en su cúspide el rey D. Fran-
cisco de Asís. Desde la misma cima del cerro, la
vista se encuentra limitada por los pinos; pero un
poco más abajo, en la falda meridional, se en-
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— 279 ^
cuentra el Peñón , desde el cual se disfruta un be-
llísimo panorama. Á los pies, casi á vista de pá-
jaro , se domina la mayor parte de los- Jardines, y
en lontananza se extiende la vasta llanura de Se-
govia.
Se va por la Casa del Cebo , tomando una ve-
reda que conduce al Mirador ó Balconcillo^ que
también ofrece buenas vistas, y desde aquí se
emprende la ascensión dirigiéndose bácia la falda
meridional del cerro. Después de subir á la cum-
bre ( i.68i°») se desciende al Peñan ^ y desde él,
por la peña de los Acebos y camino de los Toba-
re/os , se sale al del Nogal de las Calabazas,
La distancia total que se recorre es de 9 kiló-
metros, empleándose tres horas en la expedición,
no contando las paradas.
Peñas Buitreras. Fuera del Pinar, en lo que
se llama la Sierra , bay una aglomeración abrup-
ta de peñascos que forman parte de un ramal se-
cundario que se desprende de la cordillera princi-
pal por encima de Poyo Judio, Debe su nombre
á qu§ los buitres anidan casi siempre en este ás-
pero y solitario sitio. Para ir se pasa por el Chor-
ro Grande^ tomando después una estrecha y pe-
dregosa vereda que sube por la loma que divide
las aguas de los arroyos del Chorro Grande y
Chico , hasta Regajos Llanos , que así se llaman
unas dilatadas praderas formadas en un terreno
de escasa pendiente , entre la cordillera y la estri-
bación de Peñas Buitreras. Al llegar á este pun-
to, se contempla la magnífica perspectiva que se
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— 28o —
extiende á los pies , y la vuelta se hace por la
misma cumbre de la estribación, pasando por
encima del Hueco de la Saúca^ y descendiendo
por Maja-el-Ajo hasta la Casa de Vacas,
En esta excursión se recorren unos 14 kilóme-
tros, y , lo mismo que la anterior, puede hacerse
en medio dia, yendo á caballo.
Laguna de Peñalara. En la otra vertiente de
la cordillera , ya en la provincia de Madrid , hay
un pequeño lago que da origen al rio Lozoya , y
que todos los veranos se ve visitado por numero-
sos expedicionarios. Á pesar de su insignificancia,
ha sido cantado por los poetas , y D. Nicolás Mo-
ratin , en su Poema de la Caza , lo describe en
los siguientes galanos versos:
Bajo una peña cóncava , pendiente ,
Se ve grutesca bóveda excavada
Contra el rayo estival del sol ardiente ;
De náyades y ninfas es morada ,
Y en vena larga ofrece cristal frió
Por cauce interno oculto manantío.
Re viértese formando gran laguna
De agua dulce , y allí, como en tramoya,
Á probar de otros ríos la fortuna
Baja precipitándose el Lozoya ,
Y botalete es ya petrificada
La nieve de mil siglos congelada.
Aquí Diana, en el fogoso estío,
Venir suele á bañarse calurosa ,
Por ser albergue lóbrego y sombrío ,
Y de sus ninfas la cuadrilla hermosa
Tejerla suele con ebúrneas manos
Cenador de cerezos y avellanos.
Mas siempre esta agua se miró con tanta
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— 28l —
Veneración , que no la han profanado
y De bruto ni varón la inmunda planta :
Ni ramo de algún árbol desgajado
Cayó á entubiarla ni alterar las ondas ,
Porque no altivo ¡ oh Báratro ! respondas.
Pues si tal vez tiraron los pastores
Con el sonante cáñamo algún canto ,
Que dilata los círculos mayores ,
Con gran tormenta y horroroso espanto
Responden desde adentro , y á montones
Cubren el cielo oscuros nubarrones.
Y la sonora tempestad creciendo ,
Granizo espeso con furor da al valle ;
La laguna de Credos respondiendo
Desde las sierras de Ávila , á encontralle
Despide otro turbión , y con desmayos
Todo es truenos , relámpagos y rayos.
El camino que hay que seguir á la ida es el de
la Cueva del Monje ^ y desde aquí se toma el de
Peña atores , después de atravesar los arroyos de
Peñalara y las Quebraderas, Asciéndese por él
á la pradera de Navalasviudas , y con una regu-
lar pendiente se recorre la vertiente de la cordi-
llera hasta llegar di' Boquete de Majada-el- Grillo.
Para subir desde este punto á Peña Citores
(2.060™) se toma una tortuosa y pendiente vere-
da practicada en la misma divisoria del Caucho;
pero la fatiga de la ascensión se recompensa so-
bradamente con la magnífica vista que se disfruta
al llegar al alto. Por la cumbre de la cordillera se
recorren en seguida más de 2 kilómetros antes de
emprender el descenso á la Laguna, Este hay
que hacerlo forzosamente á pié , por un terreno
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— 282 —
de fuerte pendiente y sorteando grandes peñas-
cos, por cuya razón es muy penoso para las per-
sonas poco acostumbradas á andar por estas
sierras.
Se vuelve por el puerto del Paular , recorrien-
do un gran trozo de la vertiente madrileña de la
cordillera , y al llegar á ese punto sigúese el ca-
mino que antes recorrían los Reyes para ir al
monasterio del Paular , pero que ahora se halla
casi abandonado y en mediano estado de conser-
vación. Desemboca en la carretera de Madrid por
el punto denominado Caño Seco y cerca de la
Cantina ó Venta de los Mosquitos ^ y si no se
quiere volver por aquélla á La Granja , habrá de
bajarse al rio Valsain por el carril del puente de
los VadilloSy y después de atravesarle , tomar el
del Vado Bajo del Arroyo del Tesoro ^que condu-
ce al puente de Navalacarreta^ y más tarde á los
Cuatro Caminos , Navalrincon y pueblo de Val-
sain.
El camino total recorrido en esta excursión es
de 30 kilómetros , que no se andan en menos de
nueve horas.
Alto de Peñalara. Es el punto más elevado
de la cordillera en esta región , y ofrece una vista
admirable. Á un lado la mirada se extiende por
toda la planicie segoviana hasta los límites de un
dilatado horizonte; por el otro, contémplase el
poético y umbroso valle del Lozoya , poblado de
rústicos pueblecillos y encerrado entre las sierras
d^ Is^s Cabezas de Hierro y de Peñalar(^^
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— 283 —
La gran altitud de este punto ha sido ensalzada
por Moratin en la siguiente atrevida hipérbole:
Hay en la España citerior un monte ,
Canato los antiguos le llamaron ,
Y hoy Peñalara ; si el feroz Tifonte,
Cuando el Pélion y el Osa colocaron
Sobre Olimpo , este risco carpentano
Pone, tocara el cielo con la mano.
La ascensión puede efectuarse por varios pun-
tos, pero la más cómoda es por Peña Citares^
porque se sube á caballo hasta la misma cumbre.
Se baja rápidamente á pié hasta las Praderas y
se vuelve después por Navalpelegrin^ los Tobare-
JOS y camino del Nogal,
Distancia total, 20 kilómetros. Tiempo que se
invierte en el camino , seis horas.
Carnerea Grande. Punto más elevado de la
divisoria de aguas de los ríos Valsain y Acebeda^
desde donde se dominan perfectamente sus cuen-
cas hidrográficas. Se va por Valsain y Navalrin-
con á tomar la vereda del Pino Golondrino^ lla-
mada así por uno de grandes dimensiones que se
encuentra á su orilla , cerca de su unión con el ca-
mino viejo del Puerto de la Fuenfria, Se sigue
éste después hasta el Meadero , ó bien un carril
que pasa por la pradera de los Sanleonardos y
conduce al mismo punto, en donde se deriva una
vereda que corre á media ladera por la occidental
de la divisoria de las Camorcas^ muy cerca de la
cumbre; y por último, se toma otra que , con va-
rias revueltas rápidas y pendientes, llega hasta la
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— 384 —
misma cúspide de la Camotea Grande, Bájase á
pié por la vertiente oriental una rápida cuesta
hasta llegar al carril de Peñas Lisas ^ y se retro-
cede por él á los Cuatro Caminos , encerradero de
Navalrincon y Valsain , y si no se desea volver á
La Granja por la carretera, puede prescindirse
de bajar al pueblo, y desde la Casa de la Yerba
se toma el camino de Robledo , y en el límite de
Navalcaz y Navalparaiso otro que parte de él y
va á las Pasaderas,
Distancia total , 24 kilómetros.
Tiempo que se invierte, seis horas.
Siete Picos. Esta es una de las más largas ex-
pediciones que pueden emprenderse desde La
Granja. El camino más cómodo y agradable para
llegar á los aserrados riscos va por Valsain, dehe-
sa de Navalrincon^ carril del puente de Navala-
carreta y del Vado Bajo del arroyo del Tesoro
hasta la casa de la Pesca ^ desde la cual se em-
prende la subida por un camino que deja á la iz-
quierda la divisoria de Navalazor y conduce á
Cañada Lóbrega , pasando por el Ventoso, En ese
punto se dejan los caballos y se sube á pié, des-
pués de vencer no pocos obstáculos , hasta las cús-
pides de los Picos, Desde cualquiera de ellos la
vista que se ofrece es sorprendente : al Norte se
extiende suavemente el umbroso valle del Val-
sain; al Sur, la planicie madrileña, llegando á
percibirse una multitud de pueblos de esa provin-
cia; Cercedilla y los Molinos, á los pies ; más allá,
Villalba , Guadarrama , El Escorial , y en últinig
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— 285 —
término, entre vaporosas neblinas, la coronada
villa. Descendiendo, después de contemplar tan
grandioso panorama , otra vez á Cañada Lóbrega^
se emprende la vuelta , que puede hacerse toda á
caballo , por el pinar de Cercedilla hasta el puerto
de la Fuenfria , donde se toma el antiguo camino
que recorrían los reyes para ir desde Madrid á La
Granja , hasta llegar á la Cruz de la Gallega , y
más tarde á Valsain.
Camino total recorrido , 35 kilómetros.
Tiempo que se invierte , sin contar las paradas,
once horas.
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UUilUU Lie XVIVJIUU, pUI Cl piCV^lU UC JO¿.¿¿Jl
reales. Ya desde el año 1724 dicha dehesa estaba
arrendada á S. M. por 7.000 reales anuales, y sus
linderos en aquella época eran los siguientes : al
Norte, terrenos del pueblo de Ontoria; al Este,
términos de Navas de Riofrío , Revenga y Onto-
ria y despoblado de Castellanos; al Sud, propie-
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— 288 —
dades del Excmo. Sr. Conde de Puñonrostro , y
al Oeste, Ceponillos, de la jurisdicción y perte-
nencia del pueblo de La Losa.
Adquirida la finca por la Reina, Fernando VI,
por Real decreto de 25 de Julio de 1751, ordenó
que esta augusta señora ejerciese en su término y
territorio toda la jurisdicción civil y criminal , pri-
vativamente y con inhibición absoluta del inten-
dente de Segovia y demás autoridades que la hu-
bieran ejercido anteriormente.
Con objeto de aumentar la extensión del Bos-
que y regidarizar sus límites , fueron adquirién-
dose, por compras y permutas, varios trozos de
terreno que con él confinaban , habiéndose reali-
zado la mayor parte de estas incorporaciones por
la reina doña Isabel Farnesio , y posteriormente
por Carlos IV é Isabel II. De modo que su coste
total , con la extensión que actualmente tiene, ha
ascendido á 867.436 reales.
Al presente se halla rodeado en todo su perí-
metro por una alta tapia de mampostería , y su
cabida es de 700 hectáreas ; de las cuales, 559 es-
tán pobladas de encina, 51 de enebros, 20 de fres-
nos y álamos y 70 despobladas. Desde el Real
Sitio de San Ildefonso, á cuya administración
corresponde esta finca, hay 12 kilómetros á la
Puerta de Castellanos y 15 á Palacio. De Segovia
dista este último poco más de 9 kilómetro?. La
carretera que va desde La Granja, construida y
conservada á expensas de S. M. , parte del puente
de Segovia, sigue por Robledo, y después de atra-
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-- 289 —
vesar varios terrenos del Real Patrimonio y de
particulares, pasa por el pintoresco soto de Re-
venga y por el prado de Castellanos , también de
ese pueblo. Cruza á Riofrío de Norte á Sur la car-
retera de primer orden que desde Segovia va á
Villalba , pasando por el puerto de Guadarrama;
pero en la actualidad se halla en estudio la va-
riación de trazado para que dicha carretera tras-
curra por fuera del Bosque , y suprimiendo esta
servidumbre ganará mucho la finca.
En el recinto murado se abren cuatro puertas,
cerradas con verjas de hierro , é inmediatas á ellas
hay otras tantas casillas , donde viven los guardas-
porteros. Son : las de Ontoria y Madrid , que cor-
responden á las intersecciones con la carretera de
Guadarrama ; la de Castellanos, á la de La Gran-
ja; y la de Madrona, á la de este pueblo. Los dos
últimos caminos se unen al primero en las inme-
diaciones del puente sobre el Riofrío.
Los exquisitos pastos de esta finca alimentan
una multitud de gamos y venados, cuya caza sir-
ve de entretenimiento á las Reales personas los
días que van desde este Real Sitio. Generalmente
se caza á ojeo, y con este objeto hay varias filas
de puestos, construidos de mampostería, donde
se apostan los tiradores para acechar el paso de las
espantadas reses. Todos los años las certeras balas
de los regios cazadores y de las personas invitadas
á tan agradables fiestas venatorias , sacrifican va-
rios centenares de tímidos gamos ó paletos, á
más de alguno que otro majestuoso ciervo.
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— 290 —
El palacio y dependencias anejas se hallan ad-
mirablemente situados á inmediaciones de la car-
retera de Madrid, y en la cúspide de un alto cer-
ro , desde donde se dominan los alegres y rústicos
pueblecillos de los contornos. En 24 de Julio de
1752 empezaron los trabajos de edificación, cuyos
planos, encargados al arquitecto D. Virgilio Ra-
baglio, merecieron la aprobación de la Reina.
Con arreglo á ellos , ademas del palacio y de las
dos alas que habrían de partir de él para casa de
Oficios, caballerizas, etc., formando una gran pla-
za en dirección al Mediodía , deberían construirse
otros edificios destinados á teatro , monasterio de
religiosos franciscanos , iglesia , cuarteles de Guar-
dias de Corps, Walonas y de infantería española,
así como varios jardines á Poniente y Levante,
MTipotager al lado de Palacio y multitud de ala-
medas.
Tan vastos proyectos no se realizaron más que
parcialmente, pues el único edificio que se con-
cluyó fué el palacio y parte de la casa de Oficios,
no pasando los demás de los cimientos, que aun
pueden verse hacia el Mediodía. El concejo y ve-
cinos de La Losa cedieron y traspasaron á Su
Majestad, en i.° de Abril de 1785, para el abaste-
cimiento de Palacio y sus dependencias, la tercera
parte de las aguas que bajan desde el sitio llama-
do La Pedrona , y que corren por encima del cer-
ro de la Revilla.
En la actualidad, Riofrío es un anejo del ayun-
tamiento de San Ildefonso, en lo civil, y corres-
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— 291 —
ponde en el orden eclesiástico á la feligresía de las
Navillas de Riofrío, No cuenta más de 15 veci-
nos , la mayor parte guardas y dependientes del
Keal Patrimonio.
PALACIO
El palacio, cuya completa terminación no se
efectuó hasta el reinado de Carlos III, ocupa un
gran cuadrado de 84 metros de lado, y una super-
ficie de 7.056 metros cuadrados. Sus cuatro facha-
das , dirigidas á los cuatro puntos cardinales , son
exactamente iguales , por cuya razón describire-
mos solamente una de ellas, que es la que corres-
ponde á la gran plaza que habria de formarse al
Mediodía. Consta de un cuerpo central y dos la-
terales, que avanzan un poco sobre el paramento
del primero. Su altura total es dé 23 7a metros,
de los que corresponden 7 7a 21I píso bajo, 11 al
principal y 5 al segundo. En el primero se abren
16 ventanas y una gran puerta en el centro; en
el segundo, 17 balcones volados, y en el tercero
otros tantos pequeños balcones con antepechos.
El muro es de mampostería, enlucido y pintado
de rojo, siendo las aristas de los cuerpos, así como
las jambas y dinteles de ventanas y balcones, de
sillería de granito; los balcones volados del pi-
so principal tienen, ademas, sobre sus dinteles
guarda-polvos de frontón triangular ó en arco de
círculo, alternando. La fachada está coronada por
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— 292 —
un entablamento de granito , sobre el cual corre
la balaustrada, también de granito , que sostiene
de trecho en trecho bonitos jarrones llenos de
flores y trabajados en caliza amarilla ; en el cen-
tro se eleva un gran escudo con las armas de Es-
paña y casa de Borbon , sostenido por dos niños.
La puerta que corresponde á esta fachada es la
principal, pero en la actualidad no tiene uso; se
abre entre dos grandes pilastras toscanas, de gra-
nito, que sostienen un arquitrabe, apoyado ade-
mas sobre un arco de medio punto. En la fachada
del Oeste hay también una puerta central, que
está actualmente tapiada; otra en la que mira al
Este , que es la que se usa generalmente , y en la
del Norte dos pequeñas de servicio, en las extre-
midades del cuerpo central de la fachada.
Patio. — Entrando por la puerta del Oriéntese
sigue un pasillo abovedado que conduce á un gran
patio cuadrado, de 30 metros de lado, pavimen-
tado con grandes losas de granito, y que ocupa el
centro del edificio. Un gran pórtico, de pilastras
toscanas , sobre el cual se apoya el cornisamento,
le circunda en todo su perímetro, sirviendo de
sostenimiento á una galería cubierta, al nivel del
piso principal, adornada en la fachada que da al
patio, con pilastras jónicas de granito, entre las
que se abren 7 balcones en cada lado, coronados
por arcos de medio punto. Sobre la galería hay
una terraza corrida, con balaustrada de granito.
Escalera.- Entrando en el patio, á la izquier-
da se encuentra la puerta del vestíbulo de la es-
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— 293 —
calera, que por su forma, esbelta y severa, re-
cuerda la del Palacio Real de Madrid, y llama la
atención de los inteligentes. Consta de dos rama-
les independientes, que parten del vestíbulo en
direcciones opuestas, subdividiéndose cada uno de
ellos en otros dos paralelos, al nivel de la primera
meseta. Los dos tramos independientes desembo-
can á la altura del piso principal en los lados
opuestos de una habitación , que sirve de cuerpo
de guardia de alabarderos. La gradería es de
granito , y de una bonita caliza amarilla las ba-
laustradas, que sostienen niños en diferentes ac-
titudes, jugando con diversos objetos. Estas es-
culturas son también de piedra , pero tuvieron el
mal gusto de pintarlas de blanco, quitándolas su
mérito artístico , pues simulan ser de yeso. Todas,
así como los jarrones de la coronación de las fa-
chadas, se deben al cincel de Bartolomé Sexmini.
El techo de cada uno de los tramos de la esca-
lera está formado por la intersección de dos bóve-
das de cañón seguido , que se cortan en ángulo
recto , y en cuyos arranques se abren las ventanas
de iluminación. La decoración de los muros es de
yeso.
Todo el peso de la escalera gravita sobre cuatro
grandes columnas toscanas de una pieza, construi-
das de granito, y ocho medias columnas de la
misma clase.
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— 294 —
HABITACIONES.
Las del piso principal, que son las únicas que
describiremos, á excepción de la Sacristía y Capi-
lla, que se encuentran en la planta baja, se hallan
decoradas y amuebladas con una sencillez rayana
de la pobreza, si bien esto se cohonesta con la cir-
cunstancia de que la Real Familia habita este pa-
lacio sólo en ocasiones excepcionales ; y cuando
esto sucede, se lleva lo más preciso del palacio de
San Ildefonso.
En cambio , la colección de pinturas es superior
en número y mérito á la de aquel palacio, pues
entre sus 658 cuadros hay muchos originales de
los grandes maestros de las diferentes escuelas:
uno de Van Dyck, uno del Tiziano, uno de Al-
berto Durero, dos de Guido de Reni, dos de Cor-
regio, ocho de Jordán, tres de Teniers, cuatro del
Domenichino, seis del Poussino, dos de Zurbaran,
dos de Navarrete el Mudo, dos de Pantoja de la
Cruz, uno de Goya , etc.
Nuestra descripción de las habitaciones se re-
ducirá, por consiguiente, á la siguiente enumera-
ción de los cuadros que adornan sus paredes , para
cuyo trabajo nos ha servido de eficaz auxiliar el
catálago recientemente formado por el inteligente
y laborioso restaurador D. Francisco Vicente.
La enumeración de los cuadros de cada habitación se hace
por filas , empezando por las superiores y recorriéndolas de
derecha á izquierda desde el lienzo de la puerta de entrada.
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— 295 —
Los números encerrados dentro de paréntesis son los anti-
guos, que regularmente se hallan pintados al óleo en la parte
inferior de los cuadros, y otras veces estampados en el rever-
so de los marcos.
Salón frente á las escaleras.
Rebeca entregando sus joyas. Van Loo.
Pieza I.*— Saleta.
1 Retrato de S. A. R. María Josefa.
José Duprat.
2 (552) Id. de Luis XV, rey de Francia. Ri-
gaud.
3 (2000) Id. de S. A. R. doña Carolina. Du-
prat.
4 (934) Jacobo II, rey de Inglaterra.
5 (972) Luis XV.
Pieza núm. 2. — Antecámara.
6 Retrato del Duque de Aosta. Torino.
7 (1057) Una reina de Francia. Brandi.
8 — S. A. R. el Duque de Monferrato.
Duprat.
9 — S. A. R. madama Cristina. Duprat.
10 — Retrato de una princesa. Duprat.
11 (92) Id. de Felipe V. Duprat.
12 — S. A. R. madama Teresa. Duprat.
13 — S. A. R. doña Mariana. Duprat, 1759.
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— 296 —
14 — Retrato de una infanta niña. F. Viel-
sa, 1753.
15 — Id. de otra infanta. F. Vielsa, 1753.
16 (loi) Doña María del Brasil, duquesa de
Braganza. F, Vielsa.
17 — Doña María Benedicta, infanta de
Portugal.
18 (289) Retrato de D. Juan de Austria.
19 — Carlos VI, rey de Francia. Duprat.
20 — Retrato de una joven.
21 — Fernando VII. Carnicero.
22 — Retrato de un niño.
Pieza núm . 3 , — Cámara.
23 (95) Retrato de un príncipe. Giuseppe
Bonito.
24 (953) Id. de la Princesa del Brasil. Sanni.
25 (99) Retrato de un príncipe. Giuseppe
Bonito.
26 — Retrato de un infante.
27 — Retrato de la Princesa de Sajonia.
Vicente López.
28 (i 104) Carlos III.
29 (776) Carlos III. Mengs.
30 (195) Carlos III. Mengs.
31 (3067) El príncipe Maximiliano. V. López.
32 (1047) Carlos VI, rey de Francia.
33 — Felipe V. Giuseppe Bonito.
34 (550) Retrato de una reina de Francia de
la casa de los Médicis. Brandi.
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— 297 —
35 (93) Doña Isabel Farnesio. Giuseppe Bo-
nito.
36 (947) Felipe V.
37 (107) Retrato de una niña. Clementina.
38 (742) Carlos III en traje de caza.
39 (i 106) D. Carlos, rey de Ñapóles. Duprat.
40 (848) Retrato de doña Isabel Farnesio.
Pintado al pastel , por la misma.
41 (287) Retrato de una monja. Al pastel.
Pieza núm. 4.— Despacho.
42 (94) Felipe V cuando era joven. Giuseppe
Bonito.
43 — Una infanta hiña. Duprat.
44 (415) El infante D. Felipe. Ranc.
45 — Retrato de una infanta. Duprat.
46 (409) Luis XVI cuando era Duque de Ber-
ry. Largilliére.
47 (i 109) Retrato de la Duquesa de Bullón,
abadesa benedictina.
48 (265) Un retrato. Al pastel.
49 (i 191) El Príncipe del Brasil.
50 (3356) Retrato de un niño. Pantoja de la
Cruz.
51 (3330) Retrato de una señora. Pantoja de la
Cruz.
Pieza núm. 5.— Cuarto de vestir.
52 (731) Retrato de Madama de Bullón. Rigaud
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— 298 —
53 (97) Retrato de un príncipe.
54 (100) Retrato de una princesa. Duprat.
55 — Retrato de Carlos III á caballo.
56 (98) Retrato de una princesa. Duprat.
57 (115) Retrato de un príncipe. Duprat.
58 (408) El Duque de Borgoña. Duprat.
59 (96) Retrato de un príncipe. Duprat.
60 (410) Retrato de un rey de Francia.
61 (1105) Retrato de una reina de Ñapóles.
Sanni.
62 (3041) El infante D. Miguel de Portugal.
63 (106) Retrato de una señora. Escuela es-
pañola.
64 (108) Una niña. Duprat.
65 (113) Un niño vestido de guardia walona.
Duprat.
66 (lio) Retrato de una niña. Escuela espa-
ñola.
67 (105) Un personaje de la época de Carlos III.
68 (112) Retrato de un duque. Duprat.
Pasillo.— Sin número.
69 (3028) Retrato de la Monna Lisa ^ célebre
por su hermosura , mujer de Fran-
cesco Giocondq, caballero floren-
tino. Copia de Leonardo de Vinci.
70 (287) Retrato de una señora y de una niña.
Duprat.
71 (3075) El sueño de D. Juan de Austria. Co-
pia moderna.
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— 299 —
72 (206) Retrato de una señora. Escuela ita-
liana.
73 (33<^3) Retrato de Antonia Fernandez , co-
nocida con el nombre de La Ca-
ramba^ célebre actriz española de
fines del siglo xviii. Goya.
74 (272) Retrato. Escuela francesa.
75 (i I i) Retrato de una niña. Escuela fran-
cesa.
76 (3389) Retrato del Tiziano. Pintado por el
mismo.
77 (3*329) Retrato de una princesa de Sajonia.
Escuela francesa.
78 (289) Retrato de un niño con armadura y
gola. Escuela española.
79 (741) Retrato de un pintor. Escuela francesa.
80 (526) Retrato de un sacerdote. Escuela es-
pañola.
^í (3380) Retrato de Murillo. Escuela de Ve-
lazquez.
Pieza núm. 6. — Alcoba.
82 (105) Retrato del gran duque Felipe de
Borgoña, fundador de la Orden
del Toisón de Oro. Tabla en forma
de tríptico. Alberto Durero.
83 (i 1 77) El Señor en la Cruz. Cristal.
84 (284) Nuestra Señora de los Ángeles ó la
Asunción. Guido Reni.
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— 300 —
Pieza núm. 7. — Oratorio.
85 (1024) Ciento cuarenta y nueve cuadros con
este número, que representan pa-
sajes de la Historia Sagrada.
Dentro del altar los siguientes cua-
dros :
86 (3038) El Señor en la calle de la Amargu-
ra. Escuela italiana.
87 (927) San Agustin. Bordado en sedas.
88 (927) San José con el niño Jesús. Bordado
en sedas.
89 (404) La Sacra Familia. Tapiz.
90 (927) Santo Domingo. Bordado en sedas.
91 (927) Un obispo. Bordado en sedas.
92 (3330) El Señor en la Cruz con el bueno y
el mal ladrón. Escuela italiana.
93 (927) San Francisco. Bordado en sedas.
94 (927) La Virgen con el niño Jesús. Borda-
do en sedas.
95 (i 06 i) El Señor con dos ángeles. Bordado.
96 (927) San Joaquin y Santa Ana. Bordado.
97 (927) La Purísima Concepción. Bordado.
98 — San Miguel Arcángel.
Pieza núm. 8.
99 (462) Una perspectiva con ruinas y figu-
ras. Panini.
100 — Vista de Granada.
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— 30I —
I Oí (462) Una perspectiva con ruinas y figu-
ras. Panini.
102 (366) Perspectiva con figuras y cabras. Pa-
nini.
103 — Vista de Sevilla, tomada desde el
puente de Triana. Manuel Mari-
na, 1862.
104 (122) Perspectiva con varias figuras, dos
riñendo.
^05 (398) Una niña. Esquivel.
106 (496) El plano de la alameda y ciudad de
Méjico.
107 (397) Una joven con una copa en la mano.
Esquivel.
108 (351) País con figuras y cabras. Escuela
española.
^09 (353) País con figuras, muías cargadas y
un perro.
no (3079) Un caballero y una señora, ésta con
una banda en las manos. Gu-
tiérrez.
III (462) Perspectiva con ruinas y figuras. Pa-
nini.
.112 — País. Romero, 1870.
113 — Un naufragio. A. de Brugada.
Pasillo.
114 (456) Lucrecia. Escuela italiana.
115 (3 1 1 8) La muerte de Sócrates. Emilia Car-
mena.
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— 302 —
ii6 — Una alegoría del nacimiento de su
alteza real la infanta doña Isabel.
Emilia Carmena.
117 (1095) La casta Susana. Palomino.
Pieza núm. 9.
118 (3285) Una batalla en tiempo de Carlos V.
Juan de la Corte.
119 (3557) País con dos figuras y ganado. Estilo
del Poussino.
120 (3377) Triunfo de un emperador romano.
Corrado.
121 (3376) País con figuras á caballo y un per-
ro. Poussino.
122 (3263) Una batalla. Juan de la Corte.
123 (327) País con figuras.
124 (389) Paisaje, efecto de sol. Claudio Lo-
rena.
125 (B. 2 con tinta roja.) Una batalla. Juan de
Toledo.
126 (342) País con tres figuras. Claudio Lo-
rena.
127 (989) La vendimia. Bassano.
128 — La procesión de la Virgen del Rocío
en Sevilla. M. Rodríguez.
129 (990) Faenas domésticas de una matanza
en un pueblo. Jacopo Bassano-.
130 (459) P^so del mar Rojo por los israelitas
conducidos por Moisés.
131 (210) País, con la Magdalena en el centro.
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303 —
132 (326)
Marina.
133 (471)
País.
134 —
La feria de Sevilla. M. Rodriguej
Guzman.
135 (117)
País.
136 (IS9)
País.
137 (US)
País.
138 (3020)
Un pasaje de la historia de Roma.
Poussino.
139 (48)
La huida á Egipto. Escuela fla-
menca.
140 (3026)
Una batalla. Juan de Toledo.
141 (853)
País. Escuela española.
142 (165)
País.
143 (162)
Diana en el baño. Carracci.
144 (170)
Una cacería. Mola.
I4S (44O
País con una figura y varios anima-
les. Orrente.
146 (854)
Diana en el baño. Cobre. Teniers.
147 (326)
País con dos figuras.
148 (336)
País con varias figuras. Teniers.
149 (164)
País.
150 (191)
Una cacería. Escuela flamenca.
151 (3346)
Un puerto de mar. Estilo flamenco.
Pieza núm. 10.
152 (615) Una perspectiva con la Anunciación.
Panini.
1 53 (3069) Copia del cuadro de las Meninas^ de
Velazquez.
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— 304 —
154 — Sócrates y sus discípulos. Jimeno.
Roma, 1827.
155 — Mezquita árabe. J. de los Rios.
156 (496) Una capilla de Méjico.
157 (3051) Vista de Sevilla. Acuarela. Juan Mi-
guel de Arambido.
158 (454) Una joven con una manzana en la
mano. Maratti.
159 (520) Un joven con un conejo en la mano.
Pieza núm. ix.
160 (235) La coronación de la Virgen. Castillo.
161 (i 1 19) El descanso de la Virgen, San José
y el niño Jesús. Bassano.
162 (3059) Jesús, San Juan y los Apóstoles.
163 (141) La Sacra Familia. Escuela francesa.
164 (312) La conversión de la Magdalena. Pro-
cacini.
165 (311) Santa Cecilia. Procacini.
j66 (5) Nacimiento de Jesús y adoración de
los pastores. Procacini,
167 (931) La muerte de la Virgen. Solimena.
168 (311) Asunto sagrado desconocido. Anni-
bale Carracci.
169 (950) El Señor desmayado, sostenido por
un ángel. Solimena.
170 (3227) La adoración de los pastores.
171 (3229) Nacimiento de la Virgen. Valdes
Leal.
172 (3284) La Anunciación.
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— 305 —
173 "^ Con este número diez y nueve cua-
dros en cobre que representan esce-
nas de la vida de la Virgen , desde
el Nacimiento hasta la Asunción.
Frank.
174 (914) Interior de una casa; una familia co-
miendo.
Pasillo.
175 (117) La Transfiguración del Señor.
17^ (933) Descendimiento. Escuela de Van
Dyck.
177 (3266) La casta Susana.
178 (3281) El apóstol Santiago. Navarrete el
Mudo.
^79 (3257) San Francisco en oración. Zurbarán.
180 (3288) Sacrificio de Isaac.
Pieza núm. 12.
181 (3322) Un diácono. Luca Giordano.
182 (290) San Jerónimo en oración.
183 (1252) San Pedro y San Francisco.
184 (162) La Visitación. Copia de Rafael.
185 (3230) La caridad romana. Escuela italiana.
186 (3280) San Eloy repartiendo limosnas. Arre-
dondo.
187 (106) San Francisco.
188 (299) Jesús y la Samaritana. Escuela es-
pañola.
25»
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— 3o6 —
189 (3.102) La Virgen del Pez. Copia de Rafael,
por Emilia Carmena.
190 (683) Una mujer cogiendo fruta de una
cesta que lleva un muchacho. Es-
cuela italiana.
191 (3255) Jesús con la Cruz á cuestas y la Vir-
gen. Escuela del Tiziano.
Pieza núm. 13.
192 (1049) Afueras de Madrid, dibujo de Te-
niers. Tapiz tejido en 1726.
193 (275) Santa Cecilia. Tapiz.
194 (3619) Una señora tocando la guitarra. Tapiz.
195 (93S) San Juan. Tapiz.
196 (848) Una castellana hilando. Tapiz.
197 (511) Herodías llevando la cabeza^del Bau-
tista. Tapiz.
198 (671) San Juan Bautista. Tapiz.
199 (1050) Convento del Monte de San Bernar-
do. Dibujo de Teniers. Tapiz tejido
en 1726.
200 (992) La Virgen , el niflo Jesús y San Juan.
Tapiz
201 (1051) Un paisaje con figuras. Dibujo de
Teniers. Tapiz.
202 (937) La Virgen con el niño Jesús en los
brazos. Tapiz.
203 (1052) País. Dibujo de Teniers. Tapiz.
204 (264) San Vicente. Tapiz.
205 — La muerte de San Francisco. Tapiz.
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307
2o6 (i9S)
La cabeza de Jesucristo. Tapiz.
207 (254)
Un ángel con una rama de laurel en
la mano. Tapiz.
208 (514)
La Virgen. Tapiz.
209 (488)
La cabeza de un moro. Tapiz.
210 (241)
La cabeza de San Juan Bautista.
Tapiz.
211 (473) Batalla del emperador Alejandro. Es-
tampa. Dibujo del Poussino.
212 (473)
Id. Id. Id.
Id.
213 (473)
Id. Id. , Id.
Id.
214 (473)
Id. Id. Id.
Id.
21 s (473)
Id. Id. Id.
Id.
216 (473)
Id. Id. Id.
Pieza núm. 14.
Id..
217 (3345) Perfil de la cabeza de un evangelista.
Alenza.
218 (3351) La predicación (Tél Señor. Tobar.
219 (138) Un Ecce-Homo.
220 (3237) La Virgen, el niño Jesús y San Juan.
II Parmigiano.
221 (196) La Santísima Trinidad.
222 — El descanso de la Virgen, tres ánge-
les, San Jorge en el fondo. País.
Copia de Rubens.
223 (3247) La Virgen subiendo al Templo, y
seis figuras más. Escuela italiana.
224 (3779) Martirio de San Andrés. Copia de
Murillo.
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— 3o8 —
225 (516) El Señor en la Cruz con el bueno y
el mal ladrón , y varios judíos á su
alrededor. Escuela italiana.
226 (292) La cara de Dios.
227 (1018) Santo Toribio predicando en la India.
Bayeu.
228 (93) La cabeza de San Pedro. Escuela de
Ribera.
229 (3057) El Descendimiento. Van Dyck.
230 — El Juicio final. Tabla. El Bosco.
231 (117 8) El Señor á la puerta del Templo,
predicando á los apóstoles. Cristal.
232 (1065) La Virgen dando el pecho al niño
Jesús. Cobre.
233 (33S9) San Agustín, diácono. Valdes.
234 (690) Judit con la cabeza de Holofémes.
Escuela italiana.
235 (i 193) Las tentaciones de San Jerónimo
Cobre.
236 (777) San Vicente de Paul. Cobre.
237 (638) La Adoración de los pastores. Cobre.
Luca Giordano.
238 (3391) Santa María Magdalena con una ca-
lavera en las manos. Maratti.
239 (639) La Adoración de los Reyes. Cobre.
Luca Giordano.
240 (193) Una cabeza.
241 (S3I) Id.
242 (nos) Jesús arrojando del templo á los mer-
caderes. Cristal.
243 (3 1 61) Santiago en traje de peregrino. Tabla.
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— 309 —
244 (i 07^) La entrada del Señor en Jerusalen.
245 (880) La Virgen con el niño Jesús en los
brazos. Escuela sevillana.
246 (692) La Coronación de la Virgen. Cobre.
Escuela de Rubens.
247 (3369) La cabeza de un rey mago. Navarrete.
248 (820) La Virgen con las manos cruzadas,
en contemplación.
249 (302) San Antonio con el niño en brazos,
la Virgen y unos ángeles entre
nubes. Escuela sevillana.
250 (i 128) Dos ancianos en oración. El Bosco.
251 (3282) La cabeza de un ángel. Guido Reni.
Pasillo.
252 (3245) Adán en el Paraíso. Houasse.
253 (3235) Anuncio de la venida del Señor.
Escuela de Van Dyck.
254 (3325) La conversión de la Magdalena. Es-
cuela italiana.
^55 (^53) El Señor en el desierto. El Poussino.
Pieza núm. 15.
256 (3175) Artemisa tomando las cenizas de su
esposo Mausoleo, diluidas en un
líquido. Eges Casoli. 1786.
257 (62) Asunto mitológico.
258 (54) Muerte de un emperador romano.
Escuela italiana.
259 (382) Asunto mitológico.
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— 310 —
260 (3177) Las Vestales conservando el fuego
sagrado. Eges Casoli. 1786.
261 — Las virtudes teologales.
262 (194) Una mora con un jarrón.
Pieza núm. 16.
263 (54) Alegoría de la conquista de Méjico
por Hernán -Cortés. Bernay.
264 (1085) La Asunción. Arellano.
265 (1096) La Anunciación. Arellano.
266 — Una mujer arrodillada , con una cala-
vera en la mano.
267 (7) Florero. Arellano.
268 (3150) Florero con frutas, un gallo y un
loro. Fyt.
269 (1088) La Virgen y un santo en oración.
Arellano.
270 (1087) Huida á Egipto. Arellano.
271 (950) Florero. Parra.
272 (949) Id. id.
273 (274) Unas cabezas de ajos mandadas traer
de la isla de Ischia (Ñapóles) el
año 1775.
274 (673) Guirnalda de flores. Cobre. Pintura
mejicana.
275 (119) Un cazador dormido.
276 (190) Guirnalda de flores. Cobre. Pintura
mejicana.
277 (350) Planta de ajos de la isla de Ischia.
278 (395) Florero. Tabla. Bautista Romero.
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— 311 —
279 (^74) Planta de ajos de Ischla. Papel.
Pieza núm. 17.
280 (397) Mucio Scévola. Alegoría de la Forta-
leza. Cobre. Bayeu.
281 (3009) La mala Música apedreada por las
Musas. Luca Giordano.
282 (397) Numa Pompilio. Alegoría de la Pru-
dencia. Cobre. Bayeu.
283 (3160) Combate de Hércules contra el cen-
tauro Neso. Luca Giordano.
284 (867) Los emperadores Darío y Alejandro.
Cobre. Vandergote.
285 (951) El rapto de Elena. Luca Giordano.
286 (866) La muerte de Darío ante Alejandro.
Vandergote.
287 (397) Scipion el Africano sujeta á Cartago.
Alegoría de la templanza. Cobre.
Bayeu.
288 (62) Elena en la barca, Luca Giordano.
289 (941) Las Ciencias. Tabla antigua. Correa.
290 (9624) Diana cazando. Luca Giordano.
291 (699) El juicio de Salomón. Tabla. Correa.
292 (387) Tito Manlio. Alegoría de la justicia.
Cobre. Bayeu.
293 (3355) Un filósofo antiguo.
294 (3058) Copia del cuadro Zo^ Borrachos ^áQ
Velazquez. Emilia Carmena.
29 5 (707) Diana montada sobre un perro. Luca
Giordano.
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— 312 —
Pasillo.
296 (1019) Un joven tocando la gaita. Cristal.
297 (7777) Isipa, nodriza de Algeciras. Emilia
Carmena.
298 (1019) Escena campestre. Cristal.
299 (1019) País con una fuente, un joven to-
cando la guitarra , y varias figuras
paseando. Cristal.
300 (7777) Licurgo. Emilia Carmena.
301 (1019) Una señora reclinada sobre el suelo,
y varias figuras á su lado. Cristal.
302 (1019) Varias figuras unciendo una vaca.
Pieza núm. 18.
#
303 (i 102) Alegoría de América. Al claro-oscu-
ro. Maella.
304 (465) Varios niños jugando con una cabra.
Escuela ^ española.
305 (1005) Alegoría de Europa. Al claro-oscu-
ro. Maella.
306 (126) Una bacanal. Copia del Tiziano.
307 (125) Baco y Diana en un carro tirado por
panteras. Maratti.
308 (1004) Alegoría de Asia. Al claro-oscuro.
Maella.
309 (957) La cacería de Diana. Escuela fla-
menca.
310 (1003) Alegoría de África. Al claro-oscuro.
Maella.
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— 313 —
311 (8is) El globo terráqueo y una figura se-
ñalando los signos del Zodíaco.
312 (391) La fecundidad y tres sátiros. Escue-
la de Giordano.
313 (786) Escenas de Lilia, Leandro, Pantalón
y Zany. Escuela flamenca.
314 (784) El mismo asunto. Escuela flamenca.
3^5 (785) El mismo asunto. Escuela flamenca.
316 — El mismo asunto. Escuela flamenca.
Pieza núm. ig*
3^7 (^15) Varias figuras ; una con un arpa,
otras con panderetas y otras con
un cántaro en una fuente. Escuela
francesa.
318 (699) Una ciudad fortificada.
319 (39S) Una fuente con Neptuno.
320 (265) San Juan predicando. Poussino.
321 (402) Puerto de mar y castillo de Mar-
bella.
322 (578) Mesa revuelta.
323 (423) Una ciudad fortificada, y en primer
término el mar.
324 (322) País con figuras.
325 (999) Una perspectiva con figuras de la
antigua Roma. Panini.
326 (788) Interior de San Juan de Letran. Pa-
nini.
327 (998) Perspectiva con figuras de la antigua
Roma. Panini.
36
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— 314 —
328 (378) País con figuras.
329 (103) País con figuras y un rio.
330 (336) País con un rio entre peñascos for-
mando cascada. Estilo de Claudio
Lorena.
331 — Una tromba marina. Gudin , 1852.
332 (3 1 1 5) País con figuras. Brugada.
333 (3268) Mercado en Venecia, con góndolas,
carros y varias figuras. P. Poster.
334 (H. 192) País con figuras. Mazo (figuras, de
Velazquez. )
335 (3326) Cabana de pastor, ovejas y vacas.
Orrente.
336 (29) Una familia comiendo, un gaitero y
otras figuras cantando. Escuela
flamenca.
337 (3226) País con ganado. Orrente.
338 (H. 191) País con una fuente y unas mujeres
bañándose. Mazo.
339 (3253) Una plaza y varias figuras viendo
trabajar á un titiritero. P. Potter.
340 (337) P21ÍS con varios ermitaños en ora-
ción.
341 (40) País con un lago y figuras en una
barca. Escuela de Lorena.
342 (3271) País.
343 (152) País con figuras.
344 (i 120) La vendimia. Bassano.
345 (923) Un hombre tocando el violin , y una
mujer cantando.
346 (9 1 8) Varias figuras tomando café. Houasse.
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347
348
(919)
(922)
349
(917)
35°
(909)
351
353
(910)
(916)
354
(924)
355
(920)
356
(921)
357
(925)
358
(602)
359
(907)
36o
361
(601)
(171)
362
(908)
363
(422)
— 315 —
El mismo asunto y autor.
Una ntujer con un jarro en la mano,
y un hombre con un plato que con-
tiene pasteles. Van Ostade.
Una familia jugando y bebiendo. Van
Ostade.
País veneciano con figuras. Estilo de
Teniers.
País con figuras. Teniers.
Una familia sentada á una mesa , que
contiene frutas y hortalizas. Van
Ostade.
Tres figuras, una jaula y un loro.
Van Ostade.
Una familia calentándose á la chime-
nea. Van Ostade.
Una familia guisando en una sartén
á la lumbre. Van Ostade.
Un hombre tocando la dulzaina y
una mujer cantando. Van Ostade.
País con una fuente y figuras senta-
das. Cobre. P. B. (firmado).
Unos caseríos, y aldeanos bailando.
Teniers.
País. Cobre. P. B.
Un hombre sentado y otro montado
en un jumento. Bamboche.
País con una boda de aldeanos. Te-
niers.
País en óvalo con tres figuras.
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'
— 3i6 —
Pieza núm. 20.
364 (i 1 57) Boceto de un techo. Muro.
365 (1000) Id. id.
366 (3361) Id. id.
367 (465) La Iglesia y los Santos Padres. Bo-
ceto. Luca Giordano.
368 (3392) Boceto de un techo. Muro.
369 (358) Santa María Magdalena con un dra-
gón á los pies.
370 (1066) Alegoría de la salida de España del
Rey de las Dos Sicilias. Amiconi.
371 (975) Las Estaciones. Boceto de un techo.
Muro.
372 (349) San Martin.
373 (1067) Juramento de Annibal declarándose
enemigo de Roma. Amiconi.
374 (1156) Boceto de un techo que representa á
España. Muro.
375 (i 140) Alegoría de la Abundancia. Boceto
de un techo. Muro.
376 (78) El dios Pan y la ninfa Sirinx. Pous-
sino.
377 (1274) El joven del Calvario que deja la
capa al soldado romano. Corregió.
378 (3360) Diana y Apolo. Poussino.
379 (537) Hércules niño, dormido.
Pasillo.
380 (976) Desposorios de Cupido y Psíquis;
banquete de los dioses.
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— 317 —
381 (977) El mismo asunto.
Pieza núm. 21.
Contiene 81 cuadros ; la mayor parte son gra-
bados sobre papel.
Pieza núm. 22.
468 (7776) Visita á los enfermos en un hospital.
Ferran.
469 (3120) Tobías conduciendo un cadáver. Gó-
mez.
470 (529) Retrato del papa Benedicto XIII.
Domenichino.
471 (198) Retrato del papa Gregorio XV. Do-
menichino.
472 (i 108) Retrato del papa Clemente XII. Do-
minichino.
473 (474) Retrato del papa Clemente XIII.
Ferloni.
474 (127) Retrato del papa Gregorio XV. Do-
menichino.
475 (251) Retrato de un fraile dominico. Zur-
barán.
Pieza núm. 23. — Billar.
476 (3246) Cacería de osos y perros. Escuela fla-
menca.
477 (131) Atributos de la música. Houasse.
478 {31) Tres perros con una liebre. ElBosco.
26*
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- 318-
479 (579) Mesa con los atributos de la música.
Houasse.
480 (i 122) Elefante que regaló el Sultán de
Turquía al Rey de Ñapóles. Es-
cuela napolitana.
481 (7) Florero. Arellano.
482 (106) El triunfo de un Emperador romano.
483 (1069) Vista de Ñapóles, por la parte del
puerto. Garro.
484 (104) Una fiesta en el campo. Tabla. Es-
cuela española.
4^5 (3358) Una perspectiva con figuras , una
fuente y ganado. Rosa Tivoli.
486 (723) Vista de Mesina, por la parte del
mar. Ruiz.
487 (3274) Una batalla dada por los tercios de
Flándes. Escuela española.
488 (426) Cacería de venados. Paul Vos.
489 (3272) Unabatalla por los tercios de Flándes.
490 (720) Vista de Mesina. Ruiz.
491 (360) País con árboles. Jover.
492 (369) Vista de Ñapóles.
493 (1068) Id. id. Ruiz.
494 (i 121) Vista del Vesubio.
495 (315) Pa^s con árboles. Estilo de Lorena.
496 (108) Id. Houisse.
497 (476) Frutero. Fyt.
498 (429) Vista del monasterio del Escorial,
por la parte del paseo de los Con-
valecientes.
499 (464) País con un palacio y jardin,
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— 319
Soo
(6)
País con un río.
50I
(463)
Vista de los jardines del monasterio
del Escorial,
502
(82)
Id. id.
503
(463)
Vista del Escorial , tomada desde la
Herrería.
504
(463)
Vista del Escorial, tomada desde el
paseo de los Frailes.
SOS
(481)
Vista de Aranjuez. Houasse.
506
(431)
Vista del Escorial por la parte de la
Cascada.
S07
(539)
Un peñasco circundado por agua.
508
(432)
País con un estanque y figuras.
509
(46S)
País con un río y varias figuras pa-
sando por un puente.
Pieza núm. 24.
510 (106) Papeles y útiles de pintar. El fondo
imitando tabla.
511 (581) Una alacena con papeles y estampas
colocadas en la portezuela. Conca.
512 (3232) Una mesa con tapete sobre la cual
hay un libro, una calavera y otros
objetos. Conca.
513 (946) El Rey D. Sancho, herido por Belli-
do Dolfos en el cerco de Zamora.
514 (352) Mesa revuelta. Conca.
51 5 (583) Objetos de caza. Conca.
516 (597) Tres grabados colgados de clavos.
Concc^t
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— 320 —
517 (S^S^) Incendio de Troya.
518 (943) Una batalla. Sanni.
519 (942) Id. id.
520 (961) Desembarco de tropas en Oran.
521 (962) Batalla de Oran.
522 (960) Desembarco de tropas en Oran.
523 (963) Los castillos de Oran.
524 (945) Unas fiestas Reales en la época de Fe-
lipe IV. Escuela flamenca.
525 (132) País con árboles y una figura. Estilo
de Lorena.
Pasillo.
526 (929) Una mujer pelando una perdiz. Tro-
cacini.
527 (3123) Mercado de pescados. Elena Seilled.
528 (3109) Frutero.
S29
530
531
(366) Frutero. Romero.
(399) Guirnalda de flores, y en el centro
dos perdices. Romero.
(66) Frutero, flores, un cañón y armadu-
ra de guerrero.
Pieza núm. 25.— Comedor.
532
533
534
(979) Bodegón. Recco.
(935) Id. Id.
(959) Perro de caza llevando una codorniz
en la boca.
535 (3338) Dos perros perdigueros, uno con una
codorniz en la boca,
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— 321 —
53^ (959) Un perro con collar, donde lleva la
inscripción Rey,
537 (i86) Bodegón. Recco.
538 (3166) Florero y frutero. Escuela flamenca.
539 (ico) Frutero. Menendez.
540 (100) Bodegón. Id.
S4T (4S3) Id. Id.
542 (iioi) Frutero con una guirnalda de flores.
Escuela flamenca.
543 (i 196) Gallinas y faisanes comiendo. Fyt.
544 (i 195) Un gato destrozando un cabrito.
Houasse.
545 (980) Bodegón. Menendez.
546 (3031) País con figuras y vacas. Poussino.
547 (18) Frutero. Menendez.
548 (10) Bodegón. Id.
549 (i 123) Bodegón.
550 (567) Id. Romero.
551 (395) Frutero. Id.
552 (226) Unos monos comiendo y jugando á
las cartas.
553 (669) La Inocencia, representada por cua-
tro niños y un cordero. Escuela de
Rubens.
554 (51^) Retrato de la perra Lista ^ de doña
Isabel Farnesio.
555 (3340) Florero. Arellano.
556 (435) Un venado con dos perros y una es-
copeta. Snyders.
557 (732) Dos abutardas. Sanni.
558 (3385) Bodegón.
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— 322
SS9 (3341) Bodegón.
560
(668)
Id. Snyders.
561
(3342)
Id.
562
(701)
Id.
563 (3276)
Aves de rapiña y cabezas de venado
y lobos.
564
(444)
Aves y frutas. Olavide.
565
(926)
País , con frutas en el suelo. Nani.
566
(926)
Bodegón. Jacopo Nani.
f.(>^
(926)
Bodegón con pájaros muertos. Nani.
568
(926)
Frutero. Nani.
569
(926)
País con frutas en el suelo. Nani.
570
(926)
Id. id. Id.
571
(926)
País con peñascos, y en el suelo un
canasto lleno de nueces. Nani.
S72
(926)
Bodegón. Nani.
573
(926)
Id.
574
(926)
Florero. Arellano.
S7S
(926)
Bodegón.
576
(926)
Florero. Arellano.
577
(926)
País con frutas y verduras en el suelo.
578
(926)
Canastilla de flores. Nani.
579
(926)
Pájaros muertos. Id.
580
(926)
Frutero. Id.
581
(926)
Pájaros y truchas muertas. Nani.
582
(926)
Canastilla con flores. Id.
583
(362)
Tres patos en una charca. Fyt.
584
(926)
Bodegón. Nani.
585
(926)
Id. Id.
586
(926)
Id. Id.
587
(926)
Id. Id.
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— 323 —
588 (926) Bodegón. Ñani.
589 (926) Id. Id.
590 (3354) Id. Recco.
Guardaropa de la izquierda núm. 7.
59 1 (995) Un ejército de niños. Escuela flamenca.
592 (243) La cabeza de una Dolorosa. Escuela
italiana.
593 (1^3) Angélica y Medoro. Escuela francesa.
594 (955) L^ Anunciación. Escuela flamenca.
595 (996) El pueblo romano. Escuela italiana.
596 (159) Descendimiento del Señor. Carducci.
597 (627) La Virgen, Jesús y Santa Ana.
598 (124) La Virgen con el niño Jesús.
599 — Alegoría del natalicio de S. A. R. la
infanta doña Isabel.
Guardaropa de la izquierda núm. 6.
600 (1025) Presentación de Ester al rey Asnero.
601 (3 1 8 i) Un paisaje empezado á pintar por
S. A. el infante D. Sebastian.
602 (338) San Cayetano. Palma.
603 (333) Estudios de figura y cabezas, sin
concluir, por S. A. el infante don
Sebastian.
604 (3251) Una división de caballería. Escuela
española.
605 (185) País. Cobre.
606 (292) Cuatro figuras sentadas á una mesa
fumando.
607 (296) Dos figuras bebiendo.
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— 324 —
608 (lOo) La Petronila^ religiosa en el conven-
to de Constantino.
609 (489) El martirio de San Esteban.
610 — Vista del Monasterio del Escorial.
Guardaropa de la izquierda núm. 2.
611 (573) Cacería de leones. Estilo de Giordano.
Sacristía de la Capilla núm. 27.
612 (189) San Antonio Abad. Caravaggio.
^13 (7599) La Ascensión del Señor.
614 (i 172) San Antonio de Padua.
615 — Los Corazones de Jesús y de María.
Aguada.
616 (1175) Nuestra Señora del Rosario. Grabado.
617 (264) Un crucifijo. Andrés Sacchi.
618 (3343) La Circuncisión del Señor.
619 (i 174) San Jerónimo. Correggio.
620 (3045) Los ángeles adorando al Señor.
621 (1045) Una Virgen.
622 (3124) La Madona de San Sixto,
623 (425) Abraham cultivando la tierra.
Capilla.
En esta Capilla habia un bonito retablo de
mármol sanguíneo , con esculturas de mármol
blanco y dos jarrones dorados, que fué regalado
por Carlos III al cabildo de la Catedral de Sego-
via, á cuyo templo fué trasladado, y donde toda-
vía se conserva en el trascoro. En él se guardan
las reliquias de los santos segovianos , Frutos, Va-
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— 325 —
Jentin y Engracia. La Capilla es de forma elípti-
ca, pavimentada con mármoles de colores, y ador-
nados sus muros con pilastras corintias de yeso.
624 (3287) San Francisco de Paula. Escuela
española.
625 (3378) San Antonio resucitando aun muerto.
626 (226) Un Ecce-Homo.
627 (SS) La Resurrección.
628 (3108) San Juan con el cordero. Antonio
Gómez.
629 (116) San Cayetano. Valdes. (En el altar.)
630 (123) La Dolorosa.
631 (244) Santa Catalina. Maratti.
632 — La Virgen con el niño Jesús en los
brazos y un ángel arrodillado. An-
tonio Gómez.
633 (330) Santa Teresa de Jesús.
634 (3389) Martirio de San Sebastian. Procacini.
635 (954) Santa Águeda. Maratti.
636 (479) Santa Isabel.
637 (444) Cabeza de una santa.
^38 (7552) San Francisco de Asís. El Greco.
639 (599) La Virgen con el niño Jesús en los
brazos.
640 (329) Un Santo. Castillo.
641 (3100) San Vicente de Paul. López.
642 (3 1 61) Santa Bárbara.
643 — La huida á Egipto.
644 (3362) San Jerónimo.
645 (212) San Pedro Regalado y una santa en
prisión.
27
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— 326 —
646 (333i) La Anunciación.
647 (230) San Felipe de Neri. Maratti.
648 (3310) La Virgen en contemplación. Es-
cuela italiana.
^49 (330) San Pedro con un libro y las llaves
en la mano.
650 — San Jerónimo. Escuela de Juan de
Joanes.
^51 (3309) San Ignacio deLoyola. Escuela fran-
cesa.
652 (201) La Virgen con el niño Jesús en los
brazos.
653 — El Descendimiento. Escuela antigua.
^54 (3333) La Anunciación.
655 (1006) Ecce-Homo.
656 (3387) Un ángel.
657 (486) Nuestra Señora de Belén.
^5^ (^35) La Virgen con- el niño Jesús en los
brazos.
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S^)C^5(^£.
A A A A A j>
-? V V Y V T
«^)C^3(^-
Y Y Y V V "T
índice
PáRS.
Prólogo v
HISTORIA, SITUACIÓN, CLIMA
Historia ii
Fundación de la casa y ermita de San Ildefonso , por
Enrique IV 12
Donación de los Reyes Católicos al monasterio del
Parral 12
Venta de los edificios y terrenos de La Granja , hecha
por la comunidad del Parral al rey Felipe V 14
Propósito de Felipe V de construir un palacio con jar-
dines 15
Compra de terrenos á la comunidad de Segovia 15
Plano del Palacio y Capilla ; . 16
Inauguración de las obras 16
Bendición de Palacio y consagración de la Capilla. . . 17
Compra del Pinar y Matas de Valsain y Riofrío por
Carlos III 18
Situación 19
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— 328 —
Págs.
Horizonte de San Ildefonso 20
Altitud absoluta y relativa -20
Coordenadas geográficas 22
Posición relativa 22
Distancias á Segovia y Villalba 22
Medios de hacer el viaje á San Ildefonso 23
Clima 24
Importancia de la temperatura para definir el clima. . 24
Datos que sirven de fundamento para la determina-
ción del clima de San Ildefonso. 24
Temperatura media 24
Duración de las estaciones meteorológicas del año. . . 25
Oscilación anual de la temperatura 25
Oscilación diaria 26
Temperaturas máximas 27
Comparación con la temperatura de Madrid 27
Temperatura mínima 28
Presión atmosférica 28
Lluvia 29
Su distribución en el año 30
Nieve 30
Cantidad de nubes 31
Tempestades •. 31
Vientos ^ 32
POBLACIÓN
Término jurisdiccional 36
— antiguo 36
— moderno 37
Número de habitantes 37
Alteraciones en la propiedad 38
Puertas que dan ingreso á la población 38
División de la población en dos partes 43
Plazas principales 43
Calles principales 44
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— 329 —
Págs.
Iglesias 45
— de Nuestra Señora del Rosario 45
— de Nuestra Señora de los Dolores 46
— de San Juan Nepomuceno 47
— capilla de la Orden Tercera 47
— iglesia del Convento 48
Casa de Canónigos. 48
— de Oficios 49
Reales Caballerizas 49
Cuartel de Guardias 50
Otros cuarteles 50
Casa de Infantes 50
Teatro. S^
Fábrica de Cristales 51
Hospital y Casa de Baños 55
Hotel del Duque 55
Casa de la Mata 56
Cementerio 56
Valsain 57
Etimología 57
Historia del Palacio 58
Pradera de Navalhorno 59
Real taller de aserrío mecánico 60
REAL PALACIO Y COLEGIATA
Real Palacio 71
Forma general 71
Fachada principal . 72
Patio de la Herradura 80
— de la Fuente ^ .... , 80
— de Coches 80
Fachada posterior del Palacio y Colegiata 8í
Puerta principal y escalera Si
Noticias generales sobre el decorado , pinturas y es-
culturas de las habitaciones 82
»7*
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— 330 —
: : • •: ' Págs.
Escalera principal 84
Habitaciones particulares deS. M. la Reina... 86
Habitaciones particulares de S. M. la Reina
DOÑA Isabel . 94
Habitaciones. particulares de S. M. el Rey.,^. . 103
Galería OFiaAL ^ '. . 104
Habitaciones particulares de S. A. la infanta
• DOÑA Isabel . . . , 113
Galería baja de Estatuas 123
Noticias generales 124
tíescrípcion de las habitaciones 125
Colegiata 13b
Historia . 131
EJEMPLO . 135
— Ante- Sacristía 138
— Sacristía 139
• — Panteón 179
— Sala Capitular 141
Alhajas y ornamentos 141
Sucesos notables ocurridos ln el Real Pala-
■ CIO Y Colegiata 143
REAL PARQUE
Historia Y descripción general 151
Estilo de los jardines 152
Época en que se empezaron 153
Directores de las obras 153
Compra del terreno 153
época en que se terminaron 154
Trazado 154
Obras de arte i S6
Escultores -. ................. 156
Materia que se empleó para labrar las estatuas , jarro-
nes-y figuras de las fueiites. . 156
Estilo de las estatuas y su mérilo artístico. . » . .*. . . 157
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331 —
Págs.
Número de fuentes 158
Dias y orden en que corren 158
Extensión y división del Parque 160
Desigualdad del terreno y altitudes 161
Vegetación silvestre , 161
Aguas que entran en el Parque 163
Distribución de las agua? 164
Fuentes naturales , temperatura y siiios en donde se
encuentran 166
Especies empleadas en la plantación lineal 167
Calles , su anchura y longitud. 167
Número de árboles de plantación linea' 168
Bosquetes 168
Jardines y fuentes 169
Puerta principal ... 7 , . . . 169
Parterre de la Fama, estatuas y jarrooe? 170
Fuente de la Fama 172
Estatuas de la plazuela de la Fama. . 175
Bosquete de la Melancolía 176
La calle más larga de los Jardines 176
Fuente de la Mimbrera 176
Calle de Valsain 177
Fuente de los Baños de Diana 177
Plaza de los Bafio^, estatuas y jarrones 180
Puerta de Cosió .-,... 182
Fuente de las Ranas 182
Calle larga , plazoletas y estatuas.. 185
Ocho Calles, plaza y fuentes 185
Bosquetes de la Canal 190
Fuente de los Dragones 190
Fuente de las Tazas 191
Fuente de la Reina (natural) ^ . . . 192
Fuente del Canastillo ; . . . » 193
Calle de la Ultima Línea, estanque Cuadrado y es-
calerillas rústicas 194
Ocho Calles de Andrómeda. 197
Fuentes que forman la Carrera de Caballos 197
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— 332 --
Pá«s.
Fuente de Andrómeda 197
Estatuas de la plazuela de la fuente de Andrómeda. . . 199
Bolandrines 200
Parterre de Andrómeda 200
Media Luna - 2oi
Fuente de Apolo 201
Estanque del Mascaron 202
Fuente de Neptuno 20$
Fuentes del Abanico y Caracoles 306
Carrera de Caballos ao6
Parterre de Palacio , estatuas y jarrones 207
Cascada Nueva 208
Estatuas de la Cascada Nueva. 210
Fuente de las Tres Gracias 213
Templete 214
Fuente de los Vientos 215
Escalera de la fuente de la Selva 215
Estatua de Ariadna. 216
Fuente de la Selva ai6
Puente de la Ria 318
Nocturnal 219
Partidas reservadas 319
Plantel : Caja de estudio 220
Potosí y Caja de las flores \ 221
Colmenar 321
Laberinto 222
Partida de la Reina y ermita de San Ildefonso 323
Vivero 324
Faisanera y Baños del Rey 324
Bosque 325
Calles con plantación lineal del Bosque 335
Superficie 325
Caza 226
El Mar 226
Meseta del Mar 229
Caminos que van al Mar y Fuente Mineral 230
Casa de la Góndola 230
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— 333 —
Págs.
Establecimiento de piscicultura 231
Fuente del Pino y Puerta del Cebo 236
Casa del Cebo 237
Vereda de circunvalación del Bosque 238
Poyo Judío ó Último Pino y Fuente Fria 238
PINAR Y MATAS DE VALSAIN
ALREDEDORES DB SAN ILDEFONSO
Historia 241
Situación, topografía, Extensión, constitu-
ción geológica 248
Situación 248
Topografía 249
Extensión 253
Constitución geológica 253
Fauna y flora 25S
Región montana 256
Región subalpina 258
El Pinar: fauna, flora y caza 259
La Sierra 261
Región alpina 262
DiyisiON administrativa y explotación 263
División en cuarteles 264
Explotación 266
Paseos y excursiones 270
Paseos 271
Casa de Vacas 271
Pasaderas 272
Boca del Asno 275
Jardin de Robledo 275
Pradera de Navalhorno y Valsain 276
Cueva del Monje 276
Chorro Grande 277
Excursiones 278
Silla del Rey 278
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— 334 —
Págs.
Peñas Buitreras 279
Laguna de Peñalara 280
Alto de Peñalara 282
Camorca Grande 283
Siete Picos 284
APÉNDICE
REAL BOSQUE DE RIOFRÍO
Generalidades 287
Palacio 291
Habitaciones 294
GRABADOS
Viñetas alegóricas, 11, 33» 35, 69, 7i, 1 5©» 151 > 239,
24i,r85,287y 326
Vista del palacio y colegiata , desde la plaza de Palacio. 39
Fachada principal del palacio (cuerpo central). . 74 y 75
Planta principal del palacio 88 y 89
Planta baja del palacio 120 y 121
Jarrón del parterre de La Fama 173
Fuente de Andrómeda 19$
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— 335 —
Págs.
Fuente de Neptuno (g^rupo del centro ) 203
Fuente de Las Tres Gracias 211
El Mar -. 227
La Boca del Asno 273
ANEXOS
PLANO DEL REAL PARQUE Y POBLACIÓN DE SAN ILDEFONSO
ídem de los ALREDEDORES DE SAN ILDEFONSO
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izedby Google
■^-
Digiti:
¡zedbyG0C5gIe
CRISTAL GRABADO Y JUGUETES
EL WOILON
PLAZUELA DEL VIDRIADO, 4
SAN ILDEFONSO
Mr. José Wicht, dueño de este acreditado es-
tablecimiento, proveedor de la Real casa y pre-
miado por la Sociedad Económica Matritente,
ofrece á los señores viajeros y familias que vie-
nen á veranear en este hermoso Real Sitio un
inmenso surtido de cristal de todas clases y de
las mejores fábricas del reino y del extranjero,
en copas y vasos lisos, talFados y grabados con
las principales vistas de la población y Jardines;
mil objetos variados y de última novedad para
tocador y regalos; lámparas, artículos de escri-
torio, perfumería, fotografías, bastones ordina-
rios y largos para giras , y una gran variedad de
juguetes para niños de ambos sexos.
Ademas ofrece un variado surtido de collares,
pendientes, botones, agujas, alfileres, corazo-
nes, sortijas, etc., etc., imitando toda clase de
piedras preciosas, y. sobre todo la malaquita , que
ha llegado á imitar á la perfección, por cuyas'
imitaciones y grabados ha sido premiado por la
Sociedad Económica Matritense.
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SAN ILDEFONSO
(LA GRANJA)
mi HOTEL EUROPEO
DIRIGIDO POR
Mr. JOSÉ WICHT
PLAZA DE PALACIO, 9 T 10
Este acreditado Hotel, por su posición
excepcional en la plaza de Palacio y sus
tres fachadas, tiene magnificas vistas á la
población y sus alrededores. Está inmedia-
to á Palacio, Jardines y Teatro, y se halla
favorecido desde hace muchos años por el
Cuerpo diplomático y lo más selecto de la
sociedad madrileña.
Se halla abierto todo el año y goza de
gran fama por su excelente cocina francesa
y su esmerada limpieza.
Se habla francés.
>^
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^
mk
CASA DE HUÉSPEDES
DE
LA TORNERA
rzAZA JDE iJ08 nojx)BE8,—SAír iznEJtx)yso
Esta antigua y acreditada casa, situada
en uno de los puntos más animados de La
Granja, ofrece sus servicios á los viajeros,
en la seguridad de que quedarán complaci-
dos por el buen trato y precios económicos.
Se sirven comidas.
SEGOVI A
FONDA DEL ÁGUILA
Plaza Mayor, 7.
FONDA DE LA BURGALESA
Plaza Mayor, 30, 31 y 32, segundo (en el mismo
edificio del Casino y Café del Montañés^
FOMDA Y RESTAURANT DE ORTIGOSA
Calle de Juan Bravo (Real), núm. i.
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^ OlUeENeiftS DE OLIVA
SERVICIO ENTRE VILLALBA
SAN ILDEFONSO Ó LA GRANJA Y SEGOVIA
Administración en Madrid. — Puerta del Sol: Des-
pacho central del ferro-carril del Norte.
I Administración en Segovia. — Plaza Mayor ^ ii.
LA MADRILEÑA
SERVICIO DE COCHES
DE VILLALBA Á SAN ILDEFONSO Y SEGOVIA
Se expenden los billetes en Madrid, Alcalá^ 13; y
en Segovia, Plaza Mayor ^ 7 (Fonda del Águila.)
LA GADALSEÑA
COCHE DE VILLALBA Á SAN ILDEFONSO Y SEGOVIA
Y VICE-VERSA
_ Administración en Madrid: Alcalá^ 12.
' Administración en Segovia : Restaurant Otigosa,
calle de Juan Bravo ^ I.
(^ — :: : 7\
DEL rcnnu-üfinniL del
Con motivo de la inauguración del ramal de Medi-
na del Campo á Segovia, esta Empresta establecido
un servicio temporal para viajeros entre Madrid y
Segovia á los precios siguientes :
I* clase •K-pesetas.
2.* — IB —
3* — t» —
: . \^
Digiti:
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XT^
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NOV 2 S 1S5?
Digiti:
¡zedbyGQOgle
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